Fiesta de mascaras (Ravenclaw´s)

Estaba en mi habitación de la sala común, leyendo un libro sobre el ministerio y como ya era costumbre con un montón de periódicos sobre mi cama, ya era tarde y el sol se había ocultado por la ventana mis compañeros de cuartos estaban en la sala común o en algún otro lugar por lo que me encontraba solo, solamente tenía un vaso con agua al lado de mi cama para beber un poco y lo llenaba cuando se me acababa con un acuamentil, pero por un error mío tiré el vaso al suelo y toda el agua se derramó por el piso. Enseguida apareció un elfo domestico para limpiarlo, pero se me quedó viendo un poco raro, y yo noté esto.

¿Se puede saber porqué me miras así? – le pregunté con tono amable mientras conjuraba un hechizo para secar el agua. El elfo se me quedó viendo unos momentos y me contestó.

Lo siento señor, pensé que estaría con sus compañeros de casa en el Gran Comedor – me dijo muy amable e indulgentemente, pero sus palabras me desconcertaron, yo no sabía nada de una fiesta o algo así. Claro que antes de que le pudiera preguntar otra cosa había desaparecido. Cuando vi que el elfo ya no estaba comencé a buscar sobre el montón de periódicos algo que me dijera algo sobre una fiesta y bingo, debajo de todo mi tiradero había una invitación para la fiesta que yo había pasado por alto, al ver que era de temática del sligo XV, rápidamente comencé a pensar en algo para disfrazarme, y lo primero que encontré fueron las cortinas de los dormitorios, así que con unos movimientos de varitas las corté y empecé a deformarlas… Al menos me servirá para practicar Transformaciones. Pensé mientras veía como las cortinas comenzaban a tomar forma.

Spoiler:

Al final se suponía que tendría que ser dorado, pero quedó azul y no tenía tiempo para corregir ese pequeño detalle, los hechizos de transformación necesitaban mucha concentración que ahora mismo no tenía, estaba llegando muy tarde, tomé unos cuantos pergaminos viejos y comencé a transformarlos igual, borrando las cosas escritas y al final me quedó un lindo antifaz.

Spoiler:

Salí de la de la habitación para encontrarme una sala común vacía, seguramente por la fiesta, solo estaba la estatua de Rowena Ravenclaw, a la que no le presté atención y sin perder tiempo me dirigí hacia el comedor, esquivando algunos alumnos que todavía no estaban en sus salas comunes o en los dormitorios. Cuando estaba enfrente del Gran Comedor me encontré con La Dama Gris, el fantasma de Ravenclaw y la saludé con un gesto de la mano y ella hiso lo propio señalando su mano para hacerme notar que estaba llegando tarde. Abrí la puerta del Gran Comedor y me quedé maravillado con lo que ví, la profesora Avalon había hecho un excelente trabajo con la decoración, y la música de fondo era muy apropiada, había algunos chicos en pequeños grupos, pero no sabía si conocía a alguno, así que me quedé plantado en la puerta sin saber que hace, el miedo me invadió y me sentí estúpido ante la situación pues era muy capaz de enfrentarme a batallas contra la oscuridad pero no a una simple prueba social, era ridículo lo sabía. Mis piernas se encontraban paralizadas, al menos hasta que La Dama Gris me atravesó por la espalda y pude sentir el escalofrió que recorrió mi cuerpo y me hiso reaccionar al mismo tiempo que ponía una mueca, me acerqué a una mesa y tomé un poco de Hidromiel, mientras veía a mis compañeros de casa, como me hubiera gustado tener al chico que estaba en mi cabeza constantemente, al menos así tendría compañia.

-¡¡Estoy muerta!! ¡¡Estoy muerta!! ¡¡Estoy muerta!! ¡¡Estoy muerta!! -decía de forma histerica mientra hacía un gran tiradero en mi habitación.

