En mi mundo (Totalmente Libre^^)

Caminaba lentamente por aquellos jardines, ahora llenos de nieve, que tantísimo había echado de menos durante este tiempo. Tras la muerte de mi abuelo, que trajo de cabeza a mi familia, tuve que abandonar Hogwarts por unos meses. Ciertamente, pasar tiempo con mis allegados me había hecho muy bien, sobre todo en tiempos tan difíciles en los que hay que apoyarse...pero habían sido unos meses muy tristes, adoraba el colegio y lo había echado bastante en falta.

Coloqué mi bufanda hacia atrás mientras echaba vaho por la boca, sumida en mis propios pensamientos. Mis pisadas resonaban en la nieve, junto a la de varios estudiantes que hacían batallitas a aquellas horas de la tarde. Sonreí para mi misma, sinceramente yo también tenía ganas de jugar, aún conservaba mi instinto infantil. Era una lástima que ninguno de mis conocidos estuviera por allí.

Estaba tan distraída (para variar) que no prestaba atención apenas a donde pisaba, hasta que me tropecé, cayendo al suelo y autómaticamente llenandome de nieve por todas partes, incluido mi pelo. -Auch, lo que me faltaba-murmuré para mi misma.Me levanté rápidamente para observar una estúpida rama sobresaliendo por el camino.-Madre mía, pero que frío...-empecé a quitarme toda la nieve que pude, rezando por que nadie hubiese visto mi estúpida caída.

Paseando por el jardín, que estaba cubierto de nieve, me sumía más y más en mis pensamientos, pues ya iba a ser casi un año de que estaba en Hogwarts, era todo tan diferente a Durmstrang... la gente era tan amable, y claro... era muy diferente ver a chicos y chicas juntos, jugando... y otros que estaban.. realmente, juntos.

Hacía mucho que no sabía nada de mis padres, pues ellos al ser muggles no tenían mucho contacto con el mundo mágico, solo mis abuelos me escribían una vez al mes para contarme de que todo estaba bien y de que como de cierta forma estaban todos muy contentos de no tenerme allí ¿Acaso no entendían que ya no era el mismo chico problemático de antes?... bueno qué más da... al igual que todos mis cumpleaños, recibí una bufanda, creo que tengo tantas que podría cubrir toda la escuela con ellas. Envuelto con la bufanda de mi casa caminé entre la nieve viendo a todos juguetear, lanzandose bolas y haciendo muñecos, era entretenido, pero al mismo tiempo me contenía de unirme, pues siempre que jugaba a algo, las cosas terminaban mal... era muy competitivo.

Siguiendo en mi pensativo caminar, vi a una muchacha que se limpiaba la nieve, o la habían atacado con bolas de nieve o seguramente se había resbalado, ladeé mi rostro y sonreí, quitándome mi túnica la puse entre sus hombros, le quedaba un poco grande pero se veía linda... tras una mirada más específica llegué a la conclusion de que ella se vería linda sin importar lo que usara.

- Hola, estás bien?... no pude evitar notar que estás toda empapada... te puedo ayudar en algo?

Pregunté interesado mirándole.

Mientras me afanaba en mi tarea de quitarme la nieve, oí como alguien se acercaba a mí y antes de que me diera tiempo de darme la vuelta sentí una capa sobre mis hombros. Me giré para observar a un Ravenclaw que me miraba sonriendo. Solo esperaba que no fuese alguno de los típicos hombres que se me acercaban a llamarme bella dama y todas esas cosas, porque me tenía un tanto enferma. Parecía buen chaval, despues de todo no estaba mal ensanchar tu círculo, y no se, los Ravenclaw tenían algo que conseguía agradarme siempre. Encanto personal, supongo.

-Gracias-musité en voz baja-Estoy bien no te preocupes -dije, contestando a su pregunta, algo avergonzada, porque realmente no sabía si me había visto mi estúpida caída-Es muy amable por tu parte -le sonreí, mientras seguía quitándome la nieve que quedaba por mi propia capa y mi falda, tiritando un poco por el frío-Oh, pero no me gustaría que ahora tú cogieses frío, me sentiría fatal...-dicho esto, desenganché la capa y se la ofrecí, devolviéndosela. Estábamos a unos cuantos bajo cero, si permanecía así cinco minutos más iba a pillar una neumonía como poco. Y yo con la ropa mojada, otra.-Me llamo Mirajane. Un placer.-me presenté, al tiempo que le tendía la mano.-¿y tu eres....?

