Buscando una varita

Estaba haciendo mis compras por el Callejón Diagón, cuando súbitamente recordé que necesitaba una varita, ya que la que tenía en un descuido se rompió, digamoslo así, me senté sobre ella.
Cuando entré a Ollivander no habia nadie, entónces dije:- Hola, hay alguien aquí ?-
Esperando a que alguien me conteste me puse a ver la cantidad de cajas y varitas que habia en ese lugar, no se como hacen para recordar donde se encuentra cada una, pensé.

Me sobresalté cuando Alex me habló, yo estaba muy ensimismada. No me sorprendí tanto al encontrármela otra vez, ya que ella me lo había dicho.
- Hola otra vez Alex, sí es cierto me avisaste, por lo que no me sorprendió verte aquí. - dije entre risas.

- Me ha gustado mucho la varita número tres. - dije respondiendo a su pregunta.

Agarré la primera varita, no sentí nada, por lo que decidí probando hacer un hechizo, quise convertir un florero en una copa, pero me sorprendí cuando el florero estalló.
- Lo siento mucho Alex. - le dije con cara de preocupación.
Luego agarré la otra varita, la de madera de parra y núcleo de corazón de dragón, y sentí un cosquilleo que iba desde la mano hasta mi antebrazo.
Pensé que era esa, por lo tanto intenté reparar el florero que había roto con anterioridad. El florero quedó como nuevo. Hice una sonrisa.
- Creo que es esta. - le dije a Alex con una sonrisa.

Saqué los 65 galeones de mi bolsita fiusha y los deposité en el mostrador.
- Creo que son 65, o conté mal. - le dije con una mueca de inseguridad.

- Muchas gracias Alex, te veo luego. - la saludé con una sonrisa.