Primera clase de Aritmancia, introducción.

Observo mi reloj mientras me dirijo a mi clase, llego con treinta minutos de antelación. Me da igual, es mi primera clase y me siento sumamente guay. Me encantará ver a mis alumnas (porque sí, me parece que sólo tengo alumnas) quedarse con la boca abierta al verme explicar cosas que creían imposibles. Suspiro y me obligo a perder la sonrisa. Quiero ser un McGonagall, pero joven y guapo, por supuesto.

Abro la puerta de clase y me siento en mi escritorio, a esperar a que lleguen todas mis chicas.

Primera clase del dia, segun mi horario, tocaba...tocaba...aritmancia, segun tenia entendido, era una asignatura extraña, juntaba numeros y adivinacion, seria el equivalente a numerologia, o algo por el estilo, psee....quien sabe, debia de estar interesante.

La clase estaba en el primer piso, asi que debia de bajar, seis, fueron cinco minutos a un ritmo lento, luego, entre por la puerta diciendo un breve hola, observe al profesor, muy joven, bueno, eso no importaba.

Me sente por la mitad de la clase mientras esperaba a que los demas llegaran, una vez estuve en la mesa saque a Shion, un dragon en miniatura sacado de una estatuilla de hierro.

-¿Crees que el destino sera ironico hoy?

Genial, para variar se había perdido, ironias de la vida, justo cuando la buscaba, había terminado en la biblioteca, había intentado llegar a ella cientos de veces y siempre acababa en un aula, en el lago, en el puente, en el bosque, en cualquier sitio menos la biblioteca, salió de allí y dio gracias que había sido previsorsa y había salido con tiempo.

Dio vueltas y mas vueltas hasta que por fin, la encontró, entró por la puerta y saludó brevemente, le sorprendió ver al profesor, era bastante joven y tenía cierto atractivo.

Al entrar, vio una persona que ya conocía, Roikan Suir. Se acercó, le revolvió el pelo de forma cariñosa y se sentó a su lado.

Jugaba con Shion a las batallas medievales, con una pieza de ajedrez magico como caballero, el debia de intentar herir a Shion, y ella debia de derretir o dejar desarmado a la ficha, siempre ganaba Shion, pero esta vez le parecia un poco mas dificil.

Estaba absorto en la mini-pelea, cuando note una presencia cercana por los alrededores, tiempo despues una mano paso por mi pelo revolviendolo, inconfundiblemente era Ariel.

-Buenos dias Ariel, ¿que tal te encuentras? -pregunte con un sonrisa.

Sonrió al ver a Shion, sacó un trozo de chocolate de su bolsillo y se lo ofreció. Luego sacó otro, lo llevó hasta su otro bolsillo donde llevaba a Bola de Pelo, y sacó dos mas, uno se lo ofreció a su amigo y el otro se lo comió ella.

- Perdida - contestó guiñándole un ojo - vamos a estar atentos a la clase, hablamos luego - contestó volviendo a revolver su pelo con cariño.

Elianne sonrió malévola al leer su horario aquella mañana, tenía Aritmancia. Disfrutaría mucho poniendo nervioso a su hermano aquel día, su primer día. Justo como él había hecho con ella el día de su entrada en hogwarts. Sería una dulce dulce venganza. Elianne llegó deliberadamente temprano para compartir con su hermano algo de tiempo. De hecho, entró cantando "No controles" de Flans, un grupo latino, para molestar a su hermano que odiaba la cancion.

-No controles mis clases porque molarán. ¿Preparado para sufrir, nermanito?-. Preguntó con voz dulce, mirándolo con su sonrisa más maligna. La aprendida de él.

Luego, se dio cuenta de que estaban Ariel y Roi en aquella clase. Los saludó, con la cabeza y se sentó al final de la clase. Así intervendría interrumpiendo

-Bueno, no puedo decir que me alegre de que te pierdas, de hecho creo que tengo algo que podria ayudarte a no perderte, pero bueno, estas aqui, es lo que importa. -observe su guiño y sonrei. -Estaria bien, pero somos tres personas, o somos los mas adelantados o venimos muy pronto...- conteste comiendole la chocolatina. -Gracias. ¿Shion que dices, vendra alguien mas?

