Sorpresa al lago (Ginny)

Antes de que anochezca, llegué al lago y preparé un picnic para sorprender a Ginny ya que tenía tiempo de no verla. Llegué minutos antes y dejé la canasta en la hierba. Extendí la toalla que me había traído conmigo y empezé a sacar todo lo que traje en la canasta. Preparé un delicioso y aspectuoso picnic, con vino, champan, un poco de comida muggle que fuera especial para estos momentos. El tiempo que no estaba me hizo darme cuenta de todo lo que sentía por ella y hoy pensaba decirselo.

Terminé de arreglarlo todo en los platos, arreglé las copas y prendí unas velas perfumadas que había comprado en mis viajes a Londrés. Me levanté y coloqué pequeñas velitas haciendo un camino de velitas. Pensé que bastaban las velitas. Rosas iré colocando poco a poco.

Terminé y me froté las manos emocionado. Miré el reloj y me puse a esperar a Ginny. Cuando recordé algo que se me había olvidado: las rosas. Coloqué una rosa en la toalla, al lado de un plato, en un vaso de cristal. En mi mano tenía un ramo entero de rosas rojas. Me escondí para esperar a Ginny.

Estaba escondido, detrás de unos pequeños árboles, cuando apareció ella... más hermosa que núnca, más radiante que núnca. Miré la rosa que la tenía en mi mano - la había cogido del inmenso ramo que estaba en la toalla, al lado de nuestra cena - y caminé poco a poco acercándome hasta ella por detrás. Cuando llegué cerca de ella le puse la rosa enfrente de ella y pasé también enfrente de ella.

-¡Para ti! Le sonreí. Ya mis mejillas ardían. No tenía espejo, pero seguramente estaba más rojo que un tomate. -¡No son tan lindas como tú, pero esperan alegrarte el día! Sonreí y cogí su mano en la mía. -Espero te sorprendí de manera agradable. Le dije. -¡Hoy cenaremos tranquilos, aquí, al anochecer, en la orilla del lago! Solo espero que te guste la cena... la preparé yo. Sonreí. -¡Y cláro! La compañía espero también te guste. Estaba realmente nervioso, porqué mi corazón estaba por salirme del pecho y mis manos sudaban demasiado por los nervios de estar frente al amor de mi vida y ella no lo sabía, aunque lo sospechaba... creo. Y mi nerviosismo me hacía hablar mucho, por eso pensé que mejor me callaba para dejar que diga alguna palabra.

Sonreí. Logré sorprenderla... y fue de una manera agradable. Se acercó a mí y me dió un besito en la mejilla en señál de agradecimiento. Por un momento estaba pensando que quizás fue un simple besito de amistad, pero me propuse mantener la serenidad y seguir mis acciones tal y como planeaba. No quiería que algo saliera mal.

-¡Te mereces esto y mucho más... princesa! Añadí. La amaba y eso quiería que pronto dejára de ser un secreto. -¡Es poco comparado con todo lo que siento por ti!

Cogí su mano y nos dirigimos hacia la toalla. Realmente me sentía como un principe acompañado a su princesa al castillo. Solo que esta vez el castillo era aquella toalla que estaba al final del camino de velas. Le extendí la mano para que llegáramos juntos a aquella toalla.

-¡Ven! Nos dirigimos hacia el lugar dónde nos esperaba la comida. -Me siento como un principe pisando la alfombra de una iglesia para al final casarse jeje. Le dije susurrandole y sonriendo. -¿Tú no jejeje? Sonreí.

Caminamos de la mano hacia la toalla ya extendida y con todo preparado. Se sentó primero, luego me senté yo tambien enfrente de ella. Le sonreí. Noté sus mejillas que ya estaban ruborizadas y le sonreí.

-¿Sabes? Le pregunté suavemente. -¡Me encanta el color que traes ahora jeje! Le sonreí. No tenía espejo, pero sospeché de que yo tambien estaba ruborizado. Y no era para menos, con el amor de mi vida cerca.

Escuché todo lo que dijo de mí. No tenía espejo, pero seguramente estaba igual que ella. Le miré los ojitos y cogí sus manos en las mías.

-Hago todo eso porqué te quiero, Ginny! Le confesé todo lo que sentía por ella. -Y vivo con la esperanza de que algún día mi sentimiento esté compartido y vivimos nuestra historia de amor! Le dije ilusionado. -Pero ya sé que estoy soñando...! Me entristecí un poco. Temía de que me podía rechazar.

Los dos nos habíamos sonrojado y nos sentíamos muy bien juntos. -¡Gracías! Le sonrei, mientras cogí una cereza, le dí un pequeño mordisquito y se la ofrecí tambien desde mi mano.

-¿Sabes? Me encanta estar aquí contigo... tanto que quiero que esto núnca se acabe. Le dije. Me sentía como si el mundo no existiera... ni Voldemort, ni McGonagall, ni Dumbledore, ni nadie... solo ella y yo.

