Me sacas de quicio (Lilieth)

Hoy no andaba de buen humor, le gritaba a cada quien que me molestaba, ahuyentándolo. Me reía al ver las caras de esos Gryffindors y Hufflepufs. Pasé por las mazmorras, un lugar agradable para mí, mientras que para otros no. Saqué de la caja de cigarrillos uno y lo encendí. Me apoyé contra la pared y le di varias caladas. Me daba igual si me pillaban, total, nadie controlaba mi vida, solo yo.

Oí pasos acercarse después de haberme fumado medio cigarrillo, no le di importancia alguna y seguí a lo mío.

Estaba en mi habitación, no había nadie, así que me encontraba completamente sola. Había estado componiendo canciones y tocando, no había salido de allí en todo el día a excepción de ir a comer a las cocinas como siempre, me agobiaba estar entre tanta gente a pesar de que podría estar con mis amigos.

Dejé la guitarra sobre la cama y miré por la ventana, hacía un buen día a pesar de estar en invierno y yo aquí, encerrada. Me encogí de hombros y cogí un libro sobre los Gryndilows que había tomado prestado de la biblioteca hacía una semana, me quedaba poco para terminarlo, leía muy rápido. Decidí que podría dar una vuelta por el castillo mientras leía, apenas habría alumnos por la zona en la que iría.

Salí de mi sala común y vagué por Hogwarts mientras iba metida en mi lectura. No me di cuenta de que había bajado hasta las mazmorras cuando me tropecé. Puse cara de dolor y fui a recoger el libro que había caído delante mía cuando vi a un chico fumando cerca. Era Jason.

- Mira que eres molesta - dije con voz fría a Lilieth, ¿quién sino sería? Era muy fácil saber si mi hermana estaba en un lugar, la patosidad era indispensable para ella, por lo que parecía. Le di otra calada al cigarrillo y me fijé en el libro, como siempre, leyendo sin mirar por donde iba. Parecía que lo que le había dicho sobre dejar de leer mientras caminaba, era algo que le entraba por un oído y le salía por el otro.

Me acerqué y cogí el libro antes de que ella lo hiciera, ni me molesté en ayudarla a levantarse, ya podía hacerlo ella solita, ya era mayorcita. - Con que Gryndilows, ¿eh? ¿De dónde lo has sacado? ¿De la biblioteca? Tienes que emplear tu tiempo en hacer más cosas, en vez de perder lo leyendo basuras como esta, los gryndilows son unos seres que no tienen interés alguno, no entiendo por qué te gustan. - Dije sacando mi lado Slytherin.

- ¿Piensas quedarte ahí tirada todo el día? - pregunté arqueando una ceja. Le di de nuevo una calada a mi cigarrillo.

Un momento, ¿había oído bien? ¿Qué le pasaba ahora a este? Ni idea, seguro que de mal humor, sino... ahora parecía que yo no le caía para nada bien.

Iba a coger mi libro, pero él se me adelantó. - Sí, Gryndilows, lo saqué de la biblioteca, una chica de Hufflepuff se leyó este libro y dijo que era muy interesante, por eso lo cogí prestado de la biblioteca. - Dije molesta. Prefería no encontrarme con mi hermano, odiaba con todo mi ser que se portara así conmigo, como si fuera alguien no digno de estar ante su presencia, asco de Slytherins, ¿por qué se comportaban así? - No malgasto mi tiempo, leer es un hobbie que tengo de pequeña, leyendo también aprendo cosas muy interesantes y me informo, no como tú, que te vas cada noche de fiesta. Por lo menos yo hago cosas productivas. - Dije con asco.

- No, no me pienso quedar aquí todo el día, para tu información, ya soy mayor y no tienes ningún derecho a tratarme así como lo haces. - Me levanté del suelo y le arrebaté el libro, antes de devolverlo tenía que mirar de que seguía en buen estado, Jason lo había cogido de cualquier manera. - Creía que ibas a dejar esa mierda que destroza tus pulmones.

- Déjame adivinar, era una sangre sucia, ¿me equivoco? Hay muchos, demasiados, deberían estar prohibidos - Me reí, parecía bastante molesta, me gustaba molestarla lo más posible, sobretodo con este tipo de cosas. - Sí, seguro que son muy "interesantes".

- Yo salgo con mis amigos y voy a fiestas en las que tú jamás serías invitada por ser como eres, si fueras más como una Slytherin seguro que sí, pero esa actitud tuya deja bastante que desear, querida hermanita.

Me reí con ese comentario suyo - Que va, sigues comportándote como una niña y te trato como me venga en gana. - me acerqué a ella y le eché todo el humo encima, eso le molestaba mucho, siempre se ponía a toser cuando le hacía eso. - Puede, pero no me acuerdo de haber dicho que lo haría de verdad, deberías dejar de creer en lo que digo, enana.

- Perdona, Jason. Pero no tienes el derecho de llamarla sangre sucia si ni siquiera sabes si lo es, a lo mejor es tan sangre pura como nosotros. Tal vez incluso más. - Vale, Robin era de familia muggle, pero tal vez conseguía hacer rectificar a Jason. Dejé pasar el comentario sobre lo de las fiestas y miré con mala cara a mi hermano.

