¡Qué hambre! [Hermione Granger]

Cedric bajaba las escaleras rápidamente, quería llegar al comedor lo más antes posible ya que la noche anterior no había podido comer por cuestiones de tiempo. ¡Comida, comida, comida! - gritaba en su cabeza, seguramente por impulsos nerviosos provenientes de su estómago.

Al llegar al Gran Comedor, se pone a buscar un asiento libre, en verdad estaba algo retrasado, había mucha gente. Luego de girar un rato alrededor de su mesa, ve un pequeño lugar que, con algo de esfuerzo, podía utilizar.

- Permiso, ¿Me puedo sentar?.- le pregunta a la chica que estaba allí, ya que para que se siente tendría que moverse un poco.

Sonríe apenas, sintiendo alivio de por fin haber podido encontrar un hueco en esa tan abultada mesa.

- Gracias.- respondió amablemente mientras se acomodaba en su asiento.

Apenas observó la mesa llena de comida, piernas de pavo, tortilla, jugo de calabaza, comenzó a servirse de todo, tratando de llenar lo más posible su lugar en la mesa; era un manjar. Tenía muchísima hambre pero, vamos, no era un maleducado ni mucho menos un mal-aprendido, comía como se debía, con su boca cerrada y ensuciando lo menos posible.

Luego de un par de minutos, cuando su estómago dejaba por un instante al menos de pedirle más y más, se detuvo al ver el libro que estaba leyendo aquella chica, la que le había cedido el lugar; mientras bebía un sorbo de jugo de calabaza, para pasar el atracón que se había llevado.

- ¿Por qué página vas?.- preguntó señalando la tapa del libro.

El chico terminó de tomar su jugo de calabaza para respoderle.

- Cedric, Cedric Blair es mi nombre- estrecha su mano para saludarla -, un gusto Hermione.-

Ella le aclaró que estaba repasando para un exámen, entonces él se pone a pensar, había algo que le daba vueltas por la cabeza pero no recordaba que.

- Ah, bien, sólo lo decía porque tengo hecho un resumen de la materia, mis apuntes están casi al día, me falta la última clase.- dice recordándo porque había faltado.

- Si quieres te lo puedo prestar.- vamos, ser amable alguna vez nunca venía mal, hay un dicho que dice "Uno cosecha lo que siembra" ¿No?.

Se llevó una servilleta a la boca para terminar de limpiarse, mientras buscaba un escarba-dientes y lo mantenía en su boca, sosteniéndolo con sus labios.

— Bueno, al menos intenté ser amable — dijo riéndo, en tono de broma.

Ya había terminado de comer y no había nada que lo retuviera, sólo el tema de que se sentía pesado y debía hacer la digestión. Se estiró un poco más y apoyo ambos brazos en el respaldar de la silla, para relajarse aún más.

— ¿Qué año cursas?, según creo ese libro lo estamos dando en mi clase, si es así es raro que no me suenes conocida —

El chico se sorprendió de gran manera, en el fondo no tanto, pero es que le parecía raro no recordar su rostro.

— Sí, voy a sexto también — aclara limpiándose las manos con una servilleta — ¿Cómo puede ser que no recuerde tu rostro? — no lo podía entender.

Ya Cedric había saciado su hambre por completo, estaba satisfecho y apunto de repetir, pero se llevó la mano a su boca para no pasar ningún tipo de vergüenza.

-Ah ya, debe ser eso- respondía casi inmediatamente el chico ante el comentario de ella.

-¿Así que con los de séptimo eh?, vaya, se ve que te gustan los desafíos- comentó Cedric mientras con una servilleta terminaba de limpiarse la boca.

-Yo no me saltaría clases, que se yo, ¿Para qué adelantar algo que el año que viene verás?, después vas a quedar algo colgada- él tenía la capacidad de entender más que los demás, es más, sobre criaturas mágicas se creía muy superior, pero no le gustaba alardear.

-Ya bueno, como tu digas- le sonrió dándole la razón, a personas así no la puedes convencer ni tampoco tenía esa intención.

Estaba ya lleno, y en verdad Cedric se empezaba a aburrir. Lo que más odiaba de estar aburrido era llegar a ese momento en que no sabía como quitarse esa horrible y rutinaria sensación.

-Mmm, joder, como me aburro- susurró casi en voz alta, creyendo que sólo lo dijo para sus adentros, mientras tomaba un sorvo de su jugo.