El peón busca a la reina, ¿La has visto?... (Mei)

No me gusta estar tanto tiempo solo, pero la sala comùn es tan bulliciosa, que no me deja estar tranquilo.... La verdad es que no le ponía mucha atención al libro que leía, eran demasiadas cosas en mi cabeza... Hacía frío y las hojas se ponían de un color rojizo y marchitado. Un impactante color dorado con aroma a húmedad por las lluvias impredecibles. Ya era tarde, el sol se ocultaba en el horizonte, haciendo que la temporada otoñal se pusiera aun más admirable con sus tonos característicos.

El puente estaba lleno de polvo, con una hermosa vista por ambos lados. Suspiré y cerré el libro y lo puse bajo mi brazo. Me recargué en el barandal e incliné la cabeza, casi pareciendo que iba a caerme. Necesitaba despejar mi cabeza, eran demasiadas dudas rondándo mi mente desde que regresé a Hogwarts.

No he hayado nada sobre ellos... empiezo a creer que talvez corrieron por una suerte diferente a la mía..., pensé tristemente cuando dejé mi cabeza colgando por el barandal, haciendo que mi cabello de un extraño tono cobre cubriera mi rostro. Estaba frustrado por la falta de respuestas a las preguntas más indispensables de mi vida.

-¡Ay, Grabriela...! Ojalá estuvieras aquí, me vendría bien tu ayuda ahora... -dije con voz melancólica al recordar a aquella dulce niña, la primera en acogerme cómo de su familia, haciendo que volviera a creer en la libertad, recuperando mis esperanzas de vivir una vida mejor.

Caminaba por los alrededores, hacia frio y me habia puesto un abrigo para poder cubrirme mejor y no pescar un resfriado, mis dedos estaban frios al igual que la punta de mi nariz que seguramente estaba tan roja como una cereza, eso me disgustaba un poco, pero aun asi no quise darle mas vueltas al asunto. Finalmente mis pasos me llevaron al puente del castillo, algo me decia que encontraria algo interesante en ese lugar, cosa que realmente dudaba ya que era solo un viejo puente, pero aun asi decidi cruzarlo para salir de dudas.

Mire a la derecha...hermosa vista pense mientras me quedaba parada mirando un poco, pero a los pocos segundos comenze a emprender el paso hacia delante pero sin quitar mi vista del paisaje, mala idea, lose y no tarde mucho en arrepentirme de no mirar al frente ya que mi pie se atoro con una tabla suelta y casi me caigo al suelo, pero solo di un par de trompicones haciendo un poco, no mas bien bastante ruido -Debo aprender a poner atencion a lo que hago - me dije a mi misma suspirando ya que nuevamente casi termino en el suelo.

Tan perdido estba en mis pensamientos que incluso créi estar soñando despierto, cuando de pronto, un terrible sonido me retumbó la cabeza, haciendome volver a la cruda realidad. Miré por ambos lados, estando un poco confundido por lo que había pasado mientras divagaba por mi mente. Cuando me di cuenta de la causante del alboroto, sonreí dulcemente y reí para mis adentros. Era tan sólo una chica, apenas de mi edad que tropezaba con los tablones del puente. Me acerqué a ella para ayudarla, por si se habúia lastimado, tomé de su hombro y le hable caballerosamente para no asustarla. No sabía si le gustaba que la gente llegara de prnto con ella.

-Disculpa, pero... ¿Estás bien?, veo que te tropezaste -dije tratando de cruzar miradas con ella, pero lo único que veía era su cabello largo y fino.

Parecía ser una chica muy agradable y algo torpe. Me daban gracia y simpatía las chicas con esas caracteristicas, por lo general solían ser muy agradables. Esperaba que ella también lo fuera.

Senti como alguien me tomaba por el hombro y me hablaba, aunque al principio no gire para verlo ya que estaba avergonzada de que alguien me viera en mi momento de verguenza, que no era para nada agradable, en fin tendria que hacerle frente alguna vez asi que quitandome el cabello que me caia en la cara gire la cara para ver quien me hablaba. Por unos segundos me quede sorprendida, el...tenia algo que no habia visto en nadie mas, por alguna razon crei que habia enconctrado algo que me faltaba. Me quede mirando sus ojos por unos instante tratando de encontrar algo en ellos que me diera un indicio de este nuevo sentimiento.

