El Hipogrifo llega a ser tan fiel como un perro. [Arianne Sinclair]

Sólo necesitó tocar el hombro de la serpiente y conjurar - Portandum!.- para llegar a destino.

Esta vez el hechizo los deparó a unos pocos metros de la Cabaña del Guardabosques, el hogar del tan querido Hagrid. Cedric había pensado en este lugar ya que detrás de allí, adentrándose un poco en quel bosque, se encontraban las jaulas con las criaturas que domesticaba Hogwarts.

El chico miró a su acompañante y estuvo apunto de tomarle la mano, cuando se dió cuenta la llevó a su nuca para rascarse levemente.

- Sígueme, es por aquí.- le dice mientras empieza a caminar rodeando esa vieja cabaña.

El aire se tornaba algo más fresco, pues estaban en otoño, a un paso de dejarle el camino libre al frío invierno, era algo que poco a poco se avecinaba.

- Espero que no seas de esas que lloran cuando tienen miedo.- comenta el muchacho al pasar.

"La cabaña del inutil del semigigante" piensa Arianne desdeñosa al ver adónde se habían aparecido. Odiaba ese lugar, por el sólo hecho de que su dueño era un mestizo. Es que encuentra inconcebible que un mago se haya... emparejado con una gigante. Simplemente horroroso.

El comentario de Blair, la sacó de sus pensamientos intolerantes y se ríe sarcástica al escuchar la segunda parte.

—¿Llorar? —pregunta arrogantemente, al alcanzarlo—. No sé lo que es eso, cariño.

Hace mucho que Arianne no sentía esa desazón que permitiría que llore, al menos claro, que cuenten las rabietas que da -aún- cuando quiere conseguir algo de su padre.

Ya empezaban a adentrarse en el bosque, algunos sonidos se podían llegar a oír desde donde estaban, leves gruñidos llegaban a sus oídos por medio del viento, gruñidos que cambiaban y se reducían por culpa de los árboles y las tan abundantes hojas que impedían su paso.

"Cariño, carño, carño; creo que eso mismo es lo que te falta" pensaba Cedric muy en sus adentros.

A lo lejos se llegaba a divisar las primeras jaulas, la del Hipogrifo y la del Abraxan; los cuales a medida que abanzabamos se ponían mas nerviosos.

- Ahí están los primeros.- comentó Cedric ignorando el comentario frío de la chica.

Arianne observa a donde el chico apuntaba y sonrío, sorprendida. Había visto un Hipogrifo, como era lógico, en la misma Clase de Criaturas Mágicas, pero lo más cerca que había estado de un Abraxan fue hace dos años cuando los del colegio francés habían ido a Hogwarts y ella logró verlos desde el castillo.

—Vaya. —Es lo único que alcanza a decir y se hubiese sonrojada por tan elocuente frase sino fuese porque recordó con quién estaba—. Este es fantástico —agrega, rápidamente, para hacer pasar desapercibido lo anterior y tomando el brazo de Cedric para hacerlo acercarse al Abraxan.

La chica suelta a Blair a penas se da cuenta de su actitud, y carraspea incómoda.

Ambos se iban acercándo cada vez más a las jaulas y es cuando Cedric vé como la chica se había interesado por uno, era el Abraxan. Siente como ella toma su brazo para acercarse más a la jaula, pero luego lo suelta.

"Típico de mujeres, histéricas como ellas mismas" - piensa Cedric desviándose del tema.

El chico le hace unas señas para que ella esperara en la posición donde estaba, camina hasta detrás de un árbol, el cual tenía un gran hueco, y saca de su escondite un recipiente en forma de olla y una petaca; acercándolas a la entrada de la jaula para finalmente depositarlas en el suelo.

- Dumbledore llegó a un acuerdo con la Academia Beauxbatons, cuando vino de visita, ¿Recuerdas?, adquiriendo este Abraxan...-

Luego gira su cabeza, para ver que la muchacha esté en una posición segura cuando a distancia se refiere, toma la llave de su bolsillo y abre el candado de la jaula, retrocede unos pasos mientras se puede observar como la mágica criatura abre sus alas al salir, y se queda viendo a Cedric. Éste abre la petaca y llena el recipiente sin dejar de mirar directamente los ojos del Abraxan.

- ...Yo creo que al colegio le cuesta más caro mantenerlo que haberlo comprado...-

Cuando el recipiente se termina de llenar, el león introduce sus dedos en el y sacude con su líquido a la criatura, haciendo que ésta camine deprisa y se ponga a beber.

