Nada como un bonito atardecer [Hermione Granger, Chloe Bingley]

Llevaba toda una tarde repasando mis libros de defensa contra las artes oscuras, solo con la idea de que tanto cruce con Slytherins acabara por un enfrentamiento no deseado como habia visto desde mi llegada. Se me ocurrio ir a pasear por el castillo hacia donde me llevaran mis pies y asi explorar mientras hacia algo tan productivo como aprender a defenderme. La verdad es que el libro era interesante y no por sus angostos y torturadores textos sino por sus enseñanzas.

Cuando me quise dar cuenta estaba en el puente, justo en medio, cuyo silencio me habia sacado de mi ensimismamiento y me puse a contemplar el atardecer que casualmente se estaba dando en aquel momento. Guarde mi libro y me puse a contemplarlo. Me sentia como en una nube porque desde mi primer dia habia sido un sueño para mi pero echaba en falta algo mas de comunicacion y amistades. Estaba tan absorto que no repare en los pasos que comenzaban a aproximarse hacia mi...

Chloe iba dando saltos por el puente, realmente saltaba más por costumbre que porque estuviese feliz, no tenía ningún motivo para estarlo. Le quedaba mucho por hacer y no le apetecía nada ser responsable, era un aburrimiento. Había salido para ver si se distraía y dejaba sus remordimientos atrás. Iba por el puente cuando se encontró con un chico y decidió saludarlo.

-Hola- dijo sonriendo.

Tan pronto como los pasos se hubieron acercado a una distancia considerable desperte de mi ensimismamiento y repare en una figura alegre y muy bella que se dirigia hacia mi. En un principio la vi tan absorta y metida en su baile saltarin que pensaba que no se fijaria en mi pero tan alegre como caminaba se paró en seco y me saludo. Yo le sonrei amistosamente:

- Hola, ¿que tal?- dije intentando atraer su atencion. La verdad estaba un poco aburrido alli solo y pense que me haria una compañia asi de feliz.

- ¿Ibas a algun sitio? Si no es asi, ¿Te gustaria contemplar este atardecer conmigo? Estoy un poco harto de estar solo por aqui.

Le señale hacia el horizonte donde el sol ya estaba escondido tres cuartas partes de su tamaño y su reflejo en el mar cristalino lo hacia brillar aun mas sobre las montañas cercanas al castillo.

- Soy nuevo y aun no tengo muchas amistades por aqui y veo que este año hay muchos Slytherin dispuestos a torturar a Gryffindors como yo ... pero no les dejaré.- dije envalentonandome.- Pero gracias a dios, a los de tu casa, los Ravenclaw les estoy muy agradecido. Si no fuera por algunos chicos Ravenclaws aun estaria en la entrada.- dije soltando una risita

Aquella escena me parecia digna de un pintor por la belleza y la naturalidad que inspiraba la amistad. Era tan bonito aquel atardecer que parecia estar soñando en la mente de un animal tan puro como un unicornio y ademas contemplarlo junto a aquella chica tan jovial y alegre solo podria hacerlo mas fantastico. En ese instante una chica se apoyo justo a nuestro lado sobre la vaya del puente y tambien se puso a contemplar aquel digno atardecer. Yo mire a su lado y nos saludo:

- Hola.- dije felizmente.

Cuando ella giro la cabeza pude reconocer a aquella chica. Era Hermione Granger, la chica mas lista de todo Hogwarts segun decian y justamente era de mi casa, Gryffindor. Su cara inspiraba una tranquilidad que acompañaba en la escena vivida por aquel suave atardecer. De sus ojos emanaba aquella sabiduria de la que hacia gala sus amigos sobre ella.

- Esto... Eres Hermione Granger, ¿verdad? He oido hablar mucho de ti. Bueno mas que de ti de tu inteligencia si se me permite decir. Soy Phil Collins, tambien de Gryffindor, encantado.- dije bastante emocionado

- Veo que vienes cargada de libros. ¿Has tenido alguna clase?-pregunte para ver si le apetecia comenzar una conversacion.

Chloe sonrió ante lo que dijo el chico, pobre, debía de estar muy aburrido para salir por ahí y pedirle a una chica desconocida que se quedase a ver el atardecer con él, eso de ser nuevo en Hogwarts no debía de ser nada guay. Iba a responderle cuando llegó una chica a la que reconoció como Hermione Granger, de su curso. Sonrió al verla, pero no pudo evitar recordar que Bea no se llevaba demasiado bien con ella.

-Y yo soy Chloe- se presentó sintiéndose un poco apartada- y sí, me quedaré a ver la puesta de sol contigo, está bonita.

Estaba feliz. No sabia porque pero ese atardecer me resplandecia no solo la parte delantera de mi figura sino lo mas hondo de mi corazon, lo ayudaba a latir para que no se cansase y aguantara aquel momento durante una vida de un semidios. Tal era mi efusividad que me sorprendi a mi mismo al coger con ambas manos por los hombros opuestos a mi cuerpo de las chicas acercandolas a mi y las mire con una sonrisa que radiaba felicidad.

- Si todas mis tardes fueran como esta, destruiria la luna para que el sol nunca callera...-dije sonriendo de felicidad. Gracias por compartir este momento conmigo. Es lo mas bonito que he visto en mucho tiempo y ademas la compañia no podria ser mejor.

Me separe lentamente de ambas chicas, me sentia como el hermano menor de una gran familia, una familia que nunca tuve en realidad. Era la sombra de un ferviente deseo que crecia en mi interior deseando el amor de un padre y el cuidad de una madre...

- Perdón si os ha molestado. Es que hecho de menos a mis amigos y aun no he conocido a mucha gente por aqui. Me deje llevar.- dije algo sonrojado

- Por cierto, ¿Como es que no habeis ido a vuestros hogares en Navidad? Yo me he quedado finalmente porque mis padres estaban en Alemania, en casa de mis tios y digamos que no habia sitio...-dije apagando cada vez mas la voz. No era verdad que no hubiera espacio en la casa, sabia perfectamente que mis padres estaban encantados de haberme perdido de vista e incluso podria afirmar que ellos no se acordaran de mi...

Phil las abrazó por los hombros y Chloe sonrió, le parecía enternecedor que el niño se conmoviera tanto por una simple puesta de sol, que por el otro lado, para él parecía mucho más importante, era francamente adorable, ojalá hubiera más niños como él.

-Que bonito, aunque técnicamente, da igual que destruyas la luna, el sol seguría dando vueltas, pero aún así lo que has dicho es precioso. A mí no me has molestado, de verdad. Sé que cuando estás sólo, con cualquier compañía te conmueves- le dijo sonriendo débilmente, y era la verdad. Cuando ella se sentía sóla de pequeña, la compañía de Beatrice era el doble de apreciada.

-Bueno, verás... no quería estar sola, así que me he quedado- mintió sin mucha convicción. Era una de las razones, pero no la principal. Tenía miedo de ir a su casa, de que los mortífagos aparecieran en mitad de la noche. Para ella, Hogwarts era mucho más seguro.