-Si...estoy bien, me pasa amenudo - le dije con vacilacion, cosa que me sorprendio a mi misma ya que no era asi, por lo general hubiera dicho algo asi como "estoy bien gracias" de manera hasta un poco grosera, pero no definitivamente algo raro me pasaba con este chico....cierto ni siquiera sabia su nombre, pero a juzgar por su ropa tambien era un Gryffindor, aunque no lo habia visto nunca por la torre -Yo soy Mei Lupin....tu quien eres? - pregunte nuevamente con esa vacilacion que era muy rara en mi.

¡...!. Algo... algo me hiso estar más atento. Cuando mis ojos se cruzaron con los de ella, sentí un flamazo que se produjo en mi estomago, avanzándo hasta mi pecho, avivandose cada vez más. La chica parecía estar igual de sorprendida que yo, aunque no sabía si del mismo modo. Respiré un poco, ya que la sorpresa me había dejado sin aliento. Ya comenzaba a jadear ligeramente cuando recobré la coordura. ¿Quién es ella?, pensé intensamente en mi mente... algo... era algo en ella que no me dejaba tranquilo, algo que me hacía pensar más de la cuenta, pero no sabía que era y me frustraba. Mi pregunta anterior se respondió cuando ella habló para presentarse.

Tenía que admitirlo, su nombre era tranquilo y sonóro. Sonreí un poco y entrecerré mis ojos. Riendo para mis adentros. Me incliné para verle las manos, tomé una de ellas con cuidado y la besé para presentarme de manera más formal. El toqué gélido de su piel hiso que se me erizara la nuca.

-Soy, Gabriel McLeonard, es un gusto conocerte Mei Lupin -repetí todo su nombre para grabarmelo bien. Lo necesitaría... Todo un gusto conocerla, pero... ¿Por qué?

Volvía a cruzar la mirada con ella... me atraían sus ojos, como un imán, algo en ellos me llamában a gritos, insistían en que me quedara observándolos más tiempo, ¿Podría encontrar algo hay que fuese de ayuda? ¿Por qué no dejaba de verlos?. Demasiadas preguntas saltában por doquier en mi cabeza.

Me dijo su nombre pero apenas pude escucharlo, gracias a que estaba muy distraida mirandolo a el y cada uno de sus gestos, todo lo que hacia por alguna razon queria grabarlos en mi mente cada uno de ellos, cuando tomo mi fria mano y dejo un beso en ella una corriente me recorrio toda la columna vertebral y un leve sonrojo cubrio mis mejillas. Mordi mi labio inferior mientras miraba sus ojos -Por que...que? - le pregunte en un hilo de voz que apenas si podia salir de mi boca.

Sus ojos sobre los mios tratando de penetrar dentro de mi interior y yo queria hacer lo mismo con el, ¿que diablos era lo que me pasaba?¿Por que no podia apartar la mirada de sus ojos tan parecidos a los mios? debes apartar la mirada de el, pensara que te dejo deslumbrada pense, pero era cierto, me habia dejado mas que deslumbrada, estaba hipnotizada por el.

Separate mas de el volvi a pensar y le ordene a mi cuerpo que se irguiera y se alejara un poco de el pero no me obedecia, era como si me tuviera capturada. Tienes que reaccionar me ordene a mi misma dandome un golpe ligero pero lo suficientemente fuerte como para salir de aque trance en el que me tenia.

No, No lo entiendo... ¡No entiendo!. Me debatía conmigo mismo miestras la veía fijamente, con la mirada perdida en la profundidad de sus ojos tan iguales a los mios. Aunque noté algo que me distrjo de mi busqueda. Era su intensa forma de apartar su vista de la mía, pero parecía no conseguirlo. Suspiré, cerrándo mis ojos, liberándola de la hionizis de mi mirada. Sonreí para calmar la tensión entre nosotros y reí ligeramente. Esto es lo m´s extraño que me ha pasado hasta ahora, me dije. Apnas volví a abrirlos cuando con la otra mano busqué la de ella. No sabia por que, pero era una atracción tras otra. Una conexión espotanea y anosiosa.

