Planeando nada bueno [Mich]

Dada la racha de visitas a Hogwarts, Mich decidió que por comodidad el lugar mas adecuado donde establecerse era Hogsmeade. Ya era de su costumbre buscarse el lugar mas pintoresco para alojarse y en este caso la posada elegida fue "La cabeza de puerco". Aunque no muy higiénico, el lugar era sutil y no era frecuentado mas que por... "clientela interesante". También era uno de los mejores lugares de la zona donde encontrar información que podría ser de su interés.

--Vodka...- Pidió Mich desde la barra al viejo tabernero, el cual sin abrir la boca, fue a coger una de las botellas literalmente enterradas en polvo.

Hacia ya tiempo que no recibía ninguna noticia del ministerio desde que le dieron un "descanso" y eso empezaba a crearle una mezcla entre preocupación e intriga. En primer lugar el ministerio no da "descansos" a un Auror (ni a nadie que Mich conociera), eso se sumaba entre muchos otros motivos a las suposición de que el ministerio ya supiera de las sospechas de Mich en cuanto al caso de su madre. Si fuera así, si resulta que ellos fuesen los culpables de su muerte, esta espera solo significaría que buscan una solución para Mich, no podrían permitirse la mas pequeña posibilidad de que saliera a la luz que el Ministerio a matado a una de sus Aurores. Aunque son perfectamente capaces de taparlo, no pueden arriesgarse al caos que podría desatarse.

Mich miro por la sucia y translucida ventana mientras el tabernero terminaba de llenarle un vaso en el mismo estado. Por el momento descansaría y buscaría algo con que ocupar su tiempo, como caza recompensas quizás. Luego enviaría un informe a el ministerio y dependiendo de su respuesta... decidiría lo que hacer. Esperaba que al final todo esto solo fuesen paranoias suyas...
-
Póngame otro...- Le dijo Mich al tabernero, tras terminar su vaso de un trago.

Mientras esperaba, el chirriar de la vieja madera alerto de que alguien había entrado por la puerta. Arqueando una ceja, Mich observo en gran sorpresa como una adorable joven pedía una cerveza de mantequilla y se alejaba ocultarse en la oscuridad, lo adorable de la joven se contrastaba de una manera bastante extraña con el aire siniestro que le da a uno el ocultarse en la oscuridad.

Por su edad, solo podía ser una alumna de Hogwarts, ¿Pero aquí a estas horas? Sin moverse de su sitio, Mich miro en dirección a la joven ladeando su cabeza en curiosidad.

-¿Buscando una pelea de bar? Porque si es así estas en el lugar perfecto...-

-Casa Slytherin.- Dijo Mich entre risas, no hacia falta preguntarle, la verdad es que la chica era digna representante de la casa. Su inevitable prepotencia era absolutamente lo contrario a la valentía hasta el limite de la estupidez de Mich. Pero lo cautivador era, que ambas cosas llevan a lo mismo.

-Disculpame, no era una amenaza, solo quería avisarte de que este no es un buen lugar donde estar y sobre todo a estas horas. Si eres tan imprudente, menos aun, la respuesta de otra persona por aquí habría sido con su varita.-

La voz de Mich fue amigable, aunque determinada y firme. El tabernero trajo su copa y tras recogerla, se dio la vuelta y se apoyo perezosamente contra la barra, quedando de cara a la chica.

-Aunque yo también vaya ser un irresponsable por no hacerlo, no voy a pedirte que te vayas a casa. Pareces lo suficientemente mayor como para saber lo que haces... y la verdad es que a tu edad, yo si que me metía en peleas de bares.- Esto ultimo volvió a soltarlo entre risas.

Mich también solía hacer lo mismo, quizás no por lo mismos motivos pero podía entender que la chica quisiera dar una vuelta nocturna. Lo que no entendía era porque había elegido un sitio tan poco conveniente. Echaría un ojo a la joven, era lo mínimo que podía hacer.

-Si no es indiscreción preguntar... ¿Porque has venido a este sitio?-

-Y yo podría responderte lo mismo, eso no te importa.-

Mich hablo con una voz incitante que si se podía comparar a algo seria a un ronroneo y esbozaba una leve sonrisa. La expresión de su cara mostraba sin ningún tipo de reserva que, estaba jugando.

-Entras en un bar no muy inocente que digamos a las tantas de la noche y no deberías estar, hablas con alguien... que no conoces absolutamente de nada, que es mayor que tu y amenazas con el atrevimiento de sacar tu varita, ¿Y si resulta que yo también me atreviera?-

Mich se tomo su copa de un trago, la dejo en la mesa y tras meterse ambas manos en los bolsillos, empezó a dar unos cuantos pasos lentos en dirección a la chica. Aun blandiendo su pequeña sonrisa picaresca.

-Me caes bien.-

Y no era ninguna mentira, le gustaba su carácter. Pero sabia que también era un buen motivo de preocupación.

-Si fueras una chica inteligente, tendrías cuidado con el orgullo y el exceso de confianza... son los verdaderos peligros. Y antes de que digas nada, ya se que no tienes porque hacerme caso, mi trabajo es decirte el consejo, no obligarte a seguirlo. -

Mich señalo a un asiento al lado de la joven, en petición de sentarse en el.

-Me llamo Mich, un placer conocerte.-

Mich bostezo abiertamente en señal de cansancio y sin mas demora fue a sentarse al lado de la chica, no espero a que le diera algún tipo de permiso para hacerlo, porque no es que fuera a hacerle caso de todos modos. Se coloco en un ángulo que a pesar de estar cerca el uno del otro, las sombras de la habitación ocultaban a ambos de verse directamente, no siendo para la perspectiva mas que dos siluetas negras.