El muchacho se acerca a la Serpiente y le coloca la petaca en la punta de su refinada nariz, haciendo que huela.

- Obviamente, estas criaturas no beben otra cosa que no sea whisky de malta puro.-

Él lleva su mano hasta la de la chica y sin dudas ni temor entrelaza sus dedos con los de ella.

-¿Quiéres tocarlo?.-

Arianne miraba fascinada a la criatura y había escuchado atentamente -para un futuro disgusto de ella-, cada palabra del chico. Tal vez la clase de Criaturas Mágicas no haya sido una mala idea, pero ya no era tiempo de recriminarse tal hecho.

Cuando Cedric se acerca y le pregunta si quiere tocar al Abraxan ella sólo sonríe. La idea era llamativa, vamos, no todos los días está la oportunidad de acercarse a tal ser mágico, catalogado como extremadamente peligroso. Sin embargo, trata de mantener su faceta fría, aquella que el chico ha visto tanto.

—¿Por qué no? —pregunta con indiferencia muy mal disimulada.

Se acercan con cuidado al animal, ella iba tan absorta en su objetivo que no se había fijado en el detalle de la mano. No era mucho el trayecto, pero a la chica se le hizo lo suficientemente largo al estar tan anciosa.

Y finalmente, pasa las puntas de sus dedos por el pelaje del Abraxam y sonríe nerviosa.

Cedric la acompaña con cuidado hasta estar cerca de la criatura, vé como la chica acercaba su mano con temor y respeto, lo hacía bien. Él se limitó a acariciar el pelaje del Abraxan, justamente en la parte de su cuello, sabiéndo que allí era donde la criatura se sentía más relajada y donde prefería que le acaricien.

- Aquí le gusta más.- dice el león arrastrando la mano de la chica con la suya hasta el cuello del Abraxan.

Mientras dejaba que Arianne lo acaricie, él se dedicó a ver el baúl que estaba al costado de cada jaula, recordando que en ellos se guardaban las correas y asientos para montarlos.

La criatura ya conocía el olor del chico como de costumbre, dos años seguidos viéndolo dos veces por semana y alimentándolo habían echo que se gane su confianza. El olor diferente de la chica apenas lo hacía rebuznar, si no estuviera acompañada de él seguramente la situación ya habría sido peligrosa.

- ¿Tienes ganas de montarlo?.- le preguntó con una muy leve inclinación de sus labios, una sonrisa, tratando de no demostrar ningún sentimiento extra.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni se había fijado que el chico estaba buscando algo en un baúl. Se divertía, a pesar del miedo que sentía, Arianne se comenzaba a sentir cómoda en aquél lugar y le agradaba la textura del pelaje del Abraxan en sus manos. Sabía que podía estar ahí gracias al Gryffindor, ¿debería agradecerle? "¡No!" exclama rápidamente su mente, al fin y al cabo sigue siendo un simple león.

Al escucharlo hablar, vuelve a la realidad y lo busca con su mirada, sin dejar de acariciar al Abraxan. Y contrariada piensa, "¿Montarlo?". Y si hubiese podido sonrojarse lo hubiese hecho, "Estúpda imaginación que me gasto", se regaña mentalmente, por lo que incómoda carraspea y dice suavemente, aunque aún emocionada por la idea:

—¡Claro! ¿Qué puede salir mal?

- Nada, sólo que te quiebres una pierna.- comenta Cedric sonriendo, aunque ella no lo podía ver ya que el chico ya se disponia a sacar el asiento y las correas del baúl.

Se acerca a la criatura y le acaricia toda la parte de su frente, mientras le iba colocando las correas para poder manejarlo en el aire a su antojo.

"Mejor no le pongo el asiento, siempre se queja de él", piensa mientras volvía a guardar el asiento y cerraba el baúl.

- No te creas que es así de fácil, el no deja que cualquiera lo monte.- avisa el chico, mientras se toma el atrevimiento de agarrar un mechón de cabellos rubios de la chica.

- El Abraxan primero debe reconocer el olor, se guía mucho por el olfato.- dice terminando de explicar.

- Si quieres que lo montemos tienes que hacer que te huela.- dice cruzándose de brazos, viendo si lo iba a hacer.

—Si me quiebro una pierna ya sabré a quién culpar para salvarme del castigo de mi padre —comenta más para ella que para el chico.

Porque ya escucha la voz de él diciéndole que esos no son comportamientos de una señorita de su nivel y cuantas palabrerías más. Una pérdida de tiempo, su padre ya sabe que la chica hace lo que quiere. Sigue escuchando a Blair y se aleja de él cuando toma un mechón de su cabello.

