Odie ese día con toda mi alma, primero una estúpida clase de historia de la magia con nada menos que el estúpido de Seamus Finnigan, luego Cuidado de las Criaturas mágicas. Con quien? Con el idiota semi gigante de Hagrid, y encima luego Castigado por mi profesora de encantamientos por correr en los pasillos. No soportaba Hogwarts, no lo hacia y de hecho no veía la hora de ser mortífago eh irme de ese absurdo colegio, si tan solo pudiese escaparme...
Apreté los puños dentro de la negra túnica, y caminé por las escaleras hacia las mazmorras, me puse defrente a la pared de piedra y susurré-Sangre Pura- al instante la puerta se abrió y ante mi apareció una sala con un tono verdaseo todo parecía tranquilo un par de chicas hacían sus trabajos hasta que algo quebró el ambiente. Primero pensé que algún estudiante de primero estaría teniendo relaciones indebidas en la sala comun pero luego los gritos parecieron mas a los de una persona siendo acosada por un fantasma, cosa rara pues los fantasmas temían venir aqui.
Caminé al rededor de uno de los sillones y me acuclillé en el suelo al lado de Leila Grindelwald, mi compañera desde primer año una rubia bastante atractiva y le dije.
-Estas tratando de romper los vidrios Lei? Porque si es asi en muy poco tiempo lo lograrás.