En busca de algo con que divertirse (Alexander)

Tema: En busca de algo con que divertirse (Alexander) Dom Ene 30, 2011 11:35 am

Chloe salió de la lechucería soltando un bufido, odiaba ir ahí, pero no le quedaba más remedio, maldita lechuza rencorosa... ojalá los animales perdonasen también, pero eso era pedirles un exceso de inteligencia que no poseían, por lo menos no su lechuza. No es que tuviese que mandar nada, es que le había llegado una carta del ministerio diciendo que no habían encontrado ni rastro de Kyle ni de Bea, como era de esperar.

La chica estaba enfadada y frustrada depués de leer la carta, sobre todo porque ya sabía, desde un principio, que no debería de haberlo hecho, si sabía que se iba a enfadar por su contenido. Bajó las escaleras dand saltos, en uno de esos saltos tropezó, y estuvo a punto de caer, pero el cuerpo de alguien se lo impidió.

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Mis ojos pasaron por cada uno de los vanos de la lechucería en busca de la lechuza de la familia, esa que tras largo rato de búsqueda la llegué a encontrar postrada con esa característica magnificencia y calma que tenían las de su especie. Bufé, sobretodo por que los ojos de la lechuza estaban posados en mi figura y no se había dignado a acercarse a mi en todos esos minutos. Me había prometido a mi mismo que cuando tuviera tiempo para ir al 'Emporio de Lechuzas', esa lechuza que ahora se hacía la remolona para dirigirse hasta mi, quedaría más desplumada que los típicos pollos que se sirven en navidad. Agarré su pata con brusquedad, recibiendo una picotada del animal que me hizo soltarla del tiro - La madre que.. - Tensé los dedos de mi mano abierta a forma de aguantar las ganas de coger al puto pájaro del cuello, y tras unos segundos en los que aproveché para coger aire y volverlo a soltar, volví a coger su pata con más delicadeza. Amarré la carta y con un leve gesto de la mano le indiqué que se fuera, ya mi madre le daría algo de comer. Una recompensa que yo no me molestaba en darle.

Al darme la vuelta, siguiendo el recorrido de la lechuza, no tuve más que dar dos pasos para que algo, o alguien, se cayera encima mío. Mi primera reacción fue girar mi rostro con brusquedad hacia el frente, mi segunda empujar a la persona que se había tropezado conmigo. La tercera fue darme cuenta de quien era. Entrecerré los ojos al reconocer a Bingley, alumna de Ravenclaw, y chasqueé la lengua en un gesto totalmente despectivo.

- Mira por donde caminas, Bingley - Le espeté.

Chloe soltó un bufido en enfado, ¿por qué no se podía haber caído encima de alguien más agradable?, maldita suerte, nunca está cuando la necesitas. El chico la empujó y le hizo la típica pregunta de Slytherin matón y engreído, lo provocó aún más su enfado.

-¿Y por qué no lo haces tú?- le preguntó con una sonrisa sarcástica, ya que el chico había estado siguiendo a su lechuza en vez de mirar hacia al frente- creo que hay cosas mucho más interesantes, yo por ejemplo- dijo con una sonrisa irónica mientras sacudía el pelo- apártate, no me dejas pasar- quería salir de ahí, le molestaba la presencia del Mathews, era el ejemplo perfecto de lo que debía ser un Slytherin, lo cual le molestaba bastante.

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- Por que no tengo que hacerlo - Le espeté, sin ningún interés de darle lógica a lo que decía. Alcé una ceja que se tildaba de escéptica por la sonrisa que apareció en el rostro de la rubia, una ceja que se acentuó aún más cuando de los labios de ella salió la tremenda estupidez de que ella interesante. Por supuesto, más interesante que mi lechuza era cualquier ser vivo que defiriera de un sangre sucie. Véase, una hormiga. Y me encantaba mentalmente comparar a la Ravenclaw que tenía frente mío con ese animalejo tan intrascendente y efímero, que se podía aplastar con una mínima presión del dedo meñique. Sin embargo, no le di el placer de decirle algo de ese estilo. No me interesaba el que supiera que sus palabras, aunque con un matiz totalmente diferente, tuvieran algo de ciertas.