La fiesta de la profesora Acalon sse me había pasado por alto, hasta que me di cuenta que varios chicos y chicas empezaban a preguntarse de cómo irían vestidos y peinado. Sentí cómo perdía el color del rostro. Buscaba algo pperfecto que ponerme. No era por que me llamara la atenciión ser parte de fiestas y ruidos de esos estilos, era más por la temática de la fiesta. Adoraba la idea de vestidos largos de epoca, máscaras , los bailes, la música, las decoraciones lo chicos vestidos de manera que resultaban atractivos a cualquiera, las chicas deslumbrando los salones al bailar y... "¡DIOS! ¡EESTOY DIVAGANDO!". Suspiré frsutrada y bastante estresada... por fin en mi baúl encontré allgo que serviría bien... sólo faltaba arreglarme... "Odio esto, ¡Cómo lo odio!". Veía a las demás chicas, riendo y preparándose, no tenía otra alterntiva. Te´ndría que pedirles ayuda. Estba totalmente atrasada, no tendría tiempo de arreglarme si no hacía aquella, mi única idea.

-¿Podrían ayudarme? -dije con la voz cortada-, enserio quiero ir a la fiesta de Avalon y no estaré lista... -ya sentía una respuesta parecida a la de la historia de Cenicienta. Para mi sorpresa aceptaron con gran ilusión.

En poco tiempo quedé peinada y maquillada, apenas si reconocía mi rostro en el espejo. Las demás chicas reían emocionadas, alagando el color de mis ojos y el mággico peinado que habían logrado hacer con mi largo cabello. Hbían logrado hacerme una media coleta con chongo, unos rulos callendo sobre mi espalda y entrelazados unos listones blancos, en verdad quedé agradecida. Una vez terminando de parlotear acerca de mi imagen, se fueron a preparar ellas. Más parecía que tenían la certeza de que no estaría a tiempo en la fiesta. "No todo es perfecto", me dije con una media sonrisa, mientras aprovechaba la nueva soledad de la habitación para vestirme. Lo hice con calma, pues no quería arruinar el peinado que con esfuerzo había logrado conseguir.

Spoiler:

Era demasiada mi emoción cuando quedé completamente lista, que tardí me di cuenta que del vestido colgaba una pequeña nota. La tomé en mis manos y la doble, luego la leería. Ahora tenía que bajar al gran comedro sin llamar la atención ... olvidenlo.

Bajé apresuradamente, evitándo las miradas de todos los chicos que me veían y casi se estampaban contra las paredes al tratar de averigúar quien estaba detrás de la mascara, yo tansólo reí para mis adentros. Imaginé cómo me veía: una doncella en busca de refugio en un castillo en media guerra o una doncellla enamorada buscando a su gañlan en la planta baja... prefería la primera opción.

-Por fin llegué -dije aliviada al entrar al gran comedor con timides.

Chloe sonrió como una niña pequeña, se alegraba de que la chica no la considerara molesta y sus preguntas incómodas, ahora además conocía a una chica vegetariana, ¡el sueño de su vida!, bueno, no era para tanto pero le hacía ilusión el tema. Llegó otra chica y la vegetariana le indicó que se uniese al grupo.

-Si se lo dices a los elfos, te indico que las cocinas en realidad están por...- la chica se giró intentando orientarse- ahí, más o menos; pero seguro que te oyen de todos modos, por algo son elfos.

Me quedé mirandole, sonriendo, divertido, ella no había demostrado resistencia alguna, y al mismo tiempo se mostraba tímida, avergonzada, estaba nerviosa, y eso me hacía sentir aún mucha más emoción, sus reacciones dejaban clara su jovialidad, su edad temprana... Meredith era interesante, en demasía, una vez escuché sobre que preferiría el ponche, hice una pequeña reverencia para sonreírle de costado y partir en busca de una copa de ponche y otra de hidromiel.

Tras haber tardado un rato en llenar ambas copas, volví a la mesa, caminando tranquilamente y aún con la misma sonrisa boba en los labios, miré nuevamente a la profesora y parecía que tras cada mirada que le diera se viera más bella aún, era posible que una mujer lograra tal grado de belleza?... bueno... ella me lo estaba demostrando.

