Melodía del Atardecer [Libre Totalmente ^^]

El sol comenzaba su recorrido de descenso hacia el horizonte, atravesando un cielo límpido y libre de cualquier nube que entorpeciera sus cálidos y anaranjados rayos de luz. Una suave brisa agitaba la hierba alta de los jardines, meciéndola en una danza relajante a quien tuviera la oportunidad de observarla. No hacía ni frío ni calor, y en general podría decirse que hacía una tarde perfecta para salir a pasear. Claro está, si entendías como “perfección” un día soleado y de agradable temperatura. En cambio, yo siempre había preferido los días levemente fríos y húmedos, mejor aún si iban acompañados de lluvia o de algunas esponjosas y grisáceas nubes.

A pesar de todo, llevaba ya unas horas bajo un gran árbol situado en una zona apartada de los terrenos de Hogwarts, escuchando el melodioso canto de los pájaros. En aquel tiempo de estadía allí había logrado incluso que los pájaros respondieran a mis silbidos, porque sí, de vez en cuando entonaba alguna dulce melodía para que ellos trataran de imitarla o, al menos, me respondieran a su manera.

Ahora mismo la cancioncilla que estaba silbando era totalmente improvisada -aunque aún así sonaba dulce y agradable al oído- siendo reproducida parcialmente por algún pajarillo valiente. Me preguntaba si podría encontrar algún cenzontle por allí, ya que era un ave de especial rareza en Europa. ¡Sería tan curioso si me encontrara con uno...!

Situaciones como aquella, en la que sólo estábamos la naturaleza y yo, realmente me relajaban.

Últimamente lo único que hacía era leer, pues así era como me refugiaba del mundo y podía escapar de la vida, y los problemas que rodeaban mi vida y la del mundo entero, hacia unos días me había enterado de que los motífagos habían intentado atacar a mi padre, por suerte la Orden había estado vigilando a mi padre por si cualquier cosa como estas ocurría, seguía preocupado por él, pero según lo que me habían dicho había ocupado un hechizo muy poderoso para ocultarlo por lo que estaba fuera de peligro pero no lo iba a poder ver durante un tiempo, también no se podía olvidar las muertes o desapariciones que a diario aparecían en el periódico a causa de la guerra con un mago oscuro con el que cada día que pasaba me familiarizaba más, al igual que muchas personas había estado tratando de conseguir pistas sobre su paradero, pero no había nada…

Este día era muy bonito, pero yo no le prestaba mucha atención a lo que sucedía a mi alrededor, o al menos eso es lo que daba a entender mi forma de caminar con un ritmo lento y pausado, gracias al libro que iba leyendo, un libro sobre las familias mágicas importantes de Londres y su historia, era algo que a la mayoría de las familias mágicas sangre pura de daba demasiada importancia, su historia, su participación en guerras pasadas, sus intervenciones en el gobierno entre otras cosas, les gustaba mucho demostrar ese poder que tenían.

Para cuando me di cuenta de donde estaba, el castillo ya no estaba tan cerca como me imaginaba, y la sombra de un árbol me hiso voltear a todos lados tratando de ubicarme, noté el silbido de alguien, y unos pájaros cantando la misma tonada, me recordaba a una historia para niños, que me habían contado hacia tiempo, de una chica que trabajaba para su madrastra como criada y solo tenía la compañía de los animales a los cuales cantaba y los pájaros le respondían, esa historia en su momento me había gustado, y esperaba algo parecido para mi… Mi línea de pensamientos se cortó cuando me encontré con una chica, a la que ya había visto antes, solo que en esa ocasión había estado mojado a causa del agua del lago y también podía recordar lo apenado que estaba en ese momento al encontrarme con ella casi desnudo.

Hola... ¿Danny?- le dije mientras me acercaba un poco mas- ¿Te molesto?, si quieres me voy.

