Era una tarde bonita, llena de luz y el sol se observaba en lo mas alto del cielo lleno de luz, hacia mucho calor para un día de invierno y tenia que ir en manga corta junto con un pantalón de baloncesto negro con unas rallas blancas, estos me llegaban por las rodillas y era muy cómodos se podía decir que iba libre con ellos.
Estaba intentando aprender a jugar al Quidditch ya que me gustaría ser el Golpeador o uno de los golpeadores de Ravenclaw. La escoba ya la tenia por herencia por parte de mi abuelo, era una escoba vieja parecida a una barredora de toda la vida pero con el toque mágico que la permitía volar por el cielo, no era rápida pero era muy estable suficiente para un buen golpeador ya que estos no deben volar muy rápido sino tener un gran control encima de las escobas por eso una escoba normal y corriente con buena estabilidad era suficiente.
- Creo que comprare un pack de Quidditch - Pensaba mientras me dirigía hacia el callejón Diagon en dirección a la tienda especializada en Quidditch.
Una vez delante de esta comencé a adentrarme, estaba toda llena de escobas muy increíbles, bonitas y especiales muchas muy buenas pero yo no había venido para comprarme una escoba.
- Hola, me puede enseñar algún Pack de Quidditch ¿barato? - Pregunte al dependiente de la tienda, este parecía joven y también parecía que estaba al tanto de todas las cosas relacionadas con el Quidditch.
- Si, sígueme - Le seguí hasta la otra parte de la tienda, había muchos baules los cuales eran con los que se jugaba.
- Tengo como máximo 210... no se si tendré - Le dije mientras mirábamos los baúles.
- Ha, no se preocupe le sobra, el baúl medio vale 202 - Me dijo con una sonrisa, esa frase me hizo alegrarme así que no lo dude mas y compre ese Baúl de Quidditch.
- Bueno muchas gracias, Adios. - Termine diciendo mientras salia de la tienda.
Baúl