Gran Cena [Mirajane]

Tal y como habíamos prometido, Me había marchado casi al instante al Gran Comedor, antes de entrar, teñí mi túnica con un hechizo, para ser Slytherin por una tarde, por una cena... me llevaba tan mal con mis compañeros que seguramente ellos se fijarían en Mirajane y comenzarían a sacar conclusiones y pensar cosas extrañas como lo hacen los Ravenclaw, de seguro tras sacar todas esas cuentas y cálculos, llegarían a la conclusion que Mirajane no era de Raven, sino de Slytherin, y eso nos traería un enorme problema, y por el contrario, yo era amigo de casi todos los Slytherin de mi grado y un poco menores, pues mi personalidad combinaba mejor con la de ellos y realmente no sabía qué estaba haciendo en la casa de las águilas

Me senté cerca de la puerta del gran salon, dejando mi mirada pendiente en la puerta... para ver esa estela dorada entrar... Mirajane... quería ya ver esa sonrisa, ese cabello, y mejor aún, escuchar esos comentarios, escucharle hablar, el color de su voz, su entonación, todo en ella era maravilloso. Seguí un instante más mirando la puerta y suspirando pesadamente, pues habían pasado varios minutos y al parecer no llegaría.... entonces recordé lo que ella misma había dicho sobre ser chica, y lo que eso significaba... se demoraría más de lo que seguramente yo lo haría, miré a los chicos alrededor y parecian agradables, lo único que no compartía con los Slytherins eran sus ideas sobre la supremacía de la sangre, mas con el paso de los meses, había comprendido que no todos seguían esa "doctrina", al menos Mirajane no parecía una persona prejuiciosa en cuanto a la idea de la sangre pura.

Alcé mi mirada una vez más hacia la puerta, y allí le vi entrar... parecía un ángel

Al final nuestro trato quedó en que él se infiltraria entre los de mi casa, ya que llegamos a la fácil y lógica conclusión de que los Ravenclaws eran demasiado listos como para no percatarse. Con lo cual, salí de mi sala común con mi uniforme de repuesto, ahora me sentía mucho mejor. Mi capa ondeaba mientras me deslizaba ágilmente por los pasillos de las mazmorras Slytherin en direccion al gran comedor. Me encantaba aquella sensación. Mi pelo ya estaba perfectamente ordenado, lo que también me hacía sentirme aún mejor. Me gustaba ir bien.

Finalmente, llegué a los portones del gran comedor, dando un gran suspiro, ibamos a cometer una pequeña travesura, ya no me acordaba de cuando hice la ultima trastada. Si nos pillaban, se nos iba a caer el pelo, pero...realmente me apetecía. Entré al salón con una pequeña sonrisilla en los labios, alzando la cabeza para buscar a Edmond. Finalmente le visualicé, sentado en la mesa de las serpientes y con aire distraido. Caminé hasta él, sentándome en el asiento de enfrente.-Ya estoy aquí-le comuniqué, extendiendole el dedo meñique-He cumplido mi parte de la promesa-observé como había transformado a la perfeccion su uniforme y sonreí. A pesar de ser un Dumstrang tenía talento y todo-veo que tu también.

Ahora que lo pensaba, era raro que aún no apareciese la comida en las mesas, ya era la hora. Me extrñe y puse algo de cara de pena porque estaba muerta de hambre-Hm, se deben estar retrasando hoy con la cena...Solo espero que pongan algo rico-dije, mientras me remangaba. En ese momento mis tripas decidieron resonar, en un volumen completamente audible para los que me rodeaban, aunque el único que lo notó fue Edmond ya que los demás andaban a su bola-Ah! Perdón...-Agaché la cabeza, sonrojada debilmente por verguenza-Creo que ya acabas de comprobar que tengo hambre...

