Recibiendo un regalo extra (Elianne)

Fui a la lechucería a recoger un paquete para mí. Al parecer era un regalo de un familiar lejano de quien no había oído hablar en mi vida, pero que estaba orgulloso de mis notas y me había mandado un regalo de Navidad (atrasado). Ya que no tenía nada mejor que hacer, había decidido ir a recogerlo ahora, si era algo interesante quizás me entretenía el resto de la tarde.

Encontré la lechuza y debajo de ella estaba el regalo, era grande y pesado, y me sorprendió que aquel pájaro hubiese sido capaz de traerlo hasta aquí, no parecía muy fuerte. Cogí el regalo sonriendo.

-Anda, dime que eres algo interesante- dije entre dientes mientras lo acomodaba entre mis brazos para que no se em cayese.

Elianne tenía que enviarle una carta a su padre y no era una de las cosas más agradables del mundo. De hecho, le reventaba un poquitín; pero bueno, era navidad y supuestamente sus padres la hechaban de menos. Elianne frunció el ceño ante esto último para luego reirse mientras negaba. Se acercó al aguila que aguardaba en la ventana, ató el pergamino y la echó de allí. Entonces se dio cuenta de que había un chico allí. -Hola- Saludó con una sonrisa cortés.

Una chica me saludó y me pegó un buen susto, casi se me cayó el enorme regalo, pero conseguí atraparlo a tiempo y al final opté por dejarlo encima de una mesa que había por ahí.

-Hola- decidí presentarme- Soy Ewan, ¿y tú eres?- pregunté, aunque sabía que iba a mi casa, pero no me sabía su nombre.

Elianne se rió ligeramente al ver al chico casi tirar un regalo que, con toda probabilidad, le habían enviado por ser buen... Algo.

-Soy Elianne, un placer-. Dijo, ofreciendole la mano derecha.-Sé que eres Slytherin, pero no te situo... ¿En qué curso vas?- Preguntó, curiosa. Había visto al chico un par de veces pero... No le sonaba demasiado, a decir verdad.

Sonreí mientras le estrechaba la mano a Elianne, quien me preguntó por mi curso, me alegré, pues eso me permitía devolverle la pregunta y situarla yo también.

-Voy a séptimo, ¿y tú?, espera, déjame adivinarlo. No vas al mío, así que sólo puedes ir a sexto o quinto, no pareces mucho menor, bueno, adivinaré. Vas a...¿Sexto?- pregunté un tanto inseguro, no se me daba bien situar a las chicas. Últimamente todas parecían mayores de lo que era en realidad y así no había quien acertase. Decidí apostar al número mayor porque si no acertaba por lo menos se sentiría halagada por parecer mayor.

-Efectivamente, voy a sexto.- Respondió ella, sonriendole al chico. -Dime, Ewan,¿qué hacias por aquí?- Preguntó, con una cortés curiosidad. Era extraño encontrar a alguien tan temprano en vacaciones. Elianne le observó y recordó haberle visto en la sala común un par de veces, pero no estaba segura, No era como si hubiera pocos estudiantes, a decir verdad.

Sonreí listo para contarle la razón de mi visita a aquella apestosa lechucería a Elianne. No era algo demasiado importante, pero a pesar de todo me ponía contento.

-Pues verás, al parecer, un pariente lejano se ha enterado de mis buenas notas y ha decidido enviarme este regalo por Navidad, que ya está un poco atrasado, pero considerando la lechuza que lo traía, me asombra que haya podido llegar hasta aquí. Todavía no sé qué es, aparte de que pesa un montón- le expliqué.

-¿Y qué hay de tí?, ¿qué haces aquí?- pregunté interesado.

Elianne sonrió dulcemente ante la explicación, era agradable escuchar ese tipo de historias.-Oh, yo simplemente estaba contestandole a mis padres una carta, lo típico.-Respondió, sin adentrarse demasiado en el tema, dudaba que a Ewan le interesara lo más mínimo su vida. -Ahora que me entró la curiosidad, ¿puedo quedarme a ver qué es tu regalo?-. Preguntó, sonriendole al chico.

Sonreí ante su explicación, era lo normal, sino estabas ahí con ellos por Navidad, les mandabas una carta y tan felices, al menos tú te quedabas feliz, ellos quizás no tanto.

-Pues con tu permiso, voy a hacer uso de mis manos para abrir el paquete- dije sonriendo. Le dí un momento la espalda y desaté el nudo de una bolsa de tela negra que llevaba para protegerlo. La bolsa cayó y dejó ver un enorme atado de libros sobre mis temas favoritos, Transformaciones y Criaturas Mágicas.

-Vaya, que... instructivo- dije irónicamente girándome hacia ella- aunque habría preferido algo más ameno.

