Alergia a la biblioteca [Mirajane Scarlet]

Me froté las sienes con frustración. Llevaba más de dos horas en la biblioteca pero hoy el ambiente era totalmente insoportable. No sabía exactamente lo que pasaba, pero la gente estaba especialmente habladora y todo eran susurros y corrillos. Cerré mis libros con algo de mal humor y recogí todas mis cosas para salir de allí, no había quién se concentrase.
Con un poco de suerte encontraría alguna sala vacía o con gente respetuosa donde pudiese ponerme a terminar mis trabajos.

Caminé hasta una de las salas más altas y entré despacio. Me asomé, viendo en su interior a una chica con el uniforme de Hufflepuff, sentada cerca de una ventana. Bueno, no estaba vacía, pero ya era algo mucho más tranquilo. Entré, haciendo leve ruido con mis zapatos para evitar pillar a la chica demasiado por sorpresa y que se asustara-Hola-saludé, acercándome un poco-¿Te importa si me quedo por aquí?-pregunté-No es mi intención molestarte o algo por el estilo.Al fin y al cabo tu has llegado antes-me expliqué, realmente no había otro sitio disponible y esperaba que no se negara.

La chica sonrió, afirmándome que no le importaba que me quedase por allí, por lo que suspiré aliviada y me acerqué para sentarme a su lado. Deje mi mochila con un pequeño estrepito sobre la mesa y esparcí mis libros. La chica me tendió la mano para presentarse, su nombre era Ariel Eriksen.-Encantada, Ariel. Soy Mirajane Scarlet.-dije, estrechando su mano y sonriendo mientras hablaba-¿Puedo preguntar que haces por aquí? Si no te resulta demasiado cotilla, por supuesto-pregunté con curiosidad y excusándome, me intrigaba saber que había aquella chica allí tan sola cuando tenía cientos de lugares a los que acudir en Hogwarts, pero tampoco quería que se sintiese incomoda, quien sabe, a lo mejor era algo personal y me estaba entrometiendo demasiado.

Noté como la chica desviaba la mirada al tiempo que se sonrojaba un poco. ¿Ya me había metido demasiado donde no me llamaban? No, en realidad era una tontería. La escuché atentamente mientras relataba que se había perdido, pues su destino era la biblioteca. Era normal, el castillo era muy grande y perderse al principio era bastante fácil. Recordé mis primeros dias en la escuela, yo también andaba siempre algo desorientada y llegué más de un día tarde a clase por ello-Para tu información, estamos en la quinta planta-empecé-Y es lógico que te pierdas, Hogwarts es enorme y perderse es algo que ocurre con facilidad los primeros días. Pero no te preocupes, te acostumbrarás rápido, te lo aseguro-le dije, con la sonrisa más tranquilizadora que pude, intentando eliminar su pequeña vergüenza por haber tenido que decir que simplemente, se había perdido

Después pregunto mi motivo de estancia en la sala- ¿Yo? Sí te digo la verdad, vengo de la biblioteca-comenté- pero está tan atestada de gente cuchicheando más que trabajando, que era imposible concentrarse-recordé con frustración como hacía apenas quince minutos estaba desquiciada por culpa de los corrillos- así que decidí que lo mejor era buscar un salón en el que poder trabajar tranquila. Y aquí estoy-finalicé, con una sonrisa.

Fruncí el ceño extrañada cuando la chica volvió a desviar la mirada para contestar. Era un poco rarita, la verdad.Cuando habló dijo que llevaba en Hogwarts desde primero, lo que me hizo sentirme fatal porque seguramente la habría ofendido.-Perdona, no pretendía ofenderte, de verdad. Lo siento-dije, con la cabeza agachada, mientras ella seguía mirando por la ventana. La chica se removió, nerviosa, en su silla, como si estuviese recordando algo. Decidí que para no meter la pata lo mejor era no preguntar, asi que esperé a que se tranquilizara y siguiese hablando.-Oh, yo también soy despistada, pero de otro modo. Suelo quedarme embobada mirando paisajes y me aislo del mundo. Algún día me pasará algo.


Sonrió ligeramente cuando le conté lo de la biblioteca. Decidí sentarme finalmente, y comencé a sacar todos mis libros y espacirlos por un pupitre-En serio, se supone que la biblioteca es para estudiar, para cotorrear tienen miles de sitios-bufé, algo enfadada-y que los profesores que se pasan tienen que poner orden. Pero nada, hay dias que es mision imposible.

La chica Huffie por fin sonrió tranquila, afirmando que no se había sentido ofendida, por lo que respiré algo más tranquila ante esta afirmación.

A continuación ella también explicó que era despistada, también se quedaba parada mirando cosas o pensando, tal y como me pasa a mí. Vaya, teníamos algo en común.

Me escuchó atentamente mientras me quejaba sobre la biblioteca y después conincidio con mis ideas, expresándome como ella pensaba que evidentemente la biblioteca era para estar en silencio y estudiar, no para cotorrear. Asentí varias veces, expresando que estaba totalmente de acuerdo.

Un silencio incómodo se hizo entre ambas, mientras sacaba todas mis cosas y desenrollaba un pergamino para terminar, mi tarea. Dado que era una tarea un tanto automatica, podría hacerla mientras mantenía una conversación. Comencé a escribir antes de abrir la boca de nuevo-Bueno, Ariel, ¿me cuentas algo más de ti o sueno demasiado entrometida?-pregunté, con curiosidad, había gente a la que no le gustaba hablar sobre ellos-Así nos conoceremos un poco mejor.-dije, mientras mi vista se mantenía centrada en mi pluma y mi pergamino.