Otra noche sin dormir [Arianne Sinclair]

Como cada noche de esa semana en la que dejé de saber de mi madre, volví a venir a una de las salas vacía que habían en el colegio. Entraba en ella, y practica hechizos, escribía, dibujaba... era como mi habitación.

Esa misma noche llegué y entré de nuevo. Saqué mi varita y creé una persona de madera, para practicar hechizos, cuando oí unos pasos acercándose...

No podía dormir, simplemente no podía, tantas cosas que pensar, tantos problemas por resolver, siempre tanto. Arianne bufa molesta consigo misma, no puede ser que todo se haya complicado de esa manera, que todo esté cambiando a tal nivel. Se levanta de su cómoda cama y se viste con la ropa que tenía a los pies de su cama, con su varita en alto y sabiendo que se está saltando las reglas de nuevo, sale de su sala común a caminar por los pasillos y salones vacíos del colegio.

Llega a un lugar que no había visto con anterioridad, aún se sorprende cada vez que esto ocurre, tantos años en el colegio y siguen apareciendo pasillos que no ha recorrido. Abre una de los salones que por lejos se ve abandonado y se encuentra cara a cara con un chico que había visto en clases. Roswel, lo reconoce al recordar el hecho de que el chico corrigió al nuevo profesor de Encantamientos.

—Buenas noches... —dice ella, inmediatamente al recuperarse de la sorpresa de verlo tan repentinamente—: querido.

Me giré al oír los pasos y seguidamente oí una voz femenina que me saludó. - Buenas noches respondí yo- Entonces seguí, - me suenas bastante, te he visto por clase verdad?- Le pregunté mirándole. - Bueno, de todas formas, soy Chuck Roswel, con una "l". Lo digo porque mucha gente se suele equivocar.- Le dije justificándolo. - Y tu... eres?- pregunté con una ceja levantada.

Arianne sonríe ante las palabras del chico y asiente, dándole a entender que lo sabía.

—Recuerdo la clase de encantamientos, querido —dice para acercarse a él y estirar su mano para presentarse—. Soy Arianne Sinclair, el gusto es tuyo Chuck Roswel.

Observa a su alrededor y se da cuenta que el lugar parecía más habitado de lo que se veía en el exterior. Al parecer es muy común que el chico se pase por ese salón.

—¿Puedo saber qué haces acá tan solo? —pregunta con voz melosa, su curiosidad es mayor que su arrogancia, puede dejar de lado ese punto para saber las cosas.

Chuck tras la pregunta de Arianne, con cara de complicidad le contesta: - cosas malas... - sonrió de forma inocente, y le preguntó: - y tu? que haces tan sola por estos pasillos.... a estas horas de la noche?- la miré, levanté una ceja y seguí preguntando: - Ibas a ver a alguien?-

La chica se ríe por la respuesta que ha recibido, pero no insistirá con el tema por ahora.

—Para nada, me gusta conocer el colegio sin tener que toparme con alguien —responde caminando por el lugar, observándolo con tranquilidad—. A veces la compañía se vuelve indeseada.

Mira al chico, preguntándole indirectamente si debía ella marcharse. No le apetece estar cerca de alguien que en realidad lo que menos quiere es tener compañía, aunque sabe que la de ella no se puede comparar con la de otras chicas.

Tras escucharña dije: - Sí a veces se vuelve indeseada... menos mal que aún no me ha pasado - Se quedó callado y luego siguió: -En verdad.... estoy practicando hechizos. Llevo una semana sin dormir porque no se nada de mi madre - me quedé callado, mirándola sin contemplaciones, simplemente con mis ojos puestos en los suyos.

- y... dime tienes algún hechizo que verdaderamente manejes?- dije rompiendo el silencio.

Arianne asiente levemente, no quiso preguntar en ese momento qué es lo que había ocurrido con la madre de él. A ella no le agradaría que se metieran de forma tan... directa en su vida, por lo que esperaría un poco para poder saciar su insana curiosidad.

—¿Las imperdonables cuentan? —dice ella en modo de broma—. Como soy una Slytherin malvada debo manejarme en ellas, ¿no?.

Sabía que el comentario estaba fuera de lugar, pero hace unas horas se había topado con unos chiquillos que habían murmurado con respecto a la maldad de ella y no pudo morderse la lengua. Niega lentamente con su cabeza, y vuelve a mirar al chico.

—En realidad, me va bien en Defensa, no te podría decir un hechizo en particular. —No es que ella estuviera vanagloriandose de sus habilidades, es que en realidad Arianne prefiere mil veces las pociones—. ¿Por qué preguntas?

-Nada en concreto, por saber que nivel debería estar yo dentro de Slytherin... - Dijo con una sonrisa maliciosa.

Me quedé pensativo y dije: - Alguna vez has visto, en acción a una de las imperdonables?-
Yo al menos si, mi padre al ser asesinado por esos mortífagos tuvo el placer de sufrir una de ellas, pero claro, no a todos los chicos cuando tienen 11 años ven impordonables sobrevolar su calle...
Chuck se quedó interesado en la respuesta que le daría Arianne

Arianne muerde su labio por la pregunta de su compañero. Inmediatamente recordó su visita al río y a su padre. No es algo que ella hable muy seguido, pero tampoco quería llamar la atención al evitar ese tema, por lo que vuelve a mirar al chico y con una sonrisita maliciosa, responde.

—Nunca he visto un Avada y en realidad, según mi opinión, es el maleficio más inutil de los tres —¿De verdad estaba diciendole eso a un desconocido?—, pero los otros dos en acción son bastante... escabrosos —finaliza de hablar, fingiendo un estremecimiento. Porque si es sincera, terminaría demostrando su lado más cruel y eso no es algo que esté en sus planes en ese momento.