Y sin quererlo...(Libre)

Estaba en la biblioteca mirando libros. Me encantan. Leería mil en un día. Cambié de pasillo. Mmm...ese parece interesante. Tenía varios libros de la mano. Pasé una puerta y seguí mirando libros. Sus títulos me resultaron extraños. ¿Las maldiciones imperdonables? ¿Horrocruxes? ¿Dónde est...? Mierda. Creo que he entrado en la Sección Prohibida. Iba a salir cuando vi un libro, el cual no tenía título. Lo cogí y lo miré. Entonces oí algo a mi espalda...

Buscando para algo hacer entretenido, acabé en la biblioteca, estupendo, diversión a tope... No entendendía como podía haber acabado en la casa de los que se leen libros hasta durmiendo, cuando a mi me costaba hasta leer el libro de texto. Bueno, quizás haya algo divertido que hacer por aquí. Pasee un rato viendo las diferentes secciones y observando como había mucha gente que hacian deberes atrasados, genial, ya no era el único a quien le ocurría aquello.

Cuando pasé por un lado y oí a dos chicos comentar que de ese pasilló, hacía la derecha, era lo que se denominaba la sección prohibida, y que nadie podía entrar, al parecer uno de ellos se debió de haber confundido al ir por el lugar, entre tantas estanterias iguales era normal.

Entré en el lugar, que parecía tener el nombre perfecto para alguien como yo. Aquel lugar era estupendo, cientos de libros prohibidos al alcancé de mi mano. Aunque en vez de coger alguno, me fijé en la chica que andaba algo nerviosa por el lugar. Me acerqué a ella con cuidado, al detenerse frente a un libro, aproveché, y me acerqué más a ella. Coloqué una mano sobre su hombro y le hablé.
—Hola.

Alguien me agarró por el hombro. Pegué un pequeño brinco y un pequeño chillido. Después me giré, con el corazón a mil por hora, pensando que se trataría de algun profesor. Entoncés le vi.Madre mía...que susto. Cogí un poco de aire. Hacerle eso a alguien que está distraído es de muy mal gusto... Le miré y añádí para explicarme. Lo siento...es que soy nueva. Y estoy algo perdida y sin quererlo he acabado aquí Y sonreí.

No pude evitar dar una carcajada cuando la ví brincar. ¿Y se suponía que
la casa de los rojos era la casa de los valientes? Bueno, yo no es que
fuese muy listo para estar en la azul. Aunque cuando dijo sus primeras
palabras, aquello también me hizo bastante gracias, sobretodo su tono de
voz.
—Bueno, siento haberte asustado.—Le dije con una sonrisa—Además, yo también soy nuevo, aunque estoy aquí por voluntad propia—Le
confesé. Quizás el ser Ravenclaw podia ser una buena excusa para estar
en aquellos lugares. Es decir, si un profesor me pillaba, le podía
soltar, "Hay profesor, es que me ansia de conocimiento hizo que no
pudiera evitar entrar" o algo por el estilo. Tampoco sonaba tan mal.—Por cierto—Volví a dirigirme a la chica—¿Has encontrado algo bueno?—Le pregunté

Sonreí. Genial, debe haber pensado que soy una tonta. Se reía...si, ha pensado que soy tonta. Me coloqué las gafas. No pasa nada. Es que no te oí acercarte. Vaya...¿nuevo y rompiendo las normas? Menudo malote Dije en tono de broma. Aunque pensé en lo que sucedería si me pillasen...seguro que podría soltarle alguna mentirijilla y lograr que no me castigasen. Siempre solía hacer eso.
Oí su pregunta y le enseñé el libro sin nombre Cuando has llegado estaba sumergida en este...es curioso. No tiene nombre y no está escrito ni en inglés, ni en francés...es una lengua muy extraña.

Reí cuando dijo "menudo malote". La verdad es que sí lo era. Quizás por eso no le dieron muchas vueltas, ni le rogaron a mis padres, tras el incidente de mi hermana, que yo me quedase. Bueno, ¿qué se le iba a hacer? Beauxbatons ya me emepezaba a resultar aburrida. Era mejor así...
—Bueno, se supone que siendo Ravenclaw, debo de tener curiosidad.—Sonreí de lado.
Al enseñarme el libro, sólo lo cogí mirando sus páginas rápidamente. Tenía razón, no era ni Francés, ni inglés.
—Descarta también el castellano y el latín—Aseguré. Aquello no se parecía en nada a esas lenguas.—Quizás sea una lengua específica de una especie.—Le dije, pensando en otra solución.