Tomando... algo [Cedric Blair]

Elianne se dio cuenta bastante tarde, a decir verdad, de que había quedado. Dejó su butaca calentita al lado del fuego para dirigirse, con mucho cuidado, a la entrada de hogwarts. En menos tiempo del que había pensado, consiguió salir de hogwarts y andar lo necesario para llegar al pueblo, que no era mucho, a decir verdad. Elianne miró su reloj antes de entrar: eran las 12:01. Sí, se sentía pagada de si misma. Buscó con la mirada a Cedric mientras se quitaba el abrigo.

Había llegado hace un par de minutos, quizá 20; así que aprovechó para ponerse a platicar con el camarero. De tanto recurrir a este bar se podría decir que lo tenía como un amigo, siempre que cerraban el lugar ellos 2 se quedaban hasta altas horas de la madrugada bebiendo y riendo, obviamente gratis. Sus dos codos estaban apoyados en la barra mientras reía por un chiste de Willy. El sonido de aire chirriar entre la abertura de las puertas hizo que volteara para ver quien estaba entrando y; claramente, era Elianne. Por un momento se había olvidado de ella, es más, se había olvidado de para que había venido a ese lugar, por suerte recordó al verla.

-¿Puntual?- preguntó sonriendo mientras miraba su reloj -parece que sí. Vamos, ven, pidamos el primer trago- le ofreció mientras daba pequeños golpes al asiento que tenía a su lado, como citándola a que se siente.

-Siempre-. Afirmó, mientras se sentaba al lado de Cedric. -¿qué te parece si tomamos un whisky de fuego?-. Preguntó. Normalmente hubiese agregado algo como "porque últimamente no hago más que beber cosas muggles" pero había llegado a la conclusión de que a Cedric no le gustaba especialmente la chachara. Lo entendía, pero no lo compartía. A Elianne le encantaba hablar y socializar. Pero bueno, para gustos...

-Bien, Willy ya la escuchaste- le dice a su amigo mientras se giraba para verla a su lado.

-Bueno, mientras preparan la bebida, cuentame algo de tu vida, vamos, que apenas se tu nombre- le dice como reprochándole, mientras recostaba su espalda sobre la barra.

Sí, a Cedric no le gustabala chachara, si hablaba de algo esperaba que sea interesante, sino pasaba de abrir la boca.

-Bueno, supongo que hay quién me definiría como excesivamente habladora e hiriente cuanto quiero.-. Respondió Elianne, encogiendose de hombros. Sabía que ella era así y ya había dejado de intentar ser una Slytherin calladísima que solo habla cuando tiene algo "importante" que decir. -¿Qué hay sobre ti? ¿Algo que pueda saber?- Preguntó, sonriendole suavemente.

Le sonrió de lado al escuchar lo de 'hiriente', no había un Slytherin que no hiriera de alguna u otra forma.

- ¿De mí que se pueda contar?, digamos que me fastidia la rutina y no suelo respetar ninguna regla. Busco lo que sea y me agarro de cualquier cosa para divertirme - replica mientras siente el sonido del vidrio chocar contra la mesa, ya estaban las bebidas.

Tomó la suya y después de moverla un poco de lado a lado dió el primer sorbo, abriendo su boca para dejar escapar su aliento, por el típico ardor del alcohol en ese estado.

-Interesante.-Elianne asintió y cogió su vaso, observó el líquido, de un color ambarino y tomó un trago largo. Le ardía toda la garganta, sí, pero había echado ese sabor fuerte y ligeramente amargo en su boca. -Mmm... está riquísimo.-. Comentó ella, distraída, mientras seguía mirando el whisky de fuego.

Cedric la mira de reojo sobre su vaso y sonríe de lado. De un impulso y con una determinación propia de él, vacía si whisky de un trago. Exhala mucho aire después de esto y lleva una mano al inferior del vaso de la chica, empujando un poco.

-Vamos, vamos, todo- la motivaba para que le siguiera.

Elianne sonrió suavemente y vació el vaso de golpe. Sintió como el líquido le quemaba por toda la garganta. ¿Cuánto tiempo tardaría en subirle el licor? Elianne tenía bastante aguante pero... El whisky de fuego era distinto a las bebidas muggles. -¿Otra ronda?- Cuestionó, con una sonrisa. -Teniendo en cuenta que sólo sé tu nombre y que eres fiestero... ¿qué es lo que más odias en el mundo?-. Preguntó, con la dosis justa de curiosidad.

El chico sonrió y con un sólo gesto de su dedo índice incitó a que el camarero se pusiera a preparar otra ronda de aquella bebida.

-Espero que no hayas tenido pensado ir a clases mañana... digo hoy- se restificó al recordar que ya habían pasado de las 12 de la noche.

