Un lugar extraño para conocerse... (Arianne Sinclair)

Había intentado repasar las lecciones de vuelo de la ultima clase a solas y el dolor de costillas al chocar con el suelo me había recordado lo torpe que era sobre una escoba... quizás lo mas sensato seria solo usarlas para barrer, pero como duro de cabeza no iba a permitir que aquel palo terminara ganando la batalla...

Entre un poco dolorido a la enfermería, estaba casi sola, solo una chica estaba sentada, parecía que no tenia nada, iba bastante arreglada y limpia, todo lo contrario que yo después de mi caída....

La chica parecía pensativa, era una chica menor que yo, aunque por su rostro parecía madura y muy bella...“Hola...” dije con cara de dolor...

Como siempre Arianne buscaba un lugar para pensar, un lugar tranquilo en donde no hubiera tanta gente. Y sólo se le ocurrió la enfermería. Vamos, al lugar que iba se terminaba encontrando con alguien y ¿qué mejor que el lugar que muchos alumnos odian?

Llevaba un buen rato ahí sentada, le había dicho a la enfermera que tenía un agudo dolor de estómago desde hace días. Y bueno, después de recibir un regaño por esperar tanto en ir a verla, la mujer le dio una asquerosa poción y le pidió que reposara por unas horas.

Sin embargo, como era lógico, un chico entró al lugar y la saludó adoloridamente. Arianne levanta su mirada y lo observa. Hufflepuff, séptimo, y al parecer puro. Porque sí, habían muchas personas que ella no conocía, pero sabía de unos cuantos, como él por ejemplo.

—Buenas —saluda ella educadamente, no necesitó verlo dos veces para saber que algo para nada agradable le había ocurrido—, ¿qué te ha ocurrido?

“Buenas del todo no son, podían ser mejores...” dije con una medio sonrisa... “Bueno, digamos que volar es algo que me esta costando no solo dolores de cabeza...”

Camine hacia la chica... “Siempre estoy haciendo algunas locuras, y bueno algunas salen mal como ves...”

Aquella chica parecía menor que yo, pero no la conocía... “Y a ti que te pasa...Pareces estar buena...” Me puse colorado al pensar lo que acaba de decir, mi cabeza empezó a pensar alguna excusa para arreglarlo... “Lo siento creo que la caída me afecto un poco la cabeza, quería decir que pareces sana, y también guapa...”

No podía creer lo que había dicho a aquella chica sin conocerla, desde luego la caida si me había afectado, pero para perder la razón y la sensatez que ya escaseaban en mi antes del golpe...

Arianne ríe por lo dicho por el chico, se veía nervioso y eso a ella siempre le agrada. Con un leve gesto le da a entender que no importaba. Tampoco quería que él se estuviera complicando la existencia por una pequeñes.

—Tranquilo, déjalo así mejor —dice ella con una leve sonrisa en su rostro—. En realidad tenía un dolor de estómago de hace días pero ya estoy bien, solo que la enfermera no quiere que me marche por si acaso.

Posa su vista en la oficina de la mujer y le dice a su compañero.

—¿Y siempre te caes de la escoba?

Sonrió... “Gracias, me quitas un peso de encima...” tome asiento en espera de que la enfermera saliera...

“Bueno la escoba y yo no nos llevamos bien... creo que somos algo incompatibles, pero soy un poco cabezón y no dejare que sea ella la que me dome a mi...” Baje la mirada y vi mi estado...“Aunque por lo que parece esta batalla la ha ganado....”

Volví a mirar a mi compañera... “Lo siento... ¿Estas mejor tu? A todo esto... ¿Puedo saber tu nombre?”

—Y parece que la ha ganado con lejos —agrega ella divertida—, pero lo conseguirás, dicen que el esfuerzo logra todo, ¿no?

Sonríe al chico y le estira su mano para luego presentarse.

—Soy Arianne Sinclair —dice para agregar casi inmediatamente—, Slytherin. Y sí, gracias estoy mejor, sólo es alg rutinario el que esté en este lugar todavía.

