Buscando antidepresivos (Melida)

Chloe estaba harta, llevaba todo el día aburrida, no encontraba a nadie interesante y cuando había intentado mantener una conversación la habían ignorado, cosa que le molestaba profundamente. Además, echaba de menos a Jacob, y se estaba replanteando seriamente la propuesta de Beatrice de ayudarla a buscarle. Su aburrimiento la condujo a ir a Hogsmade a comprar chuches, que por lo general solían alegrarla. Otro de los motivos por los que estaba enfadada, era porque los niños pequeños de su casa no tenían chuches que ella pudiese robar, lo que la obligaba a hacer uso de sus bonitas piernas para ir a Hogsmade y comprarlas como una buena persona.

Cogió una enorme bolsa y la llenó de chuches, fue a la caja y lo pagó desganada, tras lo cual se dirigió a la salida con una chuche en la boca, dispuesta a tirarse en un sillón de la sala común y esperar a la cena.

Estaba aquel día en mi cuato leyendo, y me entró el hambre. ''Voy a comer algo de chocolate'' Pensé yo, pero para mi desgracia se me había acabado, busqué por toda la habiración y no encontré nada. Luego miré haber si había algún tipo de dulce, ya que setestaba o salado, pero no encontré nada.
Así que con la excusa de tener que comprar dulces fui a Hosmeade y así daría una vuelta para despejarme un poco, no hacía mucho que había empezado el curso y los deberes se acumulaban y eso me estresaba mucho.
Andé por las calles un rato, ya había bastante frío por lo que llevaba guantes y bufanda, y de caminó a Honeydunkes vi a muchos chico de Howarts que iban bastante desabrigados, y me pareció que tendrían frío por sus narizes rojas y por que iban corriendo.
Entré en la tienda y me choqué con una chica que salía.

-Lo siento mucho, estaba distraida y no miré si salía alguien.-Dije mirándola a primero a ella y luego a sus dulces, entre ellos había muchos dulces, algunos que comía a menudo y otros que nunca había visto pero que tenían tan buena pinta...-Oye, perdona, ¿dónde estan esos dulces?-Dije señalando los que eran desconocidos para mi.-Yo vengo mucho aquí y nunca los había visto... Por cierto, me llamos Melina Waterson, no te había visto antes.-Dije sonriéndola y tendiéndole mi mano.

Chloe se chocó cuando iba a salir con otra chica que parecía muy alegre, lo que la descolocó por completo, ya que no comprendía cómo alguien podía estar feliz en un día tan horrible, ni se le pasaba por la cabeza que alguien podía tener un buen día.

-Están por ahí doña distraída- le indicó con una sonrisa sarcástica, pero derrepente, un chico fuera tuvo una caída de lo más estúpida y Chloe no pudo evitar reírse, su risa creció hasta un nivel absurdo cuando otro chico se cayó también en un intento de ayudar a su amigo y su buen humor apareció.

-Siento haber sido tan borde, tenía un día malo- explicó sonriendo- Yo soy Chloe y quizás te había visto antes pero nunca antes me había fijado- le dijó estrechandole la mano. Volvió a mirar por el cristal de la tienda y vio como los damnificados que la habían hecho reir con sus caídas se alejaban adoloridos- Ah..el dolor ajeno es tan divertido...- dijo risueña.

La chica me dijo aquello y señaló unos estantes bastante altos, normal que no los halla visto, tan altos yo no alcanzaba, decidí que luego pediría ayuda al dependiente de la tienda y ahora me centraría más en hablar con aquella chica que pareciá estar de mal humor y aún no me había dicho su nombre.

-Muchas Gracias.-Dije tímidamente, no quería caer mal a esa chica y menos por culpa de mi gran torpeza.-Supongo que como están demasiado altos para mí nunca llegué a verlos.

Luego ví como mirába hacia un lado de donde estábamos nosotras, automáticamente miré yo también para ver que era aquello tan interesante, ví a un chico resbalar y caer al suelo, la chica empezó a reir, yo sin poder evitarlo empezé a reir tambien, al momento otra chica que fua a ayudarle y tanto mi risa como la de la chica de a mi lado crecieron.

Luego se disculpó por haber sido borde y se presentó.-Pues encantada de conocerte Chole.-Luego miré a los chicos alejarse.-La verdad es que su caída ha sido bastante cómica.-Dije sin poder evitar sonreir otra vez.

Chloe sonrió, a la chica no parecía importarle demasiado que hubiese sido borde con ella pero eso a la Ravenclaw le daba igual. Le hizo gracia que a ella tmabién el pareciese graciosa la caída de los otros y le cayó un poco mejor. No es que antes le cayese mal, pero ahora le caía mejor.

-Su caída ha sido mortal, en el sentido figurado de la palabra, no el literal- se apresuró a explicar.

-¿Quieres un poco de mis chuches?, así sabrás si te gustan y no tendrás que pedirle al dependiente que suba hasta ahí, tardan un poco- le sugirió a Melinda.

Me alegró mucho ver que Chloe ya estaba de mejor humor y todo gracias a la caída de esos chicos, ¿quien lo iba a imaginar? Luego me ofreció un poco de sus chuces para así decidir si las compro o no, pero estaba casi segura de que me iban a gustar ya que me gustaban casi todas las cosas dulces.

-Muchas gracias, así sabré lo que me tengo que comprar, me gusta probar dulces nuevos, luego casi todos me gustan, así que seguramente esos me gusten, la verdad es que tienen muy buena pinta.-Dije mirando de nuevo la bolsa de chuches.-A ti parece que te gustan mucho las chuches, ¿cuales son tus favoritas? A mi me encanta el chocolate, es lo mejor para relajarse y subirte un poco el ánimo.-Dije sonriendo.