-Si que os esta dando a los adolescentes de hoy por acabar en esa postura de "frialdad implacable" - Dijo Mich resaltando esas ultimas palabras con un tono burlón. -Que originales sois.- Termino con un aire sarcastico pero inofensivo.

Mich se echo hacia atrás en su asiento y descanso sus manos tras su nunca para mayor comodidad. El intención de esta conversación para Mich, desde el principio fue el averiguar que hacia ella en aquel lugar y tras oír la referencia de que su visita podría tener un "propósito", cualquiera proposito que tuviera lugar en esta taberna obviamente no iba ser muy bueno.

No sospechaba nada grave de ella, de echo, a pesar de lo fría y dura que se mostraba a Mich no le infundía mas que inofensividad. Sin embargo, Mich ya había vivido las experiencias suficientes como para esperarse cualquier cosa y no fiarse de nadie.

Mich mantuvo un instante de silencio, un silencio incomodo que solo dejo como sonido el trapo del tabernero que aparentemente intentaba limpiar un vaso pero solo lograba ensuciarlo mas aun de lo que estaba.

-No estoy aquí pretendiendo ser tu amigo, ni intento meterme tu vida. Mi intención es evitar que hagas alguna tontería, cosa que haré te guste o no. - La voz de Mich cambio radicalmente y se presento seria y tranquila. -Y por ese careto que has puesto me da que no te a gustado caerle bien a alguien, pero haberme caído bien es culpa tuya no mía.- Volvió a decir una vez mas entre una sutil risa.

-¿Y como sabes tu a los adolescentes que e podido conocer?-

Volvía a hacerse el silencio mientras Mich conjeturaba sobre lo ultimo que había dicho la joven. Ningún padre en su sano juicio dejaría a su hija ir a aquel lugar. Lo mas probable seguramente era que lo dicho no fuese mas que una tontería con la que responder. Sin embargo lo había soltado con demasiada confianza, eso también elimina el echo de que sus padres fueran unos irresponsables. ¿Sus padres dejan ir a su hija a "La cabeza de puerco" porque saben que no le pasara nada? Quienes eran sus padres para poder darle a su hija tal inmunidad...

Ponerse a crear una hipótesis de lo dicho por una niña puede que pareciera algo de paranoicos. Pero los instintos y la lógica que seguía Mich eran los de un Auror. Eran muchos los mortifagos que había encerrado en Azkaban, demasiados los que habían caído bajo su varita...

Esperaba que no fuera mas que eso, una conjetura. Aunque de la casa Slytherin se conoce un dicho bastante especial: "No hay ninguna bruja ni mago que se haya vuelto malo que no haya sido de Slytherin".

-No asumo el puesto de padre, asumo el puesto que me corresponde y creo que seria muy comprensible que dudara del juicio unos padres que dejasen venir a su hija aquí.- Mich descartaría el tema con una simple reacción. - Quizás este lugar por el día no sea mas que apariencias, pero este lugar es frecuentado por carroñeros y a veces incluso se han visto, mortifagos.-

Mich volvió a sonar serio y calmado, pero esta vez con una peculiar frialdad. Estaba dando a notar adrede su sospecha.

Mich la miro con una sonrisa y una ceja arqueada provocada por su respuesta, habia sido evasiva. La verdad es que por encima de toda posibilidad de que ella estuviera involucrada con quienes eran literalmente, sus enemigos y presas, la chica le estaba resultando de un curioso divertido. Preferia seguir dando vueltas en una conversacion estancada antes de tomar alguna decision sustancial.

Le parecio una coincidencia algo peligrosa la referencia al plan de adopciones del ministerio. Pero por el momento lo dejaria en solo eso, una peculiar y llamativa coincidencia.

-¿Y como sabes que no soy realmente un carroñero, o incluso un mortifago?- En el tono de voz de Mich podia oirse que estaba jugando, pero a su vez era una pregunta con doble intencion. -A lo mejor hasta ahora solo estaba tratando de lograr que te confiaras... -

A pesar de la chica no lo entendiera, a Mich ella le resultaba interesante por el mero echo de que eran lo contrario en todo, o almenos en casi todo. Todos sus amigos y conocidos tienen una vision recta de las cosas, el siempre fue el que actuaba con rebeldia y obstinacion. Con ella era como estar frente a tu enemigo y dedicarte a jugar con el.

Mich se llevo las manos a los bolsillos, tras rebuscar unos segundos saco de uno de ellos un paquete de cigarrillos. --Espero que no te moleste.- Lo dijo sabiendo que aunque realmente no le importase, seguramente fuese a decir todo lo contrario de todos modos.

Tras ponerse un cigarro en la boca, saco su varita sin darle mas importancia a la reacción de la joven que curiosidad, pero tampoco sin despreocupación. Toco la punta del cigarrillo con la varita y una tenue luz roja incandescente ilumino lo suficiente la lúgubre habitación como para que pudiesen verse mutuamente con total claridad durante unos segundos. En el aire quedo impregnada el extraño olor dulce del cigarrillo de Mich mientras este volvía a guardar su varita.

-De eso se trata, aparentar ser lo contrario, solo parecer que me preocupo por ti...- La chica aun no había dado las pruebas suficientes como para determinar que el no era un mortifago. -Yo incluso podría ser algo peor...- Dijo manteniendo aun el tono de voz suave con el que jugaba.

-No hace falta que me digas tu nombre real, pero tendré que llamarte de alguna forma... o te dejo como nombre "señorita".- La cara de Mich se veia parcialmente cada vez que daba una calada al cigarrilo, lo suficiente como para que se viera que sonreía y que era una sonrisa sincera.