Mientras seguía silbando aquella simple melodía dejé que mis pensamientos vagaran a lo acontecido las anteriores semanas. El cambio de colegio, y por tanto, de residencia, me estaba afectando bastante. Porque no era sólo eso, también había pasado de una sociedad donde la magia no existía a estar totalmente rodeada de ella. Además, a pesar de que el reformatorio era de todo menos bueno, allí había crecido y establecido unas relaciones y una forma de vida que ahora difícilmente podría recuperar. ¿O acaso podría encontrar en Hogwarts a alguien con tendencias pirómanas? Recordaba que una de mis más cercanas compañeras había tenido que estar siempre bajo vigilancia a consecuencia de ese trastorno. Pero ella en sí, como persona, había sido sencillamente genial. ¿Quizás pudiera encontrar un ludópata? Mi “vecino” de habitación, de carácter arrebatado y poseedor de esa obsesión me había enseñado a jugar a las cartas mientras comprobaba que su terapia para solucionar su patología no era demasiado efectiva. También había conocido cleptómanos, chicos con trastornos bipolares … En general, lo que más echaba en falta eran mis curiosos e irrepetibles compañeros. Algunos mejores que otros, claro está. Aunque también había tenido acérrimos enemigos que me habían ocasionado auténticos quebraderos de cabeza.

Pensaba en todo aquello, sin cesar la música, cuando la llegada de Gael interrumpió ambas actividades, y con ello, el canto de los pájaros se silenció. Alcé la vista, cubriéndome al instante los ojos con una mano ya que a sus espaldas el sol se ponía por el horizonte, deslumbrándome con aquel contraste.

- Ah, no, no pasa nada – negué, bajando la vista a la hierba para que los rayos de luz dejaran de molestarme – puedes sentarte, si quieres. Además, así podré mirarte a los ojos sin quedarme ciega, porque el hecho de que no te mire no es porque me moleste tu cara – comenté, tratando de sonar a broma – si no porque esa maldita bombilla natural brilla mucho.

Si, definitviamente, los días soleados no eran lo mío.

Escuchaba las palabras de Danny, no sabía que decir pues no era muy bueno con las bromas, por lo que simplemente le dediqué una sonrisa un poco apagada, me senté a su lado, y pensaba en si sería buena cantante, bueno probablemente lo sería por como los pájaros respondían a sus silbidos, pero no podía estar al cien por ciento seguro de que esta afirmación fuera cierta, otra duda que me entraba es que hacia apartada del castillo, la primera impresión que tuve de ella es que no era una chica muy sociable, y era más reservada que muchas de las personas que había conocido en Hogwarts así que eso podía explicar lo lejos que estaba del castillo, simplemente quería alejarse del bullicio que siempre envolvía cada parte del castillo, siempre se escuchaban las voces de los estudiantes incluso en las mazmorras, esa era también una de las razones por las que yo también me hallaba tan lejos del castillo, simplemente no podía alejarme del mundo si el mundo estaba recordándome que seguía allí a cada paso que daba. Apreté entre mis dedos el libro que tenía en la mano, no estaba seguro de que era lo correcto en esta situación… Podía quedarme callado y leer a su lado sin decir una palabra o podía tratar de entablar una conversación con esa chica a la que tampoco conocía… y conociéndome el no llegar por una caída ya era suficiente para decir que había comenzado con buen pie. Al final decidí hablar, o tantear la situación para saber cómo proceder.

El castillo últimamente está muy ruidoso- le dije, mientras ponía un separador en el libro- y eso que todavía no comienzan los exámenes…

Parpadeé un poco sorprendida ante el silencio de Gael y su sonrisa algo apagada a pesar de mi intento de broma. Vale, sabía que eso de ser simpática a veces no era lo mío pero… daba la impresión de que aquel chico no estaba teniendo una muy buena temporada. Se sentó a mi lado y me esforcé en sonreírle más amigablemente en vez de mí acostumbrado gesto de impasibilidad que expresaba poco más que aburrimiento.

- Wau, me abruma tu alegría – ironicé, alzando una ceja – Tanta felicidad llega a desbordar, ¿Eh? ¿Un mal día?