Con su codo apoyado en la barra, escucha la pregunta de la rubia y relojea sus ojos para pensar, ¿Lo que más odia?, bueno, podrían ser los mortífagos, pero no era una información que sentía necesidad de brindarle, además, no aportaría al momento.

-Mmm, buena pregunta, ¿Es necesario odiar algo en realidad?, pueden digustarme cosas, pero no hay nada tan importante que me haga odiarlo. Y ahora, ¿A tí?-

-No hay nada que una pocióon revitalizante o un café no puedan arreglar.- Bromeó, mientras Cedric pedía otra ronda. Elianne reflexionó un momento sobre las palabras del ¿ex-gryffindor? mirandolo a los ojos. Si Cedric era capaz de decir cosas con un mínimo de sentido después de haber bebido un whisky de fuego de un trago... Bueno, se había ganado una pequeña admiración por parte de Elianne. -Tienes razón, supongo que hay cosas que me irritan pero no que realmente odie.- Comentó ella, restandole importancia, tampoco le apetecía ser muy filosofica aquel día.

-Baah, pociones, hay veces que me molestan- comenta casi interrumpiendo al recordar uno de sus trágicos momentos con una de ellas.

Blair asintió con la cabeza divertido y la miró de reojo, preparando lo que le iba a decir. Recibió su otra ronda de whisky de fuego y levantó el dedo para pedirle al camarero algo más.

-¿Me podría traer luego un tequila?, ¿Y con rodajas de limón y algo de sal puede ser?, gracias- le exigió al camarero, era una bebida muggle, sí, pero desde que empezó a tomar le gustó, y la verdad superaba a veces a cualquier bebida mágica.

Sabía que el camarero tendría que buscar entre sus bodegas, no era habitual que alguien le pidiera algo así. Volteó la mirada hacia Elianne y con una sonrisa bebió casi la mitad de su whisky.

-No te creas eh, después de esta noche me odiarás, ya lo verás- comenta riéndose.

Elianne enarcó una ceja por la respuesta de Cedric, quería preguntarle pero no había confianza para hacerlo. Luego escuchó al chico pedir lo necesario para hacer un...-¿Margarita? Buena elección-. Comentó sonriendole, ella era más del clásico cuba libre pero a falta de pan bueno es el alcohol.-Ya que te voy a odiar, ¿me puedes decir el porqué?-. Preguntó, bromeando. Cedric le caía francamente bien, tenía esa personalidad... De imán, porque no era lo que se dice hablador, ni muy agradable.

Movió su mano incitándola a que beba el whisky rápido, mientras él cerraba los ojos y terminaba su vaso nuevamente, esta vez con una exhalación mucho más potente, la garganta se le quemaba. Mientras se la rascaba, le sonríe y responde a su pregunta.

-Por varios motivos, mi querida Elianne, el primero que se me ocurre de la noche es porque te emborracharé- una carcajada se escapa de su boca mientras comenzaba a preparar el margarita.

Elianne sonrió con burla, sí, claro que el chico la iba a emborrachar. Y ella era rubia teñida. Se bebió lo que quedaba despacito, si se le subía no querría ver los efectos. Sintió como la garganta le quemaba menos que antes, pero seguía quemando. -¿Qué te hace creer que la que va a acabar primero borracha soy yo?-. Preguntó, con sincera curiosidad y un pequeño toque de malicia, para qué negarlo

El joven levantó una ceja mientras movía un poco su vaso de whisky, mirando su interior. Sabía que había muchisimas posibilidades que ella llegué a su límite primero, por varias razones.

-Bueno, eso depende, ¿eres competitiva?- comentó con un tono templado, tranquilo mientras bebia otro trago -si así es, entonces sí, terminarás borracha-

Elianne se mordió un labio, pensativa, no era competitiva... Bueno, no demasiado. Era muy competitiva, pero tampoco era muy grave.-No veo el porqué de competir si no he de ganar.- Dijo ella, encogiendose de hombros. Su aguante era practicamente legendario, a pesar de ser pequeña, era algo de familia. Según su tía tenía que ver con su parte rusa... Elianne decidió no desvariar más. Al menos no mentalmente.

Sonríe ante las palabras de la joven, y se termina por completo el whisky, largando luego un suspiro largo con sonido, como si le quemara, golpeando el vaso contra la barra para así dejarlo. Tomó despacio al tequila revolviéndolo mientras esperaba que ella terminara su trago.

- Es una lástima - agregó negando - Vamos, termina el trago, que te enseñaré algo que creo que te gustará - dijo guiñándole un ojo, divertido.

Elianne enarcó una ceja ante el último, y poco afortunado, comentario de Cedric. No se pudo resistir a decir las palabras que salieron de sus labios.-Aún no estoy borracha, Cedric. Esas cosas para luego, mira que eres malote.-.Bromeó, apurando el último trago, que bajó por su garganta quemándola.

