Percy Jackson and the Olympians: Parallel Chaos [Fanfic 100% Original] +13 [Drama/Comedia/Accion/Romance/Tension]

La vida de un semi-dios no es nada fácil, y Percy ya lo sabia de antemano, no por nada había salvado el mundo con unos recién cumplidos ahora 17 años, gracias a el la ciudad de Nueva York y el Olimpo seguían de una pieza, descubrió quien fue el que el ladrón que robo el rayo de Zeus, pese a que en un principio el fuera acusado de ese crimen.

Descubrió en su gran periplo que su padre, el cual les abandono a el y a su madre cuando el tenia cinco, era el dios de los mares, Poseidón. El se excuso diciendo que le hubiera gustado criarle, pero que Zeus, su hermano, expuso una norma muy clara; “Ningún dios podrá mantener contacto con su primogénito cuando este alcance mas de cinco años de edad.” Ninguno de los otros dioses estaba de acuerdo con esa norma impuesta por el dios del olimpo, pero ninguno podía negarse.

Es cierto que la vida de un chico adolescente es difícil, pero por lo menos siempre habría un lugar al que ir si algo ocurría, el campamento Half Blood, el lugar donde los hijos de dioses pasaban el verano entrenando, realizando torneos, juegos, aprendiendo a actuar como semi-dioses.

En esa misma ciudad había una chica llama Kayleen, ella no descendía de una deidad, pero tenia un gran poder, al igual que otros, era capaz de controlar el arte de la magia y pronto se le asignaría una misión que no podría alejar ni intentar escaquearse de ella como hizo tantas veces.

Pero había un peligro al que no podían enfrentarse tan fácilmente, es mas, ninguna vez había ocurrió algo semejante, el mundo de los dioses, de los mortales y de la magia entraba en un cataclismo, los tres se alinearían en breve y de ocurrir eso, no solo el mundo estaría en peligro, sino que la oscuridad lo invadiría todo.

Durante los años que los humanos normales habían dominado y obligado a ocultarse a los magos y a los semi-dioses ha habido diversos encontronazos entre ambas razas, los magos se consideran superiores por el hecho de que pueden controlar la magia, que es la esencia que permite la existencia de todo lo místico que hay en el mundo, los semi-dioses también creían ser los superiores, puesto que ellos descendían de los dioses, y que ellos eran la verdadera esencia de toda la magia.

Pero este choque de ambas razas jamás se había visto nunca, un dios oscuro se levantara, alzara su puño y destronara al rey de los dioses, luego y de la oscuridad emitida por este, el padre de la magia negra revivirá de su letargo, y desenvolviendo su varita y conjurando a la magia contenida durante siglos, el mundo mágico y el olimpo se unirán formando el caos eterno…

¡Truenos, tempestades, olas gigantes, erupciones volcánicas, terremotos, el mundo pronto será un caos si alguno de los dos despierta, pues la oscuridad clama a la oscuridad y bastara con eso para sentenciar al mundo! Moveos rápidos, pequeños, el destino del mundo recae en vosotros, podréis trabajar juntos y defended el mundo o moveros por las disputas de vuestras razas, no sois tan distintos…no lo sois…

Kayleen llevaba más de quince minutos totalmente intranquilos, el relajarse le era totalmente imposible, teniendo en cuenta que su padre dijo que pronto hablaría con ella. Para cualquier persona normal no supondría algo por lo que estar tan nerviosa, si eras alguien normal claro. En sus diecisiete años de edad jamás había estado tan nerviosa, sabia que hoy su padre le revelaría su misión.

Ya había intentado ver la tele, pero solo había en ella absurdos programas de cotilleo y conversaciones banales. Siguió cambiando de canal durante unos cuantos minutos y algo le llamo la atención, era un documental, exactamente de la BBC, bueno, no es que a ella le fascinaran los documentales pero era mejor que ver a cinco “personajes” discutiendo, insultándose y casi llegando a las manos por unos motivos que a nadie le importaran.