Ginny estaba tan o más nerviosa que yo. Estaba creyendo que Ron la delató y me había dicho algo, pero no... las cosas no fueron así. Le sonreí tímidamente, mientras me acerqué un poco más a ella. Cogí sus manos en las mías. -¡No...! ¡No estás soñando, ni estás en la sala común! Le dije suavemente, mientras jugaba con sus manos, que estaban sudorosas y un poco frías. -Estamos aquí, en el lago, los dos... y yo acaba de declararte mi amor...! Bueno, un poco torpe, lo sé... Sonrei. -Pero es lo que siento...! Me acerqué más a ella de manera que podía sentirle la respiración, el corazon que le salía del pecho de tanta emoción. Eramos dos lo que sentíamos lo mismo. -Si quieres te pellizco para que veas que no estás soñando jeje. Sonrei, mientras acarisiaba su cabello. -¡Te quiero, Ginny...! Le dije tímidamente y suavemente acercandome a sus labios. Nuestros corazones estaban por salir del pecho de tanta emoción, pero no me importaba. Se sentía tan bonito así... que no quiería que núnca terminase la noche.

Miré su gesto de areglarse el cabello cuidadosamente, como de hecho, siempre lo hacía y sonreí. -Siempre va a durar...! Le dije, mientras le areglé también el mismo mechón que había salido de su lugar. Mientras tanto, no podía dejar de admirar sus lindos ojos.

Al tocar sus manos sentí también que mi corazón se me estaba saliendo del pecho de la emoción. Escuché lo que dijo de Ron. Sonreí. -¡No lo va a hacer...! Cerró sus ojos. Hize lo mismo y me acerqué poco a poco a sus labios. Ya podía sentir los latidos de nuestros corazones y su cálida respiración. Cuando nuestros labios rozaron por primera vez sentí que estaba flotando sobre una nube. Era mi primer beso de verdad... y supuse que el de ella también. Seguí el beso con ternura y delicadeza, mientras que con mi mano le acarisiaba la cara.

Poco a poco me separé... pero no mucho, sólo unos centímetros... y le miré los ojos. -¿Quieres ser mi novia? Le puse la pregunta clave y esperaba anxioso su respuesta. Tenía miedo de que no fuera positiva... aunque el beso ya me lo confirmó.

Me puse un poco celoso cuando dijo que muchos le dijeron lo linda que estaba. -Ehh... ¿cómo que muchos? Le pregunté un poco celoso. Sonrei y volví abrazarla. -Jamás te daré motivos, amor... de hecho siento que es mi deber decirte algo, porqué la verdad no sé como tomarlo... es que... Dudé un poco, no sabía como elegir mis palabras. -creo que tengo que estar bien claro con Pansy porqué esa niña se hizo bastantes ilusiones conmigo. Y ps temo porqué es una Malfoy y ya sabes de lo que es capáz esa familia... No les tenía miedo, pero tenía que tener cuidado. Volví a abrazarla. -¡No te preocupes, amor, que yo te voy a proteger siempre contra quien sea y contra lo que sea! Me acerqué a sus labios y volví a besarla tiernamente.

Rei levemente cuando dijo aquello de la adicción a las fresas. -Por mí no hay ningún problema jejeje... me encantan las fresas Rei levemente y le dí otro besito.

Miró en la canasta a ver que más había. -Mm... ps de todo para una linda cena aquí a la orilla del lago con la mujer que amo Me ruborizé todo. Ella despertaba los mas bonitos sentimientos en mí. Cogí la botella de vino y eché en dos vasos. -No creo que a alguien le molesté si nos tomamos vino en el colegio jeje. Le entregué su copa y cogí la mía. -¡Por nuestro presente y el futuro que crearemos juntos! ¡Te amo! Le susurré ésto último y enredé mi mano con la de ella. Bebí un poco mientras seguí mirando sus lindos ojos.

Volví a acomodarme frente a ella para mirar sus ojos. El contacto visual era el mas importante. Ella tenía que mirar mis ojos para darse cuenta de que lo que le iba a decir era verdad.

-Ginny... ¡mírame! Miré sus lindos ojos. -Si vez mis ojos te darás cuenta de que lo que digo es verdad. Y no, no estoy enamorado de ella. Solo la traté como a una amiga, pero al parecer confundió las cosas. Bebí un poco de champán. -¡No te preocupes! Le dije. -Yo voy a hablar con ella para hacerle entender de que no le puedo corresponder. Tú no tienes de que preocuparte, mi amor! La abrazé fuertemente para que no pensara mas cosas malas. -Y para que no dudes mas de mi amor... Me separé y me acerqué lentamente a sus labios y le besé dulcemente. -¡Te amo! Seguí besandole dulcemente.

Tenía razon, sonrei y miré que aún no habíamos tocado la comida. -Mm... ps entonces mejor comemos! Sonrei y le dí otro besito y comenzé a comer un poco. -¿Te gusta? Le pregunté. -La preparé con la ayuda de los elfos. Despues tomé un poco de champán. Me gustaba esta bebida de los muggles, que de hecho no había probado mientras vivía con mis tios. Pero eso era una epoca que no quiería recordarlo mas. Sonrei y acarisié su carita. -Te amo... Le susurré y volví a comer un poco.