Una noche en la sala

Habia terminado mi ronda y con eso todas is obligaciones quedaban cumplidas. Sin embarga, al contrario de otra veces, no estaba cansada y la idea de irme a acostar no me hacia mucha ilusion. Claro tampoco tenia mucho para hacer, siendo media noche no habia muchos lugares donde acudir.
Subi a mi habitacion, me saque el uniforme, reemplazandolo por una remera y un pantalon de joggin bastante viejo que usaba para dormir, agarre el libro que estaba leyendo y baje a la sala comun. Por el horario solo quedaban algunos alumnos que, desesperados por la falta de tiempo, terminan sus tareas en una carrera contra el tiempo cuyo premio era unas reconfortantes horas de sueño. Me tire comodamente en uno de los sillones cercanos al fuego, con las piernas colgando del apoya brazos, y retome la lectura.

Entré a la sala común con despreocupación. Tenía suerte de no tener deberes que hacer esa noche.
Miré al rededor, aburrida, esperando encontrar a alguien con quien pasar el rato.
Mi vista se posó en una chica que estaba leyendo un libro, tirada cómodamente sobre uno de los sillones.
Parecía muy sumergida en su lectura, pero era la única a la que no se la veía demasiado atareada.

- ¡Hola! - saludé alegremente, esperando que no se molestara por mi interrupción. - Soy Lara.

Estaba bastante absorta en la lectura, casi habia dejado de escuchar el constante ruido de las plumas sobre el pergamino y los ocacionales murmullos a mi espalda, cuando escucho una voz bastante cerca mio.
Algo sobresaltada por la interrupcion levante la cabeza para ver de quien se trataba. Por alguna razon, el rostro de esta chica, me parecia familiar. Teniendo en cuenta que las dos eramos de Hufflepuff eso no era tan descabellado. Seguramente la habia visto dando vueltas por la Sala Comun.
- Hola Lara, soy Kiara -
Le dije dejando el libro sobre mi regazo y acomodandome mejor en el sillon

Parece que la había sobresaltado, pero de todas formas me saludó amablemente.

- Espero no haberte interrumpido. - dije, aunque sabía que sí lo había hecho. Era nada más por ser cortés, además era una forma de detectar si se había molestado. - ¿Te importa si me siento? - pregunté, sonriendo, a la vez que señalaba un sillón ubicado al lado de Kiara.

- No para nada -
Deliberadamente habia dejado pasar su comentario anterior. Las dos sabiamos que me habia interrumpido, pero no me molesto para nada y esperaba que el no impedir que se siente lo dejara claro.
Señale la hoja en la que me habia quedado y puse el libro sobre la mesita que estaba cerca. Todavia me resultaba raro el echo de que esta chica me resultara familiar. Estaba segura de haberla visto en algun lado.
- Vas a pensar que estoy loca porque viniste aca y me saludaste presentandote, pero tengo la sensacion de que ya te habia visto en otro lado y no puedo acordarme donde -
La miraba con el cejo fruncido, tratando de hacer que mi memoria, por una vez en la vida, me funcionara

Dijo que no se había molestado, o eso fue lo que entendí, aunque no estuve del todo segura.
Repitió que le parecía conocida, y luego su expresión fue de concentración. Yo la había visto varias veces, ella era la prefecta, por lo que no pasaba desapercibida, pero no recordaba que hubiéramos mantenido ninguna conversación antes.
Aunque, tal vez, mi mente me engañaba.

- No lo sé. Tal vez me atrapaste haciendo algo que no debía. - sugerí, aunque realmente no estaba segura. Aunque no puedo negar que me gustaba salir a caminar por los pasillos en las noches, cuando no podía dormir, y a charlar con los cuadros o con el Fraile Gordo.

La comprencion llego a mi como si de un rayo se tratara. Ahora me acordaba donde la habia visto. La mire con fingiendo enojo. No estaba realmente enojada con ella, simplemente me estaba aprovechando de la situacion para hacerle una broma.
- Por culpa tuya el Fraile Gordo dejo de saludarme durante una semana entera hasta que lo convenci que solo estaba cumpliendo mi deber como Prefecta -
La habia encontrado una noche, fuera de la sala comun, mientras hacia una de mis rondas hablando muy tranquilamente con el fantasma de la casa de Hufflepuff. Por supuesto la habia mandado de vuelta a la sala comun y habia regañado al Fraile por darle charla. Esa fue una discucion memorable, de no haber sido porque Nick Casi Decapitado aparecio en escena hubiera terminado muy mal.

