Otro dia otra persona por conocer...o...no era asi? (Arianne)

Como nunca Arianne no quería pensar, se negaba a tener que seguir complicándose la existencia, bueno por lo menos esa mañana. Al levantarse, se dio cuenta que aún era muy temprano por lo que decidió salir del colegio por un rato. Caminó tranquilamente, no había motivo por los que debiera apurarse. Pasa los límites del colegio y sonríe al pensar lo que le diría su padre si se enterara de aquello.

Minutos u horas después -Arianne no sabría decirlo- llegó a un río. Se sorprende en realidad de que éste existiera y esperaba aparecer por el acantilado. Pero se encoge de hombros, sabría devolverse tiene buena memoria, reconocería los lugares sin problemas.

Sigue con lo suyo, hasta que se da cuenta que no muy léjos de ahí, había un chico con la cabeza en el agua. Arquea una ceja y observa cuando ese chico, bastante desprolijo, saca la cabeza.

—No creo que una ducha en esas aguas sea lo correcto —le dice, alzando levemente la voz—. Hay mejores formas de mantenerse despierto.

El chico se acerca y se presenta como su padre siempre lo hace. alza una ceja curiosa pero omite todo comentario al respecto. Venir de una antiquísima familia mágica, bastante aristocrática, tiene sus dificultades como es el caso del protocolo.

Arianne sonríe ligeramente y susurra:

—No es necesario que hagas eso, Kyle Owen. —El nombre le era familiar, pero no le dio mayor importancia a eso, lo debió de haber escuchado en el colegio—. Las reglas de nuestras familias en este momento yo las estoy omitiendo.

Observa a su alrededor para ver si alguien más estaba por ahí, pero nada, o por lo menos no ha simle viste. Manteniendo su sonrisa, estira su mano.

—Por cierto, soy Arianne Sinclair.

Observa el correr del agua en el río cuando escucha la voz de su acompañante. Se vuelve a mirarlo, y sonríe maliciosa.

—Kyle será entonces —dice ella condescendientemente, mientras la mueca de su rostro no desaparecía—, y sí normalmente el gusto es siempre del otro, aunque en este caso puedo decir que también es mio.

Corresponde a la pequeña sonrisa de Kyñe, cuando este luego de mirar el cielo vuelve a fijarse en ella. La chica piensa un poco con respecto a la pregunta que le habían hecho y ahora que lo pensaba, no sabía que responderle al chico.

¿Verdades? ¿Mentiras? O lo que hace la mayoria del tiempo, verdades a medias. Sí, como siempre es lo mejor en su caso.

—En realidad, llegué al río de suerte —dice ella encogiéndose de hombros, pensando en lo idiota que puede llegar a sonar eso—. Como necesitaba descansar del colegio en general, decidí salir a pasear y he llegado acá.

Bien, una respuesta trivial pero sincera, de esa forma se evitaba la curiosidad de los otros.

—¿Y tú, que haces acá tan temprano? —pregunta, para luego mirarle y sonreír, mientras alzaba una ceja— ¿y con ropa de dormir, me parece?

Arianne observa el lugar con mucha atención, era hermoso y tranquilo, lo que ella necesitaba desde hace bastante, por lo que al parecer tuvo suerte de desviarse del camino.

—Vaya, sabía que tengo una buena estrella pero nunca como para encontrar casi un oasis —le dice mirándolo divertida. No era de las que hacía comentarios ligeros, en realidad, la chica es de las que les gusta colocar tenso el ambiente, le agrada sentir esa sensación de que es por su culpa, por su presencia—. ¿Y qué hay de tí, Kyle? —pregunta para crear conversación, talvez con cierta información pueda saber si lo conoce o no.

"¿Un vampiro?", repite ella en modo de pregunta. Ese punto llamó su atención, más que el hecho de que se salte clases. Bufa molesta, estúpidas clases que no sirven.

—Vampiro, dieciséis años, se salta clases —recopila la chica como si estuviera memorizándolo, aunque hacía algo parecido. Vuelve a mirarlo y sonríe ligeramente—. Asi que Hogsmeade es el lugar donde te escapas, ¿eh? Te entiendo, las clases son un suplicio.

Para Arianne eran más que un suplicio, eran una verdadera pérdida de tiempo. Ya saben lo básico, ahora cualquier otro conocimiento puede ser aprendido con libros. Nada de clases, eliminadas las preocupaciones innecesarias.

Arianne se ríe y niega lentamente. No, ella no puede darse esos lujos, ha ido sólo una vez al Londres muggle, el resto del tiempo se la pasa en el castillo o a sus alrededores.

—Pues yo a diferencia de tí —le dice acercándose donde él estaba—, no tengo ese espíritu aventurero por lo que cuando me salto las clases, normalmente termino discutiendo con alguien.

Se encoge de hombros ante tal afirmación, no es de las que se interesa en los otros, si está aburrida no tiene problemas en molestar a alguien para poder animar un poco su humor.

—Como tampoco me gusta desafiar a mi padre, no necesito problemas con él.

Eso es verdad, cuando su padre se siente desafiado es como si colocaras a un muggle frente a él. Un peligro. Es capaz de lo que sea para volver a enderezar a la oveja descarriada.

—Asi que te imaginaras que no hago mucho cuando no entro a clases, pero cualquier cosa es mejor que estar escuchando a un aburrido profesor.

Las palabras de Kyle la hicieron sonreir. La idea de saltarse las clases le es interesante, siempre es bueno. Se acerca al chico y se inclina para mirarle desde arriba.

—Bien —susurra, ladeando la cabeza aún sonriendo—, si tu idea es interesante no tendré problemas en seguirte, Kyle.

