Tomando el aire (Knox)

Chloe iba dando saltos por el jardín, le encantaba ir dando saltos, era uno de sus hobbies. No sabría decir porqué le gustaba tanto, pero era divertido. Había salido a dar un paseo con Knox tal como él había propuesto y la verdad es que lo estaba pasando bien, hacía una bonita tarde.

-Bueno Knox, dime, ¿tienes novia o algo parecido?- preguntó con una sonrisa de niña buena.

Caminaba tras Chloe que iba dando saltitos, era una chica alegre, nadie podía dudarlo. Hacía un rato que habíamos salido de la Sala Común para dar un paseo y el aire me estaba sentando de maravilla.

- ¿Novia yo? que va.- era una pregunta muy curiosa, nadie me la había hecho antes y yo nunca me la había planteado a mi mismo. No estaba muy interesado en novias pero lo cierto es que su pregunta me hizo pensar en Mei, en la profesora Hebofis y en la propia Chloe. Hasta este año la idea de tener pareja no me había rondado la mente, me daba miedo hacer daño a alguien que quisiera si no era capaz de controlar mis tranformaciones; y como los chicas no habían mostrado interés en mí me había hecho a la idea de que eso no llegaría en un futuro cercano. Ahora me enfrentaba a las sensaciones que despertaba en mi la profesora, la ternura que me provocaba Mei y lo agusto que me sentía con Chloe; no pensaba que ninguno de esos sentimientos estuvieran relacionados con el amor, pero tampoco podía negarlo rotundamente. - ¿Y tu?, ¿algun Slytherin que esté rondando por el nido de los Ravenclaw?

Chloe sonrió ante la incredulidad de Knox, le extrañaba mucho que el chico no tuviese novia.

-Pues con lo divertido y guapo que eres, no sé como no me he fijado antes en ti- dijo sonriendo, y era la verdad, también era verdad que dentro de su casa no estaba muy atenta a las caras y a las personas que veía, pero de todos modos, haberlo pasado por alto tanto tiempo le parecía inadmisible.

-Me rondan un par de chicos- dijo riendo mientras pensaba en alguno de ellos- y ahora que lo pienso, la mayoría es de Slytherin, pero tampoco es nada muy serio, los de siempre- añadió sonriendo. Siguió saltando un rato más, antes de volver al lado de Knox, siempre se alejaba demasiado cuando saltaba.

La miré incrédulo, su pregunta me había tomado por sorpresa, pero más por sorpresa me tomó su respuesta. ¿Guapo y divertido? solo mi madre y mi abuela me habían llamado guapo antes, yo no me consideraba feo, más bien una persona perfectamente normal - Bueno, no sabía que podía ser tan divertido hasta que me crucé contigo así que en cierto modo debo darte las gracias - enrojecí levemente.- por eso y por el cumplido.

Me comentó que le rondaba algún Slytherin y no pude evitar sonreír pensando en que parecían estar en todas partes últimamente.

- Al final vamos a tener que soltar una mangosta para que reduzca un poco la plaga de serpientes...o bueno, en México se dice que el águila las debora - dije pensando en el símbolo del país. Me encantaban las metáforas de animales.

Chloe rio ante su incredulidad, le resultaba divertido. Knox le agradeció el cumplido y la chica sonrió.

-Es la verdad, yo siempre digo la verdad- dijo mientras asentía- bueno, más bien es que nunca pienso lo que digo, así que siempre sale la verdad, porque nunca me da tiempo a reaccionar antes que mi boca y pensar una mentira- explicó riendo- soy un tanto impulsiva.

-¡Arriba las aves!- dijo Chloe levantando los brazos- son mis animales favoritos después de los felinos- explico riendo- si fuera por eso, debería estar en Gryffindor.

No hacía falta que Chloe dijera dos veces que era una persona impulsiva, los gestos, la forma de hablar y de expresarse, hablaban por si solos.