Los pensamientos ya no abundaban en su cabeza, pues el tono de voz de la rubia era tranquilo y alterante, su sonrisa era tranquilizante y amena... al mismo tiempo Edmond logró notar un tanto de nerviosismo en ella, pero no le dio demasiada importancia, quizá la muchacha no quería compartir la razón por la cual había quedado así

- Tranquila, todo está bien... mírate, estás toda empapada, tu necesitas esa capa mucho más que yo

Contestó sin tratar de ser caballeroso, sino que siendo espontáneo, diciendo cosas casi sin pensarlo, pues no era mucho de andar pensando en demasía las cosas, en realidad no era de pensar mucho, y eso era una terrible incoherencia en cuanto a la casa a la cual pertenecía.

- Mira, si te hace sentir tranquila,y claro, si no te molesta, puedo hacer esto - agregó cruzando su brazo por los hombros de la muchacha, sobre la túnica- así también me traspasarás el calor a mi- continuó con una sonrisa

- Yo me llamo Edmond, Mirajane y el gusto es mío

Contestó con una basta sonrisa y tras tomar su mano y hacer una leve reverencia, besó el dorso de esta levemente casi sin tocar su mano con sus labios.

- Ahora vamos dentro del castillo, o no sé... a algun lugar donde puedas cambiarte toda esa ropa mojada

Agregó mirándole con una encantadora sonrisa, sin dejar de "abrazarle"

El chico Ravenclaw me dirigió unas tranquilizadoras palabras, afirmándome que yo necesitaba la capa más que yo. Realmente, tenía razón, pero no quería causarle problemas. Me fijé en el tono en el que lo decía, realmente parecía que lo hacía por que quisera, porque le saliera, y no porque tuviese ningún tipo de interés extraño. Ese era el encanto que me encantaba de las águilas.

Escuché algo de si me molestaba y acto seguido, cruzaba mi brazo por encima de mis hombros, de manera que la túnica conseguía taparnos a ambos. Me sonrojé ligeramente por la sorpresa, no estaba acostumbrada a ese tipo de acciones de un chico que acababa de conocer.-No te preocupes, no es molestia...-sinceramente, me estaba helando de frio pero tampoco quería que se congelara, así que era una manera de que ambos mantuvieramos el calor-...siempre y cuando no intentes nada raro-le dije, divertida. Aunque para mí casi que iba un poco en serio, no sería el primero ni el último que intentaba algo.

A continuación se presentó. Edmond, un nombre mas para recordar. A continuación, me hizo una reverencia y beso la mano que le tendí. Oh dios mio....era como todos los demás. Cerré los ojos con decepción...aunque mi cerebro decidió dejarlo pasar por aquella vez. El tal Edmond no parecía mal chico, nada como los demás.

-Secundo eso de ir al castillo...allí hace mucho más calor-le dije-Además debería cambiarme toda esta ropa...definitivamente debo afinar mis habilidades con los hechizos para secarme la ropa-le sonreí, mientras echabamos a andar-No te había visto nunca por aquí ¿Eres nuevo, o algo?-le pregunté, con curiosidad.

- Intentar algo raro?

Pregunté divertido mientras le miraba de costado y caminaba junto a ella en dirección al castillo, mirando alrededor a los chicos y chicas que ponían más de una cara al verme (los chicos) con el objeto de los deseos de más de alguno de ellos y para las chicas, el objeto de su odio y envidia, reí entredientes y luego afirmé casi despreocupadamente

- Estoy seguro que sabrías como repelerlo si lo intentara

Tras decir aquello noté como a cada paso estabamos más cerca de la entrada del castillo, ella tendría que ir a su SC de seguro o a algún lugar cerrado donde pudiera realizar su hechizo para secar ropa sin tener que preocuparse de ser vista al momento de quizá fallar catastróficamente el hechizo, había oido de mucha gente que había terminado quemada, o desnuda en ello.

- Si... yo tampoco te había visto a ti.... eso también puede hacerte nueva.. no?

Agregué riendo, pues no conocía a mucha gente en el castillo, y los únicos que conocía me desagradaban

- En realidad sip... vengo de Durmstrang, mon amie

Contesté semiconsciente, puues había salido el francés denuevo... a veces me daba cuenta de que lo pronunciaba, pero no sabía como contenerlo, y muchas veces nisiquiera sabía qué era lo que estaba diciendo, solo esperaba que ella no supiera francés, o que si supiera, no me diera un golpe o algo por el estilo.