-Estás helada -le dije mientras frotaba sus manos con las mías, cubiertas por los guantes negros que traía-, permiteme.

La solté por unos momentos para desnudar mis manos y cubrir las de ella, tan fragiles y finas. Parecían manos pulidas de una muñeca, valiosa de porcelana. Más bien, lo és, corregí mi pripia idea mientras volvía a fortar sus manos, ahora abrigadas por mis guantes... no parecían quedarle mal, apenas se le veían grandes.

-Mira, te han quedado casi perfectos -recalqué una vez más, cómo si fuese la gran cosa.

Depues de haber salido del trance en el que estaba, senti inmediatamente como me tomaba la mano uniendolas, me soprendi, pero no me molesto que lo hiciera, es mas me habia gustado que lo hiciera, extraño pero queria tocarlo y que el me tocara, pero que estas pensando? me dije a mi misma, no podia pensar asi de alguien que apenas conocia, pero asi era. Al parecer mi gelido tacto no le habia agradado, pero antes de que dijera algo froto sus manos cubiertas por guantes con las mias. Me solto y quise decirle que no lo hiciera, pero me resisti a hacerlo, ademas el inmediatamente cubrio mis manos con sus guantes que se encontraban calidos gracias al calor que guardaban.

-Si...es lo que puedo ver - le dije al notar que sus guantes me quedaban casi a la perfeccion, no lo pude resistir, me pare en la puntas de mis pies para alcanzarlo y le di un pequeño beso en la mejilla dejandome llevar por un gran impulso que tenia - Gracias

¡...!. Sonrojé... era increíble aun pra mi, no entendía nada de la situación pero me resultaba agradable. Apesar de tener las mejillas sonrojadas y sus manos atadas a las mias, sonreí por su besó y reí un poco nervioso aunque era más la costumbre que nada. Más agradable aquella chica no podía ser. Por unos segundos creí que se arrepentiría de su acto pero después de esperar un tiempo, aquello no pasó, tan sólo címos en lo mismo de antes: mirarnos hasta perdernos en la profundidad de nuestras pupílas. Volvía reí y la abracé. No era un abrazo de amigos... era algo más intenso que eso, era un afecto diferente al amor o por lo menos de la rama del amor. No podía estar seguro, era demasiado extaño para mi.

-Se nota que eres una chica muy agradable, Lupin -dije con voz suave, apenas recargándo mi mentón sobre su cabeza-. Todos te han de decir esto, supongo -intenté buscar algo más que decirle pero no se me ocurría nada mejor.

Me separé ligeramente de ella para ver su rostro... sentía como si me mirara en un espejo, un espejo que me mostraba una segunda realidad, una dimensión que se cruzaba con la mia. Sus facciones eran tan finas cómo las mias y su sonrisa hacía la misma curvatura que mis labios al sonreír. Talvez sea coincidencia, me dije, Pero... las coincidencias no existen, sólo... sólo lo inevitable....

Después de admirar sus gestos un poco más, me atreví a besarle la frente, cómo quien besa la frente de un hijo o un hermano. Por mi mente pasó la imagen de Gabriela, intentándo asimilar los mismos sentimientos con ella, pero eran totalmente diferentes.

-Lamento... estar aquí deteniendo tu tiempo -dije bromeando sin soltarla-, pero ¿Puedo preguntar a donde ibas?

Mi voz era inocente y atractiva, algo extraño en mi carácter. Tan sólo buscaba ¿PRETEXTOS PARA HACERLA ESTAR CONMIGO MÁS TIEMPO?

Me abrazo!!, no me lo podia creer, ahor sus brazos me estaban rodeando, esto no era posible, como es que habia terminado asi....solo recuerdo haberlo besado y haberme perdido en sus ojos similares a los mios. de echo muschas cosas en el eran similares a mi. Nunca habia recibido un abrazo tan cargado de emociones, de diferentes tipos de emociones tan intensas, me sentia querida y protegida entre sus brazos. Cerre los ojos mientras que mis manos lo rodeaban aspirando su aroma un olor que me gustaba bastante y que me estaba embriagando los sentidos.