- A tu salud - Exclamé para luego beber un poco de ponche con cuidado de manejar mis modales y no beberlo todo de un solo sorbo, estar en compañía de ella lo hacía todo más llevadero y placentero, miré panorámicamente y noté como ya había varios chicos, varios conocidos y otros que aún no conocía, pero era cosa de tiempo, sin embargo, no podía por ahora, pues todas mis atenciones estaban enfocadas en mi acompañante de esta noche.
- Te asustó el pensar que iba a besarte?- Pregunté directo y sin pelos en la lengua, pues era un paso importante que me daría un si o un no para algo que quizá sucediera más adelante en esta velada.

Me quede sola durante unos minutos que aproveche exclusivamente para revisar todas mis opciones. Lastima siento por mi misma, pues me encontraba con la mente en blanco, incapaz de pensar en cualquier cosa que no fuera el leve desliz que acababa de tener con mi boca. Quiza era solo una forma de expresar su respeto hacia a mi y yo me habia estado imaginando cosas que nisiquiera podian ser ciertas.
Me incline sobre la mesa apoyando mi frente en ella, sintiendome realmente como una niña pequeña a la que acababn de regañar.

Suspire nuevamente y me alce, justo a tiempo para ver como .... esta claro que aun no sabia su nombre, pero El ya venia hacia a mi. Dejo la copa con el hidromiel sobre la mesa y yo la cogi casi enseguida.
- Gracias - dije antes de llevarmela a la boca. Era una delicia este licor. - El hidromiel es mi favorito - le conte sonriendo mientras lo dejaba nuevamente en la mesa, frente a mi.

Su pregunta me tomo completamente por sorpresa y no pude responder enseguida.
- No es que me haya asustado, solo que me sorprendia. Ya sabes, una anciana como yo no esta muy acostumbrada a nese tipo de cosas - diej bromeando, aunque lo de no estar acostumbrada era realmente cierto.

- Ah si?.. la hidromiel es realmente fantástica, pero.. no sé.. como que le falta ese poco de.. "malicia" que solo el ponche tiene - Dije para luego cerrar mi ojo de manera coqueta para seguirle mirando y disfrutar de la imagen de ella llevándose la brillante copa de manera elegante a esos hermosos y bien dibujados labios, que estuvieron a escasos centímetros de ser míos. Sus modales, su delicadeza y su carácter le hacían ser llamativa, preciosa, mas era ella o era solamente un personaje que se había creado al momento de esconderse en aquella máscara?... era una buena pregunta, sin embargo, no creía de ella esa capacidad, y no por creerle limitada, sino por ser honesta.

Escuché su comentario y reí, una anciana? por dios, no parecía tener más de 1 o 2 años más que yo, y para esos 1 o 2 años, valla que se conservaba bien... tenía un rostro terso, suave y lindo, una figura estilizada y deseable... unas manos hermosas... umm sus manos... no tardé en llevar mi mano sobre la suya, sonreí de costado al sentir su suavidad en una caricia, pues el beso no había sido suficiente como para sentirla, pero ahora estaba todo más claro, me quedé meditante un momento, y allí dije en forma de desafío - Entonces probemos como actuará esta anciana- Llevé mi rostro al suyo de la misma manera tardía en la cual lo había hecho con anterioridad, pero ahora no detuve mi camino hasta posarme en aquellos labios, y poseerlos.

Me lleve un dedo sobre la barbilla como una forma de sobreactuasr el hecho de que estaba pensando, pero era mas que nada para ser graciosa.
- Puede que tengas razon, pero prefiero beberme toda esa malicia en un lugar donde no hayan tantos presentes - le dije con una media sonrisa y ladee mi cabeza en direccion al grupo de alumnos que se encontraban a unos cuantos metros de nosotro. !Rayos¡ No era mi intencion, pero al parecer estaba coqueteando con el.

