Mirando las estrellas [Abi]

Grisco estaba en medio del puente, aun era de noche, pero no importaba, era Viernes y ya había terminado todos sus deveres. Estaba observando las estrellas tranquilamente, mientras se tomaba una taza de café. Una chica, al parecer, de menor edad que el, se le acercó. Del susto Grisco tiró su taza de café al rio.

Era viernes a la noche y, vergonzosamente, Abi tampoco tenía planes para ese fin de semana. Por lo que decidió salir a dar una vuelta por el castillo, que estaba casi vacío. Todos estarían en Hogsmeade, o haciendo sus deberes... La serpiente recordó que no los había echo, pero tampoco tenía interés en hacerlos.

Pasaba por el puente, cuando vio a un chico un poco más grande que ella quien, al verla, se sobresaltó y tiró lo que estaba bebiendo. Abi soltó una risita.

―Hola ―saludó, al acercarse.

LA chica me sobresaltó. Hola, le dije. Era una Slytherin, pero parecia amable. ¿Cual es tu nombre? Le pregunte extrañado. Había conocido hace poco a otra Slytherin, esperaba que ella tambien fuese amable conmigo. Perdon, me llamo Grisco Silence, un placer.

―Abi Adams, encantada ―respondió, tendiendo su mano para que Grisco, un Ravenclaw, la estrechara. Cambió su clásico "el gusto es tuyo", por el "encantada". No estaba de humor para ser desagradable.

―Y ―comenzó―. ¿Qué hacías en una noche de viernes aquí? ―preguntó. Nadie quería estar en el colegio entonces. O al menos, eso pensaba Abigail.

Oh, bueno, siempre vengo aqui a pensar, no se, me relajo viendo las estrellas. LE dije sin dejar de mirar al cielo. Bueno, y tu... ¿por que estas aqui?. Le pregunte, ya que sentía la misma curiosidad que ella. Una Slytherin no viene aqui de casualidad, ¿no crees?

Abi sonrió suavemente.

―Digamos que no soy una Slytherin normal ―dijo, curvando sus labios suavemente. Claro, los Slytherin al menos tenían una vida social activa. La suya estaba más muerta que su viejo gato.

Entonces, se apoyó en el puente, y alzó su vista al cielo. Grisco tenía razón, las estrellas tranquilizaban un poco.

―Hacía mucho que no me ponía a mirar las estrellas ―comenté, al aire.

Eso se nota, le dije con una sonrisa. ¿Que Slytherin estaría hablando con un Ravencalz como yo?. Le pregunté eso a modo de obserbación, no por insultar, aunque por el modo de su expresión, parecía incomodarle mi pregunta, pero, despues me respondió con una sonrisa.

―Una de mis mejores amigas es Ravenclaw ―le respondió Abi, con una sonrisa. Claro, los Slytherins, con su pinta de fríos y crueles, no solían relacionarse más que con otros Slytherins, en opinión de este chico.

―Y tú, ¿por qué hablas con una Slytherin como yo? ―devolvió la pregunta, sonriendo levemente.