Era hora de un paseo por la tarde, llevaba las manos en los bolsillos, mi cabello desarreglado y la misma facha de siempre, tipico de mí parecer un pequeño vago, pero me gustaba mi estilo y se notaba, pues siempre iba sonriendo en mi camino.
Eran más o menos las cinco de la tarde, habían pocas nubes en el cielo que curbían el paso directo del sol al lugar, era un día sereno, tranquilo y muy bueno, para el paseo que estaba dando, en un pasillo por el cuál se llegaba a un mirador, en ese momento, por mi mente pasó lo sucedido con Pansy, suspire y seguí caminando.