Shion solto un leve rugido que en comparacion a su tamaño seria igual que un leve susurro, al ver a Ariel, comenzo a volar hacia el cuello de ella, tenia ganas de juego, y mas valia que jugara o se emperraria en jugar aun mas.

Observe a Elianne, se sento por el fondo, raro, parecia ¿divertida? ¿que seria lo que debia de ocurrir aqui para que fuera tan...divertido?

Bueno, no somos tan pocos como creía, aunque según mi lista aun falta gente. Bueno, aún es pronto. Quedan unos cinco minutos o así. Me levanto de mi mesa, y veo a Elianne sonreirme, malvada, esa niña es realmente una Slytherin cruel. Quizá por eso la quiero tanto. Respiro y me relajo antes de hablar.

-Bueno chicos, yo soy James Smith y seré vuestro profesor de Aritmancia. Podeis llamarme profesor Smith o señor Smith. Aunque, siempre que querais un castigo, podeis llamarme James.-. Digo, serio y ligeramente aburrido. ¡¡Me encanta esto!! -Como esta es una optativa, hoy vamos a dar una introducción rápida. Pero antes, conozcamonos un poco, de todas formas aún falta gente. Empecemos por usted, caballero, cuentenos porque ha cogido esta asignatura-. Pregunto, acercandome al chico. Ariel está en esta clase, bueno, la amistad se queda fuera de aquí

¿Podria llamarle por el nombre de pila? Pero me llevaria un castigo, bueno, daba igual, casi que si habia un castigo como recompensa me motivaba mas a portarme peor, al final las clases solian reducirse a eso, a castigos, y eran bastante divertidos, queria ver que tenia en mente pensado el profesor, que podia ser perfectamente un alumno mas como yo.

Supuse que James sabia mi nombre, puesto que pocos alumnos se apuntan a Aritmancia, y mucho menos chicos, prefieren pasar las horas muertas vagueando de un lugar a otro, yo soy mas raro, bueno, soy muy raro.

-Bueno, digamos que me apunto a todas las clases, me encanta aprender mas que ayer, pero siempre menos que mañana, digamos que Aritmancia me llamo especialmente la atencion, segun tengo entendido, se parece, o eso creo, a la numerologia muggle, aunque muchas veces a acertado, asi que no sabria si la numerologia es muggle...y bueno, pues eso. -comente lanzando un suspiro mientras acariciaba la diminuta cabeza de mi diminuta dragona.

-El "pues eso" es algo que espero que no ponga en sus examenes, señor...-Miro la lista de alumnos, hay dos chicos en esta clase.-¿Suir?- Pregunto. ¿Suir? ¿Qué clase de apellido es ese? ¿Qué fue del clásico Smith o Williams? Si es que... ¿Estoy desvariando? ¿Mentalmente? ¿Qué narices? -Srta. Nott, le voy a rogar que tome asiento en la primera fila puesto que somos pocos y me interesa comprobar que no planea explotar mi clase-. Le gruño a Elianne, intentando aguantar la risa. ¡Dios! ¡Vivan los profesores! ¡Viva yo!

-Srta. Eriksen, le toca contarnos el porqué de su interés en esta clase.- Afirmo, mirando a Ariel.

"PERO QUE JODA", me decía mientras corría para llegar a la clase. Esto ya era el colmo, necesitaba ordenar mis horarios para no terminar siendo expulsada de las clases por retardos. Ya había perdido mis clases de pociones con la profesora Avalon, y lo peor es que sabía que Gael no me ayudaría a ponerme al corriente debido a que el amaba la "responsabilidad"; para mi era una simple excusa, por eso de pollo sin verguenza no lo bajaba. "Si no llego ahora, la profesora o el profesro, lo que sea, me colgará en un abriri y cerrar de ojos", seguía diciendome mentalmente.

Corría por los pasillo llenos de gente, alumnos que iban a sus respectivas clases o simplemente buscaban la forma más adecuada y sigilosa para escaparse y buscar alguna aventura entre los rincones más impredecibles del colegio -sin dobles sentidos- de magia. Ya había perdido demasado tiempo en babosadas, tantas vueltas y escapadas prontose verían reflejadas en mis calificaciones, tenía que poner los pies bien firmes en la tierra y recuperar el tiempo perdido de alguna forma -claro que me vendría bien algun truquillo para eso-.