Al final, apareció en el momento menos esperado, nisiquiera me di cuenta cuando se sentó frente a mi y me sonrió como solía hacerlo y como ya me estaba acostumbrando... extendió su dedo meñique y le sonreí al momento que tomé aquel dedo con el mío y los moví con un deje infantil y alegre, pues había cumplido su promesa y con creces, estaba más bella que nunca, su cabello dorado brillaba a la luz de las luces del Gran Salón y sus ojos y su piel brillaban con un resplandor mágico y encantador.

Me encontraba a punto de contarle el hambre que tenía, tema que me había guardado por cortesía, o mejor dicho por verguenza, al momento que iba a abrir la boca para contarle, ella se me adelantó y lo dijo, acompañado de un gracioso ruidito de su estómago que demostraba lo hambrienta que ella estaba, reí divertido pero disimulado, pues no era mi intención hacerle sentir incómoda, a parte varios Slytherins estaban pendientes de lo que hablábamos o hacíamos, Mirajane era una chica bastante admirada y todos sus pretendientes se encontraban algo celosos de verle conversando abiertamente con un Sly desconocido y de apariencia mayor.

- Si.. pero no te preocupes, yo también tengo demasiaaada hambre, creo que me comería hasta una mandrágora

Agregué divertido para buscar en mi mente alguna razón para hacer otra promesa del deod meñique y así poder juntar mi mano nuevamente con la suya.. Edmond... ¿Te estás enamorando?..no.. es imposible... tu no puedes enamorarte... o quizá no todavía. La gran cena apareció frente a nuestros ojos, consistente de platos repletos y apetitosos de todos los tipos de comidas existentes, le sonreí y le miré con cara de niño en una dulcería para luego mover levemente mi cabeza hacia abajo

- Provecho

Exclamé para comenzar a comer calmado, pero con notoria ansiedad.

Soltó una pequeña risita ante mi ruidito de tripas, a lo que me giré hacia un lado poniendo cara de falsa enfadada. Debido a este gesto, pude darme cuenta de que varios miembros de mi casa nos observaban atentamente, sin preocuparse por apenas disimular. No me gustaba ser observada de aquella manera, y me puse un tanto nerviosa por si nos descubrían, pero volví a mirar a Edmond e intenté seguir normal. Él contesto a mis palabras diciendo que también tenía hambre, tanta que se comería una mandrágora. Reí divertida ante su comentario, y un segundo más tarde teníamos a nuestra disposición todos los manjares de la cena de aquella noche.

Dí unas palmaditas, emocionada y como ya había comprobado, muerta de hambre.-Que aproveche-le respondi, mal mismo tiempo que yo empezaba a comer también. Cogía un poco de esto y un poco de aquello, lo tenía por mala costumbre, pero es que me aburría comer mucho de lo mismo. Era más divertido el de todo un poco. De repente, empecé a sentir como me recorría un cosquilleo por la nariz, y tuve el tiempo justo para ponerme las manos delante de la boca para estornudar.-Vaya, creo que al final sí que me he resfriado...-le dije, con la voz un poco congestionada-Maldita nieve...

Y no tuve tiempo de decir nada más, porque empecé a sentir como me mareaba y tuve que apoyar mis manos en la mesa para sostener mi peso-Ohoh, creo que me estoy mareando un poco...-le dije, con la voz un poco entrecortada. No podía decirse que mi sistema inmune fuese una proeza, sobre todo en cuanto a enfermedades del mundo mágico, así que no era raro verme algo enferma en invierno. Lo que me extrañaba era que los signos de un pequeño catarro me estuviesen mareando de aquella manera, parecía que iba a desmayarme. Las cosas me daban un poco de vueltas-Edmond...creo que no me encuentro muy bien...

Era entretenido verle comer, disfrutaba mucho ver como Mirajane tomaba un poco de esto y otro poco de aquello, incluso entre una de esas cosas, tratamos de tomar el mismo panecillo, me le adelanté y tras tomarlo le gruñí imitando a un perro, luego reí divertido y seguí comiendo. Noté la incomodidad de ella, y quizá sería adecuado ir a otro lugar, o volver a mi mesa, sin embargo, la adrenalina de hacer lo incorrecto era exactamente lo que necesitaba. Le vi estornudar grácilmente, a lo cual sonreí... Todos esos modales, toda esa compostura en una chica, acompañado por una personalidad atrayente y unos ojos preciosos, Mirajane era todo lo que un hombre podría pedir...

