Sentado en la hierba (Mirajane)

Después del almuerzo, como hacía un día estupendamente bien, decidí salir a dar un paseo por los jardines y ¿por qué no? por los alrededores del castillo. Salí al jardín y me dirijo al bosque prohibido.

Llego hasta un árbol y me siento en la hierba. Saco un pequeño gadget que el mundo muggle le llaman iphone. Me pongo los cascos y busco un canal de música.

Estaba sentada en el jardin, apoyada en un árbol leyendo un libro que acababa de sacar de la biblioteca. Habia escogido uno de los mas apartados para alejarme todo lo posible del bullicio de los niños jugueteando, ya que hacia un dia estupendo y habia mucha gente fuera. Senti como alguien se sentaba en el lugar justamente opuesto a mi y parecia no haberse percatado de mi presencia.

De repente, empece a escuchar un ruidito de musica lejana. Me di la vuelta y vi a un chicoque tenia puestos unos cascos en las orejas enganchados a un cacharro que no alcance a reconocer. Pero lo que si sabía era que provenía de ahi. Me gire hacia él y le di un toquecito en el hombro

-Ei, perdona, pero tienes la musica un poco alta y no puedo leer bien ¿Te importaria bajar el volumen?- le dije, educadamente.

Fui interumpido por un toque en el hombro. Cuando levanté la vista a ver de quien se trataba me quedé mirandole sus hermosos marones que podían enloquecer a cualquiera.

Me quedé como bobo allí, mirandole los ojitos y con la boca medio abierta xD. Los cascos se me habían caido en la hierba.

Después de unos segundos reacciono. -Ehh ... sí, sí, cláro...! Sonreí, mientras apagué el iphone. -¡Sientate! Le hize lugar. Quiería que no se vaya... no podía describir lo que sentía, pero sentía unas mariposas en el estómago. ¿Será amor?

(OFF: Perdon por la tardanza!)

Se me quedo mirando, como embobado. Ay madre mía, ¿tendría algo en la cara? El caso es que seguía mirándome, y estaba empezando a incomodarme un poco. Por fin me respondió, apagando el cacharro de la música y me invitó a sentarme a su lado. No podía presumir de tener demasiados amigos en mi casa, así que acepte su invitación y tras coger mis cosas me posicioné a su lado.

-Me llamo Mirajane, un placer- me presenté, abriendo de nuevo mi libro.

No sabia muy bien que decir, dado que era él el que me había invitado a sentarme a su lado, así que espere a que él me contase o preguntase sobre algo.

{ no te preocupes }

Le dí dos besos en la mejilla... cosa que me gustó demasiado porqué estaba más rojo que un tomate. -¡Un placer, Marijane! Marijane... su mismo nombre era muy bonito... al igual que ella. -¡Lindo nombre...! Le dije. -¡Igual que la dueña! Añadí.

Seguramente era nueva ya que no la había visto antes por el castillo. -Mm... ¿y eres nueva? Digo, no te he visto antes por el castillo. Le sonreí.

Me dió dos besos en la mejilla más rojo que un tomate, y me hizo un cumplido a mi y a mi nombre. Me daba la leve impresión de que estaba intentando ligar conmigo, pero aún así seguí allí sentada.

-Gracias-le respondí, un poco sonrojada- Es japonés, puedes llamarme Mira si lo prefieres, es mas corto-sonreí.

Me preguntó acerca de mi, ya que no me había visto antes, y ciertamente, a mi tampoco me sonaba su cara a pesar de ser de mi propia casa.-Este es mi último año aquí, aunque no te había visto nunca-le confesé- pero tampoco tengo demasiadas amistades dentro de nuestra casa ¿Y tú? ¿Eres nuevo?

-Mm... Sonreí. -es más corto y así te puedo consentir mejor jeje. Sonreí, la verdad no me importaba lo que pensaba de mí. La chica me gustaba... me sentía muy bien a su lado... creo que ya cupidon hizo de las suyas xD.

Me extrañó... era de mi misma casa, del mismo año y hasta ahora no la ví. -Ps sí, bastante extraño... pero por suerte nos conocemos ahora. Efectivo, no tenía muchos amigos en nuestra casa. -No... Le dije. -prácticamente estoy desde el principio... mi tio Lucius me trajo. Considera que tengo potencial! Éstas últimas palabras las dije irónico xD.

[OFF: Perdona por tardar tantisimo, he tenido unos dias un poco complicados U_U]

Escuché que él llevaba en el colegio desde el principio y que su tío Lucius le había traído porque decía que tenia potencial, aunque eso último lo dijo con cierta ironía. Oh, espera.