Volvi mi cabeza a su posicion original y bebi un poco mas de mi hidromiel en el momento exacto en el que el poso su mano sobre la mia.
Soy una verdadera perdedora, pero al menos fui capaz de disimular el hecho de que me habia atragantado con el hidromiel, dejandolo nuevamente sobre la mesa con total naturalidad como si no prestara atencion a la accion que habia realizado mi aompañante.

No tube tiempo de contestar. Aunque el movimiento fue lento, mi mente se bloqueo completamente nisiquiera para darme tiempo de apartarme.
Pero !vamos¡ seamos sinceros. ¿quien dijo que yo tenia alguna intencion de correrme y evitar sus labios?
Cerre mis ojos y le devolvi aquel beso, sin poder evitar entreabrir un poco mi boca.

Aquel beso fue delicioso, el beso que se dan dos perfectos desconocidos que se encuentran en una noche adecuada, y comparten el vínculo indicado, era un beso perfecto, fantástico, apasionado y delicioso, su boca entreabierta me dio el "vamos" para invadirla suavemente con leves matices de mi lengua, la cual buscaba acariciar o al menos rozar la suya, como todo buen aventurero me mantuve allí explorando sus pensamientos desde su boca, para luego, cuando el aire ya se hacía escaso, separarme de sus labios y quedar atóntito mirándola, mover rápido la cabeza y sonreírle nuevamente. Había mil palabras para definirlo: maravilloso, fantástico, delicioso, increíble, genial, sin embargo ninguna de ellas pudo salir de mis labios, pues todavía sentían el sabor a ella que mezclado con la hidromiel eran un manjar perfecto.

- Creo que tienes razón... la malicia hay que dejarla para el privado, a parte, la hidromiel sabe fantástico- agregué mientras me relamía lentamente, terminando el recorrido circular por mis labios, que acabó con todo rastro de su sabor, terminé sonriéndole y esperando al menos alguna palabra, alguna reacción. - Cómo deberé llamarte esta noche?- Pregunté curioso, pues los apelativos para ella se me acabarían. La sensación de haberla besado era como una huella de fuego que permanecía allí, que trataba de consumirme y de hacerme perder el control, para volver a querer habitar sus labios, mas debia controlarme, no era ni el lugar ni el momento, pero quizá esta era la única oportunidad, pero ella debía cuidar a los estudiantes... bueno... al menos a mi, me estaba cuidando de maravillas. No pude evitar clavarme en sus ojos y no soltar su mano, acaricié su dorso suavemente y luego junté mis dedos con los suyos.

Sin duda alguna el sintio la pequeña apertura de mis labios y no desaprovecho la ocasion para utilizarlo, pues enseguida fui consiente de su lengua dentro de la mia.
hubiese sido una estupidez dejar la mia quieta, asi que con suaves y delicados movimientos acompase la mia a su ritmo, mientras hacia lo mismo con mis labios. Sentia aquel roce que se me hacia tan desfamiliarizado, peroque cuando lo encontraba era capaz de sacar a la verdadera mujer que habia en mi.

Mi respiracion poco a poco fue haciendose mas agitada, hasta que finalmente nos separamos y pude respirar sin ningana dificultad.
Me mordi el labio inferior. Quizas estaba avergonzada. No lo sabia. Tenia una mezcla de emosiones dentro de mi que no sabia bien como definir.
- ¿que te parece si tan solo me dices Rose? Es mi flor favorita - le aconseje mientras el rubor seguia extendiendose por mis mejillas.

Con el vaso en la mano examiné la sala, se habían formado pequeños grupitos de estudiantes de Ravenclaw que solo conversaban y hasta donde me acordaba en el siglo XV a las personas se les ponía a bailar valses, me sentía un poco nostálgico, una persona que había sido muy importante en mi vida me había enseñado a bailar vals y no era tan malo bailándolo, lo mejor de todo es que con él aprendí a bailar haciendo de mujer también, para acolarme a la situación, pero en este momento no sentía nostalgia por él, si no por mi novio que no había regresado de vacaciones, la última vez que lo vi había sido en la última fiesta del castillo, me había divertido mucho esa noche, había sido tan mágica… Pero ahora me encontraba en medio del Gran Comedor solo, sin ninguna pareja de baile y pensando en el pasado que ya no volvería, era tan triste la escena que vivía que una pequeña lágrima se escapó de mi ojo, claro que mi antifaz absorbió la gota de lágrima que se me había escapado, pues al ser de papel conservaba sus propiedades, todavía no sabía cómo cambiar este tipo de cosas.

