El lago, un buen lugar para meditar. [Arianne Sinclair]

Después de un largo día de clases decidí caminar hasta donde el viento me llevase, tratando de relajar y despejar mi mente, dejarla por un momento en blanco. El fuerte vaivén de corriente de aire me dejo en el lago. Me acerqué a la orilla, me puse en cuclillas rozando suavemente con mis dedos el agua, viendo el suave pero borroso reflejo de la luna llena en ella.

[Soy de post relativamente largos, al menos que no esté inspirada asi que... ya sabes XD]

Estaba sentada en una roca mirando el lago. Aún tenía mucho que pensar, mucho que meditar y como nunca Arianne había decido salir del castillo para hacer eso. Sabía que tenía que marcarse, cumplir con su destino, por mucho que le hayan dicho que éste no estaba escrito. "¡No saben lo equivocado que están!", piensa molesta, lanzando una piedrecilla al lago, "Mi futuro lo está".

Sin embargo, escucha que alguien se acerca y al mirar no puede evitar rodar los ojos al reconocerlo como de la casa de Gryffindor. Bufa al verse interrumpida, pero a la vez sabe que gracias al chico que acaba de llegar podrá divertirse un rato. Se levanta y caminó en su dirección.

―¿Pero qué hace un león tan sólo por estos lados? ―le pregunta con falso tono de preocupación―. No vaya a aparecer una serpiente para morderte, cachorrito.

Poco a poco mi mente se olvidaba de esos pensamientos, recuerdos y promesas que no me dejaban dormir tranquilo, poco a poco mi mente se tranquilizaba buscando un vacío, pacífico y tranquilo vacío...

Hasta qué:
―¿Pero qué hace un león tan sólo por estos lados? ―le pregunta con falso tono de preocupación―. No vaya a aparecer una serpiente para morderte, cachorrito.

Qué raro, una Slytherin cortando los buenos momentos, sí por favor. Pensaba.

- No creo que tengas tan afilados tus dientes, Serpiente.- Dije girando en mi eje y parándome firme, mirándola a los ojos. - Sólo vine a pensar, ¿Y tú?, ¿A cazar alguna rata quizás?.-

Sonríe malévola al escucharlo hablar. "Mala respuesta", piensa Arianne mientras lo mira intesamente para luego responder:

―No, que bah. ―Se encoge de hombros y mueve la mano quitándole importancia al tema―. Las ratas no me van, prefiero cazar cachorros de león perdidos.

La chica mantiene su sonrisa y se decide por observar a su compañero, escrutarlo, reconocerlo si es necesario. ¡Vamos! No se dejará llevar solamente por el escudo de león que tiene en su pecho, no, eso sería de principiante. Tiene que saber quién es y por qué cree que de saberlo su diversión aumentará.

Mira por un momento el cielo, mordiéndose el labio inferior por completo.

Bah, quién diría que me tocaría una situación como esta en mis únicos minutos de relax. Además, no me gustaría llevarme un apercibimiento por dejar inconciente a una alumna.

Aplaudo de manera burlona - Que ganas de buscar problemas gratuitamente tenés, sos una experta en eso por lo que se ve.- Dije mientras con una mano me rascaba la nuca - Pero, lástima, hoy no estás en tu día, me daría flojera llevar arrastrando a alguien desde aquí hasta el castillo y a estas horas de la noche.- Terminé por tomar una roca y lanzarla al lago - Las aguas estaban tan tranquilas... .-

Arianne arquea las cejas divertidas. ¡Comprobado! El humor del león es tan inestable como el de ella, por lo que sí se terminará divirtiendo de todas formas. La chica forma una perfecta o con su boca y se lleva una mano al pecho, haciéndose la sorprendida.

―Pero si el león tiene garras ―dice como si no pudiera creerlo―, es que la sorpresa no cabe en mi. Entonces ya veo que no eres un león en apuros... ―El rostro de Arianne se vuelve frío de un segundo a otro y agrega, venenosamente―. Mejor aún, las aguas tranquilas se vuelven aburridas a los minutos, la diversión siempre es bienvenida.

Cedric notó que podía mantener un buen cruze de palabras, es más, se sentía raro, porque la muchacha de lengua larga no le caía mal, al contrario, sería un buen muñeco de pruebas en algún futuro.

- Las garras sólo salen para utilizarse; no te conviene hacerlas aparecer, rubia.- replica siguiéndole el juego, para ver hasta que punto podría llegar - Sí, tienes razón, cuando quieras entramos a nadar, eh.- completa con un tono muy irónico, mientras pasa una de sus manos por su cabello, acomodándolo.

