Al borde de la muerte... [Robin Sunset ^_^]

Me pidio que me agarrara fuerte y asi lo hice, no sabia porque lo hice, en realidad queria tirarme, asi acabaria todo, rapido, eficaz y punto, pero no pude hacerlo, quizas estaba en deuda con ella, al fin y al cabo, evito mi muerte, de una manera u otra.

Escuche su pregunta, de nuevo se preocupaba por mi, no entendia porque lo hacia, debia de dar bastante pena, para que una persona a la que casi mato se preocupe por mi estado de salud, cierto era que habia perdido bastante sangre, y debido a la carencia de sangre en la cabeza, me impedia pensar siquiera.

-Si...-menti por lo bajo.

Mis heridas no habian parado de sangrar bueno, no era la muerte que esperaba pero seria una muerte.

-¿Porque te preocupas por mi? Casi te mato.

(Off.- Aquí toy n.n)

Pasé uno de sus brazos sobre mis hombros y caminé con él hasta la enfermería con mucha dificultad, a mí me dolían los cortes que me había hecho pero él estaba peor, lo primordial era que recuparase toda la sangre que había perdido. Los demás alumnos nos miraban perplejos sin que se les pasara por la cabeza ayudarnos y, además, dificultaban mi subida hasta la enfermería. Podría haberme enfadado, pero era algo innecesario.

- Pero no lo has hecho. Y todos necesitamos que alguien nos ayude cuando estamos mal.-le respondí jadeando, la sangre de ambos hacía un reguero por todo el suelo que pisábamos pero finalmente llegamos a la enfermería. La señora Pomfrey abrió los ojos como platos cuando nos vio de aquella forma tan endemoniadamente terrorífica. No podía más, me derrumbé en el suelo de rodillas.

- ¡¿Qué ha pasado?!-exclamó la enfermera corriendo hacia nosotros. Yo no mentiría nunca, pero no respondí a su pregunta, no iba a delatar al chico desconocido.

La perdida de sangre hacia que mi cuerpo no pesase nada, o almenos para mi, cuando me quise dar cuenta estaba aquella chica cargando con casi todo mi cuerpo, ahora comprendia porque no me pesaba nada.

Al llegar a la enfermeria la chica se derrumbo, la enfermera se asusto al vernos asi, pero en mi cabeza resonaron sus palabras, jamas se me habria pasado por la cabeza ayudar a un asesino, y sin embargo lo hizo.

-Un accidente bastante fuerte.-dije ayudando a levantar a la chica.-Tu no me has dejado, no pretendas que yo te deje.-susurre en su oido con una sonrisa.

Estaba mareada, muchísimo. Sentí que cuatro brazos me levantaban del suelo, dos por un lado y otros dos por el otro. No pude evitar sentir un escalofrío cuando escuché su susurro cerca de mi oído.

- ¿Qué tipo de accidente? No creo que digas la verdad, muchacho.-escuché a la enfermera hablar con gesto severo. Noté que me recostaban en una cama, ¿Por qué lo veía todo borroso? Tenía mis gafas puestas...- ¿Está bien? ¿Él está bien...?-pregunté en voz baja cerrando los ojos.

La enfermera debia de estar haciendo sus deberes, en cuanto a criminologia basica muggle se refiere, no estaba ahora para que me dieran sermones e interrogatorios sobre si decia la verdad o mentia.

No respondi a sus preguntas, simplemente me asegure de que aquella chica que me salvo la vida y que me ha dado otro motivo para quizas vivir, estuviera bien.

-Dejese sus interrogatorios conmigo.-dije seriamente.-Curele a ella, yo me marcho.-dije intentando salir de alli como pude.

Escuchaba las voces distantes, como si me hubiesen puesto anestesia.

- ¿Cómo se va a ir, señor Minoe? Está muy mal, está peor que la señorita Waltz.

Ahora ya sabía su nombre... Mejor dicho, su apellido. Hice un sobreesfuerzo y me erguí en la cama abriendo los ojos y alzando la mano hacia él cuando abrió la puerta de la enfermería. No quería que se fuera, quería que se quedara y que dejase que la enfermera lo curara...

- No te vayas... Minoe.