- Pues yo me pienso lo que digo un monton de veces así que haremos un buen equipo, tu puedes hablar por mi y yo pensaré por ti. - Pensé en lo que había dicho sobre las mentiras, estaba claro que a nadie le gustaba mentir pero muchas veces yo había tenido que poner excusas para no revelar mi licantropía y no me sentía a gusto con ello. Era mentir por un bien mayor, pero siempre quedaba cierto remordimiento.-

El "arriba a las aves" de Chloe me sacó de mis pensamientos y reí al verla allí con los brazos levantados.

- Pero estas mucho mejor en Ravenclaw, el azul te sienta muy bien - Tampoco quería más amigos leones, ya eran tres contra uno-. Mi animal preferido es el elefante, si fuera por eso supongo que yo tendría que estar de safari por África con un sombrero de explorador y pantalones cortos.- Odiaba de sobremanera los pantalones cortos, me parecían terriblemente irritantes-.

Chloe rio, Knox le caía cada vez mejor, parecía lo contrario a ella, un poco tímido, tranquilo y algo antisocial, pero la chica lo encontraba simpático y muy divertido. Compenetraban bien.

-Hecho, a partir de hoy, te contrato como mi cerebro para ocasiones de peligro- dijo riendo- por lo demás, me parece que seguiré diciendo la verdad todo el rato- añadió con una sonrisa. Volvió a reir al imagginarse a Knox en un safari.

-Seria muy divertido verte sobre un elefante en un safari, viendo leones y todo eso.

- Trabajo durante exámenes y en reuniones sociales pero exijo dos semanas de vacaciones y que se me excluya de las clases de herbología. - Le tendí la mano juguetonamente para sellar el trato.- ¿hecho?

Yo mismo me reí ante la idea de verme sobre un elefante, tendría que estar absolutamente ridículo con sombrerito y rifle de caza.

- ¿Te imaginas?, aunque en África debe hacer un calor de mil demonios y yo estoy acostumbrado al frio polar de Edimburgo, además tendria que ponerme mil inyecciones, me dan miedo las inyecciones... ¡Y odio los pantalones cortos!

Chloe le estrechó la mano a Knox riendo, el trato parecía bueno.

-Hecho, de todos modos, no creo que vaya mucho a las clases de herbología, ya pediré los apuntes por ahí.

-Te imagino perfectamente, pero para tu desgracia, no sales muy favorecido, yo creo que el frío te queda mejor. De todos modos, no entiendo por qué odias los pantalones cortos, bueno, depende de qué pantalón corto claro está, porque hay algunos muy incómodos-dijo riendo.

-Así que eres de Edimburgo...

- Los pantalones cortos son incómodos, siempre son demasiado cortos o demasiado largos, y además, cuando caminas por el campo o por los jardines te pinchas y te arañas las piernas - sentencíe con una mueca de desagrado.-

Me preguntó si era de Edimburgo y asentí con la cabeza.- Soy de Edimburgo y me encanta serlo, allí no necesitamos pantalones cortos - sonreí -. y además tenemos unas vacas muy graciosas - pensé en las típicas vacas escocesas de pelo largo marron que les cubría los ojos-. ¿Y usted señorita?, ¿que ciudad la vió nacer?

Chloe rio cuando escuchó las razones de su odio a los pantalones cortos. A ella nunca se le habrían ocurrido, sobre todo porque encontraba los pantalones cortos muy cómodos.

-Así que Edimburgo, perdón por la ignorancia, ¿pero dónde está eso exactamente?- preguntó con una sonrisa.

-Pues nací en Londres, en el Hospital San Mungo, ya ves tú que cosa, me suena mucho más interesante nacer en Edimburgo, ¿cómo son las vacas que dices?

- Edimburgo es la capital de Escocia, deberías visitarlo, es un lugar mucho más bonito que Londres.- O lo era para mí, Edimburgo tenía ese marcado aspecto medieval que no conocía una ciudad tan cosmopolita como Londres-. ¡además no esta lejos! Vivimos los dosen la misma isla, solo que nosotros estamos más arriba.

Me agaché para dibujar un mapa conceptual de Gran Bretaña en la arena humeda del jardín.

- Estos dos puntos pequeños son Irlanda y Gales y cruzando el mar - señalé el camino con el dedo desde los dos puntos pequeños que había dibujado al círculo grande-. llegamos aquí - dividí el círculo en dos para representar los países-. arriba estamos los escoceses con nuestras falditas de cuadros, nuestro famoso Whisky y nuestras vacas de pelo largo y marrón que les cubre los ojos, abajo los ingleses con...¿vuestro té?