En un principio me asusté por el regaño, pero al ver asomar una sonrisa en su rostro me di cuenta de que estaba bromeando, y entonces, decidí seguirle el juego.
- ¡Ah, sí! - exclamé, fingiendo recordar. - A la mañana siguiente de que me mandaste al dormitorio, el Fraile apareció bufando en el comedor. Se quejó de que no lo dejabas distraerse un poco en las noches, cuando no había nada para hacer siendo un fantasma. - era en parte broma, en parte cierto, pero mejor no especificar nada.

Rode los ojos exasperada. No era la primera vez que escuchaba ese tipo de queja de parte de un fantasma. Cuando se ponian en plan "pobre de mi que soy un fantasma y no tengo nada para hacer" podian ser peores que Peeves.
- Es un exagerado -
En ese momento el Fraile paso volando por entre nosotras. Le hice un gesto de saludo con la cabeza, sin inmutarme por haber estado hablando de el, antes de verlo salir de la Sala Comun. Seguramente daria una vuelta por el castillo en busca du algo para hacer.
- Ahora que lo pienso. ¿Que hacias fuera de la Sala Comun esa noche? -

Giré la cabeza al sentir el característico frío que emiten los fantasmas al pasar cerca de una. El Fraile acababa de pasar, y me pareció que en su expresión había algo de ofendido.

Quedé reflexionando unos instantes cuando Kiara me preguntó el porqué estaba fuera de la Sala Común aquella vez.

- No lo recuerdo con exactitud... Algo había pasado que no me dejaba dormir, y, para despejarme, decidí hablar con alguien. Pero no era una buena idea despertar a alguien de mi habitación... - levanté los hombros. - Así que busqué a alguien que tampoco pudiera dormir.

Escuche su explicacion con atencion, asintiendo con la cabeza pues sabia a lo que se referia con las noches de insomnio y las compañeras de cuarto que mejor no despertar.
- Si, conosco la situacion. De hecho estoy atravesandola en este momento -
Le dije señalando el libro que habia estado leyendo y ahora descansaba sobre la mesita.
- Pero... ¿Sabes que no podes salir de la Sala Comun en la noche? -
Lo habia preguntado por simple cortecia, pues estaba muy conciente que conocia esa regla. Todos los alumnos conociamos esa regla.
- La proxima vez que te encuentre voy a tener que avisarle a una autoridad. Y eso va tambien para cuando te vea entrando a la Sala Comun despues del horario permitido -

- Sí, sé que no puedo... - suspiré resignada. - Pero no se me ocurría nada más para hacer. - dije a modo de explicación, aunque sabía que no era excusa suficiente, porque podría haber hecho lo mismo que Kiara: leer un libro.

- Está bien, sé que es tu deber. - me resigné. - De ahora en más intentaré llegar en horario, y no salir por las noches. - prometí, aunque había dicho claramente intentaré, por lo que no era algo que jamás volvería a hacer... Quizás un par de veces más...

Me esforcé en pensar un nuevo tema de conversación, pero no se me ocurrió nada demasiado original.

- ¿Qué estás leyendo?

Sonrei incredula, algo me decia que no seria la ultima vez que la viera fuera de la Sala Comun en las noches, mas no hice comentario alguno.
Su pregunta me habia descolocado un poco, no esperaba un cambio de tema tan brusco, por lo que tarde un poco en constestar.
- Literatura Muggle -
Agarre el libro y se lo pase para que pudiera verlo.
- Angeles y Demonios. Es una historia bastante atrapante sobre la religion y la ciencia. Su autor, Dan Brown, suele trabajar con informacion real. Muy recomendable -

Me pareció que mi pregunta la había despistado un poco, y se tomó su tiempo en responder.

Me pasó el libro, y yo observé la contratapa.

- Vaya, suena interesante. - murmuré. - No pasará mucho tiempo hasta que otro ejemplar caiga en las manos de esta ávida lectora. - comenté antes de devolvérselo.

- No te vas a arrepentir -
Le dije tomando el libro y apoyandolo nuevamente sobre la mesita
- Aunque para mi tiene un encanto especial. Soy hija de muggles y este tipo de literatura me sentir un poco mas cerca del mundo de mis padres -
No tenia idea de porque le habia comentado aquello. Me encontre hablando sin animos de detenerme. Estaba segura que se debia a la personalidad que mostraba esta chica, parecia ser alguien en quien poder confiar.

- A mí también me gusta mucho la literatura muggle, toda mi vida he vivido en Londres, bajo el cuidado de mi madre, que es muggle. Mi padre pasaba mucho tiempo fuera, pero siempre que llegaba a casa me traía alguna cosa del mundo mágico. - mi tono se volvió un poco nostálgico. - Pero al pasar tanto tiempo con mi madre, leía muchos libros de este tipo, y les tomé cariño.