Decidí que lo mejor no era quedarme parado viendo a los demás hablar un poco, mientras yo pensaba en el pasado simplemente deprimiéndome, por lo que de un solo sorbo me acabé el vaso de hidromiel y me serví una copa de Whisky de Fuego y también me la acabé de un sorbo sintiendo por mi garganta como fuego ardiente que me quemaba por dentro y me animaba a hacer cosas nuevas. Con este sentimiento recorriéndome me acerqué a la banda que estaba tocando para poner algo de música para bailar vals, y les pedí una canción que me gustaba muchísimo “Gran Vals Brillante” se llamaba la pieza y era de Chopin, tenía una tonada hermosa y un buen ritmo para bailar, no demasiado lento.

Spoiler:

La melodía empezó a sonar y mis manos hicieron el gesto de estar dirigiendo la música, ahora el problema era encontrar alguien con quien bailar, examiné la sala y en la puerta había una chica que perecía estar sola, hubiera preferido a un chico, al chico del que me acordaba constantemente, pero en este momento no podía ser y ella parecía una muy buena candidata, por lo que me acerqué a ella y le tendí la mano como lo hubiera hecho un hombre en el siglo XV.

Me daría el honor de concederme esta pieza – le dije a la chica con tono amable y también un poco seductor, me parecía un poco gracioso el momento.

- Y tu eres mi flor favorita - Dije llevando mi otra mano a su mentón para mirarle fijamente a los ojos y darle un beso en la comisura de sus labios, algo rapido y fortuito, como un beso robado, luego de alejarme me quedé sonriendo y di un sorbo a mi copa para acabar con el ponche que en ella había, el alcohol se había acabado, pero no ciertamente mis ganas de permanecer en su compañía. Los labios de "Rose" eran algo que no era fácil de olvidar, era una sensación única y con ciertos matices característicos que me hacían sentir apasionado y con ganas de más, pero la tranquilidad siempre me ha caracterizado por suerte, por lo cual debía guardar calma... y no precipitarme a hacer algo que llevara a mi acompañante a prescindir de mi compañía.

- Entonces, Rose... qué tal lo estás pasando en la fiesta?- Pregunté seguro y esperando una respuesta positiva, pues me encargaría de que esa fiesta fuera inolvidable para ella, pues para mi ya lo estaba siendo. Mi mano se cerró en la mano de mi compañera, entrelazando mis dedos con los suyos, mientras nuestras manos se abrazaban, mi mirada se perdía en sus ojos y mi mano en su menton se habia transformado en una serie de caricias en su mejilla, tras un rato deshice mi caricia y me quedé mirándole, como preguntando si acaso estaba correcto o no el seguir, pues era, quizá bastante el hacer todo esto, nos conociamos hacia unos minutos nada mas, y quizá para ella estabamos llendo muy rapido...

¡Oh, Vamos! este muchacho era realmente encantador. Definitivamente no veia ningun inconveniente en no volver a negarme a un beso suyo o quizas... quizas... eso lo decidiremos segun vayan dandose las cosas en esta velada.
- Muchas gracias, me has hecho muchos cumplidos esta noche - dije un poco avergonzada, y realmente lo estaba.
Acababa de decir aquellas palabras cuando sus labios rozaron nuevamente los mios, solo que esta vez fue algo leve, pero especial, porque no habia quedado con gusto a poco, si no que me habia satisfacido aun mas.
Suspire y luego le sonrei. El me hacia sentir muy bien, y quisiera seguir conociendolo aun mas despues de esta velada.

