Erika O. Schrödinger Estudiante
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| Tema: De compras en Ollivander's Sáb Nov 20, 2010 8:47 am | |
| Una figura desgreñada cruzó la puerta de Ollivander's, ella ya había visitado el lugar muchísimos años atrás, miles de años atrás, millones de años atrás. Bueno, no tanto, en realidad ocurrió cuando ella contaba once años y había tenido que ir a comprar su primera varita. No obstante, aquella flexible varita de veintiséis centímetros de longitud, que tan bien le había ido durante sus años como maga, había quedado hecha añicos después de que, en una de sus aventuras investigadoras cayera por un precipicio. Deshecha la había encontrado.
A través de sus ojos claros y verdes escrutó su alrededor con la curiosidad típica de una niña de menor edad, impresionándose por cada detalle que se le había pasado por alto la última vez.
-¡Señor Ollivanders! -Exclamó, al distinguir entre las estanterías repletas de cajas de varitas al anciano vendedor. -Se me ha roto la varita . -Explicó con una gran sonrisa, como si le conociera de toda la vida. Ante la cara de 'menuda atrocidad de niña' que puso él, quien recordaba muy bien la última vez que Erika había pisado su tienda -cuando había saltado por los aires más de la mitad de las cajas y por poco no se había roto la lámpara-, ella se limitó a sonreír, contenta de ver de nuevo a aquel hombre.
Pronto él desapareció por detrás del mostrador, supuso ella a encontrarle una nueva varita, por lo que la muchacha se dirigió dando grandes zancadas con las manos entrelazadas detrás de la espalda a uno de los rincones de la tienda, para mirar con curiosidad al exterior. ¡Qué de gente rara pasaba por allí! -habló -. -Señorita... pruebe ésta. -Escuchó la voz del anciano y tornó rápidamente al lugar donde se encontraba, esperando con impaciencia su potencial nueva varita. Prácticamente ntes de que Ollivanders la hubiera sacado de su caja, Erika ya la había cogido. -Anda, ésta es más ligera, yo creo que me va a ir de perlas, ¿puedo probar? bueno sí. -Parloteó, hiperactivamente. Después hizo con ella un sencillo conjuro reparo a la pata de una silla que cojeaba -diferencia entre la primera vez que fue y ésa: 4 cursos de Hogwarts-, y al ver que funcionaba perfectamente ensanchó su sonrisa.
-Aquí tiene el dinero, señor Ollivanders, pero no se lo gaste en cosas tontas, ¿eh? -Dijo sacando su monedero lleno de galeones -jé- para pagarle el precio de la varita.
Finalmente salió de allí, dejando un sonoro 'Adióoooos ' tras de ella. Link del Baúl | |
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