―¿Y qué vas a hacer? ―le pregunta ella sacástica―. ¿Limártelas? Claro para ver si ahí puedes hacer un poquito de daño, ¿no?

El Gryffindor la estaba invitando a jugar, bien, pues no sabía con quién se estaba metiendo. Arianne no es cualquier Slytherin, ella es digna de estar en su casa y es capaz de cualquier cosa para demostrar que está por sobre los otros.

―¿Y provocar que te ahogues antes de tiempo? ―Dos podían ser irónicos, no sabe por parte del chico, pero en Arianne es natural―. Vaya y yo que quería jugar más con la comida.

- No te gustaría averiguarlo.- añade Cedric, largando luego un gran bostezo, podría haber sido un gesto de desprecio o aburrimiento, pero en verdad moría de sueño. Su mano estaba cerca de su cintura, moviendo apenas con sus dedos la tela del traje de su casa, mostrándole a la chica el mango de su varita.

Se había encontrado con una chica bastante parecida a él pero, lo más extraño de todo, era que él la veía como una auténtica Slytherin. ¿Pero qué mierda?,¿Qué hago actuando así?. Piensa confundido. La realidad era que Cedric había cambiado, ya no era el mismo que entró en Primer año, ese niño con ilusiones y sueños; el odio y la sed de venganza estaban invadiendo su corazón, pudriendolo poco a poco.

El no entendía muy bien, pero algo era seguro, si en estos momentos lo someterían al Sombrero Seleccionador no lo enviaría precisamente a su casa actual.

Arianne al ver que el chico sutilmente mostraba su varita, no pudo evitar soltar una carcajada peligrosamente burlesca. "Como si eso fuera a intimidarme" piensa con maldad. Con una mano en su cadera, la chica levanta su diestra y con su dedo índice niega tranquilamente.

―Tal vez con otros eso te funcionne, cachorrito ―le dice como si estuviera hablandole a un niño―, pero aquí no estamos entre novatos. No tratemos de leernos la suerte que tu y yo sabemos que eso no funciona.

La chica no tenía intensión de sacar su varita inútilmente, si la necesitaba tenía los reflejos suficientes para tomarla y defenderse. Por algo siempre la tiene en un lugar, a la vez de seguro, de fácil acceso.

Cedric prosiguió a lo que estaba por hacer, levantó el manto de su traje y metió su mano en el bolsillo, mirándola sonriente.

- Tranquila, no siento necesidad de usarla.- contesta riendo - En cualquier caso te avisaría, no vaya a ser cosa que después tengas motivos para excusarte.- agregó el joven mirándo las estrellas.

- Además, no sería un trámite ni mucho menos.- dice mirándola de pies a cabeza - Y la verdad es que me estoy muriendo de sueño.- terminó por concluir.

[Lo siiiiieeeeentoooo u_u pero mi conexión se cayó y no pude recuperarla >.<]

―Bueno, el león está con sueño ―dice encogiéndose de hombros y observándolo atentamente―, no me sorprende ustedes son unos flojos que esperan que el resto haga las cosas por ustedes.

Lo mira reprobatoriamente y suspira.

―Pero ¿qué más se puede pedir? Si así son ustedes.

Arianne juega levemente con su cabello, desordenándolo un poco y sonríe de medio lado hablando susurrante, siseante.

―No te vayas a perder de vuelta, querido, que no siempre las serpientes andan de ta buen humor.

[Si lo intuí xD Igual no pasa nada, me aburrí un poco de más no fué tan grave (?) ]

- ¡Pero si eso es lo que busco!.- aclara levantando las dos manos a la altura de sus hombros, demostrándo así un gesto de decepción - ,alguna serpiente que sea capaz de divertirme pero no, todos terminan arrugando al fin y al cabo.- termina de decir moviendo su cabeza de lado a lado, refunfuñando.

- Si alguna vez te vuelvo a ver será mejor que traiga una flauta conmigo,.- comenta rascandose la cabeza, para después abrir su palma como gesto de que continuaría su frase - me contaron que ese sonido las pone divertidas.-

Un buen cruce de palabras antes de dormir no hacían mal a nadie y con lo poco que descubrí de ella sabía que no se iba a quedar callada.

Las serpientes tienen lengua venenosa, oh claro que sí- pensaba divertido.