- La fiesta... esta saliendo mejor de lo que lo habia planeado - reconoci, hablando mientras el me acariciaba la mejilla - y la compañia tambien es bastante buena. Solo que no es el lugar adecuado para alguien adulto - agregue.
Inconsientemente lo habia dicho con segundas intenciones.

- Cómo definirías.. a un.. "adulto"?- Pregunté curioso llevando uno de los dedos de la mano que hacia unos minutos le estaba acariciando al borde de la copa, recorriendo toda la circunferencia de esta con leves movimientos de mi dedo índice, en realidad no sabía qué era lo que necesitabas para ser adulto... pues, para algunos era la capacidad de tomar decisiones por si mismo, y para otros era solamente la cantidad de años que se han vivido en este mundo.

- Me alegra muchísimo que te lo estés pasando genial - Dije sonriendo para acercarme a su oído lentamente y susurrar en este con voz profunda y con dejes de coqueteo - Podría acostumbrarme a estar así contigo, estas fiestas deberían ser más seguido- susurré casi como un suspiro a medida que me alejaba y me reponía en la silla donde estaba, a su lado, aún tomando su mano y aún sintiendo su calor, su tacto, su aroma, su sabor... Rose... era una mujer creativa, había ocupado el nombre de una flor para hacerme dudar sobre quién era ella realmente, pero bueno, todo se daría a su tiempo, y estaba seguro de que esta no sería ni la primera ni la ultima vez que la vería, de repente, escuchó el sonar de la música, era una pieza delicada y sublime, al igual que la dama que me acompañaba, olvidandome de todo me puse de pie, y haciendo una reverencia, con una mano tras mi espalda y la otra frente a ella, pregunté:- quisiera, la dama bailar conmigo?-

Me había quedado absorta con la decoración, que apenas le ponía atención a los demás invitados, bueno, paenas por que observaba con detenimiento sus trajes de epoca. No paraba de sonreír de emoción, disfrutaba el tema de la noche. Me acerqué a donde estaban las bebidas simplemente para no estorbar el paso por dondé iba yo. Miré lo que había pero no se me antojaba beber aun. "Talvez más tarde...", me dije pero ni me creía. Suspiré y volví mi vista a mis manos que aún mantenían en puño la nota que colgaba del vestido al encontrarlo en mi baúl. Lo abrí y leí con detenimiento su contenido. Tenía una manuscrita elegante y ligera, podría reconocer esa letra donde fuese... sentí una gran alegría fusionada con una nostalgía inhumana al leer:

"Sally:

De niña me preguntaste una vez el por que no podías usar éste tipo de vestidos, yo te dije que te faltaba edad y que además eran mis favoritos y qué los guardaba cómo un tesoro. Ahora, creo que tienes la edad para usar éste vestido, que fue el que más te gustó de todos...

disfruta los momentos que pases con el por que cada ves que lo veas y/o uses. será algo inmemoriable."

sonreí con una sonrisa triste... mimadre me había salvado éste vestido sólo para mi y eso era algo único. Tan perdida estaba que me sobresalté al oir a alguie que me invitaba a bailar, volteé a ver al chico y sonreí con amabilidad.

-¿Por qué no? -dije dulcemente en tono suave. Extendí mi mano hacia el y sonreí.

Me quede pensando un momento antes de responder, pues yo solo lo decia porque ya era una mayor de edad que se encontraba entre "niños", pero ahora su pregunta necesitaba una respuesta que implicara mucho mas que eso.
Muchas definiciones pasaron por mi cabeza, pero solo escogi la que se adecuaba mas al momento y situacion en la que nos enconytrabamos en este preciso momento. Asi que abri mis labios para responderle.

- Creo que va mas que nada en el grado de madurez de la persona, y luego podriamos empezar hablando de los años - le respondi con una mueca que quite rapidamente de mi cara, dado que los años eran los que nos estaban jugando en contra en este momento.
Su cercania me puso aun mas nerviosa de lo que habia estado hasta ese momento. El cuello era una zona sensible para mi, y ahora el se encontraba muy cerca de este.

