Sentimientos a la luz [Lena]

Era oficial, ya no podía aguantar más la situación. Me pasaba los días, las horas, los minutos y los segundos pensando en mi discusión con Helena. No sé como llegamos a esta situación, pero de algún modo tenía que arreglarse. Triste pero cierto, no podía sobrevivir sin ella y eso se notaba en mi carácter, el cual últimamente había estado más tristón y despistado que de costumbre. Así que, lo había decidido: no sabía como narices iba a hacerlo, pero tenía que contarle toda la verdad a Helena. Total, si ya había perdido una parte de ella confesando la mitad del tema, no creo que tuviese nada que perder confesandole el resto. Confiaba en que todo se arreglaría, pero si no, iba a seguir sin hablarme, así que estábamos en las mismas.

No tenía ni idea de lo que pasaría, aunque la opción más factible sinceramente era el rechazo. Aún así, no quería que fuese un mal recuerdo, quería confesárselo en un sitio íntimo y mínimamente bonito. Tras enterarme de que, por fin, había vuelto de su misterioso viaje a Bristol, escribí vociferador y se lo mandé. Sabía que un simple pergamino no iba a convencerla, así que pensé que mi voz quizás conseguiría persuadirla.

'Te agradecería que vinieses esta tarde a la playa rocosa, a la que se va por el pasillo secreto del jardín. Tenemos que hablar, por favor.'

Y ahí estaba: sentado en una roca alta de la playa, con la túnica quitada y alejada unos cuantos metros más allá, la corbata desabrochada y echada por encima del cuello, y los zapatos y calcetines también quitados, con los pantalones remangados mientras mojaba los pies en el agua. Tenía un puñado de piedrecitas en la mano izquierda, las cuales iba botando en el agua con la derecha, mientras miraba el horizonte, pensativo. ¿Aceptaría mi invitación y vendría? ¿Sería capaz de confesárselo al fin? ¿Se arreglaría todo el embrollo? Un sinfín de preguntas plagaban mi cabeza mientras aguzaba los oídos, girando mi cabeza a cada ruido que sonaba, por si era ella.

Me habia hecho muy bien hablar con Jacob,habiamos estado bromeando y poniendonos al dia sobre todo lo que nos habia pasado durante la ultima semana.Aunque el me decia que ya iba todo mejor,no terminaba de creermelo,habia algo raro en el...aunque todavia no conseguia saber de que se trataba.Suspire y tras asistir a clase de Transformaciones,donde esperaba encontrar a Max,subi hasta mi habitacion para descansar pues estaba agotada del viaje desde Bristol.Me tumbe en la cama y respire profundamente,disfrutando de la paz y el silencio que me brindaba mi habitacion....y que fue interrumpido por Leah y su sequito que empezaron a cotillear a varias camas de distancia de la mia.Asi no habia quien descansara.Estaba a punto de levantarme para marcharme cuando un vociferador se paro frente a mi y sono la voz de Max pidiendome que me encontrara con el.Sonrei de lado al escuchar su voz,pero esta se esfumo cundo las risitas de Leah y demas me sacaron de mis pensamientos.

Las lance una mirada de odio y tras cambiarme de ropa sali lo mas rapido que pude para encontrarme con el,no sin antes mostrar mi indignacion dando un portazo.Un dia me encargaria de ellas e iba a disfrutar muchisimo.

Mi corazon se acelero y empezo a latir con mucha fuerzaconforme me acercaba a donde Max me habia citado.Sobra decir que estaba de los nervios y tenia unas ganas tremendas de vomitar,siempre me pasaba cuando no sabia que iba a pasar.Por fin empece a distinguir su figura en el fondo y fui saltando las rocas que me separaban de el hasta plantarme en frente suya.

-Hola-le salude con una pequeña sonrisa de lado,timida y confusa (desde cuando yo era timida?y sobre todo con Max?-que...que tal as estado?-pregunte y no paso mucho tiempo hasta que recorri la distancia que nos separaba para fundirnos en un calido y familiar abrazo,uniendonos en uno solo,disfrutando de la agradable brisa que nos rodeaba-te e echado mucho de menos-confese sin separarme un segundo de el-ya no estoy enfadada,si no quieres contarme...eso...da igual,yo estare a tu lado pase lo que pase-continue mirandole a los ojos sintiendo como la palabras se atropellaban en mis labios-eres mi mejor amigo Max y estas semanas que e estado fuera me e dado cuenta de que eres muy importante para mi y que no quiero perderte por estupideces-dije algo mas calmada,sonrei algo mas tranquila,feliz de haberle contado por fin todo lo que queria desde que nos peleamos-puedo preguntar que hacemos aqui?-pregunte entonces,mirando a mi alrededor con curiosidad-es precioso.

