Viendo dulces (Laia)

Como me aburría dentro del castillo, cogí la capa que te hace invisible y salí para Hogsmeade. La primera parada: Honeydukes. Entré en la tienda y me saqué la capa. Me adentré más en la tienda mirando las cosas que tenían expuestas. Quiería comprarme una lengua-de-un-metro. Ya no tenía municiones para farsas, pero por ahora tampoco tenía quien sabe que dinero. Tenía que ir por más dinero a Gringotts. De todos modos, me voy a gastar los que tengo y luego paso para el banco. Me quedé viendo los dulces que aparecieron ya que hace poco se había aprovisionado.

Había ido a pedir permiso para ir a Hogsmeade y me lo habían concedido, ya que era una alumna ejemplar y ya que les había dicho que iba a comprar un regalo para mi hermano Izan, con el cual hacía mucho tiempo que no hablaba. Cuando llegué a Hogsmeade, lo primero que se me cruzo por delente fue Honeydukes y sin pensarmelo dos veces entré en la tienda, ya le compraría el regalo a mi hermano más tarde. Miré a mi alrededor con la boca abierta, esta tienda era mi perdicion

Seguía viendo los dulces. Pensaba que me iba a comprar. Saqué dinero, también tenía chequeras del mundo muggle, pero aquí no funcionaban para nada. Decidí lo que iba a comprar y puse todo en la canasta. Fui a la cola, ya que habían más compradores y esperé mi turno.

Caminaba mirando los dulces con la boca abierta sin fijarme muy bien por donde andaba, tal fue mi descuido que sin querer me choqué con alguien. Miré hacia a arriba y vi a un chico, me puse roja al instante. -Lo... lo siento.- Dije timidamente

Terminé de comprar los dulces y cuando me fui choqué con alguien. La agarré en mis brazos y le miré. -Ehh... ¡perdón! Me sonrojé también. -¡Perdón! Ví que estaba del colegio ya que traía el uniforme de Ravenclaw.

Me sonroje aun mas cuando el chico me cogio y sonrei levemente con timidez al escucharle. -No pasa nada, ha sido culpa mia, no miraba por donde iba.- Le dije mirandole notando como cada vez me ponia mas roja

-¡No te preocupes! Le sonreí, mientras le miraba sus lindos y pequeños ojitos. Noté que se sonrojó. -Jeje... te pusiste roja Sonreí. La verdad me gustaba ese color en una chica... y más, a ella le venía tan bien. -¡Te vez mejor así! Poco a poco la solté de mis brazos. Reacciono.

-¿Venías a comprar...? Dejé que completara la frase.

Escuché lo que me dijo el chico y me pusé aún más roja, deviando mi mirada al suelo, mientras notaba como me soltaba lentamente, la verdad es que estas cosas siempre me daban mucha vergüenza. Posteriormente escuché su pregunta y me encogí de hombros levemente. -Solo miraba a ver que dulce me gustaría más, pero hay tantos...- Le dije sin mirarle aún

Noté que se avergonzaba rápidamente. Deduje que es bastante tímida. Seguro pertenece a los Hufflepuff - que esos núnca salen de su cueva - , pero su túnica me confirmó que era Ravenclaw. ¡Wow, una buena presa para que nos haga nuestras tareas! Le sonreí y seguí endulzándole el oido. Es bueno tenerla de amiga para que cuando necesitemos, nos haga las tareas sin ningún tipo de presión.

-¡Compra los que quieres! Yo invito. Le dije.