Tropecé con varios chicos de Slytherin que, por sus vestimentas, supuse que iban a entrenamiento. Ellos me jalaron de las mangas de mi túnica para hacerme volver a ellos y enfrentarlos; me decían que pidiera disculpas. No iba a ceder, llevaba prisa y no tenía intenciones de lidiar con ellos. Me libré con un forcejeo y les dije varias palabars antisonantes en frances; algunos no entendieron lo que les decía, lo cual me provocó una risa maliciosa, pero los que si... ¡CORRE!

Salí corriendo lo más rápido que me permitía mi pierna mala, aquellas heridas aun me punzaban con los movimientos bruscos, eso me cabreaba. Refunfuñé de dolor y me escondí en uno de los pasillos paralelos al que iba. Vi un salon a lo lejos y me metí en el, intentando escorme en el umbral. Ellos no tardaron en dar conmigo pero algo los hiso retirarse en menod de treinta segundos. El salón al cual había entrado era el que buscaba para mi clase. Aquello no me pareció nada gracioso, había interrumpido la clase -aunque fuesen pocos los que estaba allí-; mi rostro se tornó rojizo.

Caminé de forma temblorosa -debido al dolor en mi pierna izquierda- y encaré al profesor, que de seguro no estaría nada contento por tal escena.

-Lamento llegar de esta forma, profesor... -no sabía que más decirle, así que síolo me senté en un lugar vacio y escondí mi rostro en el cabello.

Me volví discretamente a mi alrededor, no reconocía a nadie; eso era malo, lo que me llamó la atención fue ver a un chico de rostro divertido sentado hasta al frente, acompañado de una chica bonita. En si, no era el chico lo que me distrajo, si no el dragón miniatura que tenía en sus manos... Di un grtio ahogado de asombro y mis ojos birllaron de fascinación. El dragón era bellísimo, tan pequeño y adorable, gruñendo... tuve tantas ganas de acercarmele y tomarlo en brazos. Me contuve lo más que podía. "¡¡SE PARECE A MUSHU, PERO MÁS BONITO Y QUIETO!!", grité para mis adentros sin dejar de ver a la criatura. Amaba los dragones...

Siento como mis cejas se fruncen. -Espero que esta entrada tan absurda tenga una buena explicación, Srta...-. Miro la lista y veo a la única Ravenclaw. -De Lune. Nott, al lado de la señorita, así os tendré a todos apiñados- Ordeno, con mi voz de profesor amargado y gruñón. Veo a Elianne acercarse a la chica y sentarse con una sonrisa maligna. Ahora entiendo a Snape. ¡Esto de ser malo es una pasada! Debí hacerme profesor hace más tiempo, la verdad.

-Verá Srta. De Lune, antes de que usted, tan amablemente interrupiera, estabamos hablando de porqué se habían inscrito en esta clase. ¿Podría contarnos su motivo?- Preguntó, esperando que se sonroje, avergonzada porque la estoy molestando tantísimo.

Iba tarde, tal vez demasíado, pero a diferencia de la última vez que esto le ocurrió no iba a correr. Se negaba a hacerlo. Observa su reloj y bufa al ver que al parecer tendría que acelerar el paso, ve a una chica de Ravenclaw correr en dirección de la aula de Aritmancia, lo que le da a entender que no es la única que va atrasada.

"Por fin" piensa, al verse frente a la puerta cerrada. Y golpea un par de veces antes de abrir la puerta y sonreir con inocencia.

―Disculpe la tardanza, profesor ―dice con tranquilidad, aunque por dentro estaba sorprendido por lo joven que es él― ¿Aún puedo pasar?

Se decidió por no tentar más su suerte, si el profesor le niega la entrada a la clase, no tendría de otra que ir a buscar algo para divertirse un rato. Ahora que lo piensa, se ve más interesante esa última idea que estar aburrida en esa divertidísima clase.

Me quedé muda en segundos, mi admiración hacian el dragoncito me abandonó en el peor momento. El profesor parecía que quería matarme de un guillotinazo, pero no era el momento de poner excusas y tratar de justificar mi persecusión. Me senté de forma correcta, bastante rigida y observé el rostro fruncido del profesor. No quería ganarme su desaprobación por algo tan abosrudo. Aclaré la garganta, con la cara nuevamente enrojecida y avengonzada. Él quería que le diera mi razones por las cuales me había inscrito en la clase, me pareció absurdo al principio pero de todos modos contesté con voz ligeramente arrastrada por la pena.