La chica pasa su mirada por el lugar. Era limpio, siempre bien cuidado. Algo que le hace bastante falta al castillo en general, lleno de tierra y todas esas cosas que consiguen que ella quiera volver a su casa.

Tras saludar a la chica escuche el nombre de su casa, serpiente... supongo que de hay su mirada fría y escrutadora ... “¿Creo que no hace falta que te diga mi casa no?”

“Bueno supongo que consigo las cosas por cabezonería, tanto las buenas como las malas...”

“Mi hermano dice que debería de estar en Slytherin como el, aunque el sombrero pensó otro destino para mi, la verdad es que tampoco es algo que me quite el sueño...soy una persona que soy leal pero acato las normas que veo justas...en mi casa siempre me han visto como un extraño o un chico raro...”

Mire hacia Arianne “Aunque si te digo la verdad no me importa mucho lo que piensen los demás...”

La enfermera salió y me pregunto lo que me había pasado, tras oscultarme y ver que no había nada roto me ofreció una pastilla para los dolores y me obligo a permanecer en la sama un par de horas más para ver mi evolución...

A mi regreso Arianne seguía pensativa como la deje... Me senté a su lado y acercándome le susurre algo para que la enfermera no nos escuchara... “Lo siento de verdad... creo que no estas enferma y buscabas un lugar tranquilo donde pensar, pero llegue yo... lo siento y tranquila no diré nada... pero ya tienes estomago para tomarte las sucias pociones de la enfermera sin necesitarlas... Saben peor que el vomito”

Se ríe de lo que le contaba. Era cabezota y bastante despreocupado por él, sino hubiese parado esa necesidad de subirse a una escoba cuando apenas puede mantenerse en ella. Lo ve alejarse y Arianne vuelve a sus problemas, a su vida, a su lamentable realidad, por lo menos con el chico se distraía de todo eso.

No lo escuchó regresar, por lo que pega un respingo al escucharlo hablar y de verdad que se quedó sorprendida al entender lo que le decía. Y sonríe, sonríe sinceramente al chico Hufflepuff que tenía un hermano en su casa.

—Me has atrapado —le dice resignada—. Eres bastante observador y sí, las pociones saben a vómito, pero por lo menos logré encontrarme con una persona agradable y no con un Gryffindor con complejo de heroe.

Su última frase salió venenosa de boca, pero de verdad que tanto león ya la tenía cansada. Por lo menos el tejón podía sacarles pequeñas sonrisas.

—No te preocupes, suelo ser bastante hosca cuando algo o alguien me molesta.

Sonreí un poco, aquella chica parecía que se estaba siendo sincera, algo extraño en una serpiente...

“Me alegro que te resulte simpático, no se que te sucede con los leones, pero bueno, es su sangre ser héroes... yo los dejo serlo, no me atrae la idea de ser héroe ni tampoco ser villano la verdad...”

“Soy un poco extraño pero me gusta no posicionarme definitivamente, creo que no podría existir héroes sin gente que los necesitara ni villanos sin gente que asustar...ambos se necesitan....”

“Yo prefiero no tener que asustar ni que salvar a nadie, hay gente que no merece salvarse y otra que merece algo peor que asustarla.. digamos que solo actuó cuando no estoy de acuerdo con lo que veo... algunas veces para bien otras para mal...”

Saque un caramelo y se lo ofrecí a Arianne... “Tómatelo si quieres, seguro que aun tienes el regusto de esa porquería que dan...”

Arianne se quedó escuchando atentamente las palabras del chico. No tomar partido, siempre caminar en medio de la calle, ser -por ende- más peligroso aún. No lo había visto nunca de esa forma, y talvez esa sea la solución para mucho de sus problemas, aunque seguía existiendo el más importante: La marca. Pero ya vería como se salva de esa.

Niega ante el ofrecimiento del dulce. Era una Slytherin desconfiada, ni siquiera su sombra se salva, pero aún así fue amable con el chico.

