Buscando... [Allioth]

Me dirigí a la biblioteca para buscar cierto libro, solo quería matar el tiempo leyendo un buen libro de hechicería, y en ninguna librería lo encontraba, así que lo más probable es que si estuviera en la biblioteca de Hogwarts.

Había pocas personas allí dentro, y como siempre, en ese habitual silencio característico de esos lugares, camine hacia un estante y comencé a buscar.

Seguía buscando, cada vez parecía mas desesperada y molesta, pero no encontraba nada parecido, soltó un largo suspiro de resignación y volvió su mirada hacia una de las mesas en donde se encontraba un joven rubio, bien parecido, que la miraba curioso.

Ella le sonrió, y miro el libro que él estaba leyendo, “Hechizos para tontos”, justamente el libro que con tantas ansias quería encontrar, se acerco rápidamente al muchacho y le comentó.

-“E-Ese libro… ¡Es el que buscaba!” –chilló, apuntando con su dedo índice el libro que yacía el la mano del rubio, solo se escucho el tipico “shh” de la encargada de la biblioteca para que Noelle guardara silencio.

El muchacho emanaba un aura misteriosa, típico de los Slytherins, pero para suerte de Noelle, el muchacho le comentó que recién había terminado de leer dicho libro y que estaba dispuesto a prestárselo, pero con una condición.

Noelle al principio se puso nerviosa, los Slytherins tenían fama de ser crueles, ella comenzaba a imaginar que le pediría algo peligroso, como robar algo, pero para su sorpresa solo le pidió algo de su “tiempo”, supuso que solo quería una charla, nada más, entonces accedió.

-“Bien, me quedare el tiempo que quieras” –le contesto animada, tomo una silla y se sentó frente a él joven rubio. –“¿Qué necesitas?”

El ambiente había cambiado, Noelle ya no se sentía tan abrumada por estar cerca de un Slytherin, si que le metían miedo esos tipos, aunque ella bien sabia que los prejuicios no eran para nada buenos, pero últimamente observaba actos crueles de ciertos estudiantes de esa casa. Escucho todo lo que le dijo, y observo bien sus movimientos, una sonrisa dulce y sincera la tranquilizo de golpe, parecía que no todos eran malos como todos decían.

-“¿Allioth? Que profundo nombre.” –Soltó una pequeña risa- “Mi nombre es Noelle Swanson, muchas gracias por el libro.” .le contesto en un tono dulce mientras tomaba dicho libro.

La castaña se ruborizo un poco ante los halagos del rubio, volvió su mirada hacia la portada del libro mientras continuo escuchando lo que Allioth le preguntaba… Sobre su curso, poso su mirada de vuelta hacia el muchacho y contesto.

-¿Mi curso? Estoy en 6º, pero no sobresalgo mucho en ninguna parte. –soltó una pequeña risa y le pregunto. –¿Y tú? ¿En qué curso te encuentras? –Noelle se notaba curiosa, pero es que el joven rubio era simplemente fascinante, sobre todo porque le resultaba misterioso, tanta elegancia, amabilidad, la dejaba interesada en él.

Eso había sido un poco extraño, Noelle se levanto de su silla rápidamente y alcanzo al chico interponiéndose en su paso, se paro en frente de él con una amplia sonrisa; no se iba a deshacer de ella tan fácilmente habiendo despertado su curiosidad en conocerlo un poco mas.

-¿Te parece si salimos un día de estos? –miro sus misteriosos ojos verdes directamente. –Podríamos ir a las Tres Escobas a tomar algo, o donde tu quieras ¿Qué te parece?. –espero por la respuesta del joven rubio, mientras esperaba no verse mal ante el joven haciendo esa clase de invitación.

El rostro de la chica se ilumino de alegría ante la respuesta de Allioth, le sonrió dulcemente y le contesto.

-Yo también tengo bastante tiempo libre… ¿Te parece mañana por la tarde? A eso como… ¿las 7? No se si te parezca demasiado tarde o temprano. –comenzaba a notarse el nerviosismo en su voz, por el tono tembloroso, rápido y… que no paraba de hablar, ni siquiera dejaba que el chico respondiera. –Y tal vez te esperaría afuera de mi casa, Hufflepuff, o prefieres que te busque a la tuya, aunque es Slytherin…

La castaña solo asintió a la respuesta del joven, pero se quedo totalmente “idiotizada” por este, y ambos en total silencio.
Unos cuantos segundos después Noelle se percato de que le estorbaba al rubio y rápidamente se hizo a un lado.

-¡Perdona! –apenada le cedió el paso, ni siquiera se atrevió a mirarlo de nuevo, ya que ya había hecho el papel de tonta frente a él.