Chloe rio ante la explicación de geografía de Knox, con ejemplo y todo.

-Me gusta como explicas, puede que un día de estos visite Edimburgo, aunque me tendrás que invitar tú, porque yo no conozco a nadie- dijo con una sonrisa- a cambio, yo te invito a mi casa del lago. Está en una isla en el medio y es muy bonita. La reformé hace poco.

- ¿Mi casa del lago? - reflexione sobre la expresion "casa del lago" pensando en que yo no tenía ninguna casa en el lago, ni yo ni nadie que conociera-. ¿Tienes más de una casa? porque si tienes más de una casa debes tener mucho dinero, y si tienes mucho dinero mi casa te va a parecer una cosa pequeñaja en una ciudad pequeñaja llena de callejones pequeñajos y estrechos... -intenté parar mi verborrea para volver a parecer una persona coherente-. yo estaría encantado de mostrarte Edimburgo pero es muy antigua y las casas están acordes con la arquitectura de la ciudad así que no vivimos en una casa grande, lujosa ni nada por el estilo...

Chloe sonrió, al parecer a Knox le extrañaba que tuviese dos casa, pero Chloe era afortunada por tener aunque fuera una sola. Cuando murieron sus abuelos, que nunca conoció exceptuando a la madre de su padre, dejaron en herencia las casas que tenían por el mundo a sus nietos. Chloe era la más pequeña de todos y sus abuelos maternos no le habían alcanzado a conocer, y no le dejaron nada oficialmente, así que al final le tocó la casa del lago, que estaba rifándosela los demás. Estaba sucia y descuidada. La otra casa tampoco era la mejor, de hecho era la más pequeña. Pero eran suyas y legalmente no se las podía quitar nadie. El dinero que tenía heredado, también poco en comparación, era el dinero con el que vivía, ahora que ya no pertenecía a la familia. Si la hubieran expulsado oficialmente, como antes, le podrían quitar todo. Pero como ahora no estaba bien visto y Chloe había amenazado con contarle a todo el mundo que sus familia era mortífaga, ahora vivía en paz.

-Tengo dos casas- dijo sonriendo- comparadas con la que he vivido toda mi vida, es pequeña, pero quizás tú las encuentres grandes- se explicó con un sonrisa.

-De todos modos me apetece ir a Edimburgo, debe de ser interesante vivir dentro de la ciudad. Yo solo he vivido en una ciudad cuando me hospedaba en el Caldero Chorreante.

- Pues si de veras te apetece conocerlo escribiré a mis padres, seguro que mi madre se pone loca de contenta, le encantan las visitas - exclamé sonriente-. pero espero que te gusten las bufandas y las orejeras porque allí siempre hace frío. -

Seguiamos paseando con los jardines y cuando ví una pequeña piedra en el camino no pude evitar darle un puntapíe, echaba de menos jugar al fútbol y ver los partidos en la tele.

- ¿Conoces el fútbol? es mi deporte favorito en el mundo, ojala se jugara en el mundo mágico... - no recordaba que Chloe me hubiera dicho si su familia era mestiza o de sangre mágica pero la mayoría de magos no conocían el fútbol... incluso cuando era infinitamente más divertido que el Quidditch.

Chloe sonrió mientras daba saltitos de emoción, ir a Edimburgo en vacaciones le parecía una idea genial. Iba a ser tan alucinante.

-Me encantan las orejeras, en especial las peluditas- dijo alegremente a la vez que aplaudía- además, en los sitios donde hace mucho calor es una lata, porque a menos de que te tires al agua o algo así, nunca se pasa, y es horrible.

-¿Fútbol?, no, no lo conozco, ¿cómo se juega?, ¿es un juego muggle?- preguntó pensando que si no se jugaba en el mundo mágico, se tendría que jugar en el muggle.

OFF: m parece que es una buena hora para irme a comer xD, ahora vuelvo

Apunté mentalmente no olvidarme de escibrir a mi madre para contarle que Chloe pasaría unos días en casa, y se me ocurrió regalarle yo mismo las orejeras.