Chloe rebuscó en su bolsa para buscar su chuche favorita de momento. A veces le gustaba más una, otros días otra, en aquel momento le gustaba sobre todo un caramelo redondo y perfecto, del tamaño de una canica, que había de varios colores. Los colores eran aleatorios y no daban pista sobre qué sabor tendría la chuche, aunque siempre era un sabor dulce, nunca salado o algo por el estilo. Cuando lo encontró se lo enseñó a Melinda.

-Es este, hay de diferentes sabores, y al principio no sabe a nada, pero derrepente empieza como a temblar la superficie, como si tuviera pequeños petardos y entonces sabe a algo, es divertido, porque no sabes a qué sabrá y el temblor hace cosquillas. Es lo mejor, pero también me gusta el chocolate- tras lo dicho se comió el caramelo que terminó sabiendo a regaliz.

Ella rebuscó en su bolsa y sacó un pequeño caramelo redondo, me contó de lo que trataba y me pareció fascinante, decidí que ese día también compraría varios de eso, sería divertido probar diferentes sabores.

-Jaja, es el caramelo sorpresa, hoy también compraré de esos.-Dije observando como comía el caramelo.-Mi favorito es este chocolate, siempre llevo algo encima y no me como lo último hasta que no compro más, es chocolate con leche, es bastate suave ya que el cholate fuerte no me gusta demasiado, pero comerlo es como sentir un subidón de energía y se te alegra el momento, es el mejor antidepresivo que hay.-Dije mientras me relamía pensando en el delicioso chocolate, y eso que todavía no me lo había comido.

Esta vez fui yo la que metí la mano en mi bolsa y saqué una pequeña tableta de chocolate y la partí por la mitad, luego le ofrecí una mitad.-Toma pruébalo, ya verás como te alegra, antes parecías enfadada y comerlo hace que se pasen los problemas.

Luego empezé yo a comer la otra mitad del chocolate, estaba delicioso, tenía que comprar más, no podía permitir pasar un solo día sin mi delicioso chocolate.

Chloe se terminó el caramelo sorpresa y se comió el chocolate de Melinda, la verdad es que estaba muy bueno, quizás demasiado suave para su gusto, pero estaba rico. El gesto de la chica le hizo sentirse culpable, pues no le había ofrecido de los caramelos sorpresas.

-¿Quieres un caramelo sorpresa?- le ofreció unas cuantas bolas coloridas- todavía no los has probado, estos también suben el ánimo, sobre todo por las cosquillas de la lengua, por eso no te recomiendo que te los comas en clase, te puede entrar la risa y quedaría bastante ridículo- le explicó.

Ví como ella se comía el chocolate, parecía gustarle, eso me alegró mucho, me gustaba compartir las cosas que me gustaban con los demás y más si era mi rico chocolate. Luego me ofreció a mi uno de sus caramelos y me aconsejó no comerlos en clase que si no era probable que me entrara la risa, y menos mal que me lo dijo porque una de mis manías es comer caramelos en clase, me ayuda a concentrarme y no estar ne las nubes.

-Gracias.-Dije cogiendo una de color rojo.-A ver a que sabe esta, es de mi color favorito así que no puede estar mala.-Me la metí en la boca y la saboreé un poco, al momento me empezó a hacer cosquillas en la boca y reveló su sabor, era de naranja, estaba muy rica.

-¡Es de naranja!-Dije sonriendo.-Me gustan las cosquillas que hacen, y gracias por avisarme que no me las coma en clase, si no...-Dije sonriente.-Oye, ¿en qué parte de la tienda están quiero comprar algunos, estan muy ricos.

Chloe sonrió, se alegraba de que a Melinda también le gustasen los caramelos, aunque pensándolo mejor, ¿a quién no le gustarían si eran geniales?

-Están por aquí abajo- le indicó mientras buscaba, en unos segundos los encontró- ¡aquí están!

Chloe se apartó de la caja para que Melinda cogiera unos cuantos, se preguntó si iban a hacer algo más aparte de estar en Honeydukes, hablar de caramelos estaba muy bien, pero a la larga era un poco aburrido y monótono.

-¿Quieres hacer algo aparte de comprar caramelos?, a mí me gustaría ir a las Tres Escobas, hace mucho que no voy, ¿te apuntas?- le preguntó.

Me habían entusiasmado esos caramelos, y cuando me enseñó donde estaban metí un montón en una bolsa, para que me duraran bastante tiempo, cogí la bolsa y fui a pagar los caramelos, eran bastante baratos, lo que los hacía mejores todavía.

Luego me preguntó si quería ir a las tres escobas a tomar algo y pensé que era exactamente lo que necesitaba ya que estaba bastante cansada de estar de pie y me apetecía mucho una cerveza de mantequilla.

-Claro, me apetece mucho una buena cerveza de mantequilla y hacce bastante que no voy, seguro que hay bastante gente, a ver si tenemos suerte y encontramos un sitio para sentarnos, estoy agotada.-Dije dando un suspiro.

Luego salimos de la tienda y nos dirigimos hacias Las Tres Escobas.

Chloe dio pequeños saltitos de felicidad mientras aplaudía, le apetecía mucho ir a las Tres Escobas, echaba de menos la cerveza de mantequilla y el ambiente siempre era genial.

-¡Yupi!, viva la cerveza de mantequilla, vamos- las chicas salieron de Honeyduke y tuvieron que correr contra el viento en dirección al bar para no quedarse congeladas por el camino. Hacía un frío terrible y el viento no ayudaba a mejorar la sensación térmica.

OFF: abro ahora en las Tres Escobas y pongo libre también para ver si alguien se quiere unir xD

vale ^^