—¿Y qué? ¿Tengo que ir y ponerme delante para que me olfatee? —dice ella irónica sin dejar de acariciar a la criatura. Mira nuevamente al chico y niega, rindiendose—. ¿Qué debo hacer?

- Exactamente eso, ponerte en frente del Abraxan y esperar a que él te huela.- dice con sus dos manos en alto, para después volverlas hacia sus bolsillos.

- No hay otra manera Arianne.- le dice suspirando, conocía el orgullo de la chica, y era probable que se negara, así que nada le sorprendería.

Cedric espera la reacción de la serpiente, mientras acaricia el lomo de la criatura.

Arianne mira fijamente al Abraxan, como culpándolo de tener que rebajarse a tal nivel. Sin embargo, suspira y posa su mirada en Cedric.

—Bien —dice, pero comienza a susurrar alegando sobre esa situación—, aunque yo soy la hechicera aquí. Aún no entiendo porqué tenemos que demostrar respeto por seres inferiores.

Porque sí, la chica puede ser lo que se quiera, pero algo que la caracteriza al cien por ciento es eso, la intolerancia, la supuesta superioridad de su linaje puro.

—Si me llega a atacar —susurra para el chico— y quedo viva, haré que mi padre te persiga hasta el fin de tus días.

Se coloca frente al animal y cierra los ojos esperando. "Todo va a salir bien" se repite una y otra vez, mientras escucha como la criatura se acercaba a ella.

Cedric se queda viendo como la chica, con mucho desprecio hacia la criatura se acerca y cierra sus ojos, pasa de la amenaza que ella le hace ¿Para qué decir algo?. Él acaricia el pelaje del Abraxan cuidando de que no reaccione mal, viendo cada uno de los movimientos que hacía.

Luego de un par de minutos, la criatura se pone a olerla, rozando apenas su nariz por el cabello de Arianne y comienza a relinchar.

- Uf, que suerte, yo que creí que te iba a rechazar.- comenta negando con la cabeza y mordiéndose el labio.

- Bueno, ¿Estas lista o te arrepentiste?.- dice ofreciéndole la mano, para hacerla subir al lomo de la mágica criatura.

—Para que veas que soy un encanto —le dice ella sonriendo de lado—, hasta el Abraxan lo acepta, creo de verdad que eres el único que no piensa así —"Y un montón de sangre sucia y traidores que se han cruzado en mi camino", agrega mentalmente sin borrar su sonrisa.

Arianne arquea sus cejas y mira la mano de Cedric, ¿arrepentirse? Jamás. Aunque acabe de acordarse de que volar no es de su agrado. Y que si ahora se lo comenta al león, este terminará haciéndo algún comentario irónico que logrará que el buen humor de la chica se vaya por el desagüe

—¿Qué crees, que me dejé oler por un Abraxan para arrepentirme? —pregunta ella sarcásticamente asustada. Toma la mano del chico y se deja ayudar para subir.

"Esto es una locura" piensa.

Cedric recibe la mano de la chica y la acerca más al Abraxan, luego la toma por la cintura y la levanta, haciendo que con un sólo movimiento de piernas ella se pueda acomodar. Él se queda mirándola y apoya uno de sus brazos en el lomo de la criatura, sonriéndole al responder.

- Bueno cariño, no le puedes caer bien a todos.- dice con su sonrisa típica de lado, la que ya es habitual que se le vea cuando habla irónico, usando la misma palabra que ella repetía tantas veces para burlarse.

"Claro, porque sos taaan querida Arianne". Se formula en su mente, preguntándose realmente si alguien en este colegio que no sea ella misma la podía llegar a querer.

Toma levemente de la melena del animal y se sube detrás de ella, cruzando las manos por delanto, tomando las riendas del Abraxan.

- Último aviso, ¿Lista?.-

[Post re-corto, pero mi imaginación es un asco ahorita >.< funciona más de noche xDDDDDDD]

Al escuchar las palabras de Cedric, suspira tratando de tranquilizarse. Por Merlín, ¿qué estaba haciendo? Odia volar, odia todo eso y sólo para demostrar que no es una cobarde frente a un león llegó a esa situación.

—¿Qué esperabas? —Y tuvo ganas de golpearse por imprudente. Sonríe arrogantemente, aunque en su interior estaba que se moría de miedo—. ¿Debo saber algo antes? —pregunta tratando de sonar desinteresada y tranquila, algo que cree que salió bien

[Ok, ya es de noche así que... imagina! >.<" (?) xD]

Cedric la mira y mira el cielo, piensa un rato y le contesta.

