Mis viejas manias [Eli]

Era el fin de semana. Ideal para ir a tomar unas cervezas tranquilo y pasar un dia perfecto. Hacia unos dias que el frio no se hacia sentir por lo que me puse un buzo y unos jeans para salir.
Como lo esperaba no hacia demaciado frio, estaba ideal. Antes de entrar a las tres escobas me quede sentado en un banco, encendi un cigarro para fumar un poco
Vieja mania que no podia dejar, no era un fumador descontrolado pero de vez en cuando fumaba uno o dos cigarros.

Una vez más me encontraba en Hogsmeade, escapando de Hogwarts, de los deberes de TODA la semana. La verdad es que no me gustaba mucho visitar Hogsmeade, había demasiado ruido, gente, gritos... pfff, pero bueno, no tenía otra opción. Ya había recorrido prácticamente todo Hogwarts para buscar donde quedarme un rato, pensé en ir al bosque porhibido pero me pillaron rondando por haí. También me apetecía comprar algunos dulces para pasar el rato con Gael frente a la chimenea de la sala común, ya que las noches haín eran demasiado bulliciosas cómo para poder dormir tranquilos. Tomé una gabardina azul oscuro y un gorro tejido del mismo color antes de salir del colegio. Respiré el aire frío del lugar y caminé, empapando mis botas con la nieve que comenzaba a derretirse cuando la pisaba.

Miraba a los alumnos y a los adultos pasar por hay, animado y contestos. No me sentía del todo alegre cómo para estar cómo ellos, tan sólo busca algo para distraerme un rato y no estar cómo en claustro en mi alcoba compartida. Muy cerca, miré a un chico con un cigarrillo en la boca. En lo personal, el humo no me molestaba, pero la idea de fun
mar no me apetecía en lo absoluto.

El dia pasaba lento y no pensaba irme temprano, espere el fin de semana ansioso para poder despejarme de todo y de todos, me cansaba ver la misma gente todos los dias haciendo las mismas cosas. Queria cambia la rutina un poco, hacer algo nuevo y si se presentaba la oportunidad de conocer a alguien mucho mejor.

Solte el humo con cuidado mirando el lugar, muchos niños corrian los adultos pasaban apurados haciendo sus compras ¿que nadie disfrutaba de nada en este lugar? parecia como si el tiempo pasara volando cuando no era asi, al menos para mi.

Me encontre con la figura de una chica, la conocia del castillo pero ni idea de quien era. Le sonrei apenas y volvi a tirar el humor lentamente, no me quedaba mucho para terminar el cigarro y poder entrar a las tres escobar para comprar unas cervezas

Cuando iba pasando, aquel chico me sonrió ligeramente, le correspondí de igual manera, no era de mi naturalez ser descortes; seguí caminando mientras trataba de recordar en donde había visto a aquel muchacho. Solía olvidar a las personas que no me resultaban tan familiares y eso era muy frustrante para mi. Por instinto cerré mis ojos para concentrarme bien en aquel muchacho... en algun partido... en clases, creo que en el cuidado de las criaturas mágicas. Si, talvez... no prestaba atención a donde iba, pero lo que logró hacerme volver a la realidad era el punzante dolor en mi pierna izquierda, estrujé mi rostro para rerpimir el quejido. Tambaleé un poco por la nieve.

-Maldita.... maldita, maldita, maldita.... -decía entre dientes, nadie me podría entender si habalada de tal manera-. Oh merde, merde...

Tenía un gran odio clavado en mi pecho, que me calaba los huesos. Tenía dolor, me dolía el corazón... tanta pena que no podía sacar con libertad, ni siquiera con Gael, por que sabía que lo lastimaría de igual forma. Tan sólo el dolor de la herida de serpiente, la cicatriz de ataque de "trigre" eran recordatorios de lo que perdí... no, DE LO QUE ME ARREBATÓ ESA MALDITA.

-Cuando la vuelva a ver... -seguía mascullando-, cuando lo haga...

Tan concentrada estaba ahora en esas llagas que no me di cuenta que dos chicos iban corriendo hacia a mi, ellos tampoco me vieron, por lo que trajo cómo consecuencia, era que me embistieran y metiraran al suelo, dejándome llena de nieve y con mi piern aun más adolorida. No me di cuenta cuando caí pero si de la tacleada. solté un grito ahogado. La pierna me dolía demasiado cómo para poder levantarme por mi misma.

