La comida prometida [Chloe Bingley]

Luego de haberse ido a su cuarto para alistarse, Cedric emprendió camino hacia Hogsmeade. El lugar donde se dirigía era algo caro y, como siempre conlleva, debería vestirse al menos 'aceptablemente'. Llevaba una camisa mangas cortas de color rojo, ya eso para él cumplía los estúpidos requisitos. Se olvidó de comentarle ese detalle a Chloe, pero confiaba en sus gustos, es más, le gustaba como se vestía. Si no, joder, eran magos, se solucionaba.

Entró a aquel elegante salón y se acercó a la mesa de la primera fila, esperando a su invitada.

Chloe entró en el salón suspirando aliviada, contra todos los pronósticos, había conseguido llegar a tiempo a la cena. Había tenido que ir a su cuarto, cambiarse (¿cuántos cambios de ropa llevaría en el día?) y dirigirse a Hogsmade sin que nadie la viese para cenar con Cedric. Llevaba una blusa de tela desteñida y manchada en tonos rojo y sobre ella una chaqueta estilo empresario. Lo acompañaba con una falda corta de color rojo oscuro, medias negras y bailarinas también en tonos rojos. Esperaba no desentonar demasiado.

Vio a Cedric nada más entrar en una mesa y se acercó con una sonrisa. Se sentó dejando su bolso en el respaldo.

-Espero no haberte hecho esperar demasiado, a propósito, hola- saludo riendo.

Luego de un par de minutos de repiquetear sus dedos en la mesa, escuchó la voz de Chloe y sonrió dirigiéndole la vista. Estuvo apunto de besarla en la mejilla, pero no se creía para nada que tendría esa confianza con ella, así que aprovechó que se sentó y le pidió su mano, plantándole un beso en ella.

-Recién había llegado; buenas noches, My Lady- sonrió luego de esto para tomar el menú y relojearlo un poco.

Había cantidad de masas y diferentes estilos de té para pedir, pero en verdad no sabía que elegir, así que se limitó a esperar que podía llegar a querer su invitada.

-¿Qué vas pedir?-

Chloe sonrió cuando Cedric la besó en la mano, recordando que ya lo había hecho antes. En cualquier caso, le gustaba cómo sonaba eso de My Lady. Empezó a ojear la carta para decidir que tomar. Todo eran pastas ligeras y té, por suerte no se había podido resistir a tomar unas cosas que encontró en su habitación cuando buscaba el maquillaje.

-Me alegro, pues... tomaré un té verde y algunas pastas de la casa, ¿y tú?- preguntó sonriendo.

Cedric seguía leyendo lo que iba a pedir, pastas, biscochuelos, tortas, todlo provocaba, y la verdad se moría de hambre. Seleccionó con el dedo y con una sonrisa asintió a lo que había pedido Chloe, reteniéndolo en la cabeza mientras con un gesto de su mano izquierda llamaba a un mozo.

-Si, ¿Podría ser unas pastas de la casa y para mí pastas con albóndigas y algo de salsa roja? Ah y Chloe, ¿Qué quieres de beber?- dijo esperando su respuesta, el mozo también la aguardaba.

Chloe sonrió pasándole la carta al camarero y recordando lo que quería para beber.

-Un té verde estará bien, gracias- dijo, tras lo cual el mozo se fue con las cartas, la chica le sonrió a Cedric- Bueno, dime querido caballero protector, ¿qué ha sido de tí en esta... hora apróximadamente en la que no nos hemos visto?- preguntó riéndo, la pregunta sonaba un poco estúpida- si consideras que la pregunta es tonta puedes contarme más cosas sobre tí- añadió.

El camarero se iba con su pedido mientras de espaldas Cedric le decía que quería de beber.

-A mí un té común, no sé para que le meten colores a los té, ¿acaso es un arcoiris?, bah, el té debe de se rnegro- aclaraba Cedric como quejándose de broma - Esa hora me alcanzó para bañarme luego de darle de comer al Abraxan, Chloe, ¿Y a tí?-

Chloe rio cuando Cedric dijo lo de los colores del té, ella sabía que había té de distintos colores porque a veces usaban distintas plantas de té en su elaboración, o las secaban de diferentes maneras, y por eso salían tés diferentes.

-Pues que rápido- dijo sorprendida- yo sólo alcancé a cambiarme, pero es que yo tardo mucho en escoger la ropa que voy a llevar, soy muy tardona en eso. Por eso siempre escojo mi ropa la noche antes, pero es que me has descoordinado todos los horarios, y eso es muy molesto- explicó infantilmente enfadada.