- ¿Interesante tu, Bingley? - Pregunté, ladeando la comisura de mis labios hacia un costado para dejar en evidencia una mueca irónica y burlesca - Lo único interesante que tienes tu es gracias a lo que tienes entre las piernas - Le dije, buscando no más que ofenderla, sin importar lo engreído que pudiera llegar a ser a sus ojos. A los de ella o a los de cualquiera. Cuando me dijo que me apartara, era más que predecible de que no lo iba a hacer. Principalmente por ese mismo hecho, por que me lo dijera. Por el contrario, subí un escalón más para acortar distancias y puse mis manos en las repisas de la puerta de tal manera que no la dejaría pasar ni aunque la que se apartara fuera ella.

- Apártame tu - Le reté

Chloe abrió los ojos por la sorpresa a la vez que enarcaba las cejas, y sólo, mediante mucho esfuerzo, evitó que su mandíbula cayera por el asombro. ¿Acababa de oír lo que acababa de oír, o es que tenía los oídos mal?, la molestia de Chloe pasó al enfado más absoluto y llevó su mano al costado, donde tenía la varita. Por suerte la llevaba encima, lo cual le proporcionó una efímera sensación de tranquilidad y seguridad.

-¿Disculpa?- fue todo lo que atinó a decir, para más remate el chico no quería apartarse, subió un escalón y colocó sus manos a ambos lados de la puerta, imposibilitando el paso- eres más imbécil de lo que yo pensaba, por decirlo de una manera suave- añadió enfadada. Se cruzó de brazos y esperó a que el chico se cansara, aunque en el fondo sabía que no iba a hacerlo. Otra persona quizás habría esperado y evitado el conflicto, pero la paciencia seguía sin ser el punto fuerte de la chica, así que sacó la varita y apuntó con ella a Mathews.

-Como ya puedes ver, tengo una varita y no dudaré en usarla, así que aparta- le amenazó.

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- ¿Esa es tu manera suave? - Pregunté, riéndome de ella sin la necesidad de reírme, solo haciéndolo con esa interrogante - Sorpréndeme, ¿Cuál es tu manera ruda? - Le pregunté sin moverme ni un ápice del lugar en el que me encontraba. Mi mirada bajó de su rostro hasta su mano cuando hizo un movimiento brusco hacia, lo que supuse, sería el lugar en el que se hallaba su varita. El mejor obsequio de un mago. Un gesto por su parte totalmente defensivo del que yo debería preocuparme, pero del que me atreví a dejar pasar por alto hasta que creyera posible esa amenaza silenciosa. Volví a subir mi vista hasta ella, a sus ojos, y esta vez si embocé una sonrisa ladeada mientras me mantenía en escrupuloso silencio. Uno con el que sin la necesidad de decir nada la instaba a seguir.

Y así lo hizo. La joven rubia sacó la varita de su bolsillo y sin ningún atisbo de duda la viró hacia mi, amenazante. Me erguí un poco, no quedando tan inclinado hacia ella y por tanto poniendo un poco más de distancia entre nosotros. Pero no me alejé - Wooow.. - Musité, y ladeé la cabeza sin dejar de mirarla - Una Ravenclaw en el filo de romper una norma.. no me lo creo - Ironicé sin escrúpulos. No sabía de lo que era capaz, eso estaba claro. Pero lo que si sabía que si quería divertirme no iba a ceder a su exigencias. Subí un nuevo escalón, y otro más, haciendo que la punta de la varita de la chica rozara mi pecho. Y en una manera de retarla aún más de lo que de por si lo estaba haciendo, me incliné un poco haciendo que la varita se afincara con más contundencia sobre la negra capa que llevaba encima.

Chloe respiró hondo, intentando calmarse, no era cuestión ahora de empezar a pelearse con medio mundo, suficientes problemas tenía ya, pero... es que era tan odioso... Mathews subió dos escalones más, su forma de actuar era más que irritante, y la chica se cansó de tanta estupidez.

-Levicorpus- dijo, el chico quedó colgado cabeza abajo rápidamente, y Chloe empezó a reírse hasta que ya no pudo más, le resultaba tan divertido humillar Mathews, así aprendería, por egocéntrico y engreído. Rodeó al chico colgante y estaba a punto de irse cuando se giró otra vez, lo que provocó que le volviese a entrar la risa.