- Si es que los chicos se la pasan bien, muy pronto la podriamos volver a repetir, pero centrandonos en otra epoca - le respondi hablando muy rapido, sin poder manejar mis palabras.
Me levante lentamente de mi silla para aceptar la invitacion que el me hacia.
- Seria todo un honor - comente sonriente mientras pasaba uno de mis brazos alrededor del suyo.

Sonreí al escuchar su respuesta, pues en la comisura de sus labios se notaba el desagravio, quizá los años eran algo que para ella era doloroso, quizá alguna mala experiencia con alguien de demasiada edad, o quizá con alguien de muy poca... era obvio que todos los chicos de esta escuela quisieran estar con una profesora, era como el sueño de todos, en especial si era una profesora tan linda y con esas curvas, sin embargo... su carácter era sumamente.. diferente, no era segura y avasalladora como toda mujer de sus características, quizá un chico de 16 o 17 perdería el control, y no sabría tratarla con delicadeza, con la delicadeza que una flor se merece...

- Claro... la historia tiene muchos puntos importantes, sería ideal disfrutar de otra velada contigo... pues en verdad que me lo estoy pasando genial- Dije casi como un susurro mientras me aferraba a su cintura y tomaba su otra mano, para comenzar a guiar el baile con pasos que parecían planeados, como si de una rutina se trataran, era algo asi como un talento innato, que no sabía de dónde salía, al menos las miradas de los demás me hacían creer que lo estaba haciendo bien, o quiza era porqe era sumamente torpe y estaba bailando quizá cualquier cosa menos lo que debía bailar, sin embargo ya no importaba mucho... estaba bailando con la flor más bonita del jardín, y aspirando su aroma desde cada vez más cerca - Valla que te mueves genial, Rose... te molesta si esta noche te hago mi princesa?- Pregunté con una sonrisa basta y amplia, coqueto, seductor. - por cierto... tu corazón.. tiene acompañante?- Inquirí sobre la marcha, pues no pretendía tener qe pelear contra algun novio celoso.

Nos dirgimos hacia el centro del comedor que habia despejado, sin mesas, para dedicarlo exclusivamente a que fuese una pista de baile.
- Tienes razon, influye directamente en como estamos viviendo ahora - comente, por primera vez en la velada de manera seria.
Pero cambie esa mascara enseguida.

- Sinceramente esperaba pasar toda la noche sentada sola en una mesa - le conte sonriendo - has sido mi super heroe - agregue mas cerca, en su oido mientras bailabamos.
Retrocedi lentamente mientras de mis labios se escapaba una risilla, que puedo asegurar que fue un gesto coqueto por mi parte.
Sus palabras me hicieron parata mi miraba para no encontrarme con sus ojos en el momento de responder.

- ¿tu princesa? tienes que consentirme en todo aspecto si asi lo quieres - le respondi volviendo mi cuello en la posicion original.
nuestros pies se movian se forma acompasada, mientras sentia su tacto en mi cintura.

- Si realmente quieres que te sea sincera nunca me he enamorado, pero si me han gustado chicos. Una vez me case, pero fue solo un matrimonio forzado. - toda sonrisa desaparecio de mi rostro. Me senti entraño contandole eso a alguien que acabada de conocer.
Pero en fin. Me encogi de hombros y volvi a sonreir.

Reí al escuchar su comentario, mientras le miraba y nos sentía movernos en la pista con tal gracia y sutileza que parecíamos una sola persona bailando, un solo cuerpo, una sola alma... - Gracias por lo de superhéroe, pero en realidad soy mucho menos que eso - Comenté mientras mis pensamientos viajaban a Durmstrang, a los rumores, al profeta tachándome de asesino, a dos años fuera de los estudios, a el sinfin de cosas que había hecho con buenas intenciones y que a mala suerte, terminaban con pésimas consecuencias. El salón ya no importaba mucho, tampoco la gente, mis ojos solo se fijaban en mi pareja de baile que estaba allí hablándome y compartiendo.. Rose... un nombre ficticio y sin embargo fantástico.