-¿Tu tío Lucius?¿Eres un Malfoy? Me acabo de dar cuenta de que no sé tu nombre...-Me dí cuenta de que quizás había hecho demasiadas preguntas de una misma vez. Pero me intrigaba terriblemente que pudiese ser un Malfoy. Si algo yo siempre he dicho era que no discriminaba a nadie sea de la casa que sea ni nada por el estilo, pero el hecho de estar relacionándome con alguien de aquella familia me echaba inevitablemente un poco hacia atrás. Aunque probablemente estaría haciendo conjeturas demasiado deprisa. Y sonando como una cotilla, para variar.-Perdona, no era mi intención hacerte un interrogatorio de repente-le dije, agachando la cabeza.

{ no te preocupes ^^ }

Le miré sus lindos ojos. Después de decirle lo de mi tío comenzó a interogarme. Ya se había dado cuenta de que tenía algo que ver con Draco y que también era un Malfoy. Por su reacción me dí cuenta que no quiería oír de nuestra familia ni relacionarse con alguno de nosotros. -Sí... Le respondí. -¿por qué? Le pregunté tímidamente. No que era tímido, para nada, sino que quiería saber porqué esa reacción suya.

Agachó la cabeza y pidió una disculpa. Le levanté la mirada haciendo que me mire. -¡No! ¡No te preocupes! ¡No pasa nada! Le dije. -Es tu derecho...! Le dije. -A caso ¿nuestra familia te hizo algo? Le pregunté con un hilo de voz bajado de tono.

Me contestó, afirmándome tímidamente lo que ya me esperaba, que era un Malfoy. Me levantó la mirada, obligandome a mirarle a él, diciéndome que no tenía que preocuparme por el mini-interrogatorio y que estaba en mi derecho a preguntar. Definitivamente, tenía que frenar esa costumbre mía, no era la primera vez que hacía mas preguntas de la cuenta. A continuación, con un tono de voz casi imperceptible, me preguntó si su familia habia hecho algun daño a la mía. Parecía de alguna manera, preocupado. Las cosas estaban empezando a desviarse un poco.

- No, no, no, no es nada de eso...es, bueno...ya sabes...la fama- me daba un poco de apuro decir eso último, ya que no era algo para nada agradable, pero era la sincera verdad y no había vuelta de hoja.- Pero intentaré no juzgarte por tu apellido, te lo prometo. Así que más te vale comportarte si quieres caerme bien- le dije, divertida, dándole un puñetazo cariñoso en el hombro para aliviar la tension del ambiente.-¿Y a que clases vas? Por que como ya creo que te he dicho, creo que no te he visto en ninguna.

Contetó rápidamente, al parecer estaba nerviosa, pero quiería ocultarlo y comportarse normalmente. Cuando dijo lo de la fama sonreí.

-¿Comportarme? Le pregunté sonriendo. Me dió un golpecito en el hombro para aliviar la tensión del ambiente. -¡Eyy! Jejeje... Cogí sus manitas y esta vez le hize coskillitas. -Jejeje... Reímos los dos. -Me caes bien ¿sabes? Le dije cuando paramos y habíamos caído en la hierba. Estaba acostado al lado de ella, mirando sus lindos ojitos.

Justo después de pegarle el pequeño toque cariñoso, noté como me cogía de las manos y me hacía cosquillas. Oh dios, no, cosquillas no, tenía muchísimas.

-Para, para!-le decía, mientras no podía parar de reirme. Aproveché el momento en que me soltó las manos para devolvérsela, haciéndole cosquillas yo también a él, pero se notaba que su fuerza era superior a la mía, y me hacía casi el doble de cosquillas de las que yo conseguía hacerle. Caímos en la hierba, cuando nos cansamos. Puse mi pequeña mochila a modo de almohada para no clavarme la hierba en la cabeza. Me dijo que le caía bien. Bueno, era un paso.

-Tu también me caes bien a mi - le dije, mientras miraba el cielo azul que estaba sobre nuestras cabezas aquella tarde -Siento mucho haberte juzgado antes, de verdad. Espero que no me guardes rencor-le sonreí.

-¡No te preocupes! Le dije, mientras jugaba con su cabello acarisiandoselo y entrelazando mis dedos en él. Noté su posición cómoda cuando puso su mochila como almohada. Estabamos los dos, acostados en la hierba. Todavia estaba jugando con mis dedos en su cabello y me quedé mirando sus lindos ojos.

-¡Me gustas mucho...! Le dije decidiendo romper el silencio. Esperé ver su reacción... seguramente me mandaría al diablo. Pero por temor a que alguien más se me adelantára no sabía ir a pasos lentos.