—No, gracias —le dice suavemente—, ya no es tan fuerte el sabor. Y ¿qué te dijo la enfermera?

Tome el caramelo y me lo metí en la boca... “Si me muero por el veneno del caramelo llama a la enfermera... o menor no... que me dará otra poción más asquerosa...” sonreí...

Sabia que no aceptaba mi caramelo por que no confiaba en mi, cosa muy normal, las personas de su casa eran muy desconfiadas, lo sabia por mis relaciones con los alumnos y sobretodo por mi hermano....

“La enfermera me dijo que como siempre había tenido suerte y que mi cabeza es más dura que mis costillas, cosa que ya conocía...”

Me apoye un poco en la silla y me levante un poco la camiseta mostrando mi costado... “Me dijo que el maratón durara una semana y que no hiciera locuras...en lo que se refiere al maratón estoy de acuerdo con ella, en cuanto de las locuras va apañada si piensa que me voy a quedar sentado esa semana...”

Volví a bajarme la camiseta y mire a Erianne... “Y además de pensar... te apetece jugar... ¿Pregunta por pregunta?... si conozco a tu casa solo hay una cosa que supera a la desconfianza y es las ganas de saber....”

[Siento la demora pero el abecedario me consumió xDD]

La chica estaba sorprendida, Daniel sabía perfectamente el por qué no había aceptado el dulce y había hecho una broma con ello. A lo que inevitablemente se puso a reir. Sí, debía tener algun familiar en las casas de las serpientes para poder tener esa facilidad de adaptacion a ella.

—Bien, veo que nos conoces bien —comenta ella sonriendo divertida—, algo que da un cierto toque al chico Huffle.

A pesar de todo, la chica no puede morderse la lengua. Pero vamos, es una Slytherin por donde se le miré, no se le puede pedir más simpatía de la que está dando.

—Si me explicas el juego, creo que puedo hacerlo.

Sonreí... “El juego es muy sencillo, se basa en preguntar lo que quieras de la otra persona..., el que contesta tiene dos opciones, contesta sincero o cuenta un secreto...”

Mire con una sonrisa a Arianne... “Seguro que una Slytherin no temerá a un tejon como yo...” dije sonriendo y esperando la respuesta de Arianne...

[Siento la demora, estoy en otro mundo XDD]

—Tranquilo, yo le temo a nada —contesta ella obviando el hecho de volar le es un discurso y porqué no decirlo un verdadero temor. Aunque la chica cree haberlo comentado un par de ocasiones solamente—. Y no vaya a ser que es el tejón el que termine temiedole a la serpiente.

Arianne se acomoda en su lugar y mira al chico.

—¿Entonces, quién empieza, Daniel?

Mire a Erianne con una sonrisa por sus palabras... “Te diría que las damas empezaran, pero creo que darte esa ventaja no te resultaría grato, seria menospreciar a tan bella serpiente...así que como yo propuse el juego... empezare a jugar yo....”

Puse mis manos sobre las rodillas... “¿Que es lo que te preocupa tanto que prefieres tomar un brebaje vomitoso con tal de que te dejen pensar....?” Mire a Erianne buscando una respuesta...

El chico había comenzado directo, lo que descolocó por unos segundos a la chica. Arianne lo mira fijamente y suspira luego. ¿Qué decir a ello? Porque la verdad como tal está descartada. No puede ir y decirle como si nada lo que tanto desea. Vuelve a mirarlo y sonríe con delicadeza.

—Mi madre —dice ella, con voz neutra. No quería demostrarle al Hufflepuff el rencor que sentía hacia esa mujer—. Hace seis años, ella se marchó y hace sólo unos meses he logrado sacarle algo de información a mi padre.

La sonrisa de Arianne se ensanchó. Había dicho la verdad pero aún así omitió bastante información.

—Es mi turno, ¿no? —Comienza a decir ella, mientras se lleva una mano a su mentón—. Pues si ya sabes que volar no es lo tuyo, ¿por qué insistes?