Y se hizo la luz, o mejor dicho un recuerdo de mi maldicion que me perseguiria por siempre, mi apellido, jamas lo decia y jamas lo habria dicho salvo que fuera estrictamente necesario, odiaba que lo dijeran y mas aun para llamarme asi.

Gire mi cabeza y lo que vi fue lo unico que me hizo cambiar de opinion, aquella chica, incluso estando en un mal estado seguia preocupandose por mi, no avance, retrodeci hacia la enfermera, aun asi no me disculpe solo me quede junto a aquella chica, en silencio.

-Llamame Teshar, odio mi apellido, no es un buen recuerdo...

Asentí con la cabeza y me tumbé de nuevo sobre la cama cerrando los ojos. No sabía cómo aquel chico podía seguir en pie.

- ¿Puedo llamarte Shar?-pregunté en un murmullo.

- Tengo que buscar unas cosas, volveré enseguida. Señor, siéntese.-al chico le habló de forma algo más seria, parecía molesta. Después salió de la enfermería y yo tomé un vaso de agua que había sobre la mesilla que estaba junto a mi cama.

- Deberías ir a San Mungo, Shar.-murmuré entonces, pensaba en la planta de enfermos mentales.

Asenti ante mi nuevo apodo, me daba un poco igual, la verdad.

-San Mungo....

Esas palabras se repitieron en mi cabeza, y sabia directamente en lo que estaba pensando, pero los medicos de San Mungo no podrian hacer mucho, no tenia cura y antes que pasarme ahi la vida preferia combatir contra mi maldicion.

-No ire a San Mungo, y mucho menos a la planta de enfermos mentales, primero porque no estoy loco, segundo porque no voy a estar encerrado por nada del mundo, ya que eso es mas una prision que un hospital y tercero porque no tiene nada que ver con mi mente, tu mismo lo has visto, es tan real como yo, en definitiva solo es un conjuro...

Dejé el vaso sobre la mesilla de noche y me froté un brazo.

- Lo lamento... Yo pensé... Pero yo siempre pienso cosas muy distintas a la realidad así que... No importa.-dije interrumpiéndome a mí misma. Hice una pausa, suspirando y recordando lo que había pasado. ¿Por qué me metía en tantos líos? Esta vez no había sido tan confiada...

Tengo miedo de salir del colegio... No saldré más...-pensé con sobrecogimiento.

- Gracias por no matarme.

Las palabras que no dijo pero que penso golpearon mi mente, solia pasar a menudo, y no me gustaba hacerlo, no era legeremancia, puesto que no era yo el que las leia sino que el portador de dichos pensamientos me permitia acceder a ellos.

-No debes de pensar eso, no te vas a encontrar a cientos de gilipollas como yo, ademas, aqui estoy para protegerte.-dije con una sonrisa.[color=red]-No fue gracias a mi, fue gracias a ti, tu sola demostraste tus fuerzas que te mantenian vivir, y por lo que veo estas con vida./color]

Hice una mueca, ¿Es que me había leído la mente?

- Decir esas palabras no es correcto.-argumenté.- Y leer la mente de los demás tampoco lo es.

La enfermera volvió un poco cargada. La miré mientras ella intentaba que no se le cayeran las cosas de las manos.

- ¿Necesita ayuda?-pregunté. Ella me sonrió y negó con la cabeza. Después empezó a curar a Teshar porque evidentemente él estaba en peor estado.

-No leo mentes, ni tengo telequinesis, ni se legeremancia, pero esos son las formas mas dolorosas de averiguar lo que piensa la gente, existen muchas mas y son inocuas, y en cualquier caso, no lei tus pensamientos.-remarque.-Los pensamientos estan en el aire, es solo cuestion de verlos y saber interpretar lo que dicen...

Suspire, me golia bastante la cabeza, pero aun asi, era un dolor medianamente soportable.

-¿Que tal te encuentras tu...?-no me habia dicho su nombre, pero que mas daba.

Fruncí levemente el ceño.

- Mis pensamientos no están en el aire.-dije escéptica.- Mis pensamientos están en mi mente. Y si dices que hay que saber entenderlos, tú lo sabes y los lees porque quieres.

Suspiré y miré mis heridas. La enfermera se acercó a mí después de curar a Teshar y dejó las cosas sobre la mesilla.