Me fijé en el primero de ellos y me quedé gratamente sorprendido. "Criaturas de la Noche", de un autor noruego bastante conocido. En portada, un hombre lobo. "Qué sutil", pensé, aunque quizás era pura casualidad.

-Bueno, la familia es así. Da gracias a que no te envió algo que no fuera útil. Mi madre es especialista en los regalos inútiles-. Comentó, acercándose a observar los libros. Había oido del libro de Criaturas mágicas era de un tal... Collet, un noruego. -¿Puedo? Me parece que este es el volumen dedicado a lo que los muggles llaman "criaturas de la noche"... Hombreslobo, vampiros, supongo que habrá algo sobre arpías... Y poco más. Sí, lo es... Pues amí me parece un buen regalo-. Le comentó, había leido alguna cosa de ese autor pero, a decir verdad, se adentraba demasiado en la perspectiva personal para el estilo de Elianne.

Regalos inútiles, era una buena descripción para alguno de los regalos que solía recibir, al igual que Elianne. Le tendí el libro cuando me lo pidió. El tomo que había debajo trataba sobre criaturas menos...¿inteligentes?, me interesaba más la verdad, sobre los hombres lobo ya sabía bastante, gracias.

-No está mal. Por lo menos es algo interesante- respondí con una sonrisa- bien podría haber sido un regalo inútil cómo tú bien dijiste.

-Cierto es.-. Comentó, Elianne hojeando el libro, tenía unas buenas definiciones y las ilustraciones estaban muy bien. -Ojalá a mí me hicieran este tipo de regalos-. Bromeó, devolviendole el libro a Ewan, mientras observaba los que quedaban en la mesa. No tenían una apariencia tan interesante como ese libro así que Elianne no se los pidió.

Coloqué todos los libros bien apilados en las dos columnas y los dejé ahí, cuando me los fuese a llevar los hechizaría y así me ahorraría molestias, creo que era lo mejor.

-¿Y qué te suelen regalar?- pregunté con curiosidad, los libros estaban bien, pero es que todos me los regalaban, me gustaría que alguien fuese un poco más original y se lo pensase un poco más, quizás acertaba y todo.

Elianne sonrió con burla.-Mi madre suele regalarme "joyitas" y mi padre... Mi padre me da consejos que son útiles para mi futuro, o al menos eso dice-. Respondió a la pregunta del chico, sus padres no eran los más originales del mundo en cuanto a regalos y ni siquiera eran con buena intención así que Elianne tampoco se los tomaba en serio. Simplemente lo hacían por guardar apariencias.

Pues sus regalos no estaban tan mal, exceptuando los consejos del padre, aunque quizás alguno era bueno, pero lo dudaba, ya que los consejos de los padres siempre parecían ser adecuados para épocas pasadas, no para el momento actual.

-Pues lo de las joyas tampoco está tan mal, siempre las puedes vender para comprarte algo que te apetezca más, ¿no crees?- le pregunté riendo. Era una buena manera de usar los regalos.

-Tú trata de vender joyas de duendes en el callejón diagón y veremos cómo te va.- Bromeó, sonriendole al chico. Se estaba empezando a aburrir, la conversación no daba mucho más de sí y Elianne no era especialmente buena sacando temas de conversación.

-Cambiando de tema, radicalmente por supuesto, ¿qué asignaturas te gustan?.- Dijo, con un interés cortés. No veía que fuese a suceder nada interesante, pero eso era mejor que nada.

Sonreí levemente ante su respuesta, seguramente no me iría tan mal, no creía que fuese muy difícil venderle un par de joyas de calidad a unos duende avaros, pero bueno, quizás eran idealizaciones mías.

-Me gustan las transformaciones y las criaturas mágicas, es por eso, que los libros que me han regalado tratan sobre esos temas- dije sonriendo, no pude evitar la ironía, me salió sola.

-¿Y qué hay de tí?, ¿pociones como toda buena Slytherin?- le pregunté con una sonrisa.

Elianne le observó sonreir, tenía una sonrisa bonita. De tener que añadirle algo más diría que en ese momento era ligeramente lobuna, pero eran imaginaciones suyas.

-No negaré que soy buena en pociones, pero eso es porque Snape siempre nos trató especialmente bien. Por otra parte, me encantan los encantamientos, desde siempre. Aunque, bueno, el nuevo profesor se me hace muy molesto y tendré que ir por libre-. Le dijo, haciendo un mohín de molestia. Era una pena, a decir verdad.

Rei cuando dijo lo del profesor, a veces, no importaba cuanto te gustase una asignatura, un mal profesor, o uno con el que no te llevases bien, podía estropeártela por completo, lo cual era muy molesto.

-No sé quien es, debería pasarme de vez en cuando por esa clase, quizás es divertida y todo. Es que no me interesa mucho, y sinceramente, con leerlo y practicar un poco las cosas se quedan lo suficiente para sacar una nota decente- expliqué, supongo que tenía algo de facilidad para el tema.