Escuche la respuesta de la chica, me parecio sincera y triste su respuesta, por lo que preferi abtenerme de comentario alguno...

"Bueno, le he tenido panico a volar siempre, cosa que no ayuda a volar en escoba pues mi cabeza recuerda todas las caidas y mis miedos... Y bueno ya ves como termino... Pero estoy decidido a superarlo, aunque me cueste algun hueso roto mas, soy un poco cabezon como puedes ver..."

Me incorpore en y mirandola hice mi pregunta ... "Que haras cuando des con ella?"

Para Arianne es extraño el tener que contar todo aquello a un desconocido, pero viéndolo friamente, el papel de chica buena no le quedaría mal. Quitar un poco esa imagen de aristocrática y poco tolerante serpiente vendría bastante bien en esos momentos en que su personalidad fría y arrogante está apareciendo más que nunca. Además si no cuenta más de lo necesario, no existirán problemas, ¿cierto?

—No lo sé —responde, sin apartar su vista de los ojos del chico—, he pensado en reclamarle el haberme dejado y llevarse sólo a mi hermano, como también he querido demostrarle que ella no me ha hecho falta y que finalmente me convertí en lo que mi padre siempre ha querido.

Bien, es otra respuesta sincera y sin revelar mayores detalles de lo que es su vida. Aparte el dar lástima por la desaparicíon de una madre que nunca la quiso, puede ser muy beneficioso.

—¿Estás de acuerdo con que te hayan puesto en Hufflepuff? —le pregunta tranquilamente, cruzándose de brazos. Más que el hecho de que la chica mire en menos a los de esa casa, se debe a que le ha llamado la atención que él siempre ande entre aguas, algo muy digno de la casa de Salazar.

La pregunta era extraña pero contestaria... " Bueno supongo que me gusta, mi hermano es de tu casa, el se llevo una desilusion cuando no fui serpiente... Supongo que el sombrero tomo esa decision por algo, aunque no se la razon..."

Me gustaba la mirada de aquella chica... Me parecia extraña...

"Que piensas de mi casa y de mi?" era una pregunta un poco extraña pero me interesaba por igual su reaccion y sus palabras

Arianne sonríe maliciosa. Y cuando se disponía a repetir como loro todo lo que pensaba de ello, se lo pensó mejor. Ahora que lo pensaba, nunca se había preocupado mucho de ese tema, simplemente, había dicho lo que todo Slytherin piensa de los Hufflepuff's.

—Sabes perfectamente lo que nosotros pensamos de tu casa —respite sus pensamientos, sin cambiar el tono tranquilo de su voz—, aunque prefiero a los tejones que a los leones. Ellos de verdad que son un suplicio —se sincera rodando los ojos. ¿Con cuántos Gryffindor's se ha encontrado ese último tiempo? Con demasiados para su desgracia, aunque no puede evitar pensar que por lo menos la han divertido—. Y con respecto a tí, creo que eres mas que un simple amarillito, tengo la extreña sensación de que sales de sus características principales.

La tranquilidad de la enfermería era reconfortante y el hecho de poder mantener una conversación tranquila con alguien, sin sacar a flote prejuicios, de verdad era agradable.

—La misma pregunta —dice ella al no querer pensar más de lo necesario—. ¿Qué piensas de mi casa y de mí, claro está?

Sonreí mirando a sus ojos... “Bueno tu casa... creo que es una madriguera llena de víboras con ganas de morder... aunque creo que en la mayoría de los casos no tienen mucho peligro...”

Puse mi mano sobre el mentón para acariciármelo... “Sobre ti... creo que eres mucho más peligrosa de lo que aparentas o dices, eres una chica fría y pensativa, eso hace de ti una dama a la cual temer y mejor tener como amiga”

Puse una sonrisa... “Capaz de tomarte un asqueroso brebaje solo para que te dejen pensar... Desde luego no tenerme que enfrentarme contigo.... Aunque claro eso no esta solo en mi mano...”