- Si que debes saber algo.-

Automáticamente tiró de las riendas del Abraxan para que sus alas se abrieran y empezara a volar con ellos arriba.

- Sujétate fuerte que no vuelo como niña.- dice con una sonrisa en la cara, mientras se elevaban por los aires.

[¿Imaginar? No, gracias xDD ]

"¡Idiota!" es lo primero que piensa Arianne, aunque no está segura de que sea un insulto para su acompañante o para ella misma. Se afirma del Abraxan y cierra los ojos fuertemente, aguantando soltar un chillido.

No, no es divertido, por lo menos para la chica que no tenía necesidad de abrir los ojos para saber que ya habían varios metros de distancia entre el suelo y ellos. ¿Decirle o no sobre su claro desprecio por volar?

— ¿Blair? —dice ella, abriendo un ojo—, si esto es volar como hombre creo que tenemos distintos conceptos de hombre.

Y sinceramente pensó en tirarse de esa altura. ¿Cómo se le ocurre tentar al orgullo del Gry? Tonta, no había otra palabra.

[Me dijiste que de noche tu imaginación volaba; ¿Entendés?, volaba xDDD]

Las palabras de la chica fué, para Cedric, una claro activador en su cabeza para comenzar a volar como él sabía, y no de otra manera, sin preocuparse por el posible miedo de Arianne.

- Calculo que hay otras maneras de demostrarte mi hombría, pero no te merecerías las otras.- dice riéndose por dentro, de una forma arrogante y casi de desprecio, cada vez salir a jugar con la serpiente se le hacía más y más divertido.

Tiró de las riendas del Abraxan con fuerza, ya habían pasado por encima de los árboles más altos de aquel bosque, las pesuñas de la criatura apenas alcanzaban a chocar con las ramas peladas de los árboles, el otoño se hacía presente en ellos. Poco a poco Cedric se fue agachando, apoyando más su pecho a la espalda de la chica, para así tener una mayor aero-dinámica, las alas del Abraxan se tambaleaba de lado a lado, mientras por debajo se veía la cabaña de Hagrid, ya era el comienzo de un más que divertido viaje.

- ¿Estás bien?.- comenta interesado, obviamente le gustaría saber que se moría de miedo.

[Había entendido es lo peor XDDDD]

Tenía muchas frases para responderle a ello, demasíadas, pero en ese preciso instante no tenía la fuerza para poder ordenar un pensamiento sin tener que demostrar el miedo que la embarga. Por lo que respiró un par de veces, abrió los ojos y trató de darse a entender que con el Abraxan iban seguros.

Por sobre su hombro lo mira con una ceja alzada y niega divertida para decirle.

—No, no es que no me las merezca, el punto es que no existen tales maneras para demostrarlo —Vuelve a mirar al frente y no puede evitar maravillarse con el paisaje que se mostraba ante ellos—. Acéptalo, Blair —continua con un poco más de fe en la humanidad—, eres muy poco para mí.

Arianne sentía como la adrenalina comenzaba a cubrir su cuerpo, por lo que unas ganas inmesas de reir cambiaron la sensación de miedo que aún predominaba. No, no es que haya superado tal temor, pero tenía la extraña sensación de seguridad que en una escoba, por ejemplo, no había.

—Perfectamente, Blair —responde a la pregunta, justo cuando pasaban entre los árboles—, ya te dije que no soy como cualquier chica.

Los comentarios de Arianne no eran muy agradables, pero vamos, nada de lo que decía era precisamente algo que te gustaría oír. Cedric mueve las riendas del Abraxan haciendo que éste vaya de un lado para el otro, ahora llegando a Hogwarts, a sólo un par de quilómetros el edificio ya se veía.

- Si las hay, pero que nunca las conocerás es un hecho.- su mirada bajaba para ver como todo se veía tan pequeño que se tornaba borroso, el viento impactaba casi todo en su acompañante pero podía sentir como éste ejercía fuerza en sus piernas.

- El concepto de poco o mucho, es demasiado relativo.- dice casi por instinto, dejando que sus palabras salieran solas de su boca, pero el viento luchaba por que ellas no llegaran a destino.

Cada vez Hogwarts estaba más y más cerca, tomando las riendas sólo hacia que el Abraxan siga una línea recta, directamente hacia la entrada del castillo, parecería como si fueran a estrellarse.