Original. Astuto. Interesante. Fueron las tres palabras que se cruzaron por la cabeza de Arianne al escuchar lo de la flauta. Lástima que haya quedado en Gryffindor, sería una buena serpiente. Sabía como jugar, algo importante para la chica, por lo que decidió seguir.

―¿Arrugar? Que término tan... vulgar. ―Casi escupe, mirándolo desdeñosamente―. Y trata de que sea una flauta mágica, lo muggle no me divertiría. Eso deberías saberlo, ¿no? Debiste de haberlo escuchado por lo menos de un sangre sucia, al menos que tu lo seas.
Bien, era sencillo, si el chico piensa como ella debería sentirse ofendido. Si es uno de ellos o un traidor atacaría como buen león.

Sangre sucia... Pensó un momento. Su madre había sido una muggle, eso le afectó un poco. Él tenía bien en claro que la sangre a la hora de la magia influía pero muy poco, ha conocido gente mestiza cómo él y que habían marcado tendencia, superando a los más grandes magos. Su decendencia no lo limitó en ningún punto. Pero él era muy reservado, no le daba información a gente desconocida, menos que menos de su vida, y sobre todo a una Serpiente.

- Interesante..., bah, en realidad no.- dice suspirando - Ya se me hizo hábito encontrar Serpientes tan pendientes del líneaje de los magos.- por un momento mira la enorme luna llena por encima de su cabeza - Es linda, ¿Verdad?.-

Arianne lo observaba detenidamente y se encoge de hombros al ver que no ha funcionado.

―¿Acostumbrado? ―le dice burlona―. Me extraña que te encuentres con esa clase de Slytherin, es como querer encontrar a leones que no tengan complejo de heroe.

Sigue la mirada del Gryffindor y bufa, no le gustaba cuando la luna salía, significaba que al día siguiente habría sol y no hay algo que deteste más que el sol.

―No me gusta ―decide llevar la contraria―, hay otras cosas mucho más llamativas que la luna y que son alcanzables. Añorarla es como desear algo imposible, y yo siempre soy lógica.

- Sí acostumbrado, y la costumbre me aburre.- reclama todavía mirando el cielo estrellado. - La lógica siempre recae en el aburrimiento, creí que en alguien como tú eso ya era sabido.- adhiere mientras vuelve su mirada a la joven - No hay mejor momento del día que la noche y, muchas veces, la luna alumbra mientras tú te diviertes.- sonríe de lado, recordando varias noches de placer.

Luego de su pequeño gran "discurso", Cedric flexiona su brazo para rascarse la nuca.

Arianne levanta una ceja y sonríe mientras se acerca al chico algo divertida.

―Caer en el aburrimiento ―repite, meditándolo―, pero a veces es necesario lanzarse de a poco al agua que caer sin verdaderamente pensarlo. ―La chica se coloca a la espalda de su acompañante y le da un pequeño empujon―. No sabemos lo que hay al fondo.

Por mucho que ella tratara de ser arriesgada no podía, siempre necesita pensar las cosas antes, aunque este último tiempo haya empezado actuar un poco más impulsiva.

―Al menos claro ―susurra―, que haya algun tipo de diversión en la que podamos coincidir, querido.

Cedric se quedó pensativo, ¿A caso la "Lengua Larga" le estaba coqueteando?. No lo sabía con exactitud; podría estar jugando, quizás. Si fuera así, estaría en un problema, cada vez la chica se parecía más a él.

- El típico dicho "No te lanzes a la piscina sin primero saber si hay agua", sí, me es muy familiar.- agrega el chico sintiendo un leve empujón, tambalea un poco pero se mantiene en pie.

Él tampoco se arriesgaba con ninguna acción que lo comprometa o jugada, estudiaba el campo de batalla para hacer su próximo movimiento.

- No creo que en casa te dejen salir a jugar ...- dice a espaldas de la joven, acercando una de sus manos a su pierna, logrando así que uno de sus dedos apenas rozen la piel de la Serpiente - ... con alguien como yo, por una extraña razón no me llevo bien con los padres.- concluye con un tono muy irónico, sonriendo.

Siente como el dedo del león la roza y alza una ceja divertida.

―¿Y quién dijo que yo necesito permiso para jugar? ―Habla socarronamente, pasando un dedo por lo largo de la espalda del chico― Si cuando decido jugar en lo que menos me preocupo es en mi padre.

Arianne estaba entrando al juego que manejaba a la perfección, era cosa de que el chico bajara un poco la guardia, aunque lo veia dificil, el leoncito sabe que hacer, sabe hacer los movimientos necesarios para hacerla pensar.