-“Dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Zeus se consideraba como padre de los dioses y de los mortales. No fue el creador de los dioses y de los hombres; simplemente fue padre en el sentido de protector y soberano tanto de la familia olímpica como de la raza humana.” –dijo la voz del narrador en ese típico tono neutro pero envolvente.

Sus ojos color chocolate miraron con rabia la imagen de un cuadro en el que Zeus estaba alzando el rayo ante los cielos, e inmediatamente apago el televisor. Soltó un bufido leve, Hasta los dioses del Olimpo tenían que meter sus narices en la televisión, pensó ella mientras suspiraba profundamente.

Se levanto del sofá en el que estaba y se dirigió hacia las escaleras que estaban en el otro extremo del salón, conducían al sótano de la casa, que era allí donde se encontraba su padre.

Dudosa, llamó a la puerta, dos golpes ni uno más ni uno menos y espero algún tipo de respuesta. Tras un leve “adelante” la puerta se abrió y se mostró una sala iluminada y amplia. Aunque más que una sala parecía una especie de despacho, había un escritorio, varias sillas, muchos libros y justo en el centro de todo había un cristal en el suelo, no era exactamente un cristal, pero reflejaba la superficie.

-Kayleen, es la hora. –dijo el padre.

Su padre tenía el pelo rubio, corto, y algunas arrugas marcaban su rostro, Kayleen era un par de centímetros menor que su padre, así que superaba la media de altura de su edad.

Con un leve movimiento de la mano de su padre las persianas que iluminaban el despacho fueron cubiertas con las persianas, impidiendo que el más mínimo rastro de luz entrara. El “cristal” que había en el suelo comenzó a iluminarse, mostraba en el interior del mismo una especie de auroras de distintos colores amarillo, verde y azul.

Como si de una bestia que no se hubiera alimentado durante mucho tiempo y que ahora tuviera a una presa herida y débil frente a ella, la superficie translucida soltó un gran rugido y comenzó a temblar, varios puntos se formaron en diversas zonas y con un gran sonido estrepitoso y como si se trataran de focos que iluminaban el techo una imagen comenzó a formarse en tres dimensiones, quien saliera seria su objetivo, a quien debería de asesinar para que su raza sobreviviera y se alzara ante las demás.

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En lo alto del Empire State Building se encontraba el Olimpo, el lugar donde los dioses vivían y residían, lamentablemente para muchos de ellos, pasaban obligatoriamente todo el tiempo, de hecho en ese mismo instante discutían sobre cambiar la norma que Zeus impuso siglos atrás.

-¡Zeus reconoce que no es una medida justa! –exigió casi al borde de la furia Poseidón.

-Hermano, tranquilízate, es una norma que habéis aceptado durante milenios, ¿Por qué ahora la rechazáis? ¿Por qué pretendéis que yo os conceda ese honor?

-Porque son nuestras obligaciones, somos dioses si…-dijo Atenea, mientras el reflejo del rostro de su hija cuando irrumpió aquí el año pasado cruzo su rostro. –Pero también debemos de cumplir con nuestros deberes de padres, que seamos dioses no nos exime de nuestras responsabilidades.

En realidad, mas que estar todos de acuerdo en cambiar esa orden, o mas bien, regla de oro que todos tenían impuestos desde el comienzo del tiempo parecía que solo Poseidón y Atenea estaban dispuestos a ello.

Poseidón había tenido tal arranque al principio que se levanto de su trono, cada dios tenía uno y todos estaban en torno a Zeus, no por algo era el dios de los dioses.

-Zeus, comprendemos que lo que pedimos puede sonar repentino, pero tanto Atenea como yo pensamos que debes acceder a nuestras peticiones, nosotros no nos dedicamos a conquistar mortales como hacéis la mayoría. –dijo Poseidón sentándose de nuevo en su trono.

De hecho algo que cualquiera llamaría claramente infidelidad entre dioses no era así, era la tradición y estaba en su naturaleza el comportarse así, pero no todos eran iguales, Atenea era demasiado sabia para ir relacionándose con varios mortales, además, teniendo en cuenta que ella era una mujer, era ella la que tenia que quedarse embarazada establecía un nexo de unión muy fuerte entre su hija y ella.

