Al pie de la letra [Arianne Sinclair]

Arianne entró a los Invernaderos porque necesitaba estar lejos de tanta gente. Se encontraba cansada, cansada de todo, desde la actitud de su mejor amigo hasta de la suya propia. Necesita un momento para quitarse las facetas y ese lugar nunca está muy habitado. Camina un poco y ve como una chica estaba cuidando de una plantas. Debería dar media vuelta y marcharse, puede ser que tal rubia sea alguien que no le agrade y termine discutiendo y utilizando todas esas máscaras que no quiere.

—Buenos días —dice, nunca había visto a la chica y como siempre su curiosidad fue mayor—. Lamento interrumpirte —agrega, sonriendo ligéramente—, pero ¿por qué cuidas de las flores?

Se imagina que debe estar castigada o algo por el estilo, ella no lo haría por voluntad propia al menos que vaya a sacarla luego.

OFF:

―Hodgins, ¿eh? ―dice la chica sorprendida con encontrarse con otra persona con ese apellido en el colegio. "¿Será familiar de Keira?", pensó―. Pues yo soy Arianne Sinclair, un gusto Adelaide.

Camina un poco más hacia ella viéndola trabajar y levanta su mirada a los ojos de la chica al escuchar su pregunta. ¿Qué hace ahí? Simplemente huye de ella misma.

—Pues necesitaba un poco de tranquilidad —dice con sinceridad, no saca nada con mentir en ese tipo de preguntas, al final, no hay qué ocultar—. A relajarme y sacar todo tipo de tensión. El invernadero es tan solitario que pensé que no tendría que ver tanta gente... y no me equivoqué.

La sinceridad de ella fue completa, sólo explicó cierta información de otra forma, no tan cruda. Desde hace un tiempo a esta parte, Arianne comprendió que ese tipo de sinceridades se utilizan con otro tipo de personas, con aquellas a las que quieres mucho o quieres hacer daño.

Arianne hace una mueca al entender el motivo de la chica para estar sola en ese lugar. Trata de comprenderla pero no sabía que se puede sentir en una situación así, ella evita ese tipo de relaciones lo más posible, no se amarra a nadie. No le interesa y no quiere entregar más de lo que posiblemente recibirá. Bueno, hasta el momento le ha funcionado, por lo menos el chico que estaba logrando aquello ya no se lo ha estado encontrando. Es más, desde las cocinas ni siquiera lo ha visto, algo que la ha ayudado de sobre manera.

―¿Y por qué sigues detrás de él, Michelle? ―le pregunta curiosa―. Si te hace sufrir tanto, ¿no deberías tratar de superarlo, hacerle frente? ¿Salir con alguien más?

Su forma de ver el mundo es mucho más fría que la de muchas chicas, Arianne no es una persona romántica, no de las que sueña con que su hombre perfecto llegue a buscarla montando en un Abraxan. ¡Espera! Abraxan no, puede ser un Hipogrifo o lo que sea, pero no uno de esos caballos voladores alcóholicos.

Observa las flores del lugar, y tuvo la extraña necesidad de hablar más de la cuenta. Quería librarse de las facetas en esa ocasión, por lo que sólo abrió su boca y dejó que las palabras se escaparan solas de ella.

―Eres una chica linda para que un tipo que no te aprecia como debe, se gane tus suspiros. ―Sonríe y mira a la chica. Sí que es raro, que ella no es de las que anda diciendo esas cosas, por Merlín. ¿Qué le está ocurre?―. No te dejes pisotear, linda. ―Toma una de las hojas que hace un tiempo sacó para su poción y suspira―. Él no lo merece ―termina de hablar y le guiña un ojo.

La rubia no pudo evitar sorprenderse por lo literal que es la chica, en un momento pensó si le estaría tomando el pelo, pero cuando la ve tan serena respondiendo, supo que de verdad se toma las cosas demasiado al pie de la letra. Arianne pensó por unos segundos el cómo se iba a dar a entender sin caer en la crueldad que la caracteriza cuando es directa.

―Tienes razón nunca me he enamorado ―le dice, cuando su acompañante terminó de hablar―, y me he evitado lo más bien todos esos problemas sentimentales. Pero si sé que no es fácil cambiar lo que uno siente por los otros, pero cuando no te hacen bien lo mejor es tratar de olvidarlo, con todas tus fuerzas. Aunque duela.

Sí, es verdad que Arianne no ha llegado a sentir tanto “amor” por alguien, es verdad que ella cree que sentir algo tan fuerte por otro es una verdadera pelotudez y una muestra enorme de debilidad; pero su padre sí lo ha vivido, él tuvo que vivir con el abandono de su mujer, sumado con la vergüenza de aquello, y aunque sabe que no fue fácil para él, tiene muy en claro que su progenitor a olvidado a esa mujer.

