Amor en el Aire (Chloe *-*)

Chloe corrió por la montaña con cuidado de no resbalarse. Llegaba tarde a su cita con Jacob. Llevaba la blusa azul que se había comprado con Beatrice, abierta, ya que debajo llevaba una camiseta de tirantes blanca común y corriente. Tenía calor, pero no quería quitarse la blusa de manga larga, o dejaría a descubierto la venda que tenía en el brazo, fruto de aquella noche en el acantilado. No quería que Jacob la viera, sabía que le hacía daño, pues había sido él el causante.

Se remangó, era algo. Siguió corriendo hasta que vio a Jacob. Se paró un momento para arreglarse un poco. Llevaba coleta y se había esforzado mucho por ponerse guapa. Quería sobre todo, hacerle comprender a Jacob que no estaba enfadada con él por lo que había pasado, quería que todo volviese aser igual. Se acercó a él lentamente y con sigilo y le abrazó por detrás.

-Espero no haberte hecho esperar demasiado tiempo- dijo con voz suave.

Se sentaron por ahí, parecía que iban mejorando, pero Chloe notó que Jacob no se atrevía a mirarle a los ojos. La culpa todavía lo controlaba y le impedía darse cuenta de que la chica le perdonó desde el instante que le vio en el acantilado y comprendió que no era él mismo.

-Estoy bien- dijo eludiendo los detalles. Se bajó un poco la manga de la blusa para que no se notase la venda- ¿y tú?- le preguntó acercandose a él. No soportaba estar lejos de Jacob.

Chloe se apresuró a limpìar la lágrima que caía por el rostro de Jacoc y le besó. Abrazada a él le besó durante un buen rato. Era el mejor método que conocía para evitar oír sus disculpas. No las necesitaba. Se separó de él.

-Jacob, ¿no lo entiendes?, te perdono, no sólo yo. Todos lo hacemos. Sabemos que no fue culpa tuya. Te entendemos. De verdad, por favor, no te castigues más- le rogó.

Chloe sonrió, era suficiente por ahora, comprendía que no podía pedirle más en esos momentos. Para Jacob, el tema estaba demasiado fresco para tratarlo con lógica. Le devolvió el beso y se abrazó con fuerza a él.

-Bien, normal. Sin nada que contar- le dijo con una sonrisa. No quería devolverle la pregunta, antes lo había hecho y había iniciado una cascada de disculpas inútiles. Ya que no sabía qué más decir, lo abrazó con fuerza, apoyando la cabeza en su pecho.

Jacob se acercó a su oído y le dijo que la adoraba, tras lo cual la besó en la mejilla. Chloe levantó la mirada y sonrió. Nunca se había sentido así con un chico, cuando estaba al lado de Jacob, le daba la sensación de que no importaba lo que pasara a su alrededor, junto a él siempre estaría protegida.

-Yo también te adoro- le dijo dulcemente. Era la verdad.

Jacob se separó ligeramente, poco, pero se notaba que ponía distancia entre ellos. Parecía querer hablar de algo serio y Chloe se preocupó. No sabía que quería decirle, pero quería averiguarlo.

-Te lo prometo, ¿Jacob, qué sucede?- le preguntó preocupada.

Jacob se levantó y se remangó la manga izquierda. Chloe se hechó para atrás cuando vio lo que quería mostrarle. La Marca Tenebrosa estaba grabada en la piel de Jacob. Una vez más, es marca volvía a interponerse en su camino a la felicidad. Chloe levantó la mirada sin comprender. No tenía sentido, Jacob odiaba a los mortífagos, habían matado a sus padres, ¿y ahora era un de ellos?, no lo entendía. No entendía nada.

-¿Por qué?- fue todo lo que pudo decir. No le salía nada más. Inconscientemente fue retrocediendo, intentó buscar su varita, estaba en su pantalón. La sacó pero la mantuvo oculta. Una lágrima resbaló por su cara.

Más lágrimas resbalaron por el rostro de Chloe. Así había empezado Andrew, un infiltrado en los mortífagos para ayudar a los demás. No quería recordar cómo había acabado. No quería que eso le pasara a Jacob. No lo permitiría.

-Jacob, no lo hagas, por favor. Yo...tenía un... muy buen amigo que se unió también a los mortífagos para ayudar a los demás, para destruírlos desde dentro- Chloe sacudió la cabeza- no terminó bien. Se olvidó de porqué estaba ahí y se convirtió...en un segundo señor Oscuro. Murió hace poco. Por favor Jacob, no me hagas esto. No quiero que te pase lo mismo a tí- la chica se acercó a Jacob y lo abrazó llorando- no quiero que te pase nada. Te quiero Jacob. Lo eres todo para mí ahora.

Chloe continuó llorando sobre el pecho de Jacob. Aunque traicionara a los mortífagos y encontrase al que había matado a sus padres, nunca conseguiría huir de todos aquellos mortífagos, estaría en peligro de muerte constantemente, quizás algún día le mataran, y entonces, ¿qué haría ella en ese momento?, no podría soportarlo.

-No Jacob no. Por favor no lo hagas. Todo en tu plan es un error. Si consigues lo que quieres y te vengas, está mal, la venganza está mal, y si luego aparte traicionas a los mortífagos, ¿cómo escaparás de ellos?, no vas a poder Jacob. Por favor no lo hagas, por favor...

Chloe no pudo decir nada durante algunos minutos. Todo estaba mal, Jacob estaba en peligro bajo todos los ángulos posibles y no había manera de salvarlo, no conseguía imaginar cómo iba a salir de ahí, pero estaba segura de algo, ella iba a ayudarlo en todo lo que pudiera. No lo iba a dejar sólo. Lloró un poco más, necesitaba deshaogarse y era la oportunidad perfecta.

-Jacob, comprendo porqué lo hiciste, no es la opción que yo hubiese escogido...pero me da igual. No quiero que te pase nada, y estaré siempre ahí para apoyarte, lo prometo- dijo mirándolo a los ojos.

Chloe rio, de la nada habían aparecido en el lago y le hacía gracia ese hecho, aunque no se lo explicaba.

-No sé, quizás estábamos tan mojados de antes por las lágrimas, que no nos dimos cuenta de que habíamos llegado hasta aquí- sugirió riendo. Vio el agua y no puedo evitar reír. Ya vería Jacob lo que era bueno. Bajó la mano lentamente y salpicó al chico. Continuó salpicándolo mientras reía.

Chloe paró de salpicar a Jacob y se le acercó lentamente, con una sonrisa seductora.

-Me ecanta el agua- le dio un ligero beso en los labios, apenas un roce y se separó sonriendo, pero antes de que el chico se diese cuenta de lo que estaba pasando, Chloe le empujó al lago. Por desgracia se desequilibró y cayó también. Se hundió en el agua, mojándose por completo, por suerte el lago lo suficientemente profunto. Salió a la superficie riendo y se sacó los zapatos, los tiró fuera y empezó a nadar riendo.