Mi juego, mis reglas [Edmond Dantés]

- Llévate esa.. ya que no pudiste con la otra

Dijo el muchacho levantándose con una media sonrisa, era una serpiente que disfrutaba y luego se marchaba... pero... realmente disfrutaba?... quien sabe qué era para ella disfrutar... sin embargo había sido un buen juego, un juego entretenido, si la sala de menesteres no estuviera siguiendo los deseos de ella, seguramente ya no tendría una puerta de salida, Edmond se levantó despreocupado y comenzó a abrochar su camisa... ella nisiquiera había dejado una marca... mientras que él si... esa mordida sería una marca que le duraría un par de días, (chupón! xD) Edmond le sonrió y recibió el beso, comenzó a peinarse y se preguntó sobre la verdadera naturaleza de esa víbora... sobre sus verdaderos deseos... sobre lo que no alcanzó a sentir y el por qué de esto... el chico negó con la cabeza y tomó la túnica de la muchacha que yacía en el suelo, la acercó a su rostro y la olió una vez más para conservar su fragancia, para luego tirarsela a Arianne y volver a sentarse en el sofá

- Esta no será la última vez que nos veamos

Dijo con una sonrisa de costado.

Arianne sonríe coquetamente y le contesta, luego de agarrar al vuelo la túnica.

—Sabes que podría con esa, querido. Sólo pensé que dejar el juego a la mitad lo haría mucho más interesante. Pero si a ti te gusta lo fácil, es una lástima conmigo no lo conseguirás.

Comienza a colocarse la túnica y le mira divertida. Le encantaba ese momento de la frustración, la hacía sentir poderosa. Ya arreglada, abre la puerta y le mira.

—Claro que nos volveremos a ver, querido. Hubo algo que he pasado por alto, yo siempre dejo marca, por lo que cuando menos lo esperes estarás nuevamente debajo mio.

- Espero que para ese entonces aún tengas eso en tu cuello... se te ve lindo

Dijo eliminando todo deje de frustración al comprender que era eso lo que le daba placer a la serpiente, en realidad ella tenía mucha razón... debía esforzarse si quería probarle... es decir, si quería ir más lejos... no era una presa fácil.. y eso transformaba todo el juego y la caza en algo personal... algo mucho más que un simple encuentro por placer

- O quizá tu termines debajo mío

Agregó para mirarle y buscar un panfleto con la dirección de Ollivander, de seguro sería mucho más fácil comprar una nueva que buscar la que ella escondería

Arianne arque una ceja y le dice entre dientes.

—Agradece que existen pocimas para tapar esto. —Se lleva una mano a su cuello, especificamente al lugar donde la había mordido—. Si no creo que hubiese perdido tu encanto.

Lo mira desafiante, hablando claramente de un posible atentado hacia cierta parte de su anatomía. Le guiña el ojo nuevamente, dando indicios de esa capacidad de mostrar muchas facetas a la vez.

—Bueno, si llegase a estar abajo tuyo —dice mirándolo de arriba para abajo—, de todas formas la pasaremos bien, Edmond.

Y finalmente, sale de la Sala de los Menesteres. Caminando tranquilamente por el pasillo, deja la varita del chico en una armadura. Ríe para luego tomarse el cabello en una coleta alta, debe estar hecha un desastre.

Edmond vio desvanecerse la deseable cilueta de Arianne tras la puerta, dio una ultima mirada a ese generoso trasero para luego de contar un par de minutos, salir de allí y irse a pasar el rato en algún otro sitio... Arianne resutló tener razón, conocía una manera para escapar del frío, estar lejos de los Ravenclaw y no estar en la biblioteca, parecía un verdadero desafío, pero la chica había demostrado que era posible.

Solo un pensamiento rondó por la mente del muchacho al salir al pasillo y no ver a la rubia serpiente: ¿ Cuándo le vería denuevo?