―¡Espera! ―dice cuando logra unir los nombres con la realidad. Una sonrisita maliciosa se formó en el rostro de la serpiente y aunque ella no quiere molestar a esa águila, tratará de sacarle la mayor información posible―. ¿Hablas de Adam Anderson, no? ―pregunta sólo para confirmar lo que ya sabe―. Y yo si conozco a Ariel, es bastante mona y agradable, cuando no está de mal humor. ―Rueda los ojos recordando lo de la mano de la tejona. ¿Cómo estará? Bah, da igual, de todas formas se encontrará con ella pronto―. Y también a los chicos y me voy a tomar el atrevimiento de decirte, querida, que a Adam le gustan todas, no específicamente esa Hufflepuff. Así que más razón me das para que trates de olvidarlo, aunque eso sigue siendo decisión tuya.

[Off Rol// Perdona, no me venía la inspiración >_<]

Michelle suspiró levemente ante las palabras de la rubia.

- Eres buena persona, Arianne – dijo con sinceridad - tampoco me preocupo demasiado, ni intentó olvidarle a toda costa, ir detrás del chico llorando porque no te quiere no es mi estilo, yo prefiero dejar estar el tema, que pase lo que tenga que pasar, si tengo que olvidarlo, le olvidaré y si no, pues no. De ese modo me evitó llantinas y otras desilusiones. De modo que no te preocupes, yo no lo hago. Aunque es cierto que va detrás de todas pero… en fin, dejemos el tema – dijo quitándole importancia.

- Háblame sobre ti, Arianne, ¿tienes hermanos?

Arianne no puede evitar esconder la carcajada que esperaba salir cuando escuchó lo que la Ravenclaw le había dicho. ¿Ella? ¿Buena persona? Obviamente la otra rubia no diría lo mismo si la conociera en su peor faceta. Michelle sigue hablando con tranquilidad, quitándole importancia a algo que de cierta forma es trascendente. Porque Arianne no se puede mentir y si ella estuviera en la situación de Hodgins haría hasta lo imposible para llamar la atención de aquél afortunado.

El cambio de tema la sorprendió bastante, pero se limitó a responder sin hablar de más y sin quedar como una maleducada.

―Pues sí, tengo un hermano, pero hace mucho tiempo que se fue de casa y no he sabido de él desde esa época ―dice, mirando una extraña flor con curiosidad―. ¿Y tú, Michelle? ¿Algún familiar interesante en tu familia? Yo te hablaría de los míos, pero solo tengo a mi padre.

Puse mala cara cuando escuche sobre su hermano, no podía imaginarse que debía ser eso, pero prefirió no hacerle más preguntas y responder a la suya.

- Mi familia es bastante grande la verdad, Mi padre tiene dos hermanos. Su hermano mayor, mi tío, tiene cuatro hijos, Matthew Hodgins que ahora está en 7º, Suzuna Hodgins que va a 6º, Keira Hodgins de 5º y Ashley Hodgins de 1º, todos van a Hufflepuff menos Keira, que está en Gryffindor, luego está mi padre que me tiene a mí, a mi hermano pequeño que está en 5º y a las gemelas de 9 años, May Belle Hodgins y Ferguson Hodgins y por último mi tía, su hermana menor, que tiene tres hijos, Seth Addy y Marianne Kayla Addy, gemelos, van a 6º, Seth a Hufflepuf y Kayla a Gryffindor y una niña pequeña de 1 añito que se llama Mackenzie. No sé si me has seguido el hilo, realmente somos una gran familia - dije mirándola preocupada por si se había perdido - aunque si tuviera que decirte quien es interesante... mi primo Seth es el que me parece mas interesante de todos, tengo una buena relación, pero aún así nunca consigo comprenderle del todo.

"Keira, Kayla y Seth" repite los nombres que obviamente llamaron su atención. Sí, a esos pocos que conocía. Arianne ladea un poco la cabeza y asiente cuando Michelle terminó de hablar. Sí que es una familia grande en comparación con la suya que sólo tiene a su padre.

Y ese es el momento en que una de las características de Arianne apareció después de tanto, pero tanto tiempo. Algo en su interior se removió incómodo y no pudo evitar pensar que ella también debería tener una familia grande. Ser cercana a sus abuelos maternos y poder convivir tranquilamente con la familia paterna. Pero no, ella no podía tener algo así, porque el egoísmo de su madre se lo quitó. Por culpa de esa mujer ella ahora envidia a una chica que acaba de conocer. Inaudito.

No sabe cuanto tiempo estuvo pensando, pero cuando volvío a hablar, utilizó una faceta algo fría, sólo para que sus pensamientos no se vieran reflejados ante aquellos pensamientos idiotas.

―Sí, conozco a Seth, es un buen chico. Uno de los pocos que ha logrado aguantarme en mis peores momentos ―dice―. Kayla, bueno, ella es otro cuento. A veces creo que nos parecemos mucho, pero a la vez que somos demasiado diferentes. ―Se encoge de hombros, es algo que ni ella misma tiene del todo claro, solo está segura de que no se llevan bien. Punto―. Y Keira... Keira es una de la pocas chicas de Gryffindor que puedo decir que me agrada, es tan natural que provocó que me cayera bien. Sí, eso también es raro.