- En eso te concedo la razón, no eres una chica cualquiera...- dice mientras la criatura estaba a sólo unos pocos metros del desastre - ..., eres inferior.- termina concluyendo, con media sonrisa de lado.

Cedric tirró rápidamente de las riendas que conducían todo, haciendo que la criatura relinchara y cambie su vuelo, haciendolo ahora vertical, como si escalara la entrada de Hogwarts.

Si Arianne pudiera golpearlo en ese momento lo haría. Y no sólo por el hecho de haberla asustado con el vuelo del Abraxan y lograr que gritara un Cuidado, que evidenciaba el miedo que aún tenía la chica, sino por decirle que es inferior. Estaba claro, que el león quería hacerla caer en ese estúpido juego de egos, pero por muy obvio que fuera, Arianne había caído como buena Slytherin que es.

—Jamás... —comienza a decir con su respiración entre-cortada—: digas nunca, cariño. No te vayas a terminar mordiendo luego. Y si yo soy inferior... —dice la última palabra con verdadero resentimiento—: no sé que es lo que queda para tí.

Cuando la rubia quiere ser venenosa, nada ni nadie lo puede evitar. Ni siquiera el hecho de que la altura que ahora tenían era aún más que la del propio castillo. El corazón de Arianne estaba a mil, pero saber si es por la molestia que sentía o por la altitud, ella no sabría decir. Pero de lo que si estaba segura, es que no permitiría que el chico se saliera de su lugar, aunque tenga que salir de muerta de allí.

—Un gryffindor, con claros resentimientos hacia al mundo, no va a tratar de menospreciar a una Sinclair. No, el león que se quede en su lugar, con sus complejos de heroes lejos de la Slytherin, que ni siquiera mereces respirar el mismo aire.

Quería bajarse de ahí y poder decírcelo a la misma cara y no tener que hablar a la nada. Cuando terminó de hablar el miedo volvió a ella y no pudo evitar cerrar los ojos, esperando que eso termine de una buena vez.

Era una situación realmente rara, en medio de un vuelo donde en verdad Cedric tendría que estar completamente concentrado, comenzaron a librar una batalla de egos, bueno, la misma batalla que siempre llevaban entre ellos dos. Él comenzó a preocuparse más por el vuelo, aunque le encantaba ese juego, se mordió la lengua un poco para dejar de hablar, le gustaba molestarla pero no habría necesidad de que se le escapara y terminara callendo ¿O sí?.

Luego de cruzar entre las torres de Hogwarts, ya habían dejado atrás aquel castillo, el león todavía tenía algunas palabras en la boca que sentía necesidad de soltar, así que fué lo único que dijo.

- Oh perdón, me lady, tiene toda la razón.- comenta con un tono muy particular, ya exediéndose de una broma, iba más alla - Pero ahora que recuerdo respiré su mismo aire y ... no recuerdo que haya sido algo para recordar, más bien fué olvidable.- le susurra al oído, obviamente hablaba del momento en que se conocieron, por lo que había pasado en el lago.

Le encantaba buscar la escusa o el punto perfecto para que la serpiente tuviera que salir a morder, eso demostraba que en verdad la provocaba.

Esperando su obvia respuesta venenosa, Cedric dió un giro inesperado, comenzó a hacer que el Abraxan girara en su propio eje, dando vueltas mientras avanzaba y con su torso presionaba agarrado de las riendas, para que su acompañante no cayera, aunque a veces dudaba de esa desición.

Las vueltas la estaban mareando, por lo que sólo supo afirmarse aún más del Abraxan y esperar a que el idiota de Blair se dispusiera a detener esa locura. Sólo había un hecho que le seguían dando vuelta. "Olvidable, Já".

—Disculpa —dice ella con una contrariedad que se veía tan verdadera como el sarcasmo que siempre usa—, ¿de qué estás hablando, Blair? —Lo mira por sobre su hombro y su rostro mostraba una pequeña mueca de confusión—. ¿Qué es olvidable?

Cedric frena las vueltas y encamina de nuevo un vuelo limpio, haciendo que las alas del Abraxan aleteen de un modo suave, se podía ver como ahora las alas estaban más de un segundo en cada posición, casi ni volaban, ahora planeaban.

Razonó un poco lo que había dicho, el decir que aquel beso fué olvidable no era exactamente olvidarse del tema, ya que lo estaba mencionando.

— El beso, fué olvidable — comenta negando con la cabeza y apenas cerrando los ojos —, uno espera más de alguien que tanto alardea sobre sí misma .