Escuche su voz melosa entrar en mis oidos o mas bien endulzandolos -Tu tambien debes ser una persona realmente agradable - le dije como pude ya que tenia mi cara oculta entre sus ropas hasta que se separo de mi un poco y se me quedo mirando un poco, la verdad era que estaba mas que sorprendida por su evidente parecido y cuando beso mi frente nuevamente mis mejillas se tornaron de color rojo como el de una manzana y al escuchar su voz que me incitaba a quedarme a su lado pense que era innecesario ya que sentia gran curiosidad hacia el.

-No, en realidad no tengo nada que hacer - le dije mientras trataba d aguantar las ganas de tocarlo, pero no pude, levante una de mis manos y con mis dedos delinie cada faccion de su rostro que parecia esculpido, su piel era suave, su frente, su nariz, sus ojos, su mandibula todo lo recorri hasta llegar a sus labios que eran tan finos como los mios. Mi pulgar se encargo de tocar sus labios suaves y con un ligero color rosado al igual que yo -Si no fuera por que se que no tengo diria que eres mi hermano

Sentí cómi delineaba mi rostro con delicadeza, cómo si tratara de identificar cada parte de mi cara, grabarla. Supiré y volví a reír, pero me dió más gracia verla sonrojada cuando besé su frente. Era adobale y dulce, amable y muy simpática. No era parecida a ninguna otra chica que hubiese conocido y no importaba cuanto me esforzara, el sentimiento que explotó de pronto con ella era totalmente diferente al cariño que le llegué a tener a Gabriela, no cabía duda. ¿Amor a primera vista?, talvez... no podía estar seguro, pero lo que si sabía era que ella me hacía sentir completo... era ese algo que aun no podía identificar. Era un sentimiento único.

-Ja ja ja ja -reí muy divertido por su comentario-, sería divertido eso ¿No?

Me separé unos momentos de ella para volver a recargárme en en barandal, dejándo que el viento otoñal me golpeara el rostro, haciendo que me despeinara más que nunca. Disfrutaba los días ventosos más que otra cosa. Tan fuerte era ese ventarrón que la cadena que rodeaba mi cuello, donde colgaba un relicario y un pequeño dije, tintineara cómo campanillas.

-¿Sabes guardar un secreto, Lupin? -me volví a su rostro con una sonrisa, intentando hacerle despertar curiosidad por lo que quería decirle.

Tanteé mi mano por mi pecho para sujetar el relicario y el dije de plata. Mire aquellos objetos sobre mi mano por unos momentos, dando una media sonrisa antes de volver a mirar a mei para que respondiera a mi pregunta. Por lo general no tengo esa confiaza de hablar con la gente, ¿Por qué con ella es diferente? ¿Enserio será amor a primera vista? Seguro Gabriela sabría la respuesta...

-Divertido? en que sentido? - le pregunte mientras sentia como se apartaba de mi y una vez mas quise decirle que no me soltara, no sabia la razon de por que me hacia sentir asi, sentia que me hacia falta, era algo que no me explicaba no entendia como me era posible sentirme asi por el a quien acababa de conocer....acaso era amor? no, no podia serlo, por lo menos eso era lo que esperaba. Su cabello se revolvia con el viento que le daba en la cara dandole un aire...sexy? o por dios! deja de pensar esas cosas me reproche a mi misma.

Escuche un pequeño tintineo que provenia de muy cerca, pero no sabia de donde venia exactamente y luego cuando dijo que si podia guardar un secreto desperto mi curiosidad, lo que no me gusto fue que me llamara por mi apellido en lugar de mi nombre -Mei...dime Mei - le dije con la cabeza algo gacha pero sin dejar de mirarlo, es que no podia despegar mis ojos de el -Dime, te prometo no decir nada a nadie - respondi para que me dijera y me tuviera confianza ya que nunca me atreveria a revelar un secreto.