Cedric la escuchaba sonriendo, no había conocido ni una chica que tarde menos de una hora en prepararse antes de salir, en varias ocasiones eso se tornaba algo molesto para él; aunque claro, luego las ventajas y los beneficios también se los llevaría él.

-Jaja pero vamos Chloe, si con cualquier ropa te ves bien, no sé como haces- dice en un alago a su compañera, mientras le sonríe y espera al camarero.

Chloe sonrió tras el halago de Cedric, eran su punto débil.

-Tú tampoco estás nada mal, así que supongo que haré lo mismo que tú, así que dime Cedric- dijo acercándose al chico- ¿cuál es tu secreto?- le preguntó con tono burlón a su acompañante.

En eso llegó el camarero con los platos que habían pedido, Chloe sonrió.

-Me alegro de que ya haya llegado la comida, tenía hambre- dijo.

Cedric fué recibiendo su té y las pastas que había pedido, al igual que Chloe. Frotó su mano sonriendo en un gesto claro de felicidad porque ya iba a comer. La miró sonriendo y le respondió, siguiéndole el juego.

-Lo mío es nato, así que supongo que contigo será así, ¿No?- comentó para luego pinchar la comida de su plato y darle un bocado mientras esperaba su respuesta.

Chloe rio ante lo que había dicho Cedric, ella también pensaba que lo suyo era nato, aunque nunca había encontrado la pala bra exacta para definirlo.

-Pues claro, está en mi naturaleza- dijo sacudiendo el pelo en broma, aunque se sentía halagada. Empezó a comer observando a Cedric y sonriendo. La comida estaba bastante buena, le gustaba, aunque quizás le faltaba contundencia para ser perfecta.

-Esto está muy bueno, me alegro de haber venido- aseguró con una sonrisa.

-Eso se ve, Chloe, créeme que eso se ve- replicó el joven sonriendo, sin dejar de mirar su plato mientras comía.

Nunca había sido un amante de las pastas, Cedric era bien carnívoro, la carne para él era una comida que podía adaptarse para cualquier momento del día. ¿Tienes hambre?, mastica carne.

-Ey, ey, ¿ya te alegraste?, ¿entonces que queda para el resto de la noche?, jaja que la comida no es nada- aseguró ya mirándola, con una sonrisa.

Chloe sonrió mientras se preguntaba qué más podrían más adelante. No se le ocurría nada, pero seguramente ya lo descubriría cuando se acabase la cena.

-Pues queda... ¡más alegría!- dijo riendo- por si no te has dado cuenta, yo me alegro con todo y muy fácilmente- añadió riendo. Le gustaba ser así, era fácil sorprenderla y divertirla, le molestaba la gente negativa.

OFF: te recuerdo que te toca post en el rol con Hermi

Cedric sonrió ante el comentario de la rubia, ¿cómo no darse cuenta si sonreía a cada rato?; eso le gustaba porque, además, no era de esas que se reían de manera pesada y con un tono de voz elevado. Tomó una servilleta y se limpió la boca con ella, despacio, sacando los restos de salsa que pudieran estar molestando. Se remojó los labios con su lengua y retomó a comer, sin antes responderle.

― Nooo, ¡nunca me lo hubiese imaginado Chloe! ― exclamó sarcástico mientras reía ― Pero me encanta que seas así, me pone de buen humor ― confieza sonriéndole.

Chloe enarcó las cejas, en su opinión, el sarcasmo existente en la voz de Cedric sobraba, pero como luego dijo que le gustaba que fuese así, sonrió de nuevo. En su opinión, era mucho más divertido ver el lado positivo de las cosas.

-Alguien alegre pone de buen humor a cualquiera, a menos que esa persona no quiera ponerse de buen humor, entonces es más difícil, pero ese es su problema. Bueno, dejemos de hablar de mí- dijo riendo, le parecía una frase ridícula, sobre todo considerando que la gente siempre quería ser el centro de todo- aunque no sé de qué más hablar..., ¿de qué más hablamos?- preguntó- ¿o prefieres mantenerte en silencio?

Mientras ya casi terminaba con la mitad de su plato, el joven escuchaba cada palabra que su acompañante decía mirándola a los ojos y siempre sonriendo, mostrándose aconfortado con esa situación.

-De que hablar...- repite -ese siempre es un tema algo complicado - se ríe mientras se manda otro bocado a la boca -Bueno, no sé, conozcámosnos mejos, dime, protegida, ¿cuál es la asignatura que más te va? - pregunta interesado.