-Te lo mereces, ahora dime, ¿por qué debería bajarte?- preguntó, aquello empezaba a mejorar.

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Me equivoqué, si que se atrevió. Y pronto sentí como una fuerza invisible me agarraba el pie y tiraba de mi hacia arriba, quedando yo poca abajo. La Ravenclaw se empezó a reír, yo tras la primera impresión del brusco movimiento me dediqué a mirarla descojonarse. Lo único que no me gustaba de esa situación, era que mi ropa también se vio suspendida poca abajo, no estaba exquisitamente arreglada. Como a mi me gustaba lucirla. Alcé una ceja cuando la muchacha dio un indicio de irse, preguntándome para qué mierdas había venido hasta la lechucería entonces. Sin embargo, la rubia volvió a girarse para empezar a reírse de nuevo, haciéndome entrecerrar los ojos molesto.

Sus palabras me hicieron cambiar la expresión, embozando una sonrisa ladeada y burlesca - Siempre que quieras verme desnudo de torso para arriba, puedes seguir dejándome así - Le dije, pues a pesar de que yo no me podía ver, el hecho de que estuviera poca a bajo hacia que tanto la capa, como la corbata y como mi camisa que no tenía metida entre mis pantalones, también quedaran suspendidas poca a bajo.

Chloe se lo pensó, aquello tenía más pros que contras, sobre todo por Mathews estaba bastante bueno. La chica soltó una risita sin poder evitarlo y sonrió ampliamente mientras se sentaba sobre una pequeña mesita, no sin antes asegurarse que estaba limpia.

-Hum...he de reconocer que la vista es realmente buena, aunque no me has respondido la pregunta- dijo riendo, ¿qué quería?, ¿quedarse boca abajo?, lo dudaba- si quieres te dejo boca abajo, así podrás lucir tus abdominales y enseñárselos al siguiente que se digne a pasar por aquí- añadió riendo, la situación le divertía mucho.

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Ladeé una sonrisa cuando dijo que las vistas eran bastante buenas. Así, señores, era como cualquier mujer podía ganarse la adulación mía. Con comentarios que subieran mi ego. Dejé de tener las manos suspendidas en el aire, parecía idiota, y me las puse tras la nuca para enfatizar mi sonrisa mientras veía a la rubia. Se sentó, dispuesta a ser espectadora del espectáculo que yo le estaba ofreciendo. En mi mente pensaba el hechizo con el que podría librarme de esa atadura, pero sin duda no sería muy divertirlo hacerlo de esa manera.

- Está bien, Bingley - Le dije, entrecerrando los ojos. Ya bien podría disfrutar de lo que le iba a decir, pues sería la última vez que le daría la oportunidad tan abierta de hechizarme - ¿Qué quieres a cambio de que me bajes? - Le pregunté.

Chloe soltó una risita que enmascaraba en parte sus dudas, ¿qué podía pedirle a Mathews?, estaba claro lo que a él le gustaría que le pidiera, pero la chica no pensaba caer tan bajo, eso significaría que la apariencia del chico era suficiente para hacerla olvidar lo idiota que era, y Chloe se negaba a ser tan superficial. Se levantó de la mesa y se acercó al chico, hasta quedar a unos 10 centímetros de él.

-¿Qué me ofreces Mathews?- preguntó a modo de respuesta, aunque ya sabía lo que el chico podía ofrecerle, fachada, dudaba seriamente que el interior del chico fuese de su agrado.

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Alcé las cejas cuando de los labios de la rubia se escapó una pequeña risilla. Me pregunté, curioso, cuáles serían los pensamientos que en esos momentos estaban invadiendo su mente. Dudaba mucho que se tratara de alguna travesura, pues había encasillado sabiamente a los Ravenclaw como cerebros con patas demasiado sosos para divertirse. Pero bien me había sorprendido el hecho de que utilizara la magia contra mi cuando, en teoría, estaba en las normas el que no se podía utilizar para agredir a ningún compañero. Impredecible, levantaba mi curiosidad.