- Así veo... por suerte yo me acostumbré a las frías temperaturas de Bulgaria

Agregué pavoneándome de mi aguante, para luego notar como tomaba su frente y se mostraba mareada, bastante, miré apáticamente a los chicos que comenzaban a cuchichear y noté que pareciera estar a punto de desmayarse, me levanté como si fuera un resorte y di vuelta a la mesa hasta llegar al lado de ella, tomando uno de sus brazos para ponerlo sobre mi hombro y cruzando mi brazo por detrás de su cintura le levanté de la mesa y dije preocupado

- Ven, vamos a la enfermería... o quizá a tu Sala Común... no te ves nada de bien

Al instante traté de arreglar lo que había dicho, pues no había sido un comentario muy cortés de mi parte.

- Osea si.. te ves bien... eres hermosa, pero te ves mareada... osea.. Ehh mejor vamos, ven, trata de caminar

Dije tomándole para caminar hacia fuera del Gran Salón

Edmond llegó en el momento exacto en el que necesitaba algo más que la mesa para apoyarme y seguir erguida. Me cogió e un brazo para pasarlo por detras de su cuello, mientras él cruzaba el suyo detras de mi cintura. Agradecí al cielo su rapidez y me apoyé casi completamente en él, en aquel momento necesitaba la fuerza de otra persona para poder estar de pie.-Aprovechándote de mi ¿eh? Ahora que vuelvo a estar indefensa...-bromeé, a pesar de ver doble y sentirme fatal. Alcancé a escuchar algo de ir a la enfermería a lo cual tenía pensado negarme inmediatamente. No me apetecía tener que pasar la noche allí, hacía mucho frío e iba a estar muy sola. No, ni de coña.

Aunque no me dió tiempo porque Edmond ya estaba enmendando su supuesto error-No hace falta que seas tan cortés.-le dijé, con la cabeza un poco agachada-Debo de verme horrible ahora mismo, seguramente esté palida cual Blancanieves y tenga un aspecto un poco lamentable. Por no hablar de que no me tengo en pie por mi misma y...¡Achús!-volví a estornudar de nuevo, cerrando los ojos con fuerza.-Mierda de resfriado...-Y así, señores, no es como una fina señorita de Slytherin debe comportarse delante de un hombre, pero sinceramente a mi todas esas cosas me daban absolutamente igual.-Llévame a la Sala Común...no quiero ir a la Enfermería-le expliqué-Ahora estará vacía, seguramente estaré tranquila.-O al menos eso esperaba, por que ahora solo quería tenderme en alguno de aquellos sofas y esperar a que todo pasara.

- Entendido.. allí vamos

Contesté saliendo junto a ella o mejor dicho cargándola del Gran Salón, ante la vista de los Ravenclaw que me habían reconocido y los Slytherin que aumentaban su odio y envidia, Mirajane tenía un aspecto terrible, parecía más que un simple catarro, al instante toqué su frente y tenía temperatura, le miré y pensé ante lo que había dicho de aprovecharme, reí ante mi idea para luego tomarle de los tobillos y cargarle en mis brazos, tomándola cual novia, de aspecto moribundo pero novia al fin y al cabo, así, en brazos la llevé por los pasillos del castillo hasta donde quedaba la entrada a las Mazmorras, donde estaba la SC de Slytherin

- Espero que no te moleste que me aproveche tanto

Agregué mientras le miraba, quizá en ese estado febril nisiquiera supiera con quién estaba o qué estaba pasando a su alrededor, no reparé mayormente en su estornudo frente a mí, muy al contrario había sido casi cómico, pues se había salido de las reglas de una dama de alta alcurnia y todo eso, era el único detalle que le faltaba para ser perfecta. Las mazmorras estaban más oscuras que la mayoría de los pasillos del castillo, por lo cual caminé más despacio y cauteloso, mirando a ratos el rostro de Mirajane y tratando de recordar en que direccion quedaba su Sala Común.

