Una dulce mañana. [Maxwell]

Me había levantado muy temprano aquella mañana, había estado dando muchas vueltas en la cama y no podía dormir, así que me levanté y me concedí un gran desayuno.

Un impulso desconocido me llevó hasta la playa rocosa. Caminé hasta un lugar que recordaba muy bien, hasta aquella roca alta en la que había besado a Helena por primera vez, para luego rechazarme y dejarme tirado. Sonreí recordando la situación actual. Las cosas habían cambiado tanto en tan poco tiempo...

Decidí pegarme un baño, aunque tuviese que ser con ropa puesta, ya usaría algún encantamiento para secarla cuando saliera del agua. Dicho esto, me quite los zapatos y los calcetines, la corbata, y la túnica, ya que seguramente me estorbarían. Me remangué la camisa hasta por encima del codo y me acerqué al borde de la roca. Cerré los ojos, tirándome de cabeza al agua. Nunca había logrado entender la razón por la cual aquella agua estaba siempre a la temperatura perfecta. Nadé unos metros cuando conseguí distinguir una figura paseando por la orilla. Parece ser que no era el único madrugador.

Cuando paré de nadar otros tantos metros para coger aire y descansar, distinguí la figura de la chica de antes zambullirse en el agua. Parecía que solo llevaba puesta la ropa interior. Metí la cabeza en el agua, poniendo esmero en echar hacia atrás los pelos que me cubrían la cara. La chica estaba a pocos metros de mí, así que decidí iniciar conversación ya que eramos los únicos allí y tampoco quería parecer descortés.

-Hola-saludé, elevando el tono de voz para que se diera cuenta, y sacando una mano del agua para gesticular el saludo-¿Eres nueva?-pregunté con curiosidad. Solía pasar mucho tiempo en la playa porque era uno de los sitios secretos que mas me gustaban de Hogwarts, pero normalmente reconocía a las pocas personas que encontraba allí.-No me suenas....¿Vienes mucho por aquí?