Intenté no reírme cuando me preguntó que me ofrecía. Esa pregunta tenía una respuesta clara si se tratara de una persona con la que sabía que iba a salir ganando. Así que me quedé en silencio por largo rato, meditando la respuesta, y haciendo alusión a ello al desviar mis pupilas de la joven para dejarlas posadas a un lado. Volví a posarlas sobre ella, al darme cuenta que había acortado distancias más de lo prudente.

- Dejarte vivir después de esto, Bingley - Le dije, a la espera de alguna reacción suya - ¿Ves que misericordioso soy? - Le pregunté.

Chloe hizo una mueca de decepción, esperaba algo más divertido u original del Slytherin, y este no había aprovechado la ocasión, qué se le iba a hacer. La chica miró a Mathews pensando en qué hacer con él, hasta que se aburrió y decidió bajarlo.

-Respuesta equivocada Mathews, tenías que ofrecerme algo que los demás no tuviesen, pero bueno, lo hecho, hecho está. Te bajaré porque soy buena persona, pero no te creas que te vas a poder vengar de mí- dijo la chica, conocía bien a los de su tipo, así que le quitó la varita mágica, que sobresalía del bolsillo del pantalón. La chica se hechó a reir y apuntó con su varita a Mathews.

-Liberacorpus- el chico cayó sobre el suelo bruscamente y la chica pasó sobre él riendo y se dirigió a la salida, antes de salir se giró para asegurarse de que el chico no estaba muerto y que no la seguía- cuando quieras recuperarla me avisas, estaré en Ravenclaw, o quizás no- dijo riendo.

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Debería habérmelo previsto cuando se había acercado tanto a mi sin aparentes intensiones, pues ahora mi varita se hallaba en sus manos, lejos de mi alcance y de mi utilización. Arrugué la nariz por ello. Si había algo que no era de mi agrado era que tocaran mis cosas y, dentro de ello, en especial mi varita. Cual obsequio es para mi el más preciado - Siento decepcionarte, Bingley - Le dije, casi en un bufido pedante y que no era más que una sutil ironía. Si quería que le dieran de comer, que fuera otro el que se lo pidiera. A mi me gustaba que me lo pidieran.

De repente me liberó, y a pesar de que puse mis manos por delante para amortiguar la caída, el golpe que recibí contra el suelo no fue nada pequeño, haciéndome gruñir a lo bajini molesto. La chica me dio la espalda, dispuesta a irse, y yo me levanté con rapidez arreglándome la ropa a la par que la seguía con la mirada. Fruncí el ceño al entender sus palabras, quería que la siguieran nada más y nada menos que siete pisos para recuperar mi varita. Quería que jugáramos al gato y el ratón - Vaya.. que originalidad destiláis las águilas.. - Comenté dejando mi ceño nuevamente imperturbable y dando solo dos pasos para traspasar el umbral de la puerta, que la rubia no se perdiera de mi campo de visión - ..a la hora de invitar a alguien a vuestra Casa - Terminé mientras ladeaba una sonrisa cargada de prepotencia.

- Conmigo o es necesario que andes con rodeos.. a mi puedes decírmelo directamente - Le aseguré sin moverme del sitio.

Chloe enarcó las cejas y soltó una carcajada al oír al chico, ¿qué se creía?, ¿que le estaba invitando a pasarse por su casa?, pero tras pensar un poco sus palabras, llegó a la conclusión de que parecía que lo estaba haciendo, y claro, como Mathews se creía tan sexy y deseado, había llegado a esa conclusión rápidamente.

-Se nota que no me conoces, si quisiera invitarte, lo habría hecho- pero pensándolo mejor... no le apetecía irse a su casa, molestar a Mathews era demasiado divertido, ¿por qué los de su casa serían tan aburridos?, ¿por qué Mathews no podía ser una buena persona?, lo malo es que si fuera buena persona sería aburrido, pero por el otro lado... ¡Ah!, no era momento de pensar en ello, seguro que tenía cara de idiota en las nubes.

-Está bien, te daré una última oportunidad para recuperar tu varita, ¿por qué debería dártela?, como no me des una buena razón, no te la doy ni aunque me lo ruegues de rodillas- le aseguró.

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