Mi infancia no habia sido de lo mas bonita y escuchar historias como esta hacian que me sintiera mal por eso. Sin embargo no demostre ningun sentimiento negativo, por el contrario en mi rostro se dibujo una sincera sonrisa al imaginarla. Con el tiempo habia aprendido a aceptar lo que me habia tocado en suerte y disfrutar de la dicha de los demas, despues de todo no lo habia pasado tan mal una vez que supimos de donde venian todas las cosas raras que me pasaban.
- Debe haber sido muy lindo -
Le dije con sinceridad

- Sí, lo fue... - me quedé callada unos instantes, recordando, y luego miré a Kiara. Tenía aspecto de estar feliz, pero algo en su mirada no encajaba.

- ¿Y tus padres? ¿Ambos son muggles? - le pregunté por curiosidad, esperando que no le molestara mi pregunta.

- Si, mis padres son ambos muggles. Estas hablando con una autentica "Sangre Sucia" -
Cuando dije lo de sagre sucia dibuje las comillas en el aire con mis dedos y rode los ojos con cansancio.
- Mi mision en esta vida es hacer desaparecer a todos los "Sangre Limpia" -
No habia podido evitar bromiar con el tema. Es cierto que en esta guerra contra Voldemort muchos habian muerto, sin embargo no dejaba de parecerme absurda la idea de superioridad de raza. Era aberrante, pero absurda.

No sabía si reírme o no ante su comentario.

A mí no me agradaba la idea que poseían muchos magos de sectorizar y creerse mejores que otros por tan sólo ser hijos de padres magos, a fin de cuentas, ¿que importancia tenía? Tanto los hijos de muggles, como los mestizos y como los "Sangre Limpia" somos capaces de hacer magia, y eso es lo que importa, no la ascendencia.

- Y bueno, entonces debo estar feliz de ser mestiza y no "pura", porque no me gustaría que me hicieras desaparecer. - bromeé en un falso tono asustado, para poner un poco de humor al ambiente.

Me lleve una mano al pecho y puse mi mejor cara de sorpresa.
- Como vas a pensar que puedo hacer desaparecer a la gente asi como asi -
Negue luciendo desfruadada.
- No, por supuesto que no... Yo a la gente la desaparesco con su permiso -
Estalle en carcajadas. Un dia de estos me encontraria con alguien que me diera un buen golpe por este tipo de bromas, que dicho sea de paso me lo tenia bien merecido. Aunque era inevitable que las hiciera, era mas fuerte que yo.

Se largó a reír, tentada por su propio chiste, y me contagió, por lo que no pude hacer nada más que reír con ella.

- No lo sé, pero por las dudas te digo desde ya que no tienes mi permiso para desaparecerme. - dije simulando precaución, y luego continué riendo. - Aunque, tal vez algún día me vendría bien, para saltarme alguna clase o algo... - reflexioné, bromeando aún. - Entonces, te lo pediré.

- No te preocupes, en cuanto me lo pidas, no te encuentra ni Merlin -
Le guiñe un ojo juguetonamente.
- Pero eso si, despues no vale que me acuses de secuestro o algo -
Levante las manos en señal de inocencia.
Bromie con ella un rato mas, hasta que el sueño me empezo a vencer. Dando un gran bostezo me levante del sillon, estirando los musculos que se habian agarrotado de estar siempre en la misma posicion.
- Bueno, Lara, fue un gusto haberte conocido. Pero creo que por esta noche es todo para mi -
Agarre mi libro, lo puse bajo mi brazo y me dirije hacia las escaleras que daban a los dormitorios. Antes de empezar a subir, voltie para mirarla en advertencia.
- No quiero enterarme que saliste de la Sala -
Sostuve su mirada un momento y despues le sonrei para despedirme.
- Buenas nochas -
Me despedi finalmente y emprendi el camino hacia mi habitacion.

- Está bien, no te acusaré de intento de secuestro, no te preocupes. - contesté a su broma.

Y así seguimos un rato más, riéndonos de diferentes cosas. Hacía rato que me estaba durmiendo, pero estaba pasándola muy bien con Kiara como para terminar tan pronto.

Entonces, ella se levantó de su asiento, y me anunció que había sido suficiente por el momento.

- Estoy de acuerdo contigo. - respondí, sonriendo. - Ha sido una buena charla, pero ya es hora de dormir.

Entonces, ella se dirigió hacia las escaleras, pero antes de subir, me hizo una pequeña advertencia.

- No lo harás. - le respondí con picardía. Podría no enterarse, aunque yo si saliera. Pero no iba a ser esa noche, estaba muy cansada.

- ¡Que descanses! - contesté a su saludo y luego ella emprendió camino a su habitación.

Me levanté de la butaca, me estiré, y decidí seguir su ejemplo, yéndome yo también a la cama.