Un caldero...

La miré inquisitivamente por lo primero que dijo, esbozando una sonrisa entre sospechosa y divertida.

- Si ves bien, en la noche se pueden hacer exactamente las mismas cosas que de día, Allie - le dije - Incluso tienes más libertad.

- Sin embargo, lo ideal sería poder estar igual bajo la luz del sol que bajo la de la luna ¿no crees? - le pregunté, mirándola unos segundos significativamente antes de sonreír.

- Yo más o menos puedo - comenté restándole importancia a lo anterior.

Tenía la intuición de que Allie no era una humana normal, debido a sus comentarios sobre la noche.

Esperba no estar dando mucha información sobre mi codición, pues no sabía de que forma reaccionaria.

- Es mucho más sencillo realizar las cosas de noche, la libertad que se tiene es mayor que cuando que estas rodeado de muchos curiosos, que te tienen en todo momento observado y atentos a tus movimeintos. - comenté, recordando, lo que había vivido hace unos días.

Sonreí por lo último - Así es, eso sería lo ideal, pero... no siempre se puede ambas cosas, estar bajo la luz de una, a veces puede seer peligroso, para ciertas... personas - dije disimulando mi situación.

Su comentario, me hace pensar un poco, tal vez ella, tenía cierto problema con la luz.

- Bueno en lo personal... el sol y yo, no nos llevamos muy bien... prefiero... la oscuridad - dije en tono neutro pero al final sonreí.

- Oh, si, estar bajo la luna puede ser peligroso, por eso decía que yo más o menos estoy igual de bien de día que de noche - sonreí.

- Sin embargo... el sol también puede ser muy perjudicial... - comenté como quien no quiere la cosa - Y hablando de eso... ¿Sabes? En este último mes he conocido ya a tres vampiros.

- El primero de ellos era una mujer, soberbia y segura de sus capacidades... me subestimó, y no te imaginas como odio que hagan eso - reí - El segundo en cambio era muy serio, pero cuando lo conocí descubrí que era más amable de lo que creía.

Ese comentario del sol, si que era más que extraño. Menciona que ha conocido a tres vampiros y si estuviera beeindo agua o camiendo algo, seguro me hubiera atragantado, así que disimule mi sorpresa, trantado de estar muy calmada.

- Dos vampiros, bastantes interesantes pero ¿Quién es el tercero? - pregunté curiosa - Hasta ahorita solo me has mencionado dos - le vi sonriendo, tratando de disimular cualquier posible emoción, sobre los vampiros antes mencionados.

Sonreí por su pregunta.

- El tercero es una chica de mi edad - respondí - No la conozco mucho, pero me parece simpática.

La miré divertida.

- También me da la impresión de que le da miedo que la gente descubra lo que es, pero conmigo puede estar tranquila. No me importa en absoluto su condición - le sonreí, dándole a entender que me estaba refiriéndo a ella y añadí: De verdad, no me importa.

Analizando detenidamente la situación, me pude dar cuenta de que la tercera ella yo, así que bueno, ya ahogado el niño, pues a tapar el pozo se ha dicho.

- Entonces confia plenamente en que su secreto estará seguro, aunque ya van dos que lo decubren y contigo tres, pero le alegra saber, que no tienes ningún problema con su naturaleza - le dije sonriendo, como si estuviera hablando de alguien más.

La miré unos instantes antes de decirle algo más.

- La verdad es que si me da miedo que los demás descubran lo que soy y terminen alejandose, pero tú y un amigo que tengo, son los únicos que no corren después de enterarse de mi naturaleza - comenté sincera. - Aunque tarde o temprano los demás lo descubrirán, así que solo me queda, esperar lo mejor. -

- Yo no se lo diré nadie - confirmé - Pero creo que cuando la gente descubra lo que eres, también se darán cuenta de que eres buena.

- No todos los vampiros son malos. Ya ves, de tres que conozco, dos son buenos. No es una mala proporción - sonreí.

- Pero me intriga... ¿cómo haces para llevar una vida normal? - pregunté - Porque los otros dos que conocí eran mayores e iban por su cuenta... pero tú vas a Hogwarts, y asistes a las clases ¿no?

Luego de unos segundos añadí:

- Vaya, lo siento si te molestó mi pregunta - me disculpé al darme cuenta de que eso podría incomodarla.

- Gracias - le sonreí - Eso espero, pues no me gustaría que pensarán que les haré daño, por que no lo haría -

- Bueno, creo que las estadisticas estan de mi lado -

Con respecto a su preguntá, pues si que era dificil llevar mis estudios acabo, pero encontré la mejor forma, para asistir.

Se disuclpa - No, hay ningun problema - sonreí.

- Bueno, al principio fue difícil, pues no puedo estar al sol, así que para asistir a las clases y no pasar por alguna ventana muy iluminada, tengo que buscar los pasillos más oscuros, así he podido encontrar uno que otro atajo y para la clase de CCM, me pongo la capa, evitando que cualquier rayo de sol, me llegue de lleno - comenté recordando cada movimiento que debía hacer con cuidado.

Asentí.

- No debe de ser fácil - comenté y, estaba pensando en añadir algo más cuando entró un niño con su madre a la tienda, ambos cubiertos por paraguas.
Aparentemente el pequeño estaba en su primer año en Hogwarts y solicitaban por ello mi ayuda para encontrarle su primer caldero.

Le sonreí a Allie.

- Bueno, ha sido un placer hablar contigo, pero las obligaciones me llaman - reí - Además, ahora parece que la lluvia a amainado un poco - señalé, mirando la ventana - así que quizás tengas suerte y no te mojas mucho.

- Espero verte por Hogwarts ¡Hasta pronto! - me despedí, antes de irme a atender al pequeño y a su madre.

Asentí cuando dijo que no debía ser fácil, pues tenía muhca razón, pero al parecer ya estaba tomando cierta hábilidad en eso, aunque aun no fuera la suficiente.

Entraron algunos clientes a la tienda, así que era hora de marcharme, pues ella tenía mucho trabajo que hacer.

- Lo mismo digo - Le sonreí. - Eso parece, asi que mejor me apresuro antes de que decida volver con mayior intensidad. - sonreí divertida.

- Ojala y así sea, ¡Nos vemos! - me despedí de ella y salí de la tienda, para continuar con las compras.