- Y tú? has estudiado aquí siempre?

Inquirí sin despegar mi vista de su faz, pues me parecía hermosa.

Mientras caminabamos hacia el castillo sentí como unas cuantas miradas se clavaban en nosotros. Varios chicos y chicas nos miraban desde la distancia. Me sentía halagada cuando era mirada de esa forma, aunque no era algo que me gustase, me avergonzaba un poco. Lo que estaba claro es que, conociendo este colegio, ibamos a ser fruto de los cotilleos durante un tiempo.

Poco a poco nos ibamos acercando al castillo...y notaba como el calor empezaba a invadirme.-Pues, nop, yo no soy nueva-le contesté, sonriendo. La verdad es que tenía razon, quizás había sido un poco atrevida. Incluso era posible que me lo hubiera cruzado alguna vez, pero no tenía una gran memoria para recordar las caras. De todos modos, disipó todas mis dudas diciendome que venía de Durmstrang.-Oh, Durmstrang...Interesante. Si le nombras eso a muchas chicas de por aquí las tendrás a tus pies, te lo aseguro-bromeé. Ciertamente, había dos opiniones sobre aquella escuela que circulaban por alli, la opinión femenina que era: Oh, dios, Dumrstrang, aquel lugar lleno de chicos grandes, guapos y fuertes que dominan las artes oscuras ¡Un paraiso!, y la masculina o la del resto del mundo, que solia ser: Esa escuela llena de creidos que además se relacionan con la oscuridad. No merece la pena.-Lo que no termino de encajar es el francés...-dije, mientras reía.


-Yo siempre he estado aquí, desde siempre. Adoro estas paredes, por desgracia. La verdad es que es uno de los lugares donde mejor me siento. Es una pena que éste sea mi último año...-le expliqué, respondiendo a su pregunta.

- Ah... veo que este es también tu último año

Agregué al instante, emocionado al escuchar su comentario, también era el mío, sin embargo las circunstancias no eran las mejores... tenía 19 años y a veces se notaba... en especial cuando estaba al lado de mis compañeros quienes parecían bastante menores, miré el hermoso y enorme castillo, sentí su calidez y cerré los ojos.. disfruté de la caricia que el calor del hogar dio en mi cuerpo al menos, haciéndome olvidar de todo el frío... en realidad si no estuviera aún abrazado a ella, me habría olvidado hasta de mi compañía

- Tienes razón... yo también podría llegar a amar estas paredes... lamentablemente, es mi último año tambien

Luego medité cada una de las cosas que dijo sobre Durmstrang, era verdad... y lo había notado... pues cada vez que había dicho de donde venía, parecía que tuviera un imán para las chicas y un collar de ajo para los chicos, era una reacción extraña, pues una ve estás dentro de aquella escuela... no es tan así como todos creen... los muros sombríos, oscuros... tener que ver caras masculinas todo el tiempo, su insistente interés por las artes oscuras... su agresividad y la abundancia de buscapleitos.... la mayoría de esas cosas me habían llevado a hacer lo que había hecho, y por ende a ser expulsado de la escuela.. sin embargo no era un tema para el momento

- Supongo que para ti, los de Durmstrang son unos babosos creídos a los que les gustan las artes oscuras no?

Contesté divertido para luego dejar el "abrazo" para luego voltearme para quedar de frente a ella, mirando hacia abajo y algo incómodo, pues.. ya estábamos dentro del castillo.

- Bueno... supongo que... aqui... debo dejarte?

Con una leve sonrisa como de decepcion y sin mirarle la cara dije casi como un grito agónico. Mi mente decía en una parte que le ofreciera acompañarle, y otra parte de mí decía que no debía.

Escuché como el también me decía que era su último año. En realidad, me lo suponía, por que por su aspecto era el único curso en el que encajaba.-Cogerás cariño a este colegio en menos de lo que te esperas, te lo puedo asegurar-le dije, contestando a su frase. Pareció quedarse pensativo cuando le aludí a su antigua escuela, y me pregunto mi opinión sobre ella. Eché a reir con lo que me dijo.

