Sin Amigos [LIBRE]

off¨// que mal no han posteado contigo, yo poste vale? ^^

on//

Nuevamente las pesadillas de aquella tragedia en Francia me atacaron al dormir. Me desperté de golpe y gritando, estaba sudada de todo el cuerpo y con el corazón latiéndome a mil por hora, froté mi rostro con mis manos temblorosas para poder despejar mis ojos y mirar hacia el vacío de la habitación, esperaba encontrarme sumida en el silencio y la oscuridad pero no fue así, en su lugar de eso, me encontré con una cantidad razonable de pares de ojos que me miraban con desdén y lástima. Había vuelto a despertar a mis compañeras de alcoba con mis traumáticos sueños. Me sentí avergonzada, pero a cambio de eso, las chicas me apuntaron con sus varitas y lanzaron un mismo hechizo: Aguamenti. Terminé con todo el cuerpo empapado incluyendo mis sábanas. Eso me sacó de quicio, me sentí con ganas de gritarles y pelear con ellas, pero no iba a rebajarme ese nivel por lo que sólo les respondí “Gracias, lo necesitaba”, fui hacia mi baúl y aprovechando la oscuridad de la habitación, me cambié totalmente de ropa. Tomé una manta y me envolví con ella, no quería que el golpe frío me provocara una pulmonía o resfriado, ya me sentía demasiado débil cómo para que ahora me arrebatara mi vitalidad una enfermedad.

Salí de mi cuarto y bajé por las escaleras –nuevamente una noche escribiendo mis memorias frente a la chimenea- pero me encontré con la sorpresa de que la sala común estaba habitada por un chico, recordaba haberlo visto en el gran comedor durante las comidas, alguna clase y obviamente dentro de la casa de Ravenclaw, más no sabía su nombre… no estaba de humor para volver a dormir, el agua me despertó por completo y mis pesadillas querías seguir atormentándome. Bajé en completo silencio lo que quedaban de escaleras y me coloqué a un lado del chico –a una distancia razonable- y le miré, parecí tener trabajo que terminar.

-¿Sigues despierto a estas horas?- le pregunté tratando de esbozar una simpática sonrisa.

Me gire un momento para ver quien me hablaba, era una chica, aunque no la conocia.
Bueno, estoy haciendo la tarea para la semana que viene.
Dicho esto se tomó un sorbo de café.
Por cierto. Dijo. ¿No serias tu la chica que estaba gritando antes, no?

Estoy en mi cuarto durmiendo cuando me despierto porque he oido gritos aparentemente procedentes del dormitorio de las chicas y, un rato despues, a dos personas hablando en la sala común.
Intenté dormirme de nuevo pero ya me era imposible y era casi la hora de levantarse asique me puse la túnica y baje a la sala común para esperar a la hora de la primera clase. Allí me encuentro el orígen de las voces.
-Hola-digo-Vosotros tampoco podeis dormir?
Me siento en el sillon junto a la hoguera.

Miré al chico enmedio de la sala común, teniendo su perfil iluminado por la chimenea que chisporroteaba ardientemente. Suspiré, era horrible ver que no podía acabar con sus deberes, así que me senté enfrente de él y me envolví con la manta que traía sobre mis hombros. Iba a preguntarle si deseaba que le ayudase con el trabajo para que descanzara un poco pero fue cuando ahí me preguntó si yo había sido la que había gritado en medio de la madrugada. Me sentí avergonzada de mi misma y asentí con timides, escondiendo mi rostro entre mi, aun húmedo, cabello. Odiaba que la gnte se viese afectada con mis problemas, no quería que se entrometieran pero tanpoco quería perjudicarlos. Si seguía con mis pesadillas constantes, pronto tendría que buscar alguna forma de estar sola en algun dormitorio desocupado y aprueba de ruido. Miré perdidamente el flamante color del fuego que calentaba e iluminaba la sala... eso era tranquilizador.

-Lamento si te molesté con eso, trabajo en ello para no seguir molestando a otros -noquería entrar en detalles.

De pronto escuché unos pasos en las escaleras que conectaban la sala con los dormitorios, miré instintivamente a quien se encontraba allí, era un muchacho joven, de segundo o tercer año, de cabello rojizo y mirada somnolienta. Otra al cual había despertado...

-Has acertado, pequeño -contesté a su pregunta apenas hubo terminado de hablar.

Cuando me dijo aquella respuesta, vi que pareciá arrepentida y avergonzada de lo sucedido.
Oye, no tienes de que avergonzarte, aveces, pasan esas cosas. Le extendí mi mano. Por cierto soy Grisco, Grisco Silence, mucho gusto. ¿Cual es tu nombre?
Minestras decía eso, vi a un alumno bajar las escaleras a toda prisa, y preguntando si se podía sentar, yo le respondi. Claro que si, este es un pais libre.

Espero su respuesta al entrar y la chica me contesta que si.
Ah vale. Yo esque no podia dormir y he escuchado un grito en el dormitorio de las chicas y me he asustadoExtiendo mi mano.Soy Makoto. Si, nombre raro, lo sé. Esque mi madre era japonesa y le gustaba ese nombre.