Cómo de costumbre, la inquietante vitalidad de mis compañeros me tenía agotada, buscando apartarme de todo eso, comencé a buscar un lugar tranquilo, rápidamente me dí cuenta que dentro no iba a encontrar ese lugar. comencé a caminar por los pasillos, lentamente, cuando escuché unos ruidos, eran alumnos que huían de la nieve, ahí está! pensé inmediatamente, con esta nieve pocos querrán salir, el lago estará sólo para mí, sin pensarlo dos veces me dirigí hacia allí.
Lo que encontré fue maravilloso, era una vista más hermosa que antes, ni el frío podría destruir ese momento, acompañado de un silencio aterrador, sin embargo, ese mismo silencio me atraía más y más al lago, por alguna extraña razón, me dirigí hacia él, sin percatarme que mis pies estaban ya dentro de él.
así seguí y seguí avanzando, hasta que sentí un fuerte apretón de manos que me hizo entrar en razón, me di vuelta y le miré detenidamente. Tú eres? pregunté inmediatamente.