Seguía concentrado en mi actividad cuando escuché los pasos de una persona acercarse hacia mí. No necesitaba girarme para saber que se trataba de ella. No tardó mucho en situarse frente a mí. Alcé la vista para mirarla y fue entonces cuando todos mis miedos se unieron al mismo tiempo. Respiré, nervioso, mientras escuché como me saludaba sonriendo y me preguntaba que tal estaba. No tuve tiempo de responder porque un segundo más tarde estaba rodeándome con sus brazos. La estreché fuerte contra mí mientras me susurraba que me había echado de menos. Apoyé mi cabeza en su hombro cuando ella me confesó que ya no estaba enfadada conmigo. Respiré parcialmente aliviado y la miré a los ojos mientras continuaba. Esa si que era mi chica. Sonreí de medio lado mientras seguía hablando. Entonces, formulo la pregunta clave: Que hacemos aquí. Y mi mundo se derrumbó, de nuevo. No había olvidado que la había citado aquí decidido a contarle la verdad y nada más que la verdad, pero era algo sumamente difícil para mí. Reuní todo el valor que me fue posible (por unos instantes, desee ser Gryffindor) y comencé a hablar.

-Yo también te he echado mucho de menos, Lena-confesé, mirándola- Y sabes bien de sobra que eres una persona muy importante para mí, si no la más importante. Es por eso que te he citado aquí: porque quiero contarte la verdad. No quiero que haya más secretos entre nosotros-agaché la cabeza, suspire pesadamente y continúe-pero tienes que prometerme, que, pase lo que pase hoy, te cuente lo que te cuente, no te enfadarás conmigo. Que todo seguirá como siempre. O que por lo menos, intentaremos que lo sea-deje de pensar en un momento en lo difícil que iba a ser todo esto, para albergar la posibilidad de que, si no se enfadaba, quizás las cosas no volvieran a ser las de siempre.

Aspire hondo el aroma que desprendia Max,sintiendome en casa de nuevo e inconscientemente me aferre a su ropa para pegarme mas a el,como si necesitara de el para poder respirar.Cuando le vi el rostro consegui tranquilizarme y me arrepenti de haberme marchado,de haber uido de el y de todos los problemas,pues estando alejada de el solo conseguia que me sintiera peor conmigo misma.Esboce una pequeña sonrisa y me quede mirandole con la cabeza ladeada,esperando su respuesta impaciente del por que nos encontrabamos en aquel bonito lugar.

-No mas secretos-repeti frunciendo el ceño,volviendo tener los nervios de punta.Por mi cabeza pasaban cientos de pensamientos a toda velocidad,pero ninguno tenia sentido-te prometo que no me enfadare sea lo que sea-le prometi y avance un paso mas quedando mas cerca de el para animarle a que se soltara,eramos mejores amigos,no tenia de que preocuparse-Max...me estas asustando...que esta pasando?-insisti nerviosa buscando su mirada con la mia,intente soltar algun comentario ingenioso como solia hacer siempre y quitarle importancia a todo lo que estaba pasando,pero nunca antes le habia visto asi y sentia que mi corazon no podia latir a mas velocidad-

Observé a Helena con detenimiento. Parecía pensativa, y hubiese dado lo que fuera por estar en su cabeza para poder saber que estaba cavilando. Noté como se cogió fuertemente de mi camisa, como si necesitara apoyo para tranquilizarse. Me quedé callado, hasta que su respiración logró volverse más tranquila y alcancé a ver como esbozaba una pequeña sonrisa.

Prometió no enfadarse conmigo, al mismo tiempo que rompía la mínima distancia que nos separaba, quedando los dos sentados, con las piernas colgando de aquella estratégica roca alta, completamente pegados, mirándonos, frente a frente. Las olas repiqueteaban contra la piedra, las gotas que lograban ascender seguían mojándome los pies desnudos, y alguna que otra, llegaba a las piernas desprovistas de ella. Aún seguía aferrada a mi ropa, cosa que por una parte me tranquilizaba, ya que podía sentir como ella lo hacía animarme a confesar, pero al mismo tiempo conseguía ponerme más nervioso debido a su cercanía.

Acerqué mi mano a su pelo, metiendo un mechón suelto detrás de la oreja-Esa es mi chica. Recuerda que es una promesa ¿eh?-sonreí. Y volvió a formular la pregunta del millón. Suspiré pesadamente, de nuevo- Está bien. No te asustes, sé que confías en mi, ¿verdad? Tengo que pedirte que cierres los ojos…-le susurré despacio-…porque no me atrevo a decírtelo si me miras así- esbocé una sonrisa de nuevo.

Obedeció mi pequeña petición, y como por acto reflejo puse mi mano encima de la suya. El corazón me latía a un millón de revoluciones, y podía notar perfectamente como de un momento a otro iba a salírseme por la boca. Una vez más, reuní el poco valor que tenía en ese momento, y me decidí: ahora, o nunca.