-Pues, en si, lo que yo se es que las materias exactas son las que se comprueban mediante las matemáticas. Aritmancia o aritmomancia es la adivinación, que es tambien una materia inexacta, practicada a través de los números, también conocida como numerología; leí, en un libro de la biblioteca, que la Aritmancia estudia más que nada el nombre de una persona para descubrir lo que se esconde en uno, cómo su numero de caracter, corazón y social. La combinación de estas dos materias distintas me llamaron la atención por lo que me he inscrito a esta clase -cuando terminé de hablar me sentía mas tranquila y confiada, pero no me atrevía sonreír. Suspiré discretamente y jugueteé nerviosa con msi dedos.

Con el rabillo de los ojos volví a mirar a aquel dragoncillo tan peculiar. Me provocó una sonrisa ligera.

Lance un gran suspiro al aire, esta era como adivinacion una materia que me extrañaba que funcionara conmigo, ¿los numeros iban a adivinar como era yo? Para eso solo hacia falta mi apellido y periodicos antiguos, asi sabrias que mi familia ha sido un linaje puro e intocable de asesinos, que se consumieron en su propia locura.

-Le rogaria profesor, que no nombrara jamas mi apellido. -aconseje, no solo odiaba que me llamaran por el, sino que podria explotar y matar a cualquiera que lo dijera daba igual si era un auror, un mortifago, un alumno, un muggle, eso era para mi una comparacion a lo que habia sido mi familia durante mucho tiempo.

No mantuve la mirada fija en sus ojos, ni tampoco puse una mirada asesina, ni un tono de voz agresivo, mas bien ni le mire a los ojos, si tenia dos dedos de frente, sabria porque no debia de llamarme por ese nombre, mi familia fue muy famosa por los actos que cometieron, por lo que cualquiera se andaria con cuidado.

-Nadie me llama asi...¿verdad Shion?... -pregunte en un leve murmuro a mi diminuta dragona, que despues guarde en mi bolsillo. -Por algo no digo nunca mi apellido...-murmure para mis pensamientos.

Dios, vale, ¿cuántas cosas pueden pasar en tan poquísimos momentos? Le digo a la joven que acaba de venir que pase con un gesto de mi cabeza. ¿Quién es? Bueno, puede ser Nata Revee o Arianne Sinclair. Me da igual.

-Muy bien señorita De Lune, ha definido muy bien esta clase y a esto quería llegar. -. Le hago sonrío levemente a la muchacha. Tampoco quiero ser un ogro, bueno, no demasiado.-La Aritmancia o numerología es una variante de la adivinación. Aunque a mí personalmente no me gusta la adivinación si que me gusta la Aritmancia. La aritmancia sirve para, no para prever el futuro, tratar de conocernos un poco más. Yo, os enseñaré según la escuela Pitagórica, pues Pitágoras fue un mago que existió cuando la magia no era separada de la ciencia.-. Hablo, me encanta este tema, la Aritmancia es simplemente increible.

Oh, y por último me queda el tipo este que no quiere que le llame por su apellido. -¿Y cómo quiere ser llamado?-. Pregunto, con cierto malhumor.

¿Pitagoras? Pero si el creia que las mazorcas eran sagradas porque provocaban gases y estos para el eran las almas de los muertos...y creia que la raiz cuadrada de -1 era el fin del mundo...aunque parezca lo contrario...pinta interesante.

Vaya, ahora el profesor era el que me hablaba de usted, pensaba que eramos nosotros los que teniamos que hacerlo, esto me divertia, ¿hasta cuando podria estar asi? Los castigos, conmigo no surtian demasiado efecto, si era individual, podria ponerme a mirad la pared horas y horas que hasta le veria el punto divertido si era colectivo, que se atuviera a las consecuencias, turron de sangrado nasal, petardos magicos, mil objetos que usar contra el.

-Creo y aun es asi, que poseo un nombre y que por referirse a mi con el no lo va a desgastar, asi que me gustaria que le insisto que me llame por mi nombre. -dije empleando un lenguaje cortes que el uso conmigo, a excepcion de ese tono.

Me aburrooooooo tarareo mentalmente mientras escucho al chaval hablar. Es el típico que se cree guay, estoy seguro de eso. Yo era así. ¡Qué narices! Yo soy así. Mejor le ignoraré. Sí, eso haré.