- Definitivamente te ves linda hasta cuando estás enferma

Murmuré pensando que estaba dormida o demasiado afiebrada como para recordar, le miré dulcemente y ladeé mi rostro.

Edmond alargó una mano hasta mi frente mientras salíamos del Gran Comedor. La verdad esque no me habia parado a pensar en la posibilidad de que tuviera fiebre. De todos modos, todos los sintomas eran tan repentinos que era casi imposible que solo fuese por haberme mojado en la nieve. Era bastante probable que lo hubiese pillado mientras estaba fuera. Noté como se reía ante mi comentario, para después cogerme de los tobillos y llevarme en volandas. Tenía unas ganas inmensas de decirle 'Puedo caminar yo solita', pero la verdad es que que te llevaran de vez en cuando no estaba tan mal, ya que me sentía algo debil. Me llevó hasta la entrada de las mazmorras, direccion Sala Comun de Slytherin tal y como habia pedido-Por esta vez te lo consiento-le contesté.-Pero no te...¡achús!-volví a estornudar otra vez, frunciendo mucho el ceño-acostumbres-le reprendí, de broma.

Caminaba despacio y con cuidado, supuse que sería por las oscuridades, a las que yo ya estaba acostumbrada, y porque se sentiria un poco perdido al no dirigirse a un lugar conocido. Simplemente deje que el me condujese hasta alli mientras llevaba todo mi peso. Le escuché murmurar algo de que me veía linda. Tenía los ojos cerrados asi que probablemente pensaria que estaba dormida o algo.-Gracias-le susurré, casi audible.

Estaba halagada, como cualquier chica cuando la llaman hermosa. Pero empezaba a pensar que Edmond estaba siendo demasiado...caballeroso. No sé, quizas sería la pequeña paranoia egocéntrica de que al principio todos querian lo mismo...pero si esto ultimo era verdad se iba a llevar una gran sorpresa. Yo no era como la mayoria de las chicas de este colegio.

Al momento de escuchar su gracias, me sonrojé en demasía y miré hacia otro lado, no tenía planeado que estuviera despierta y menos aún que me escuchara, quien sabe qué estaría pensando ahora... de seguro a ella le habían dicho mil cosas más románticas que esa, mil piropos mejores... mil palabras de amor... y había rechazado a todas... por algo la mirada recelosa de casi toda la mesa de Slytherin en el Gran Salón.

- Aquí estamos, espero no me atrapen aquí adentro, al menos no Snape

Agregué mientras entraba cuidadosamente con ella, Mirajane parecía estar delirante, por lo cual tenía la esperanza de que olvidara mi pensamiento en voz alta... uno de los tantos, pues en mi mente pasaban a cada instante.. a cada segundo, sentir su respiración, acariciar su cabello... su rostro, que a pesar de estar marcado por la fiebre y el mareo se veía tan angelical como siempre... oh dios, ella era perfecta... perfecta...

- Al dormitorio de chicas sí que no puedo entrar

Dije recostándole cuidadosamente sobre un sofá, para salir casi disparado de la Sala Común, sin decir nada... solo esperaba que ella estuviera lo suficientemente abstraida de la realidad como para llegar a pensar que le dejaría sola... Había escuchado de un baño en las mazmorras al cual corrí y humedecí un pañuelo que siempre andaba trayendo, al pasar de unos minutos volví, doblé el pañuelo humedecido y lo puse sobre su frente, me arrodillé frente a Mirajane y susurré

- Tranquila... ya va a pasar... solo necesitas descanzar... tranquila

OFF: Abro en la SC de Slytherin y te mando el link por MP

[OFF: Okales! Allá nos vemos ! ]