―Porque si él conociera a con cada chico que juego, cro que estaría en Azkaban por unos imperdonables que se le habrían escapado. ¿Divertido, no?

Automáticamente luego de su roze, la chica le responde y él siente una leve caricia a lo largo de su espalda, entonces sonríe divertido mientras se voltea para verla a la cara.

- No creo que seas capaz de seguir mi ritmo,.- dice llevando una de sus manos hacia la mandíbula de la serpiente, acariciando uno de sus costados apenas con sus nudillos - Ya que te gustan las frases, conoces la de "Perro que ladra no muerde?".- sonríe de costado mientras mueve lento la mano que tenía en el rostro de la joven, acariciándola - Pues se aplica también en las serpientes.- agrega mofándose.

Arianne se siente ofendida, es ella la que siempre juega y es el ritmo de ella el que siempre se sigue. Alza una ceja al sentir la mano del chico por su rostro e instintivamente se muerde el labio divertida.

―No, no, querido ―susurra ella, suavemente, cambiando su tono de voz venenoso por uno más provocador―, es a mí a la que no pueden seguirle el ritmo, no te equivoques. ―Rueda los ojos por la frase que le dice pero no quita su sonrisa de medio lado―. Sin embargo, yo no soy una serpiente cualquiera.

Arianne posa una de sus manos en el hombro del chico y comienza un lento recorrido hasta su cuello, volviendo una y ota vez, mientras que con la otra quita la que él tenía en su rostro, para poder acercarse al oído de su acompañante.

―Puedo morderte cuando quiera ―y roza el lóbulo levemente con sus dientes―, donde quiera. Lo único que te tendría que preocupar es que te muerda en el lugar equivocado.

[Perdóon, mi vieja vino a molestar u.ú xD]

Cedric siente ganas de sonreír pero, vamos, sabiendo como es él no lo haría, no en esta situación. Con cada juego, cada palabra, iba conociendo mas a la joven, se creía muy provocadora, y la verdad lo era; más en la situación que se encontraba él, no podía hacerse rogar mucho más. Aunque le encantaba jugar ese juego.

- Lo siento, tengo mi propio ritmo marcado y... .- mientras hablaba el chico hace que sus manos se coloquen a los lados de las caderas de su acompañante, jugando con el borde de la remera que ella traía bajo el traje de su casa - ... pocas chicas supieron como seguirlo, la mayoría son una pérdida de tiempo.- le advierte divertido.

Siente como ella, jugando con las palabras que él mismo había dicho, lo provoca mordiéndole el lóbulo de la oreja, entonces sonríe sobre un costado de sus labios.

- El lugar 'equivocado' no sería el problema.- comenta con vos mas baja mientras levanta su cabeza - sino la intensidad de la mordida, Serpiente.- concluye rozando su nariz con la de ella al subir su mirada, sonriendo seductoramente.

[Éstos son los momentos de que me alegro de ser "independiente", aunque mi amiga es demasiado dueña de casa XD]

Arianne no pudo evitar reir ligeramente al escucharlo hablar. Pasa la mano que mantenía en su cuello hacia la parte de atrás de la cabeza del chico y comenzó a jugar con el cabello de él.

―Entonces no sabes donde te estás metiendo, Leoncito ―sisea ella―, me caracterizo por ser distinta al resto de las chicas.

Con la mano que tenía a un lado, toca directamente el torso del chico, subiendo lentamente y llevándose con ella, un poco de la ropa.

―No eres el único que entiende de estos juegos, querido.

Y aún sintiendo las manos del chico en su cadera y ella agrega, respondiendo a lo dicho de las mordidas.

―Te puedo asegurar que en mi caso siempre es el lugar ―comenta, rozando una de sus piernas con la de él―, pues mi mordidas siempre son intensas.

Cedric, al escuchar lo que dice ella de sus mordidas junto a lo que se le había cruzado por su cabeza anteriormente, imagina una imagen muy obvia y dolorosa.

Lo tendré en cuenta - piensa, haciendo una anotación especial en su cerebro para no olvidarse.

Siente como la muchacha juega con él, acariciando su cabello, atrayéndolo desde el cuello de su remera con su otra mano y rozando su pierna con la de ella.

- Blablabla .- balbucea burlonamente mientras rueda sus ojos y, soltando una de las manos que tenía en la cadera de la serpiente para llevarla al costado de su propio rostro, mueve la mano en un gesto que indicaba demasiado claro que hablaba demasiado.