-Lo que sea. Empezaremos por lo básico ¿vale?-. Pregunto retóricamente. -¿Alguien sabe por qué la adivinación, y por tanto la aritmancia, no es del todo fiable?-. Pregunto, mirando al grupo, somos pocos pero listos. O eso espero.

Alce la mano y respondi.

-Simple, porque son ciencias inexactas ya que predecir el futuro, como hace la Adivinacion hace que el usuario conozca su futuro, si en el aparece alguna desgracia hara todo lo posible por evitarla, en definitiva, el futuro, si se conoce se puede cambiar, por eso es inexacto, en cualquier momento podria cambiar. No es exacta porque tambien depende de la interpretacion del usuario.

Creo que era la respuesta correcta, aunque si fallaba tampoco me derrumbaria psicologicamente.

Elianne decidió que intervenir en ese momento sería divertido. -Pero, ¿y si todo estaba planeado para que la persona viera el futuro y tratase de evitarlo? A lo mejor el plan inicial era ese y de no haber tratado de ver el futuro no habría sido así.- Comentó, pareciendo confusa. Solamente quería molestar a su hermano, de hecho, veía improbable que fuese a asistir a otra clase de él.

Esto comenzaba aponer interesantemente confuso. Le vanté la mano y hablé con voz firme y decidida a participar en la clase.

-En si ambos compañeros tienen razón. La adivinación es inexacta, por que se basa a la interpretación que le querramos dar a lo que veamos en las cosas, pero no significa que sea así, tal y cómo lo decimos, pero también... las coincidencias no existen, sólo lo inevitable. Uno nunca sabrá que le depara el destino, no importa cuanto querramos evitarlo, interpretarlo a la perfección; siempre se dará cómo al final debe ser... Cuando uno intenta evitar su futuro, es cuando más rápido se llega a el.

Tomé una increible seriedad al hablar, incluso llegué a desconocerme "Filosofar... pff". Callé de momento, tenía varias ideas saltandome en la mente, no tenía un orden adecuado, terminaría balbucenado y sin llegar a lo que quería decir.

-Esa me parece, bajo mi punto de vista, una idea equivocada, ¿yo no puedo intervenir en los planes del "destino"? ¿Tengo que aceptar lo que "el destino" me tiene preparado sin rechistar y sin poder variarlo? Es mas, ¿porque existe ese "destino"? Sigo pensando que uno no solo puede cambiar su futuro, sino que indirecta y directamente cualquiera puede hacerlo y todos lo hacen, el destino no es mas que la sucesion de hechos y elecciones que nosotros tomamos, las coincidencias, pues eso, todo es posible, siempre hay un minimo de probabilidades de que algo ocurra, asi que no interviene la buena fortuna o el destino en ello, a alguien debe de pasarle.

Suspire, esto era demasiado abstracto como para sacar algo en comun o para averiguar lo correcto.

-Pedí una opinión, no cuatro. Pero bueno, aquí entramos en filosofía y yo quiero algo objetivo. ¿Por qué no podemos decir que es completamente fiable? Porque la interpretación es subjetiva. Cada quien lo interpreta como quiere así que no podemos estar seguros de lo que decimos.- Comento, poniéndome de pie y caminando por toda la clase. -Ah, por cierto, Roi, como vuelva a hablar en mi clase sin permiso le pondré tal castigo que se acordará de mi cuando sea abuelo.- Digo, con suavidad y una sonrisa en la cara. Espero que eso lo pare un par de minutos.

Nah, no lo creo.

Era ironico que pese haber dicho que la aritmancia era al igual que la adivinacion, algo subjetivo y que intentara castigarme, estaba diviertiendome bastante, si señor, esto era algo que no queria perderme. Ademas el profesor me caia endiabladamente mal, ¿hasta cuando duraria esto?

-Profesor, no veo que usted le haya dado el turno de palabra a ninguna persona ademas de que respondi a su pregunta alzando la mano, ¿que falta fue la que cometi?-dije neutramente, aunque mi mirada denotaba desafio.

El creia que yo llegaria a anciano, la risa que tenia en mi interior era tan grande que temi que saliera al exterior.

-No creo que pase de los veinte años, sinceramente, y no me hace falta la Aritmanci o la adivinacion para saberlo. -pense mientras miraba aun desaiante al profesor.