Mientras estaba tumbada él se dedicaba a acariciarme el pelo.-Si sigues así voy a quedarme dormida-le dije, sonriendo con los ojos cerrados. Estábamos en silencio, solo nos rodeaba el pequeño bullicio que se escuchaba a lo lejos de los alumnos más pequeños jugueteando en el jardín. Y fue entonces cuando lo soltó. Esas tres palabras: Me gustas mucho. Me quedé paralizada y sin saber que decir. Reaccioné incorporándome en la hierba y por tanto quedando sentada.
-¿Cómo? ¿Que...yo....qué?-le dije entrecortadamente. Estaba mas colorada que diez corbatas de Gryffindor.- ¡No puedo gustarte! Hace menos de una hora que me conoces.-le dije, un poco cortante.-Lo siento, pero no creo en tres palabras bonitas-le dije, agachando la cabeza un poco triste, recogiendo mis cosas- No te lo tomes a mal pero, si de verdad te gusto, tendrás que currartelo y demostrarmelo.-Me puse de pie finalmente y me dispuse a despedirme cuando recordé, de nuevo, que aun no sabia su nombre. Sonreí ligeramente- Me gustaría despedirme como dios manda, pero aún sigo sin saber tu nombre. Así que adiós-hice gesto de despedida con la mano- chico enamoradizo Slytherin.

Me alejé muerta de vergüenza. No estaba acostumbrada a todas estas cosas, a pesar de estar intentando superar mis problemas de relación era una chica tímida y no podía cambiar mi carácter. Seguía más roja aún si cabía. Giré mi cabeza hacia atrás, volví a mirarle de nuevo y me alejé, rezando por no encontrármelo en la sala común en lo que quedaba de día, o iba a morir de vergüenza de nuevo. Tiempo al tiempo, Mirajane.

Aún quedaba a su lado, jugando con los dedos en su cabello. -¡No importa! Todo parece perfecto ¿no crees? Le dije tiernamente.

De pronto reaccionó mal ante lo que dije. O mal lo que yo pensaba mal porqué seguramente no me gustaba su reacción. Y así era... no me gustaba su reacción. Pero quiería conquistarla a como dé lugar.

Se levantó y recogió sus cosas. Entonces me levanté también rápidamente y pasé enfrente de ella cogiendole suavemente el hombro. -¡Perdóname! ¡Tienes razón! Pero podemos llegar a conocernos. Le dije sonriendo. -Por el principio voy a comenzar a presentarme que no lo hize jeje. Le dí la mano sonriendo. -Soy Federico, pero dime Fede jeje. Sonreí, mirando sus ojos. -No fue con mala intención... sólo quiero que me déjes conquistarte. ¿Qué dices? Le pregunté. Por primera vez tenía miedo... miedo por su reacción. Pero era ahora o núnca.

Seguía inmersa en mis pensamientos caminando cuando note como me detuvo. Pegué un ligero respingo cuando me cogió por el hombro. Mi cerebro llego a procesar unos perdóname, tienes razón, deberíamos conocernos. Levanté la vista para mirarle a los ojos. Parecía que sus palabras eran sinceras. Se presento debidamente como tenía que haber hecho desde un principio y, mientras le devolvía el apretón de manos, continuo hablando. No fue con mala intención, eso yo ya lo sabía. Era que no estaba acostumbrada a estas cosas, y que no creía en los amores de cinco minutos porque siempre acababan mal. Prefería conocer a la persona y que demostrase las cosas, para estar segura del terreno que piso. Tras debatir los pros, los contras, y otros tantos pensamientos, decidí que lo más justo para él era otorgarle una oportunidad.

-Está bien. Te daré una oportunidad. Supongo que sería injusto no dejarte probar-le dije, sonriendo ligeramente-Solo tengo una condición-continúe, elevando mi dedo a la altura de su cara, a modo de advertencia- Necesito mi espacio. De verdad, soy una chica bastante independiente y a veces necesito mi tiempo y mi aire. No me gustaría tener que darte una mala contestación, porque cuando estoy agobiada sale a florecer mi mala leche, y confía en mí cuando te digo que es algo que no quieres ver.

Sonreí ante lo que dijo. -¡Verás que sí! Cogí sus manos y le dí un beso en ella cortesmente como los caballeros antiguos xD.

Sonreí ante la advertencia que puso. -Jeje... ¡no te preocupes! La verdad no soy de los que siempre tienen que saber donde están sus parejas. Le aclaré. -Cada uno por su lado... yo también necesito mi espacio. Le sonreí. Y más aún cuando era mortífago y tenía que salir cuando el jefe llamaba.

-Y ahora... ¿quieres hacer algo especial? ¿O nos regresamos al castillo? Le pregunté.