Sonreí al verle el rotro de confusión y curiosidad. Me recordaba mucho a mi de pequeño cuando no entendía las cosas. En especial cuando los demás me guardaban secretos y sorpresas; era muy divertido, no podía parar de sonreír al verla, era extraño y placentero al mismo tiempo. Suspiré nuevamente y ordené mis ideas antes de hablar con ella. Sentía que debía contarle, había una extraña confianza dentro de ella que me llamaba la atención y me invitaba a hablarle. ¡Qué día tan más extraño!, me dijé al ver el dorado atardecer, el ventarrón en el rostro y la chica que me acompañaba por casualidad en el puente polvoso y viejo.

-Mira... -me quité la cadena y la coloqué en sus manos-, dentro del relicariohay una chica conmigo y gracias a ella estoy aqui ... ella me enseñó todo lo que sé y tengo una nueva vida... -dudé antes de continuar-. Te contaría toda la historia, pero no me gustaría arruinar tu sonrisa con penas ajenas. Iré al grano... a mi me adoptó un auror, y desde siempre he querido saber de mi familia biologica, pero lo único que tengo es ese pedazo de plata que acompaña al relicario, está muy desgastado y viejo... no me sirve de mucho, pero estoy seguro de que está alguien de mi sangre por hay, estoy seguro... por eso dije que sería gracioso eso de ser tu herman; no me importa esperar más en encontrar todas las pistas, sólo quiero saber de donde vengo...
le sonreí para hacerla sentir bien, por lo geberal causaba lástima al contar mi histroia, por eso siempre me guardaba las cosas con los demás.

-Lamento estar diciendote todo esto... ja ja ja, ni se si te interesa -aunque si estaba muy molesto conmigo al contarle aquello a Mei, no podía mostrarlo en mi rosto ni en mi voz.

Me extendio un pequeño relicario mientras me decia todas esa cosas que le habian pasado, me senti triste por el, por todo lo que seguramente habia pasado al estar lejos de su verdadera familia, me preguntaba quien era esa chica, pero no queria hacerle recordar aquello tan triste a el. Me acerque a el y lo rodie con mis brazos para transmitirle lo mucho que sentia lo que el habia pasado -No soy muy buena con las palabras, pero siento lo que te paso - le dije y luego me separe un poco de el para verlo a los ojos nuevamente -Estoy segura que encontraras lo que andas buscando y si quieres que te ayude en algo, lo que sea dime y hare lo posible por ayudarte - le dije con una sonrisa ligera esperando que se sintiera mejor y que entendiera que lo ayudaria en todo lo que pudiera.

Bueno... ¿Ahora qué?, me preguntaba cuando oí que sentía pena por mi, talvez me presipité en contarle algo tan personal. No pude evitarlo, internamente me sentía muy molesto... Actuó cómo un idiota, ¿Qué me pasa hoy?.... Surpiré para dar mi mejor sonrisa y abrazar a Mei nuevamente. No podía molestarme estando con ella. Éste no era yo, simplremente no era mi forma de ser, estaba cofundido y con una jaqueca de la cual no me podía librar.

Tomé nuevamente la cadena y la volví a colgar en mi cuello, y otro ventarrón nos atacó pero éste era más fuerte que los anteriores, además venía acompañado con polvo, tierra y hojas secas. Comencé a reír, gracias al viento feroz me sentía despejado de mis dudas. Aunque tuve que abrazar a Mei para que el viento no le golpear la cara; la rodeé por completo, escodiendo su rostro en mi pecho, acurrucándola cómo a una niña pequeña.

-Creo, que no pude salvar tu cabello -dije tratando inutilmente aguantar la risa.

La tomé de los hombros y la senté a mi lado, almenos el viento no nos golpearía tan fuerte; la senté frente a mi y comencé a desenrredar su cabello largo.

De pronto el viento llego o mas bien una gran ventisca que sacudia todo a su paso y venia cargada de polvo y una que otra hoja, iba a comenzar a toser, pero el me cubrio por completo para que no me diera en la cara. Mis ojos se abrieron de par en par y mi corazon latio un poco mas acelerado de lo normal. El estar alli con el de esa manera me revolvio algo dentro de mi que no sabia que era. Mi cabello habia sufrido los daños, estaba todo alborotado y seguramente me veira muy graciosa, pero nadie me habia mandado a tenerlo tan largo.

