Un cafe con Shophia

Era la hora del Tee y la cafetería estaba bastante concurrida, la mayoría de la gente era Muggles que hablaban de cosas mundanas y poco interesantes...

Pedí la mesa que siempre me gustaba, al final de la cafetería, era una mesa tranquila, y sin mucha luz, me gustaba por que en ella encontraba algo de intimidad sin tener que usar la magia....

Había quedado con Sophia y como siempre había sido más que puntual, no me gustaban las esperas...

Tras la fiesta en el colegio como despedida de verano, había quedado con el señor Black en Londres, algo que a mi madre, por alguna extraña razón, le pareció perfecto y no puso pega alguna...

No me importó ponerme el vestido de terciopelo color borgoña que ella me mostró como "perfecto para la ocasión". Me llegaba un poco más abajo de las rodillas y tenía un precioso cuello de barco (quizá por eso me gustó, me encantan estos escotes). Pero, por las medias blancas y los zapatitos de niña pija ya no pasé. Me coloqué unas sandalias planas, sin tacón alguno, de estilo romano y salí a la calle, con el pelo sin recoger. ¡Qué manía con que las señoritas se tienen que recoger el pelo! ESTA señorita no lo hará nunca...

Me acerqué a la cafetería donde había quedado con el señor Black y le vi ya sentado en una mesa. ¿Llegaba tarde? Miré mi reloj, iba bien, faltaban cinco minutos para la hora acordada.

Abrí la puerta y me acerqué a su mesa para saludarlo.

- Buenas tardes, señor Black. ¿Lleva mucho esperando?

Sonreí al verla aparecer, me quede algo sorprendido con su ropa, no solía aceptar los consejos de su madre, pero parecía que había aceptado en esta ocasión algunos...

Me puse en pie, me acerque a ti y te bese la mano con dulzura... “Tranquila, la bueno siempre se hace esperar... y creo que con su belleza podría permitir perder un poco de mi valioso tiempo...”

Solté tu mano y te ayude a sentarte...

Me senté y te mire a los ojos “Veo que estas tan bella como siempre, aunque noto que tu madre no te ha dado libertad para elegir atuendo.... Como recompensa te mal educare”

Sonrei... “Cuando terminemos el tee nos iremos de tiendas y te dejare comprar ropa, aunque no le digas a tu madre que lo hice yo....”

- Gracias, muy amable. - Dije en tono cortés y algo tímido tras mirarme la mano besada.

¿Por qué tenía que ser siempre tan galán? Amé aquel gesto, lo había visto en películas de ambientación medieval y me parecía un acto precioso pero, jamás pensé que lo viviría. Hasta cierto punto, ahora me alegraba de llevar aquella ropa, la veía idónea para aquel momento.

Me senté frente a él y pedí mi té de canela con azúcar moreno a la camarera que se nos acercó. Una vez se fue, retomé la conversación que acababa de iniciarse.

- No hace falta, señor Black. Ya tengo toda la ropa que necesito. Prefiero ropa vieja a algo nuevo... así no me entra cargo de conciencia cuando lo rompa al subir a... - ... los árboles... jaja.. si le decía eso de seguro se escandalizaría. Una chica de mi clase, subida a los árboles como un simio.

Sonreí al escuchar su explicación, “ ¿Crees que siempre visto como me ves ahora?... las apariencias son evidentes pero no siempre ciertas....”

“Me encanta la aventura y el riesgo, el mes que viene quiero viajar a la selva, seguro que si hablo con tu madre te permitiría venir, creo que tendrás suficientes árboles como para romper toda la ropa de tu armario...”

“Situé mi mano al lado de la tuya, seguro que tu madre dirá que no es lugar para una dama” dije con una sonrisa....

“¿Qué me dices?” “Seguro que seria una selva más interesante contigo a mi lado...” comente mirándote a los ojos

- Disculpe, no pretendía ofenderle, señor Black. - Me avergonzaba pensar que pudiera creer que le veía como alguien engreído que sólo sabe ir de etiqueta o traje. - De hecho,e s el único amigo de mi madre con el que no me importa quedar, como hoy y estar horas charlando, es usted siempre muy bueno conmigo, señor Black pero, sin llegar al peloteo como muchos amigos de mamá hacen, intentando conseguir mi beneplácito para que los escoja como prometidos...

Di un trago a la taza humeante de té, no sin antes disfrutar de su dulce aroma y escuché atenta su invitación.

- Jamás mamá aceptará algo así. ¿Una muchacha de mi edad con un hombre soltero a solas en medio de la jungla? ¿Qué dirían sus amistades? Ya la conoce... Además, siento decepcionarle pero, más que la selva, me gusta el mar abierto.

“Tu madre...” sonreí, “creo que tu madre tiene muchos planes para ti, y tu a la vez más planes para llevarle la contraria... desde la barrera se ve divertido”

“Sabes que no me quiero meter en los temas de tu madre, es un poco obsesiva y obstinada...”

Sonreí “¿Que es lo que te gusta del mar? ¿Cual es la razón que te hace ser aventurera querida Sophia?

¿Divertido? Claro, era fácil ver la situación de los demás como un espectáculo circense...

