Navidades [Parte 2] (Roi)

Llegaron al parque de atracciones con taxi, todo estaba nevado, pero a excepción de las atracciones de agua, todas las demás estaban abiertas, eso sí, hacía un frío que helaba.

Lisa compró las entradas con una enorme sonrisa, ya sin importarle quién invitaba a quien, y miró todo aquel lugar con una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja... Sí, aquel lugar le traía tantos recuerdos... Pues la última vez que lo había pisado había sido con sus padres y con su hermana menor, hacía unos siete u ocho años, y aunque todo estaba realmente cambiado, mucho más moderno, no podía evitar sentir aquella nostalgia.

Venga, ¿por dónde empezamos? -le preguntaba cogiéndolo de la mano sin poder dejar de sonreír como una cría.

Observe todas las atracciones que habia, habia estado antes, pero era tan pequeño que apenas me acuerdo.

Me fije en la montaña rusa.

-¿Te atreves?-dije sonriendo y señalando la atracion.-Espero que no hayas comido mucho.-dije sonriendo aun mas.

Sonrió, es lo que estaba deseando... Miró a Roi.

Por favor, estás hablando con la crack de las montañas rusas... -le dijo para reírse después- Venga, ¡vamos!

Iba a cogerlo de la mano, pero solo sonrió y empezó a caminar hacia la montaña rusa con ganas, a paso rápido, con nervios. Hacía frío, pero apenas lo notaba.

Suspire y movi la cabeza de lado a lado levemente...

-Esta chica me matara....-dije caminando hacia la montaña rusa.

Cuando llegamos la cola era de apenas cinco o seis personas, por lo que avanzamos muy rapido.

Cuando llego nuestro turno nos sentamos juntos, la atraccion estaba a punto de comenzar, le tome la mano.

-¿Lista?

¡Kyaaaaahhhh! ¡Síííííí!

Gritaba antes de que la atracción siquiera empezara, cogiéndolo también de la mano y mirando a la chica que les aseguraba las barandas alrededor de sus brazos.

Por la fuerza con la que cogía a Roi se notaba que estaba nerviosa...

Sin embargo, en cuanto la montaña rusa empezó, no hubo ni un solo momento que se cogió a los hierros y tampoco que dejó de gritar... Aunque gritaba, se reía, respiraba e intentaba tragar saliva, todo a la vez.

Notaba como Lisa se agarraba con fuerza, la verdad es que comparado con Shion, esta atraccion era mucho mas floja, pero el traqueteo y las subidas y bajadas tan rapidas no dejaban a Shion muy lejos.

Cuando la atraccion paro, bajamos, aun con las manos cogidas.

-¿Te apetece un algodon de azucar, chocolate con churros, crêpes o gofres?-dije mientras nos acercabamos a un puesto.

¡Algodón de azúcar!

Exclamaba sin darse cuenta de que sus manos estaban cogidas... O quizás sí se dio cuenta y simplemente no se soltó.

¿Vamos a las tazas? -preguntó quitándose los guantes para guardarlos al bolso y poder comer algodón de azúcar con una sonrisa feliz.

-Claro, donde tu quieras.-dije comiendo un poco de algodon.-Dulce...-dije recordando lo ocurrido en el Caldero Chorreante, al hacerlo un rubor me envolvio, seguido de un aumento de temperatura...

Nos dirigimos a las tazas, estas estaban un poco mas llenas, por lo que tuvimos que esperar varios minutos.

-¿Y sabes algo ya de la Sra.Rita?-pregunte comiendo un poco mas de algodon de azucar.

¿Sra. Rita? -preguntó sin saber de quién hablaba... Luego pareció caer, y se rió a carcajadas- Querrás decir la Sra. Rosie... Sí, ayer llegó del médico un rato después bien molesta porque la habían hecho esperar mucho rato... pero qué esperaba del médico muggle...

Suspiró, mientras seguía comiendo algodón chupándose los dedos de forma sensual, pero sin percatarse de ello... Le salía de forma natural.

Hoy fue al mercadillo muggle, a mí no me apetecía.

(Estaba editando u.u)

Menos mal que nadie se percato de lo que dijo "muggle", mientras hablaba se lamio los dedos para quitarse el algodon de azucar de los dedos, me fije en ello, y otro rubor me envolvio, y por consiguiente el frio se disolvio dando lugar a un calor agradable, no me pregunte si lo habia echo natural o no, no me lo pregunte, solo me vinieron imagenes de dudosa reputabilidad...por llamarlo asi.

Estaba realmente en mis pensamientos, pues no me habia dado cuenta de que estabamos en las tazas girando y girando...

Lisa subía a las tazas después de terminarse el algodón, ella misma tiró el palo de Roi, ya que este parecía en una especie de trance.

Cuando Roi volviera "al mundo real", se encontraría girando con Lisa a su lado cogida a la rueda de en medio con una mano y la otra mano al lado de su cara, pues si no el pelo se le ponía en la cara.

Gritaba y se reía sin parar.