Esperando a la Profesora Hebofis

Hacía un rato que había salido del invernadero maldito y me encontraba más o menos despejado, notaba la mente clara y con mucha más lucidez. En cierto modo agradecí que la profesora no hubiera dejado salir a Francis porque ir a la enfermería habría sido una pérdida de tiempo, a mi no me pasaba nada, era ella quien tenía algo que no era normal.

Crucé los jardines con paso decidido y entré en el colegio con dirección al despacho de Herbología, la clase no había terminado pero tenía pensado esperar en la puerta hasta que Hebofis apareciera. Solo era cuestión de tiempo....

Como solo era cuestión de tiempo encontrarme con Francis y que me preguntara que me pasaba y cual era el motivo por el que me fuí de la clase. No tenía ni idea de que hacer, no podía contestar a eso sin contarle que en realidad era un hombre lobo...

- En fin -suspiré y me senté en el suelo con la espalda apoyada en la pared - ya pensaré en ello más tarde...

Tras enviar la tarea del dia, sali de los herbolarios hasta mi despacho, alli Knox querria hablarme de algo, desconocia que era, a ciencia cierta no lo sabia, pero me hacia una pequeña idea.

Tras subir a mi despacho le vi sentado.

-Vamos, pasa.-dije con una sonrisa, mientras habria la puerta del despacho.

Me sente en la silla que habia detras de mi escritorio.

-¿Y bien, de que quiere hablarme?

Podía escuchar los pasos de la profesora en la distancia, un olfato excelente no era mi única cualidad, así que me levante del suelo y me sacudí el polvo de los pantalones y la túnica; me guardé en el bolsillo una pelota de papel con la que había estado jugando y esperé a que su figura apareciera al fondo del pasillo.

Apenas me había puesto de pie cuando ese olor penetrante me volvió a golpear. Entré en el despacho detrás de la profesora que se sentó en la silla de su escritorio, empezaba a agobiarme así que me quité la túnica y me aflojé la corbata.

- Profesora, no quiero ser descortés pero pasa algo raro con usted, puedo olerlo.

Este chico da miedo...nadie antes lo ha descubierto, aunque no ha descubierto nada...

-Tu tampoco eres normal, se a que te refieres y nadie antes a podido notarlo ¿porque tu si?

- ¿Usted no lo sabe? se supone que todos los profesores del colegio deberían saberlo...- quizás me había apresurado y al intentar acorralarla solo había conseguido ponerme a mi mismo contra la espada y la pared.

- Siendo un licántropo tengo un olfato mucho más desarrollado que el de la gente corriente además, todo el mundo tiene un olor, algunas personas huelen a fresa y otras a azufre, pero usted tiene un olor distinto que yo no puedo identificar...-me acerqué más a ella y bajé la voz, aunque dudaba que alguien pudiera escucharnos- ¿que es exactamente?

- Eso explica las atención especial que le prestaban algunos alumnos en clase...¿no le parece un poco peligroso? quiero decir, incitar a los alumnos de esa manera...¿que pasara si alguien le presta más atención de lo normal, o si alguien cree que siente algo por usted? - Y lo mas importante, ¿Como demonios iba yo a ir a clase ahora?

-Peligroso...bueno...un riesgo mayor es juntarse con una Veela...esta formula me permite igualarlas...pero sin los repentinos cambios de humos ni la peligrosidad comparable a una Veela, ¿incitarles?, creo que lo hago sin falta de usar una pocima, ¿o no?-dije sensualmente.-Nadie se enamora de mi, solo sientes eso, atraccion, y para situaciones dificiles viene muy bien, poder dominarles, poder controlarles...es como el imperio, pero no es imperdonable.

-Ademas, mas peligroso eres tu, con la luna llena...pero bueno...hay metodos para remediarlo, en cuanto tengas algun problema te dare una pocion, si no funciona, te enseñare un hechizo para volverte a tu forma humana...

Tenía razon y lo sabía, pero no quería reconocerlo y no iba a hacerlo, odiaba pensar que transformado podía hacer daño a cualquier persona que se me pusiera delante.

- Si puede hacer que los alumnos se apliquen más, ¿que va a hacer conmigo? no puedo pensar con claridad si estoy en la misma habitación que usted, así que no veo como voy a poder ir a sus clases

- Bueno, si la poción funciona no tengo porque abandonar la clase, además no puedo perder la oportunidad de contarles a Francis y Roikan de nuestro momento a solas -sonreí recordando la nota que me habían mandado e imaginándome la cara que pondrían- al parecer les ha causado usted una más que grata impresión...aunque supongo que ya estará acostumbrada

-Mirame a los ojos.-dije mirando sus ojos.-No le contaras a nadie lo que sabes de mi belleza, jamas, solo estropearias el juego...

Ahora si, mi encanto funcionaria de una manera u otra, a tan poca distancia y con el contacto visual solo el mismisimo Voldemort se negaria.

-Claro, mañana a primera hora pasate por el herbolario, tu pocion estara lista para entonces.

- Cla-claro...- Hebofis se acercó de una forma que se me hacía insoportable, casi no podía respirar y solo quería retroceder y salir de ahí lo antes posible. En las distancias cortas era una mujer sencillamente irresistible y no estaba dispuesto a tirar siete años de colegío por una tontería así...o quizás si que lo estaba...estando en trance es imposible tener las ideas claras.- su secreto está a salvo conmigo, siempre que el mío esté a salvo con usted... o aunque no lo estuviera...no creo que sea capaz de negarle nada ahora.

Retrocedí abruptamente antes de hacer o decir alguna tontería de la que me pudiera arrepentir.

- Hasta mañana entonces, y con permiso.

Recogí las cosas y salí del despacho a toda prisa sabiendo que entrar ahí había sido la peor idea que había tenido en mi vida.

-Adios, vuelve cuando quieras.-dije con una sonrisa.-Ya no estoy tan oxidada como creia, aun asi llego la hora de comenzar a jugar...