Elianne parpadeó varias veces, se le estaba empezando a subir. ¿Qué trago? No lo sabía, pero notaba el paladar más pegajoso y ése era un signo de borrachera tan claro como el ver gemelos donde no los había.

Cedric no pudo contener su risa y la largó, en forma de carcajada chistosa, por lo que había comentado la rubia. Puso un poco de sal en su mano y tomo el tequila con la otra.

- No hablaba de esa manera de divertirnos, vamos, que en eso no creo que me sigas - dijo riendo para completar - Te voy a mostrar un grado mayor de placer, si lo sabes disfrutar, claro está - terminó por aclarar, mientras tomaba el sorvo de su trago y lo ayudaba a pasar con la sal y el limón, pegándole casi un mordisco.

Sacudió la cabeza de lado a lado, con los ojos entrecerrados para terminar de tragar toda la gran cantidad que había bebido, para finalmente volverla a ver, y entregarle el trago, incitándola a que beba ella.

Elianne sonrió, bebiéndose todo el trago de golpe. Ciertamente sería una noche entretenida, de colegas. -¿Y qué es eso que me tienes preparado? ¿No será que en realidad eres un espía que quiere verme borracha para sacarme todos los secretos de mi familia?-. Dijo Elianne con una risa tonta y, en su opinión, ligeramente irritante. -Dios, ignora lo último que acabo de decir. Por favor.- Rogó, medio en serio, medio en broma.

- Mmm... ahora que lo dices, no sé si me conviene olvidarme de eso... - bromeó el joven.

Cedric rió a lo bajo y asintió con su cabeza, dejando en claro que lo olvidaría. La miró a los ojos mientras buscaba algo en su bolsillo, sacó la cajetilla de cigarrillos apoyándola en aquella barra, dándole unos golpes boca abajo para que uno de ellos salga.

- Vamos, lo hago yo y tú me sigues, ¿de acuerdo? - y sin esperar respuesta, Cedric ya estaba prendiendo su cigarro, el cual sostenía con los labios.

Elianne suspiró, irritada por la sensación de ligerísima borrachera que tenía. Era un sentimiento contradictorio puesto que estaba alegre pero al mismo tiempo no le gustaba. Su hermano siempre había dicho que eso era debido a que era una chica. Elianne pensó que más que raro, pensar en su hermano en ese momento era motivo suficiente como para ir a un psiquiatra.

-No te puedo seguir si no tengo lo mismo que tú.- Le dijo Elianne, burlona.-Así que ya me estas pasando un cigarrillo, que a mí me da pereza sacar los míos-. Exigió.

Realmente, pensándolo bien, no había hablado con Cedric casi nunca y eso que le había visto algunas veces. Quizá era que no estaban hechos para ser amigos. Bueno, eso podía pasar, aunque Elianne siempre intentaba llevarse bien con todo el mundo. Incluso, había intentado llevarse bien con el Gryffindor más cerrado de todos: Ron Weasley. Y, según creía, no le había ido del todo mal.

Cedric refunfuñó, casi por instinto y ayudado por ya los varios porcentajes de alcohol que recorrían su sangre. Sin dejar de estar alegre, saca dos cigarrillos, uno lo lleva a su boca y con ayuda de la llama de su propio encendedor, lo enciende. Luego le alcanza el otro a Elianne, directamente a su boca, para cuando lo reciba girar nuevamente de la ruedita y mantener la llama en alto, esperando a que acerque la punta del cigarrillo a ella.

- Ya, niña, ahora no tienes excusa, mira e imita - dijo sin más, tragándose una gran cantidad de humo, llenando así completamente sus pulmones.

En esta situación, y sin largar la nicotina de su organismo, toma rápidamente un gran sorvo del tequila, sintiendo así el palcer de ambos vicios, como la nicotina molestaba en sus pulmones, queriendo salir, y al mismo tiempo el tequila que lo quemaba tanto. Tragó lo bebido y cerró los ojos, largando por fin el humo contenido, por su nariz.

Quedó algo confundido, eso sí le había pegado.

-Ergg, ya, te toca rubia -

-Ni de coña voy a hacer eso, se me va a subir todo y entonces perderé todo el respeto y admiración que sientes por mí. (No lo niegues, me admiras profundamente)-. Le dijo Elianne, que había observado atentamente al chico mientras bebía. Le dio una calada al cigarrillo, notando la nicotina entrando a su organismo y bebió, lentamente un trago de tequila. Era más de Whisky americano, pero bueno, no se quejaba.

-Tengo una idea, juguemos a "yo nunca he..."-. Saltó ella, como si hubiera tenido la idea de repente. Quien le viera pensaría que había perdido todos sus años de educación... Y pensar que a su madre esto le disgustaría enormemente. Ante el pensamiento Elianne sonrió, malévola y se bebió lo que quedaba.