Mire hacia el cielo, todo estaba despejado ni una nube cubria el cielo azul. El dia era lindo, eso que no me agradaba el frio. Un grito de dolor me saco de mis pensamientos. Gire mi cabeza viendo a la chica tendida en la nieve, en la poca nieve que habia en el suelo.
Las personas la miraban pero nadie era capaz de acercarse para ayudarla y darle una mano. Tire el cigarro para luego pisarlo asi poder ayudar a la chica
Me acerque con cuidado y me puse en cuclillas justo en frente de ella - dejame ayudarte.. - Si bien no comprendia sus insultos tampoco eran de mi importancia
Tome su brazo y lo apoye sobre mi hombro, asi tuviera un soporte - vamos al banco, estaras mejor ahi - Pase la mano libre por su cintura para ayudarla a caminar
Como pudimos llegamos al banco mas cercano donde la chica pudo tomar asiento - ¿que sucedio? - Pregunte

-Estoy bien, gracias -le dije al ecuchar su preguntas. Me sentí mucho mejor cuando llegamos a la banca a sentarnos, aproveché para revisar mi pierna. Tiré del pantalón y descibrí las heridas vendadas. Aquella fea cicatriz que me acosaba desde hacía ya ocho años me ardía, la reciente mordida de serpiente me punzaba.

Tuve que volverme a vendar para sentirme mejor. Fulminé varias veces a las personas que miraban con asco mis heridas. Cuntive mis deseos de insultarlos -hacerlo en mi lengua natal era más interesante aunque odiara hablarlo- lo más que pude; cómo si jamás hubiesen visto una mordida de serpiente y una cicatriz en orma de "L" invertida.

>>Tropecé con esos idiotas, no me vieron y me tiraron al suelo -suspiréuna vez terminando de acomodar los vendajes.

Me volví para verle el rostro. No podía negarlo, tenía bonitos ojos -siempre me fijaba en ellos al hablar con la gente, pues bien se dice que los ojos son la ventana del alma; los delatadores de mentiras y sentimientos ocultos-, Suspiré y le sonreí en agradecimiento.

-Me llamo Elizabeth du Lune -le dije arrugando la nariz, pues volvía a doler mi pierna-, Dime cómo quieras; varios compañeros dicen que mi nombre es demasiado largo -sonreí a duras penas.

Escuche el motivo del porque habia terminado en el suelo golpeandose de esa manera - son niños.. no se fijan por donde van - Respondi dando un justificativo algo tonto del porque habia pasado lo que sucedio - podrias vengarte algun dia.. - Una caracteristica tipica de los de mi casa, me haces algo yo te lo devuelvo 10 veces peor, era ley en mi vida no podia cambiarlo
La mire a sus ojos notando el lindo color que tenia, parecido a los de mi padre, azules y penetrantes con la unica diferencia de que los de el eran frios. Escuche como se presenta e hice lo mismo - Soy Dastan, encantado - Sonrei un poco negando con la cabeza - puedo decirte Beth o Eli.. no es demaciado largo

Observé con detenimiento el azulado cielo de ese día… no hacía tanto frío y eso me ayudaba a mantener mi pierna herida en buen estado. Me sentía un poco reconfortada al ver que pronto la nieve se derretiría, abriéndole el paso a la cálida primavera. Escuché los apodos que tenía Dastan para mí, me gustó el de Beth (últimamente me habían dado apodos muy originales y eso me daba un poco de alegría). Suspiré y le regalé una ligera sonrisa al chico que me había ayudado. Llevé mis manos a mi cabello para arreglarlo un poco y comencé a hacerle una ligera plática al muchacho.

-¿Vengarme? No creo que sea necesario, además sólo fue un descuido… muy imprudente pero no es para tanto… Beth me parece lindo -dije mis mirarle al rostro-. Recuerdo haberte visto alguna vez en las mazmorras, camino a alguna clase de pociones… ¿Eres de esa casa no?

La verdad era que No me sentía con muchos ánimos para estar con la gente, lo que más deseaba era estar un momento a solas, pero a veces resultaba ser de lo peor conforme pasaba el tiempo. Gael no estaba por los alrededores, suponía que se habría dado una vuelta con alguno de sus amigos para pasar el rato. Me sentía un poco sola cuando no platicaba con la gente que conocía, esa era la razón por la que siempre cargaba mi cuadernillo bajo el brazo, para escribir largos ratos y hacer así que l tiempo no me consumiera.