-Sinceramente, sí. Pero bueno, también es verdad que hay que conocer primero a las personas para ver de que calaña son-le dije, entre risas. Todo el mundo tenía opiniones superficiales sobre los demás, era lógico, pero luego había que contrastar la información siempre.

Se giró hacía mí, quedando enfrente, y visiblemente un poco incómodo. Esperé a que hablara, y escuché atentamente sus siguientes palabras.-Bueno, yo debería meterme en mi sala común a cambiarme...-a pesar del calor de la escuela aún seguía con la ropa empapada.-...pero siempre puedes esperar a que vuelva. Juzgando por la hora que es debe de haber una suculenta merienda en el Gran Comedor. ¿Te apetece?-le ofrecí, por que la verdad es que tenía un hambre voraz, y me moría por tomar un chocolate.

Tras escuchar las palabras de Mirajane realmente Edmond logró apreciar su belleza, la cual iba mucho más allá de una cara bonita... conocer a una persona para saber realmente de qué calaña eran... ese es realmente un consejo bastante útil y sabio, Edmond tomó su codo izquierdo con su brazo derecho mientras le miraba algo incómodo, bastante cómo en realidad, estaba pasando un buen rato con ella, en realidad se acababan de conocer, sin embargo la presencia de Mirajane era agradable, mucho más que eso... sin importar cuán húmeda estuviera su ropa, Edmond rió divertido de la nada, y al darse cuenta de que solo él había comprendido el chiste, calló con un leve rubor en sus mejillas, miró hacia un costado y los ojos volvieron a los de la chica solamente hasta que ella le dijo lo del Gran Salón, era una excelente idea... sin embargo, las mesas... las casas... ah, qué importaba!.. Edmond quería estar junto a su nueva conocida, y lograr ser su amigo, o quien sabe... lo que el tiempo diga... El muchacho extendió su mano y le mistró su dedo meñique

- Te voy a esperar... es una promesa de dedo meñique... luego iremos juntos a disfrutar de esa suculenta cena

Dijo con un deje de chiste y al mismo tiempo algo infantil, Edmond solía serlo, en realidad era más espontáneo que cualquier otra cosa, no podría ser de otra manera con ella, ya que las apariencias no eran nada... y realmente le importaba muy poco lo que dijera o pensara la gente de él.... mientras le aceptaran tal cual es... por eso era importante mostrarse... natural.

Escuché a Edmond reir ligeramente, al tiempo que se giraba levemente sonrojado para dejar de mirarme. Realmente no comprendía absolutamente nada pero él inmediatamente volvió a mirarme, para aceptar mi propuesta de ir al gran comedor. Noté como se lo pensaba un poco, quizas por el tema de las casas.-No te preocupes, eso de sentarse en la mesa de tu casa es una regla pero ya no se lleva...Encantaré mi túnica y me disfrazaré entre las águilas-le sonreí. Solo esperaba que nadie de los azulones me delatara. Pensandolo bien no tenia muchos conocidos alli, exceptuando a Gael, al cual hacía tiempo que no veía, y Jacob, que ya no estaba en el colegio.-A no ser que quieras venir entre las serpientes, cosa que dudo mucho.-a continuación, me tendió su dedo meñique, prometiendome que me esperaría con una promesa de dedo meñique.

Solté una pequeña carcajada, era un gesto sumamente adorable, sobre todo si lo decía con aquel toque infantil. Me gustaba la gente que no tenía verguenza y se mostaba tal cual es. Extendí mi mano entrelazando mi dedo meñique con el suyo.-Está bien, es una promesa. Espérame aquí, recuerda que soy una chica y tardaré un rato en cambiarme-dije medio en serio medio en broma, ya que aunque no era de las que se tiraba demasiado tiempo para cambiarse, no dejaba de ser una mujer.

Bajé rápidamente las escaleras y tras decir la contraseña me metí en mi sala común. Llegué hasta mi habitación, abrí el baúl y saqué el otro uniforme que tenía guardado. Tras cambiarme de ropa, me miré en el espejo, ajustándomelo todo correctamente y arreglandome un poco el pelo, que habia quedado horriblemente encrespado por la humedad y el agua. Cuando estuve conforme, salí de allí, cruzando de nuevo mi sala para reunirme de nuevo con Edmond.

OFF: Perdon por la tardanza, he estado liada estos dias T.T Abres tu el siguiente post en el Gran Comedor, please? =)

[Off Ok.. abro allí y te mando el link por mp ]

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