Con Afrodita era otra historia, ella simbolizaba y representaba la belleza, la sexualidad y el amor, por tanto estaba en su naturaleza el hacer honor a sus atributos y dedicarse a lo que hacían muchos de los dioses, a conquistar mortales.

Pero que el caso de Poseidón era de entre todos, el mas especial, al ser un hombre, debería de estar mas patente esa naturaleza, pero al contrario que Zeus, el solo tenia uno, además de Percy, el anterior fue Perseo, no hubieron mas, pero con Percy aun fue a mas, no solo desarrollo el amor paternal que casi ningún dios lo había hecho, sino que además, se enamoro de su esposa, si aun se podía considerar así, pero ahora no le quedaba mas que intentar recuperar el tiempo que le quedara, con o sin el consentimiento de Zeus.

-¡Esto es algo inaudito! –exclamo Ares levantándose de golpe y amenazando a Poseidón. -¡Me importan ocho cuartos si tu te has encariñado o no con tu “hijo” pero que te quede bien claro que yo no solo me opongo a que la norma sea modificada, sino que además creo que deberíamos de arreglar esto al antiguo estilo de los dioses, en una guerra!

Zeus se levanto de su trono, y cuando lo hizo cientos de rayos y truenos sonaron cerca de el, y rodearon toda la sala.

-¡Dioses, comportémonos como tal y no como vulgares mortales que solo se guían por la ira y la furia! –ordeno Zeus con total seriedad en su rostro, cuando todos se sentaron y se tranquilizaron Zeus volvió a su asiento y dejo hablar a Atenea.

-Zeus, nuestros hijos han demostrado que unidos han vencido todas sus debilidades, acusaste a Percy Jackson, el hijo de Poseidón de haber sido el Ladrón del Rayo, Poseidón le defendió e incluso le protegió, algo que no esta en toda nuestra naturaleza, Percy pudo haberle traicionado, pero no lo hizo, de hecho, lucho por devolverle su arma hasta tal punto que se enfrento al mismísimo Hades.

Zeus no quería escuchar de nuevo esa historia, bastante tenia con que un semi-dios y no uno cualquiera, sino que el hijo de su hermano Poseidón fuera el que salvara el mundo gracias a que frenara a tiempo la guerra que por poco arraso el mundo.

-¿Cree usted que nuestro hijos se molestarían por que nosotros, sus padres, pudiéramos verles? Sinceramente, creo que debería, no solo por nosotros, sino por el, gracias a el, no cometimos una gran estupidez sinceramente, y mas siendo un dios, le debe un favor, y puesto que el no quiso cobrárselo en su momento tampoco es justo que lo hagamos nosotros es su nombre, pero usted sabe que todos hubieran sido mas felices si hubiéramos podido estar mas tiempo con ellos, ya que no podemos cambiar el pasado, intentemos cambiar el futuro, además, especialmente Poseidón ha sido el que mas humanidad ha mostrado en todo este tiempo, así que le pedimos que reconsidere cambiar o no la norma.

Esas palabras hicieron que Poseidón se ruborizara, no estaba acostumbrado a recibir halagos de la diosa de la sabiduría, y eso era un halago normal multiplicado por un millón.

-Debo de recapacitar…hablaremos en una hora. –dijo Zeus marchándose de ahí por las escaleras que conducían a su habitación, debía de pensar y mucho.

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Percy Jackson, hijo de Poseidon.

Annabeth, hija de Atenea.

Grover, amigo y protector de Percy.

Kayleen, poseedora de la esencia.

Zeus, Dios del rayo y de las tormentas.

Poseidon, Dios de los mares y de los terremotos, padre de Percy Jackson.

Atenea, Diosa de la sabiduria, madre de Annabeth.

Hades, Dios del inframundo.

Perséfone, Esposa de Hades.