- ¿Del mar? La libertad absoluta que me ofrece - respondí prefiriendo ignorar el resto de sus palabras. - Su gélido abrazo al sumergirme en alta mar, sus olas balanceando el velero en medio de la noche, las fuertes tormentas amenazándome... su fauna, todo el mar hace que me sienta viva y libre. Y, no es que sea aventurera, señor Black, es sólamente que prefiero vivir mi vida a dejar que otros decidan cómo debo vivirla.

La respuesta de Sophia era sensata y tranquila, “Creo que el mar no es como crees querida, es un amante poderoso, un amante algo traicionero que decide más de lo que tus ojos ven, es un amante muy celoso, una vez estas con el estas a su merced...”

“Si quieres controlar tu vida piensa en el poder, cuanto más poder tengas mas control tendrás, aunque siempre encontraras algo que no puedas controlar...”

Mi mirada se dirigió hacia una mujer que tomaba una galleta a un par de mesas, era una chica joven y guapa, tomaba una galleta con ansia mientras sonreía y hablaba... la galleta se fue por el sito equivocado y empezó a sonrojarse por la falta de aire....

“Si me disculpas...” Me acerque a aquella chica y poniéndome a sus espaldas y pasando mis brazos por su cintura aprete.... el trozo de galleta callo sobre la taza de te...

- Claro que es todo lo que yo pienso. Por parecer delicada, no quiere decir que no me gusten los amantes poderosos y traicioneros, me gusta demostrar mi fuerza convirtiéndome en parte de él.

Le miré por un corto período de tiempo a los ojos. Acababa de hablar como mi madre al decir todo aquello del poder y el control pero, antes de responderle, se levantó para socorrer a una chica que acababa de atragantarse.

Cuando regresó a la mesa, sólo pude decir:

- Es usted un hombre de múltiples caras, señor Black. Sinceramente... no sé si quiera saber cuál es la verdadera.

Sonreí al escuchar su comentario “Si conocieras mi verdadera faceta, lo mismo perdería el encanto con el que de vez en cuando me miras....”

“El misterio nos hace interesantes” sonreí cogi tu mano y mire tus ojos... “Las sonrisas suelen ser vacias, pero las miradas suelen ser penetrantes, el silencio de tu mirada dice más que las palabras de tus labios

Sabía desarmarme con sus palabras y, el tener sus manos cogiendo la mía mientras sus ojos penetraban los míos hizo que el mundo se detuviera por un instante.

Algo extraño me recorrió el cuerpo sin ser capaz de apartar la mirada de la suya. Algo me decía que debía coger mis cosas e irme de allí de inmediato pero, una fuerza mayor me mantenía pegada a mi asiento.

Sonreí, esperando que mi mirada fuese capaz de hacer lo que él decía y hablase por mí, que acababa de quedarme sin palabras.

Lleve sus manos a mis labios y con ternura las bese, luego con cariño las deje sobre la mesa y bebí un sorbo de te...

Mi mirada no se apartaba de la tuya, deje que vieras la persona que mi mirar quería ocultar, una persona que siempre se ocultaba bajo las palabras, que no siempre decía lo que pensaba, una persona que pese a hablar mucho siempre callaba lo mas importante...

“Creo que el silencio es precioso, aunque siempre he pensado que soy un bocazas por hablar tanto” Sonreí “No voy a escrutar en su mirar su forma de ser, la respeto y la aprecio en exceso como para tratar de robar sus mas íntimos secretos”

Quise apartar rápidamente mis manod de entre las suyas cuando las acercó a sus labios, pero sabía que sería descortés y que llevaría a un momento lleno de tensión que prefería evitar. "¿Quién eres realmente?" le preguntaba mentalmente sabiendo que no escucharía mi pregunta.

Una vez más, parecíamos una pareja de enamorados, como en la fiesta de fin de verano, ¡casi parecía que él se encargase de que siempre acabásemos igual!

Una vez mis manos quedaron libres, tomaron la taza y di un sorbo a mi té, dejando la taza vacía. Hice un gesto a la camarera que nos había atendido hacíendola saber que quería un poco más y, con un movimiento de su varita, mi taza se rellenó.

- Gracias - le dije en un susurro, sabiendo que no me podía escuchar pero, que el movimiento exagerado de mis labios sería fácil de leer. Ella hizo un gesto afirmativo con la cabeza y siguió atendiendo a otros clientes.

Mi madre no soportaba que yo fuese tan amable con cualquier persona que nos sirviera. "Han nacido para ello, son ellos los que deben estarnos agradecidos por permitirles servirnos", solía decir.

Yo, sin embargo, conocía los nombres de toda la servidumbre de casa (mamá no quería elfos domésticos, decía que eran demasiado horripilantes para una mansión como la nuestra) y conocía sus preocupaciones y sus familias.

- Yo también suelo ser muy hablardora en ocasiones, señor Black, pero voy aprendiendo a moderarme. Por eso, que sea usted quien inicie las conversaciones me ayuda a controlar mi lengua.

[Trata de especificar cuándo piensa y cuándo habla, porque a veces, me lío un poco ]

Saque un pequeño paquete de la chaqueta y se lo entregue a Sophia... “Espero que te guste...” Sonreí al dárselo...

Se trataba de uno de los libros de pociones más complicados de adquirir, había tenido que encargar una copia de mi ejemplar...

Pedí con delicadeza yo también que me sirvieran un poco mas de Té, y con delicadeza añadí “Gracias Paula” cuando termino de servirme, después de todo en aquella cafetería siempre me trataban bien y a Paula la conocía también de fuera de ella...