No quería volver al castillo, le recordaba todo lo que le espera, todo lo que tiene que vivir. Pensar la ha cansado, tomarse el día será divertido y qué mejor si se le suma un chico guapo. Además, la idea de estar sola en un lugar que no conoce tampoco le es atrayente.

Arianne lo ve levanntarse y cruzarse de brazos. Bien, le estaba dando dos opciones: La cascada, que utiliza como lugar de relajación, y Hogsmeade, sitio en donde siempre termina irritada por los chiquillos dando vuelta. Sin embargo, es día de clases, no tendrían que estar los de tercero pululando por ahí, por lo que la respuesta es obvia.

―Me quedo con la acción ―dice ella, mirándo al chico a los ojos―, la que nunca viene mal, sobre todo si hace tiempo que no me salgo del Colegio.

Observa el lugar, tratando de orientarse un poco. Sí, podía tener buena memoria para poder devolverse, pero de ahí a saber llegar a otros lado es una historia distinta. Vuelve a posar su vista en su acompañante, evitando demostrar cualquier muestra de confusión.

―Te sigo ―le dice.

Arianne lo mira extrañada cuando lo escuchó hablar, sobre todo si le suma el hecho de que la tenía en sus brazos, pero cuando el comenzó a correr se dio cuenta de qué es lo que ocurría. Los árboles pasaban con rapidez al nivel de que ella no alcazaba a verlos con claridad. Se afirma del chico por acto de reflejo y pensó inmediatamente que tendría que dejar de salir del colegio. Bueno, a los segundos se había arrepentido de tal idea.

La velocidad comenzó a disminuir y a los segundos sentía como el chico la colocaba en el suelo. Algo mareada respira un par de veces antes de poder hablar.

—Interesante forma de andar —comenta, esperando que su estómago se afirmara nuevamente—, me imagino que loo que para tí son un par de minutos de "caminata" para mí serían horas, ¿no?

Observa el lugar e inmediatamente reconoce el pueblo cerca del colegio. Bien, oficialmente no habría clases ese día, por lo menos para ella y para el vampiro con el que se topó.

—¿Qué haremos ahora, Kyle?

Piedad. La palabra dicha por el vampiro resonó en la cabeza de Arianne, provocando que estuviera seria por unos segundos mientas medita. No, ella no siente piedad por el resto ,porque simplemente, no piensa en las otras personas. Y ahora, con lo que le tocó de destino las posibilidades de que su soberbia cambie son mínimas.

Observa como el fuego comienza a consumir el local de ropa. "Vaya, lástima por las prendas" piensa superficialmente y sólo atina a reir por su idea. Muy digno de ella pensar algo completamente fuera de lugar. Mira a Kyle arqueando una ceja, aceptando el reto. La palabra piedad no está, ni estará en su vocabulario.

Saca su varita y apunta hacia el lugar, al lado del dueño que ya se veía histérico. Ensancha su sonrisa y susurra:

—Confringo. —Y ve como la ventana explota en miles de pedazos. Arianne mira atentamente y sonríe para agregar hacia el dueño—. Everte Statum.

Logrando así que el tipo caiga por el ventanal roto, nuevamente hacia dentro. La chica de Slytherin se encoge de hombros y le dice a Kyle como si no pudiera creer lo que le había ocurrido al dueño del local:

—El muy idiota ha perdido el equilibrio.

Arianne miraba con una tranquilidad perversa la situación. Como Kyle congelaba el agua, como la gente comenzaba a gritar, mientras trataba de ayudar o en su defecto pedir ayuda. En una persona normal, en cualquier hechicero común, las palabras que salían de la boca de su acompañante serían horribles, a oídos de Arianne sólo son palabras que ha escuchado una y otra vez por su padre. Nada extraño para alguien que tendrá un futuro de ese estilo, un futuro destinado a destrucción.

Tenía muchas cosas que decir, pero sólo se limitó a sonreirle a Kyle y apuntar con su varita nuevamente a la tienda.

—Bombarda —susurra y ensancha su sonrisa al ver como la explosión hacía que la gente se estrellara contra el suelo. Vuelve su vista al chico para decir—: Entiendo lo que dices, lo he escuchado miles de veces.

Había estado lanzando hechizos también, sobre todo aquellos que habían decidido comenzar a mirar alrededor, buscando al posible responsable de toda aquella desgracia. Arianne rueda los ojos pensando que pierden el tiempo, con Kyle estaban bien escondidos y si uno intentara acercarse a ellos, caería casi de inmediato.

Sin embargo, se detiene al ver como su acompañante comienza a torturar a uno de ellos, al parecer era el que estaba siendo de más ayuda en ese momento. Con un morbo insano, se cruza de brazos y observa con atención, como los niños lloraban, como personas gritaban clamando misericordia a alguien que no pensaba darla, como otros se limitaban sólo a mirar. Arianne se preguntó si alguno de aquellos disfrutaba de esa situación tanto como ella.

La voz de Kyle la devolvió a la realidad, se voltea a mirarlo y se ríe ante las palabras de él.

—Claro que te entiendo, perfectamente en realidad. —Su voz sonaba suave, muy inocente para lo que se estaba viviendo—. Suelo ser así, doy sorpresas a los que menos se lo esperan. Además divertirse siempre es bienvenido.

Finaliza de hablar y vuelve levantar su varita. Kyle había terminado de torturar al tipo, por lo que Arianne decidió que nadie pudiera ayudarlo, con Expulsos cualquier persona que tratase de acercarse al torturado, salía volando varios metros.

—Aunque este tipo de diversión es nueva para mí —mira de reojo al chico y sonríe de medio lado—, pero creo que ya le estoy tomando el gusto.