Nombre: Adam Balfour Farquharson.
Edad: 17.
Preferencias para pareja: Chicas de su misma edad, aunque no descarta relaciones esporádicas con mujeres algo más mayores. Tiene una especial afinidad por las jóvenes de piel blanca y ojos verdes.
Raza: Animago.
Sangre: Pura.
Ocupación/Profesión: Estudiante.
Casa: Ravenclaw
Aspecto: Adam es un joven delgado, con unos músculos no muy marcados, pero sin embargo, con fuerza y agilidad. Mide 1’76 y pesa unos 65 kilogramos. Su piel es caucásica y posee unos profundos y penetrantes ojos azules, bastante expresivos. Tiene el pelo rubio, no demasiado largo, con un aspecto descuidado. También lleva siempre una barba de varios días, que le da un aspecto bastante pordiosero. Suele vestir ropa rota, vieja y descolorida, normalmente holgada. Su vestimenta se basa en una camisa, normalmente vieja y descolorida, sobre una camisa, que combina con unos pantalones rotos y unas zapatillas deportivas. No tiene ningún pendiente, ni lleva ningun accesorio.
Carácter: el joven Balfour es tranquilo, y no suele alterarse por casi nada. Es bastante inteligente pese a que es un alumno poco aplicado, no le interesan demasiado las asignaturas de teoría, y prefiere la práctica. Le interesa todo lo relacionado con la magia, en especial con la magia oscura, aunque él mismo sabe que es un tema muy escabroso, por lo que intenta mantenerlo en secreto. Respecto a su forma de pensar, es bastante abierto y no suele cerrarse a casi nada, respeta todas las ideologías y, personalmente, no tiene una forma de pensar definida, sino que está influido por todas las personas que significan algo en su vida.
Historia:Balfour nació en Escocia, Inglaterra, alrededor del 1993, el día 20 de febrero. Su familia, todos magos de sangre limpia, adinerados y con un carácter malévolo y frívolo, lo educó para que fuese como ellos, sin embargo Adam se fue por otros senderos, desde pequeño prefirió las buenas formas y la solidaridad, además de desarrollar un gran grado de empatía con todos sus semejantes. Esto le acarreó graves discusiones con su familia cuando sólo era un niño, y se fueron agravando conforme Adam fue creciendo.
Con 11 años encontramos a un púber Adam asistiendo a su primer curso de Hogwarts, con una ilusión tremenda por encontrar nuevos amigos y nueva gente a la que conocer. Su turno se acercaba, y el joven se aproximó, nervioso y casi temblando, hacia el sombrero que decidiría en qué casa estaría durante el resto de su estancia en Hogwarts. Dubitativo, aquel sombrero meditó sobre la casa que acogería a Adam. Susurró un nombre, Slytherin, pero lo cambió rápidamente por otro: Ravenclaw, alegando que esa era la casa a la que debía pertenecer, ya que era la que más se adaptaba a la forma de ser del joven, de mente abierta y simpatizante de todos los ideales.
Los años pasaron, y el pequeño Adam ya no era tan pequeño, había alcanzado los 14 años, pero seguía con tantas energías como el primer día, y con la misma forma de ser, y el mismo carácter afable y abierto de siempre. Las navidades llegaron, y el mago volvió con sus familiares a la gran casa que tenía en Escocia. Pero se llevaba mucho más que conocimientos de magia, se llevaba verdaderos amigos, sobretodo uno, que casualmente vivía en Escocia.
Un día gris, triste y lluvioso encontramos al joven Adam, de unos 15 años por la calle, vagando solo, con unos pantalones rotos y unas viejas zapatillas de marca Converse, dirigiéndose hacia algún lugar fuera de su familia de locos esnobs y estúpidos magos que se creían superiores por su herencia. Lleno de rabia, furia e impotencia, Adam se dirigió a la casa de uno de sus únicos amigos, Mervin Higgins, un joven mago con pocas posibilidades económicas, pero hospitalario y con un conocimiento de la psicología increíble. Mervin lo acogió y le dio cobijo cuanto pudo. Pasó allí algún tiempo, hasta que algo que aún no sabe si sucedió de verdad aconteció; eran dos. Dos seres oscuros, vestidos con capas, con manos putrefactas, se acercaron a los dos magos, ninguno sabía cómo defenderse de aquellos extraños seres que más tarde descubriría que se llamaban Dementores. Cara a cara, podía sentir como la felicidad, las ganas de vivir, y toda su vida se alejaba de él, como aquel dementor se la llevaba poco a poco, con unos sorbos prolongados que hacían agonizar al mago de pelo rubio. De pronto algo paró, la fuente de sentimientos que brotaba desde Adam no se siguió extrayendo. Un hechizo había sido lanzado, era azul, y tenía forma de animal, pero fue lo único que logró deducir, pues poco después cayó al suelo, inconsciente.
Despertó unas horas después, en casa de los Higgins. No se volvió a comentar aquel incidente, y se ignoró totalmente, tanto, que el muchacho llegó a pensar en si de verdad había sucedido, o no. El otro mago, Mervin, no tuvo tanta suerte, y el Dementor consiguió absorber el alma del chico, dejándolo completamente vacío. Tras irse de la vivienda de los Higgins, Adam no volvió a saber nada más sobre Mervin.
Fuera como fuese, el chico siguió asistiendo a Hogwarts, y mostrando un especial interés en dos asignaturas: Transformación y Defensa contra las Artes Oscuras. A esa edad conoció también al que se convertiría, en los años venideros, en su mejor amigo: Gianluca Sivigliano, un mago de sangre pura de origen italiano, muy humilde. Finalmente, con 17 años, y tras esfuerzos y sacrificios, consiguió adquirir su condición de animago, pudiendo así cambiar de forma a un cuervo.
Otras cosas:- Sabe tocar bastantes instrumentos, entre ellos destaca su gran habilidad con la guitarra.
- Fuma y bebe.
- Siente gran fascinación por los opiáceos, así como por otros tipos de drogas alucinógenas.
- Su patronus es un halcón.
- Su boggart es un Dementor, son criaturas que, desde su mala experiencia con corta edad, le provocan un miedo irracional.
- Es buen jugador de Quidditch, destacando en la posición de Golpeador.
- Su forma de animal es un cuervo.
- Tiene un miedo terrible a los insectos.
- Cuando habla sobre algo que no le interesa, suele desviar la mirada y comenzar a tararear alguna canción.
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