“Creo que estarás satisfecha con mi contestación, por lo que paso a preguntar....” dije sacando el caramelo que me había comido y tirandolo a una papelera... “realmente este veneno esta malo....”

“A que tiene miedo la persona que tengo ante mi...” dije sin apartar la mirada de la tuya... me gustaba ser directo...

Arianne no puede evitar reir. Daniel tenía bastante razón en pensar que es una víbora tras esa fachada de chica buena que estaba mostrando, por lo que al dejar de reir, sólo sonríe malevolamente a su acompañante y comenta:

—Chico listo, ya veo que no sólo te dejas llevar por las apariencias. —Algo bueno visto del lado de él, a pesar de todo es desconfiado.

Sin embargo, esa sonrisa desapareció, cuando la pregunta de Daniel llegó a oídos de la chica. "¿Cuál es mi mayor miedo?", piensa la chica. ¿Qué decir a eso? ¿La verdad? No, no. Algo se le debe ocurrir, seguir utilizando las verdades a medias fue lo único que se le ocurrió.

—Pues cumplir mi destino —responde rápidamente—. No te puedo explicar cuál es ese, pero si he de decir que de agradable tiene poco.

Y no es para menos, la idea de marcarse no termina de serle llamativa, pero sabe que es lo que le toca, al menos claro que logre encontrar a su madre antes.

—Me toca —susurra pensando—. ¿Qué piensas de los ideales de la sangre?

Él no es el único directo en ese lugar. Para Arianne es algo importante y sólo como el chico sepa responder, sabría si esa conversación seguiría.

“Los ideales...” dije llevando mis manos a la barbilla para pensar....

“Bueno creo que cada cual tiene un sitio, la sangre es importante, creo que es algo que no decidimos y que nos marca un destino, quizás sea lo único que no podemos decidir, mis padres eran sangre pura y mi hermano... bueno mejor mi tío también lo es...”

Estaba extrañado por la pregunta que me habia hecho seguramente tendría algo que ver con el tema de su madre....

“¿Eres sangre pura?”

Arianne lo mira seriamente. No demostró ningún bando, algo que se esperaba de él, y supo dar una respuesta satisfactoria. Ella por mucho que tratara de ser diplomática en ese tema no podía, algo en la chica hacía que todo su desprecio por los que encuentra inferior a ella saliera a flote.

Sonríe apreciativamente y comenta:

—Respuesta muy adecuada a tí Daniel y con respecto a tu pregunta, sí, soy Sangre Pura.

No puede evitar el tono arrogante de su voz, criada con tales ideales, no hay algo que pueda evitar tal soberbia de su parte.

—Y por lo que sé, tu también —agrega antes de cualquier comentario por parte de él. Lo mira y sabe que es tiempo de su pregunta, pero ¿qué puede ser? Piensa unos segundos y sonríe nuevamente—. ¿Alguna conclusión que hayas llegado con mi respuesta?

Siempre le ha gustado saber lo que piensan de ella, aunque las críticas no las toma, ni trata de mejorar. Ella es como es, a quien le gusta excelente, a quien no, que se salga del camino que molesta.

Mire con delicadeza a Arianne “He sacado algunas, primero que te llevarías bien con mi hermano....” sonreí... “Otro sangre pura que desprecia a quien no lo son...”

“Creo que sabes que me gusta nadar entre dos aguas por lo que juzgar en mi caso es de hipócritas, pero creo que necesitas a tu madre por alguna razón que tiene que ver con la sangre... al ser pura, tus padres lo son y por lo que me has contado, si ella se fue fuiste educada por tu padre el que te inculco los ideales y pensamientos que tienes sobre los sangre pura...quizás tu madre no tuviera esos ideales....”

“Creo que hablo más de la cuenta y que seguramente digo cosas que te puedan haber hecho daño... no era mi intención... pero preferí contestar con sinceridad a tu pregunta...”

baje mis manos y las cruce... “Ya que estamos hablando de nosotros... ¿qué es lo que no aguantas de mi....?