Lo siguiente no me lo espere, me tomo de los hombros y me sento frente a el y comenzo a desenredar la maraña que tenia por cabello -E pensado en cortarmelo, talves lo haga, asi me quitaria este tipo de problemas - le dije mientras agachaba la cara para que no viera el notable sonrojo que llenaba mis mejillas y mordio con un poco de fuerza mi labio inferior mientras juntaba mis manos y las unia nerviosamente, no sabia lo que me pasaba con el y queria saberlo.

-¿Cortartelo?, no... no lo hagas, me gusta cómo lo tienes -dije con una sonrisa miestras seguía arreglándo su cabello-, mi hermana menor tiene el cabello casi tan largo cómo el tuyo y cómo soy él que pasa más tiempo con ella, me vi obligado a aprender a peinarla -comencé a relatar cómo si nada, nuevamente sintiendome a gusto con su precensia-, debo admitir que al principio me sentía cómo un idiota, pero a ella le gustaba así que...

Dejé al aire mi última palabra, había terminado de desenrredarlo, cuando comencé a recordar la forma de trenzar el cabello, no era muy bueno, incluso mi hermana lo decía, pero había ocasiones que por milagro, lo hácía bien y esperaba que esta fuera una de ellas.

-¿Sabes? Te puedo asegurar, incluso jurar que éste no soy yo, no sé, no me siento cómo yo mismo... es extraño, incluso para mí -suspiré mientras hacía las últimas trenzadas-. Es que, por alguna extraña razón, siento cómo.... siento que ya te conocía desde antes... -sacudí mi cabeza para tratar de concentrarme en lo que decía-. No me hagas mucho caso, estoy loco -reí alegre.

Había terminado de peinarla y me hehcé para atrás, recargandome en el barandal del puente, suspiré satisfecho y con una sonrisa.

-Creo que de peluquero peinar, o cómo sea que se llamen esos... no me muero de hambre -bromeé, reuperando mi antigua alegría normal.

Cuando menciono que le gustaba me senti feliz por ello, e hizo que me me sonrojara mas si es que era posible hacerlo y luego escuche como hablaba de su hermana, lo hacia con mucho cariño asi que pense que la debia de querer mucho, por la forma en que hablaba de ella se le notaba. Sentia sus dedos pasar por cada una de las hebras de mi cabello, cerre los ojos para sentirlo mejor, era una sensacion muy agradable y hasta de cierto modo reconfortante, no podia pensar en nada, solo me dejaba guiar por la sensacion que me brindaba.

Hasta que lo escuche hablarme y puse atencion a lo que me decia mientras abria los ojos lentamente -Se a lo que te refieres, me pasa lo mismo a mi, yo tampoco soy asi, soy...diferente de como estoy aqui contigo, pero estando contigo me siento diferente como si fuera otra y tambien tengo la sensacion de que te conosco de antes - le dije mientras sentia como dejaba de tocar mi cabello por lo que supuse que habia terminado de peinarlo.

Me hice un poco hacia atras recargandome en su pecho, esperando que no le molestara, estire mis manos hasta poner una en cada mejilla para hacer que me mirara -Por supuesto que no creo que estes loco, es mas si tu lo estas entonces creo que yo tambien - le dije con una pequeña sonrisa, ya se me estaba pasando un poco la verguenza que habia tenido hasta hace poco -Si, creo que serias un exito - le dije siguiendole la broma.

sonreí ampliamente cuando tomó mi rotro y comenzó a hablar acerca de nuestra locura espontanea. Tanto me concentré en ese comentario que olvidé scontinuar la broma del peluquero. La abracé con cariño y jugué con unos de los mechones que se habían escapado de la trenza que por obra del cielo, me había salido bien. Respiré profundamente y recargué mi mentón con delicadeza sobre su cabeza. No sé, que pasa, pero me está agradando, talvez si sea amor a primera vista... es linda, simpática y muy adorable... ¿Qué más podría uno pedir?. Reí para mis adentros, haciendo que se sacudiera un poco mi cabello, suspiré y cerré mis ojos, dejándo que aquella extraña sencacón me inundara por completo.