- Pues cuidado de que no te vuelvan a pillar fumando ni bebiendo, porque al final te acabaran expulsando de Hogwarts, "hermano".

Cerré los ojos y me apoyé contra la pared- No quiero que me sigas tratando como lo estás haciendo ahora. No me comporto como una niña - susurré - Dejé de serlo a los ocho años - - volví a susurrar, apreté con fuerza el libro contra mi cuerpo y empecé a temblar. Me dejé resbalar hasta el suelo por la pared, quedando sentada. Una lágrima recorrió mi mejilla derecha.

- Sí, sobretodo.

- ¿Sabes? No me importa lo más mínimo que me expulsen, si total, este es mi último año en Hogwarts. - No había reaccionado como acostumbraba cuando le echaba el humo encima. Detestaba el humo y ahora no se apartaba ni ponía muecas de desagrado.

Fruncí el ceño, no esperaba esa respuesta, ¿dejó de ser una niña a los ocho años? Era imposible. Me agaché y le quité la lágrima con mi mano. - Dime una cosa, ¿cómo que dejaste de ser una niña a los ocho años? - Le cuestioné.

- P-por nada, lo dije por decir... Solo fue algo que me salió solo, no me di cuenta de lo que dije hasta que no lo había hecho.

No tenía que haberlo dicho, nadie sabía lo que me había pasado hacía siete años y tampoco nadie tenía por qué saberlo ahora, total, ya había pasado hacía mucho y la tonta fui yo por meterme en ese sitio. Fue mi error y había aprendido de aquella mala experiencia, por eso me encerraba muchas veces y me quedaba largas horas leyendo o subida en un árbol.
Seguramente ahora insistiría en que se lo contase, pero no podía, me daba mucha vergüenza, me quería llevar aquello a la tumba.

Miré el suelo y apreté el libro con más fuerza.

No me creía que lo dijera por decir, algo le había pasado hace siete años y no parecía que fuera a contármelo.

- Ey... venga, tranquila, puedes contarme lo que sea, soy tu hermano- seguro que no diría nada más sobre aquel tema e intentaría evitarlo diciendo cualquier cosa. Suspiré y miré a mi hermana, fuera lo que fuera que hubiese sucedido hace siete años la había cambiado completamente, sino que alguien me explicase porque tenía ahora ese comportamiento con la gente. Prácticamente, a mí me atacaba.

- No entiendo por qué no quieres contarme, dudo que lo hayas dicho por decir. Y deja de agarrar de esa forma el libro, al final lo vas a dañar o algo por el estilo y no creo que a la bibliotecaria le guste que esté dañado.- le cogí el libro y lo dejé a un lado. Después con la mano le cogí del mentón e hice que levantara la cabeza.

- Venga, dime.

Lo miré, no, definitivamente no podía contárselo. Si se lo contaba lo más seguro es que nuestro padre se acabase enterando y yo no quería eso. Lo había mantenido en secreto durante siete años, no pasaba nada si seguía siéndolo, total, pasó hace mucho...

- N-no. No pienso decir nada, no quiero contarte nada, puede que seas mi hermano mayor, pero por ello no tengo porque contarte algo que ni siquiera es de tu incumbencia. Además, ¿A ti qué más te da? Tu siempre estás a lo tuyo y siempre me has ignorado, solo me prestas atención cuando estamos en casa por nuestros padres, sino, seguirías en tus asquerosas fiestas emborrachándote, fumando y haciendo "cosas" - le espeté apartando su mano de un manotazo, me levanté.

Cogí mi libro y comencé a caminar por las mazmorras, ya no tenía ganas de nada, ni siquiera ir a nadar y eso que nadar era lo que más me gustaba hacer.

Algo hizo que me parara y me diese la vuelta, miré a Jason a los ojos con odio. Puede que me estuviese comportando infantilmente, pero me daba completamente igual.

No entendí a que venía ese comportamiento. Acababa de decir que yo la ignoraba cuando no era cierto. Me levanté y la miré marcharse, antes de que se alejara más dije:

- ¿Qué dices Lilieth? Dime cuándo te he ignorado yo, ¿eh? Más bien eres tú, te encierras en ti misma y no te das cuenta de lo que pasa a tu alrededor, así que no digas que nunca te he prestado atención cuando me preocupo por ti.

Lilieth se dio la vuelta y me miró a los ojos con odio. Esta cría ya me empezaba a sacar de mis casillas.

- Y luego dices que no te comportas como una niña teniendo una actitud así. ¿Sabes? Me sacas de quicio Lilieth Ccora, ¡en vez de 15 años pareces tener 10! Deberías madurar de una puta vez y dejar de ir con esa tonta actitud tan infantil que tienes. Seguro que esa "cosa" que te pasó a los ocho años no es para tanto, sino ¡venga, dímelo! Deja que salga tu "yo enfadada" y dímelo. ¿O es que no tienes lo que hay que tener?