Volví a quebrar la mínima distancia que poseía nuestros rostros y la besé. Capturé uno de sus labios, lento, frágil, como si fuese a partirse en mil pedazos de un momento a otro. No percibía nada más a mí alrededor: tan sólo el contacto con sus labios, nuestros rostros rozándose, iluminados por el sol que se empezaba a esconder en el horizonte. Pasados unos segundos, me separé un poco de ella, apoyándome en su frente para intentar coger fuerzas. Con los ojos cerrados, no me atrevía a mirarla a la cara, y mucho menos, a hablar, así que espere que fuera ella la que iniciase la palabra

Estaba nerviosa,atacada de los nervios.Anque no hacia falta que lo dijera,se notaba por el simple hecho de que no podia parar de morderme el labio inferior.Era un tick nervioso que siempre me pasaba,sobre todo en los examenes,algun profesor se penso que me atraia por culpa del maldito tik.Max no paraba de dudar y divagar y me hacia prometer una y otra vez que no me iba a enfadar con el.Asenti varias veces y me sente un poco mas cerca de el,para darle animos para que se confesara conmigo.No podia adivinar de que se podia tratar,ni a que venia tanto misterio,pero eramos mejores amigos y me iba a tener a su lado para apoyarle en lo que fuera.Como si hubiera matado a su abuelita,da igual,yo iba a seguir estando ahi para el.

Me quede totalmente descolocada cuando me pidio que cerrara los ojos,cosa que no me esperaba en absoluto.En cuanto estos obedecieron sus ordenes y se mantuvieron cerrados fue como si despertara de un largo sueño,como si se cayera la benda que habia tenido durante todos estos años sobre mi relacion con Max.Oh dios mio,le gustaba.Fui sintiendo poco a poco su perfume mas cerca de mi y finalmente el beso llego como si de un cubo de agua fria se tratara.Debia haberme apartado cuando cai en que estaba pasando,pero me habia quedado inmovil.Casi mejor que preferia lo de la abuelita muerta y descuartizada.

El beso termino y,a regañadientes por lo cohibida que me sentia en esos momentos abri los ojos encontrandome con los de Max cerrados todavia a pocos centimetros de distancia de mi.Retrocedi un paso para atras mirandole con el ceño fruncido...

-Max...-susurre con la voz entrecortada por la confusion del momento-que..que...no...como a podido pasar?desde cuando?no...no entiendo nada-no paraba de tartamudear y mirar hacia los lados perdida,sin comprender lo que estaba pasando-no me puedes hacer esto,menos ahora que te necesito mas que nunca-me puse de pie y un par de lagrimas cargadas de tristeza empezaron a surcar mis mejillas-lo siento,tengo que marcharme-murmure y desapareci justo en el momento que el mar rompia una de sus olas a poca distancia de nosotros-

Empece a correr con todas mis fuerzas hacia el castillo,sin dejar de pensar un segundo en lo que acababa de pasar,intentando entender que ocurria.Tarde un poco en darme cuenta deque estaba perdida,mi carrera me habia llevado hasta un punto del bosque en el que nunca habia estado.Una vez alli,a causa de que llevaba dias sin comer por el estres y los ultimos acontecimientos,cai rendida en el suelo perdiendo el conocimiento.

Abrí los ojos despacio, muy despacio, y sentí a Helena apartarse. El miedo se apoderó de mí mientras la escuchaba hablar con la voz entrecortada. Preguntas, muchas preguntas: que, como, cuando. Y sobre todas una palabra: no. Rechazo. No lo entiendo, no puedes hacerme esto, no…la escuchaba tartamudear de una manera casi escalofriante, mientras sentía como mil dagas me traspasaban el corazón a medida que Helena daba pasos hacia atrás. Que huía de mí, llorando.

Conseguí asimilar vagamente sus ultimas palabras: ‘te necesito mas que nunca’ ‘tengo que marcharme.’ Y se marchó. Corrió, corrió como si la estuviesen amenazando de muerte. Y yo me quedé allí, de pie, sin saber que hacer dado que mi cuerpo y mi mente estaban demasiado paralizados como para reaccionar.

No tenía que haberlo hecho. Esa fue mi primera reacción. Podía sentir como me mareaba, como todo daba vueltas alrededor de mí. Volví a sentarme en la roca a duras penas, mientras mi torrente de sentimientos se manifestaba de una manera que no había hecho en años: una lágrima se deslizaba por mi mejilla.

No recordaba haber llorado desde la separación de mis padres, pero ahora mil millones de sentimientos poblaban mi cabeza produciéndome una llorera incontrolable: el miedo por perder a Helena, la culpa por haberla tenido engañada, la traición al no cumplir su promesa, y sobre todas esas cosas aquel dolor que me impedía respirar: el rechazo.

Me quedé allí, completamente solo, enjugándome las lágrimas. Grité, di patadas a las piedras, puñetazos a los árboles buscando acallar el sentimiento con el dolor físico. Pero nada cambiaba. Solo cuando me vi. con suficientes fuerzas salí en dirección al castillo, pasando delante del Gran Comedor donde todos disfrutaban ya de una copiosa cena, mientras yo subía a mi habitación y me tiraba en la cama, quedando automáticamente dormido.

(Rol off:Te odio por esta clase de cosas,y lo sabes xD)

Fin del post