Chloe aplaudió emocionada cuando oyó lo de protegida, así que realmente era su caballero andante, que bien, ahora ya estaba a salvo, en teoría.

-Pociones, me encanta, aunque me gusta Encantamientos también, encuentro que es una asignatura muy útil, aunque me gustaría que nos enseñaran a crear nuestros propios hechizos, sería genial, yo lo he intentado pero siempre que intento usarlos, algo explota, lo cual siempre me hace reír y disminuye mi frustración en parte, ¿crees que si invento un hechizo para hacer explotar algo, suceda otra cosa aparte de explotar?- le preguntó interesada.

Cedric se río por varias cosas, la primera el divertido aplauso que Chloe le ofreció luego de mencionar que era su protegida y luego por la confesión que ella le dió sobre sus ganas e intentos de crear un hechizo, y que siempre terminaban por explotar algo. Él también había pensado en crear uno, pero siempre desiste de eso, no porque no le de la cabeza para investigar y crearlo, sino porque al fin y al cabo, encuentra uno ya hecho que cumple sus expectativas.

-Creo que si haces un hechizo de explosión, terminarías reparando algo - el chico se ríe mientras toma un sorvo de su té -Ya en serio, ¿qué tipo de hechizos has querido crear?, digo, para darme una idea -

Chloe rio tras oír lo que dijo Cedric, ¿de verdad repararía algo?, bueno, reparar era bastante contrario a explotar algo, aunque quizás hacía otra cosa.

-Pues...una vez intenté crear un hechizo que te hiciese el pelo rizado...es lo probé en una de mi casa sin que se enterase, en otras palabras cuando dormía, y ese no explotó, más bien empezó a arder, pero lo apagué rápidamente y no pasó nada- se apresuró a decir- y luego también intenté crear uno que sirviera para encontar cosas, no salió del todo mal, pero es que las encontraba porque el objeto en cuestión explotaba...- dijo suspirando.

En esta ocasión no se pudo contener, una carcajada salió de su boca divertido, le había dado mucha gracia las "experiencias" de Chloe.

-Que extraño, pero a la vez divertido - piensa y agrega -Cuando necesite hacer explotar algo... o alguien, te llamaré - le sonríe divertido y vuelve a hacer un gesto para llamar al mozo -Pidamos el postre, ¿te parece? -

En su cabeza se decidía por qué postre elegir, entre tanto en aquel lugar, le gustaba lo dulce en verdad, mucho.

Chloe pensó que era un poco deprimente que la gente quisiese quedar contigo para que explotaras cosas por ellos, pero olvidó ese pensamiento cuando Cedric sugirió pedir el postre. Ella miró la carta, no tenía ni idea de qué pedir, así que decidió pedir lo mismo que su caballero.

-Vale, tú pide algo y yo te copio, que no me decido por nada, así que escoge bien, porque ya sabes, mi postre depende del tuyo- dijo con tono solemne, tras lo cual se hechó a reir.

Cedric asintió divertido, obviamente no le traía ningún problema pedir por ella, ya que tenía un postre decidido desde antes, mucho antes, digamos que vino pensando en ese postre. Raro, sí, pero era uno de sus preferidos.

-¡Brownies de chocolate! ¡No hay que ni pensarlo! - dijo sonriente, mientras le indicaba al mozo que trajera dos.

-Vamos, Chloe, no me puedes salir ahora con que lo que pedí no te gusta, sólo piensa, chocolate... - hace que babea, gesticulando con las manos, riéndo.

Estaba exagerando, pero cualquier cosa para que esa salida terminara siendo lo más divertida y llevadera posible, no le gustaba quedar mal o aburrido ante las personas.

¡Brownies!, ¿cómo no lo había pensado antes?, era el postre perfecto, chocolate con más chocolate y además era esponjoso. Ideal de la muerte.

-¡Me encantan los Brownies!, has hecho una gran elección caballero andante, vas mejorando por momentos- dijo riendo. No tardaron en traerles uno a cada uno, estaba tan calentito y suave, puro chocolate. La chica se lo comió con una sonrisa y en su opinión, duró demasiado poco.

-Demasiado bueno incluso- añadió con una sonrisa, vio que a Cedric todavía le quedaba un poco y se mordió levemente el labio, intentando contener las ansias de comérselo- Cedric, ¿me das un poco del tuyo?- preguntó poniendo sus más tiernos y dulces ojitos de cachorro.