Día de lluvia [Tanya]

Llovía y Alexis se encontraba sentada a la orilla del lago mirando sus profundas y siempre oscuras aguas mientras repasaba mentalmente todas las tareas que tenía que hacer para el día siguiente, las cuales eran bastantes pero aún así ella prefería dejarlas para último momento.
Estaba completamente mojada de pies a cabeza y eso no le importaba demasiado, pero ya comenzaba a aburrirse y eso si le preocupaba, por lo que comenzó a tirar piedras al lago para divertirse.

-Estamos mojaditas, ¿eh?- Saludé a una chica que estaba empapada en la orilla del lago. La verdad es que yo tampoco estaba mucho mejor: si hay algo que me pierde en los días lluviosos es correr bajo la lluvia. ¡Me encanta! Es que no hay nada como sentir la lluvia empapar cada centímetro de tu cuerpo... bueno, me estoy distrayendo. A lo que iba, que la chica estaba empapada y estaba tirando piedras al lago. ¡Debía ser sublime!

Escuché que alguien hablaba y supuse que era a mi por la simple razón de que llovía como si se fuera a acabar el mundo y no debía haber nadie más afuera... aunque el echo de que me estuvieran hablando ya contradecía esto.
- Algo - me encogí de hombros y deje caer una piedra que estaba por tirar al lago - ¿qué haces aquí afuera? no es muy normal que tenga compañía cuando llueve.

-Me encanta la lluvia- Respondí, encogiendome de hombros. Me senté a su lado, sin ser invitada, y le dije: -Soy Tanya, tengo diecisiete, soy rusa y me encanta el chocolate ¿tú?-. La verdad era que me apetecía ser sociable. Y más con esa chica que parecía ser más dura que el diamante, a pesar de ser muy guapa, a decir verdad.

Levante una ceja al ver como la chica se acomodaba tranquilamente a mi lado, normalmente los gryffindors se alejaban de mi como si me los comiera con la mirada y admitía que asustarlos le divertía bastante.
- Alexis Phantomhive, 16 y también me gusta la lluvia - le respondí - ¿cómo es esto de que estás hablándome? - pregunte bastante intrigada - normalmente los gryffindors no vienen felizmente a conversar con una serpiente.

"...aunque normalmente yo tendría que estar ignorándote y no lo estoy haciendo" pensé.

-¿Cómo podría no estar hablando contigo? Eres la única por aquí-. Respondí señalando alrededor, mientras le sonreía. -Además, mi casi-hermana es Slytherin, así que estpy curada de espanto, a decir verdad.-. La lluvia estaba mejorando un poco, pero lo justo como para tener una mejor visión del paisaje. -Dime, ¿qué hacías tan sola por aquí?-

- desperdiciaba el tiempo... pero me puse a mi misma la escusa de aprovechar el día nublado no puedo estar mucho al sol, no lo tolero - expliqué mientras veía como la lluvia comenzaba a detenerse.
- ¿tu casi-hermana? ¿cómo es eso? - pregunté bastante interesada, si estaba en mi casa quizás la conociera

-¿Nunca has tenido a alguien por quién darías la vida o morirías? Bueno, pues yo solo haría eso por una persona y es mi mejor amiga, o casi-hermana, ni novios ni historias. Ella se lo ha ganado a pulso, a pesar de ser Slytherin-. Le respondí, mirandola a los ojos, unos ojos bonitos... ¡qué narices estaba pensando! Era una chica... Bueno, me daba igual, tampoco era como si se lo fuera a decir. -Tienes unos ojos preciosos-. Gracias, Merlín, por esta boca tan silenciosa, pensé con ironía.

Joder, había parado de llover... Pero la humedad había traido el frío, qué genial. -Qué frío hace, ¿no te parece?- Pregunté, abrazandome a mi misma.

- algo así... - murmuré haciendo una mueca en referencia a la primera pregunta "aunque él ya esta muerto, creo" continué en mi mente - ¿quién es? si es de mi casa debería conocerla.
Sentí que me dirigía sus ojos a los míos y le sostuve la mirada...

"- tienes unos ojos muy bonitos"
El comentario me tomo completamente por sorpresa y no pude evitar que se notara, desvié mis ojos rápidamente al suelo como si hubiera algo muy interesante allí "responde idiota" me recordó mi mente y le hice caso - Gracias...

- Bastante, hubiera preferido que siguiera lloviendo si sale el sol tendré que tarde o temprano volver al castillo - me quité la capa, estaba tan mojada que no ayudaba en nada más que evitar que me secara.

-Elianne Noir, ¿te suena? Va en sexto- Le dije.

Dios, qué incómodo. Definitivamente me debería controlar más a menudo, estas cosas solo me pasaban a mí. -Eh... De nada-. Murmuré desviando la mirada, qué molesto era no saberse callar, por amor a Merlín.

-Ah, la lluvia es perfecta. Y luego deja una paz increible- Comenté, sonriendole.

- Si, la conozco - hice una mueca que intentaba ser algo parecido a una sonrisa - ¿y como se hicieron amigas? - pregunté, tenía que dejar de preguntar, lo hacía demasiado.
- Si, hasta que las personas deciden salir a romperla - reí mientras miraba hacia el castillo imaginando ver a un montón de alumnos salir corriendo por sus puertas.

-No lo sé, ahora que lo dices... Creo que fue cuando teníamos ¿seis años? Fue la primera niña que vi en inglaterra y me hacía gracia su "mirame soy perfecta". Y desde entonces somos amigas-. Respondí, encogiendome de hombros, Elianne era una parte fundamental de mi vidad.

-Dios, qué pereza, de verdad-. Me quejé mirando a los niños.

- Esa no parece una muy buena impresión de alguien como para que terminaran siendo amigas - reí.

La lluvia había terminado de detenerse y el sol parecía estar esforzándose en salir para mi desagrado, suspiré pensando en que ya no iba a tener más escusas para arrastrar mis tareas.

- Parece que mi pequeño recreo esta por terminar - comenté mirando el cielo mientras fruncía el seño.

-Es que me gustan los retos y Elianne era una grande, en su momento.-. Respondí, volviendola a mirar a los ojos, para empezarme a reir -Ya desde pequeña era muy cabezota ¿qué le vamos a hacer?-

-No, por favor, que me moriría de aburrimiento sin ti-. Dije, dramaticamente.

- ¡Que retos te pones! - reí - yo tengo que admitir que prefiero las cosas fáciles, y más cuando las hacen por mi, soy un vaga, lo sé - sonreí.

Como esperaba el sol no tardó en asomarse entre las nubes.

- mi pobre piel sufrirá las consecuencias luego, créeme que no te gustará verme toda roja - sonreí - pero no quiero ser culpable de un suicidio, aunque sea de una leoncita - bromée mientras la veía divertida pensando en como a veces me sorprendía a mi misma... la gryffindor hasta me caía bien, aunque no lo admitiría en voz alta.