-Soy tan grosero -dije un poco avergonzado-, he estado hablando de mi todo éste tiempo y no te he dejado hablar -terminé viendole nuevamente a los ojos.

La verdad es que tenía mucha curiosidad en saber más de ella. Puse la mejor cara curiosa que podía, pero otro ventarrón nos quiso atacar, más estando en el suelo, nos logramos salvar de una bocanada bien surtida de polvo, tierra, ramas y hojas secas. El viento se volvía más helado. Me quité la chaqueta que me abrigaba y la coloqué sobre el cuerpo de Mei para abrigarla. Estabamos demasiado comodos cómo para levantarnos y caminar de vuelta hacia el castillo, o por lo menos por mi parte.

Me abrazo y no pude contener la sonrisa que se reflejo en mi rostro, realmente me sentia muy comoda con el de esta manera, en el suelo abrazados, nunca me habia sentido de esta manera y menos con un extraño que acababa de conocer, pero no le estaba prestando atencion a lo que estaba haciendo realmente, solo me dedique a disfrutar del momento que estaba teniendo con el. El se puso a jugar con mi cabello y yo dejaba que su aroma penetrara en mi interior nublando mi juicio por unos momentos.

-No eres grosero, por lo menos yo no lo creo, de hecho eres mucho mas amable que la mayoria de los chicos de por aqui - le dije con una sonrisa de lado mientras deslizaba mis brazos para rodearlo cuando el me puso encima su chaqueta, realmente estaba muy comoda y no me apetecia levantarme - Pues...que te puedo decir, nose realmente, mi vida no es muy interesante, asi que dejare que me preguntes lo que quieras - le respondi mientras me acomodaba mejor recargando mi cabeza en su hombro dejandome llevar por el momento dejando de lado todo lo demas.

Crré los ojos y escuche mientras hablaba, reía d moentos cómo era mi costumbre yy continué hugando con los mencohes sueltos de su cabello. Pensaba que preguntarle, pero estaba tan feliz en ese peueño espacio inesperad que casi olvidaba nuestra coonversación. Sacidí mi cabeza y aclaré mi garganta. Miré haia en frente. viendo cómo el cielo se oscurecía cada vez más comforme avanzaba el dorado atardecer hacia nuestras espaldas. Intenté localizar la constelación de geminis miestras pensaba en algo que preguntarle.

-Pues... no sé -dije dudoso-, cuentame algo de cuando eras niña, me da curiosidad sabr tus travesuras, para... estar prevenido (?) -bromeé al final.

Quería evitar por completo todo recuerdo de mi pasado. No quería que saliera nada a flote, no quería arruinar el momento y muchomenos la sonrisa de Mei que me causaba tanta alegría. ¿Así se siente el amor a primera vista?, me pregutaba constantemente con mucha felicidad en mi interior, Si es así, me alegro haberme encontrado con ella....

Mientras esperaba a que ella contestara, yo intentaba recordar la melodía que desde que tenía memoria, resonaba en mi mente cada que estaba triste o feliz, cuando estaba sólo en aquel gallinero sucio y mal trecho, una melodía alegre y melancólica al mismo tiempo, una canción que jamás olvidaría. Una melodía que, la única quien la había escuchado completa era Gabriela. La que cantaba con ella todas las noches que me visitaba, una vez que logré hacer que se la aprendiera, la responsable de que me ganara el apodo de grillo.

-Pues....cuando era pequeña no hacia travesuras, e hecho mas travesuras ahora que antes - conteste riendo un poco recordando las multiples cosas que habia hecho desde que habia entrado a Hogwarts y no todas ellas eran muy inocentes -Ten cuidado no te vaya a saltar encima y hacer algo que no quieras - bromee recuperando algo de esa picardia que siempre me acompañaba y que hasta el momento se habia mantenido oculta pero finalmente estaba saliendo.

Miles de sentimientos me abordaban, muchas sensaciones que no habia experimentado con nadie antes, cosas que me removian por dentro y no sabia a que se debian, no estaba segura de que era esto que sentia que crecia en mi interior, lo que si sabia era que me gustaba, me agradaba bastante y no queria dejar de sentirlas por nada del mundo. Amor...podria ser, pero no estaba segura, solo podria comprobarlo de una manera, pero no podia hacerlo, temia que se apartara y me dejara sola arrebatandome estos nuevos sentimientos que crecian en mi.