- El fútbol es un deporte muggle - dije asintiéndo vigorosamente-. ¡es genial! Consiste en dos equipos de once personas que tienen que meter una pelota en la portería del equipo contrario - expliqué-. hay una portería en cada extremo del campo y los diez jugadores puede tocar la pelota con los pies, el numero once es el portero que es algo así como el cazador de Quidditch, se queda en la portería y evita los goles, puede usar las manos o los pies pero si sale fuera de su área no vale tocarla con la mano. ¿Lo entiendes? - pensándolo bien, con esa explicacion tampoco sonaba tan guay, diez tíos corriendo detrás de una pelota y otro parándola....- Suena un poco tonto pero es muy divertido, creeme, si quieres podemos jugar algún día - ofrecí sonriente.- Tengo un balón en mi dormitorio.

Chloe siguió la explicación muy interesada, comprendió el juego, y a pesar de que no parecía tener nada mágico o por el estilo, parecía interesante. Le gustaría probar a ver que tal se le daba...

-¿A sí que sólo se puede tocar el balón con los pies?, suena complicado, pero interesante- dijo con una sonrisa- me gustan los retos, y ya que dices que tienes un balón, podemos probar un día- sugirió mientras ensanchaba su sonrisa.

- Espero que no tengas miedo de un par de empujones, el fútbol es un deporte de mucho contacto y no me gustaría hacerte llorar - Le advertí cariñosamente. No tenía intención de jugar en serio con Chloe, ella nunca había jugado y mi fuerza de licántropo podía hacerle daño de verdad.

- Pero bueno, ahora te toca contarme algo de tí, ¿te gusta tanto el Quidditch como a todos los magos? por que a mí no me parece tan increible...- El Quidditch podía acabarse en el segundo en el que el cazador cogiera la Snitch y eso es lo que no me gustaba del juego. En realidad todo el equipo dependía de un solo jugador, los demás eran secundarios.

Chloe sonrio cuando Knox le hablo sobre que el futbol era un poco violento. Eso lo hacia mas interesante, el quidditch tambien era un poco violento a veces,pero eso solo lo hacia mas divertido.

-No le tengo miedo a un par de empujones. Jugando quidditch he recibido unos cuantos. Me encanta jugar al quidditch, es emocionante y peligroso. Yo juego de cazadora, y se debe parecer mucho a jugar futbol. Hay que meter la pelota en los aros y ya está.

¿Acababa de decir que le gustaba el Quidditch porque era peligroso? Me resultaba cuanto menos curioso que una chica con el aspecto delicado de Chloe se dedicara a esquivar bludgers a veinte metros de altura... le pegaba más un deporte como la equitación o el criquet, con los que no tuviera que despeinarse demasiado.

- ¿Juegas en el equipo de Slytherin? porque no suelo ir a ver los partidos pero si juegas en el equipo tendré una excusa para no pasarme los domingos en la biblioteca a partir de ahora - normalmente cuando había partidos de Quidditch me iba a la biblioteca a terminar los trabajos que me había dado pereza hacer entre semana, o simplemente me sentaba en la orilla del lago e intentaba una vez más pillar al calamar con los tentáculos al aire, todo con tal de no bajar al estadio para formar parte del griterio embravecido en el que se transformaban los alumnos en aquellas ocasiones. Solía evadir las muchedumbres en cualquier ocasión, más aún cuando se apretujaban y estrechaban en las gradas, pero de repente no parecía tan mala idea ver un partido.- aunque eso sí, tendré que sentarme con los Ravenclaw, le debo lealtad a mi casa.

Chloe rio, divertida. Al parecer, a Knox se le habia olvidado que se acababan de conocer en la sala comun de Ravenclaw. De todos modos era normal que se hubiera confundido. La unica razon por la que no estaba en Slytherin, era su deseo de romper la tradición de su familia.

-Knox, vamos los dos a Ravenclaw. Se que no es difícil imaginarme en la casa de las serpientes, pero de todos modos...ojalá me vinieses a ver, me haria ilusión- dijo poniendo ojitos.