Traté de sonar casual y no forzada, pues las conversaciones tampoco eran lo mío, o al menos, no hasta que me adaptara a la forma de ser que allí tenían. Gael desde el principio me había dado la apariencia de alguien callado, y si no, al menos algo tímido. Sin embargo, su proposición del juego de la botella en nuestro anterior encuentro, además de sorprenderme, me había hecho pensar que, quizás, podría ser alguien interesante de conocer.

- Es cierto, dentro del castillo hay bastante alboroto, al menos en comparación a lo que estoy acostumbrada – Y era verdad, ya que de donde venía todo era mucho más tétrico y calmado en apariencia, aunque en las sombras del secreto las más grandes revoluciones y conspiraciones se formaban. Además, mientras aquí el ruido lo provocaban los niños de primero que felices hacían alguna trastada, en el reformatorio los escándalos eran ocasionados por violentas peleas y fiestas – Pero aquí fuera se está bien, todo es tan… - miré a mi alrededor, respirando la calma – limpio, sencillo, natural… - en los jardines que yo conocía no había zonas tan verdes, tan cargadas de color que hasta deslumbraban. Volví la vista hacia él y me encogí de hombros – Es bonito, y los pájaros muy simpáticos – bromeé, señalando hacia la copa del árbol bajo el cual nos hallábamos sentados, donde suponía que las aves se esconderían.

Le vi ponerle un marcador al libro que traía entre manos, percatándome entonces de que lo llevaba. Por ello, le pregunté con curiosidad: - ¿Qué leías?

Los libros eran otra de mis aficiones, aunque suponía que él probablemente desconocería la clase de cosas que yo leía. Después de todo, lo más seguro era Gael se hubiera criado en aquel mundo de magos y fantasía, mientras que yo me había pasado toda mi vida en el mundo no mágico.

El comentario de Danny hacerca de el mal día me puso a pensar un poco en el día que estaba teniendo y hasta ahora no había nada que se saliera de lo que solía ser la rutina de cualquier estudiante, las clases, la comida, mas clases, algún tiempo haciendo tareas y al fin un poco de descanso, pero eso no era lo que mantenía serio, era más bien todos lo acontecimientos que estaban ocurriendo fuera de Hogwarts, esto tenía que acabar pronto y yo estaba o al menos cuando tenía tiempo trabajando en ello.

Pues no podría decir que es un mal día- le dije con un tono despreocupado- pero tampoco ha ocurrido nada para saltar de alegría.

No sabía qué tanto de lo que pasaba por mi cabeza le podía decir a esa chica, apenas la conocía y me era muy difícil creer que podría ser de confianza con solo verla un par de veces, pero por el momento no me parecía que fuera mala, sin embargo sabía que éramos algo distinto, pues a mí nunca me abrían encontrado bebiendo en el embarcadero si alguien antes se lo hubiera planteado, yo no era de los que solían hacer eso pero con todas las cosas que estaban pasando a veces no me venía mal un descanso.

Escuchaba sus palabras, al parecer venía de un lugar más tranquilo a comparación de lo que se estaba acostumbrado a vivir aquí… ¿Sería posible que viniera del mundo muggle y no de otra escuela? Rápidamente borre de mi cabeza ese pensamiento pues ella era una Slytherin y con lo que había investigado de ellos, en su mayoría eran de sangre mágica y como mucho era mestizos, por lo tanto lo más probable es que simplemente se sintiera incomoda con el cambio de escuela. Después me preguntó por el libro que tenía en la mano ahora cerrado.

Se llama Historias Familiares, es un poco complicado- le explique, mientras le mostraba la portada, en la que se veía el escudo de la familia Malfoy, la Familia Black y la familia Lestrange entre otros escudos de casas, de familias menos conocidas- habla de las acciones de algunas familias en Londres, no conozco muchas, y quería saber algo más de lo que dicen por ahí de estas familias, algunas tiene un pasado un poco oscuro- dije pensando en el pasado de la familia Gaun.