-Yo tenía la confianza de que no fuera así, ahora veo que me he equivocado -dije un poco exagerado para hacerla reír-, no me gsutaría que me aplastaras de repente, pero te advierto que aprendo las reglas del juego muy facilmente.

La abrecé aun más contra mi ye pellizque sus mejillas hasta sacudrilas; por lo general eso solía molestar a muchas pero yenía ganas de ver hasta donde podría bromear con ella, no quería hacerla sentir mal y provocar que se alejara de mi, ahora que me sentía tan completo y feliz con ella. Y sigo sin saber la razón, aunque creo que prefiero que se quede así... Me causaba tanta risa la forma que tomaba su rstro cuando la sacudía. Más parecían un niño de siete años molestando a su hermanita de cinco. Me gustaba jugarle travsuras a los otros y eguro me divertiría con ella desde ahora en adelante.

-Si pudieses ver tu cara ahora -dije pero al final la solté y reí con mucha fuerza-. Bueno... ¿Qué más puedes contarme? si no, me veré obligado a pelliscarte las mejillas de nuevo.

Pasé una de mis manos a su rostro para despeinarle el fleco que casi le cubrian los ojos. Éste si soy yo, me dije con una sonrisa, me alegro de haber vuelto a la normalidad...

-Obviamente no me entendiste, pero bueno mejor asi - dije entre risas justo antes de que me tomara de las mejillas para sacudirlas como si fuera una niña pequeña con la que estuviera jugando -Waaa noo mis mejillas - le dije mientras trataba de hacer que parara tomando sus manos con las mias hasta que por fin pude lograrlo solo dejando las risas que salian de mi y es que estaba muy divertida en este momento y al parecer el habia sacado su lado travieso. Le sonrei una vez mas y luego le di un beso en la mejilla justo antes de regresar a mi anterior posicion cubriendo mi cara con mis manos ya que estaba sonrojada....nuevamente un impulso se habia adueñado de mi cuerpo, aunque no me arrepentia de haberlo hecho ya que me habia gustado hacerlo, pero esperaba que no se molestara conmigo -Te lo adverti - susurre esperando que no me escuchara.

-Soy más listo de lo que paresco ¿No? -dije sonriendo de forma galante.

Calmé mi risa y recobré la calma por un rato, buscaba el rostro de mei para poderle ver los ojos nuevamente. Así que tuve que (prácticamente retorserme) acomodarme para poder estar a su altura, quitarle las manos del rostro y darle un beso en la mejilla, intentando así hacerle saber que no me importaba su comportamiento conmigo, sonreí ampliamente y pellizqué su nariz.

-Lamento haberte hecho sonrojar, pero me agrada mucho verte así, además de que logro hacerte reír, que es lo más importante -comencé a hacerme el interesante-, por que, veras, soy un gran comediante...

Me acurruqué con ella en brazos como si fuese hija mia y comencé a tararear la melodía que desde muy pequeño tenía grabada en mi mente. Mientras la noche caía sobre nuestros cuerpos abrazados, ocultos por mi chaqueta. Suspiraba en momentos cuando intentaba recordar el tono correcto de la canción. Recordaba entre esos susurros las veces que jugaba con Gabriela asó cómo lo hacía esa vez con Mei. Era mi única fuente de alegría y risas en aquel martirio de prisionero que viví en toda mi niñez. Aun no me atrevía acantar la letra, así que sólo continuaba tarareando.

-Eres muy adorable, Mei -dijecon sinceridad-, pero si sigues oculta, no verás lo que veo en el cielo ahora.

La noche cayó más rápido de lo que había calculado, unas cuantas estrellas brillantes, plateadas adronaban el muy conocido manto nocturno. Era sublime lo que admiraba y apenas me di cuenta, una estrella fugaz salió, recorriendo el cielo de cabo a rabo. Seguida de ésta, salió otra más, y luego otra.... y otra...

-Una... una lluvia de estrellas... -dije fasinado