- Esto te va a doler, Waltz, pero sabes que tengo que hacerlo ¿Verdad?-me dijo con sinceridad, yo asentí con la cabeza. Miré a Teshar para responderle.

- Me duelen los...-no pude seguir hablando porque me interrumpí a mí misma con un grito. Después otro, y otro más. Las curas dolían más que el momento en el que me habían hecho los cortes.

No queria seguir discutiendo con ella aunque me gustaba eran como unas pequeñas peleas de niños, en los cuales buscabamos tener toda la razon, pero aunque ella siguiera diciendome lo mismo yo no lei sus pensamientos, las palabras rodeaban el ambiente y solian entrar en mi cabeza aunque yo no queria, por eso tendria que ir con pies de plomo.

Aquel grito que salio de la boca de aquella chica penetro mi alma, no me gustaba que sufriera por mi, asi que intente levantarme y marcharme de alli, no podia ver a una persona sufriendo asi por algo que yo habia hecho, yo cause sus heridas, yo cause su sufrimiento, y ahora tengo miedo a mirarle a los ojos, estoy hecho un cobarde.

Di otro grito de dolor y, por fin, la cura terminó. Pero seguía sintiendo el escozor en los cortes. Cerré los ojos, agotada.

- ¿A dónde va, señor?-inquirió la enfermera, provocando que volviera a abrir los ojos. Teshar se marchaba de la enfermería.- No puede abandonar la enfermería hasta que sus heridas sanen.-el tono de la señora Pomfrey determinaba que no iba a dar su brazo a torcer. Miré al muchacho con cansancio.

- Haz caso a la enfermera...-murmuré.- Quédate conmigo.

Termine de levantarme, de la camilla en la que estaba y solo mire para atras cuando quise hablar, no queria estar alli, no podia, ver solo los ojos de aquella chica, me hacian recordar lo que hice, y ese hecho no cambiaria, habia intentado matarla y sufria por eso, sufria por lo que yo le hice.

-No pienso quedarme, si estoy contigo solo te causo daño, asi que mejor irme, es lo mas indicado para ambos.-me despedi.

Aunque no sabia si lograria marcharme, ya que parecia que la enfermera me placaria si me intentaba levantar de la camilla.

Suspiré, no iba a obligarlo a hacer algo que él no quería por lo que me recosté bien sobre la cama y aparté la mirada de su figura y su ubicación.

- De acuerdo, pero has de saber que no te culpo de lo que hiciste.

- ¿De qué hablan, señores?-inquirió la señora Pomfrey, como la primera vez, me callé para no contarle nada. Suspiré de nuevo y cerré los ojos, tenía sueño y me sentía muy cansada. Sentí una mano en la frente.- Tiene fiebre, señorita Waltz, le voy a dar algo para que baje.

Off.- Que te descubre la enfermera ¬¬

Off: El causante del accidente fui yo, por ende, tu sufres por mi culpa, jojojo xD.

Que no me culpes no quiere decir que no tuviera la culpa, al fin y al cabo yo te lo hice todo, no pretendas que me alivie el que me perdones, pero bueno...escuche su apellido, Waltz, curioso, bastante curioso...

De nuevo la enferma intento interrogarnos, o mejor dicho, interrogarme, pues parecia que la chica no diria nada.

-Como ya le dije, tuvimos un accidente, sin querer nos caimos, mejor dicho, yo hice que nos cayeramos.

Luego tosi, me cubri la boca con la mano, luego la mire, genial, sangre...

- ¿Será un jarabe muy malo?-pregunté en voz baja.

- Un poco, pero se lo tomará ¿Verdad?-dijo con una sonrisa que pude ver porque abrí de nuevo los ojos. Algunos odiaban a la señora Pomfrey, pero yo no entendía por qué, a mí me parecía una mujer encantadora y dada a su trabajo.

- Claro, he de hacerlo para curarme.-le dije devolviéndole la sonrisa. Escuché toser a Teshar cuando volvió a mentir a la enfermera. Su mano estaba ensangrentada.- ¡Shar!

La enfermera se alarmó y lo obligó a inclinarse hacia delante. Atrajo un cubo y se lo puso diciéndole que escupiera y luego salió de la enfermería como si nunca hubiese existido.

Off.- Pero te descubres xD Ay, controla tú un ratito a la enfermera, anda n.n