- Claro, princesa... solo es cosa que me digas en qué aspectos te gustaría ser consentida hoy? - había notado su estremecimiento ante la cercanía con su cuello y abusé de aquella reacción, fingiendo un abrazo, y recargar mi mentón en su hombro de manera tierna, mi rostro se movió levemente para besar su cuello disimuladamente, dejando dos besitos allí, mientras estrechaba su cintura y le apegaba más a mi, disfrutando de su tacto y su calor, de su cercanía.. de su olor y su presencia, disfrutándola.. sintiéndola.. deseándola. La música cambiaba, variaba y se transformaba lentamente en un clásico, romántica, un poco más moderna, pero siempre dentro de las costumbres de la época, busqué ambas manos de mi compañera y las puse en mis hombros, para luego abrazarle la cintura y sonreír aún pegado a su cuello, respirando a propósito más fuerte para que sintiera el aire cálido en su cuello, lo estimularía toda la noche si era necesario, si esque así mi "princesa" lo deseaba.

Deje pasar aquel comentario sobre el superheror, pues tube el presentimiento de que era un tema que no debia influir en esta noche.
me sentia relamente muy comoda sintiendo su cercania, cerre los ojos y me deje llevar por la musica y por el movimiento de nuestros cuerpos.
Pensando en un sinfin de cosas que me hacian desear que esta velada fuera solo para nosotros dos... que no existiera nadie mas en el mundo ... que solo estuvieramos nosotrso dos en esta habitacion
Nisiquiera abrir los ojos cuando el volvio a hablar nuevamente.

Antes de que pusiese contestarle senti la cercania de... que cernania! su rostro estaba apoyado sobre mi cuello y aquellos besos me hicieron abrir mis ojos de golpe.
Suspire.
- Te recomendaria que no hagas eso, pues no se de que manera podria reaccionar - le previne mordiendome el labio inferior.
- Veamos... por el momento lo haces bastante bien, si sigues asi sere tu princesa si asi lo deseas - le respondi entrelazando mis manos a su cuello.

- Creo que sería entretenido ver tu descontrol - Contesté volviendo a su rostro, sonriendo y besándole profundamente, ya sin dudarlo, ya sin detenerme, explorando su boca y llamando a su lengua a danzar con la mia de la misma forma en que los dos estabamos danzando en aquel salón, de seguro era una imagen desequilibrante para los chicos y chicas allí, pero qué importaba, yo lo disfrutaba y al parecer ella también lo hacía, una de mis manos quedó en su cintura y la otra buscó ese sitio donde el vestido comenzaba y su piel se veía por su espalda, ya comenzaba a necesitar sentir su piel... definitivamente ella era toda una pricesa... su piel suave, tersa, dulce... deliciosa... Rose.. Rose... Sentí ganas de gritarle su nombre al mundo, o de quitarle la máscara o de marcharnos a algún sitio donde estuvieramos solos, sin embargo... guardé la compostura, POR EL MOMENTO, ella debía cuidar que los chicos no se portaran mal, y yo debía encargarme de hacer que ella se portara mal.

- Si lo eres, prometo atenderte como te lo mereces - Agregué tras separarme de sus labios y con una sonrisa di un beso corto y dulce en su boca nuevamente, mi mano acarició suavemente su espalda y armé un camino improvisado de besos que bajaban desde sus labios por su mentón hasta llegar a su cuello, donde la intensidad de mis cariños aumentaban. - Eres irresistible, lo sabías?- Pregunté entre besos

Esta vez no dude ni tarde ningun segundo en corresponder a ese beso. Fue mas intenso que el anterior, pues ambos lo deseabamos ... deseo ... esa era la palabra y sentimiento que guiaba y emanaba todo mi cuerpo en este instante.
Mi boca fue perdiendo cada vez mas su delicadeza transformandose en movientos no bruscos, pero si mas fuertes en busca de ... mas.
Pero ahora no era el momento ni lugar para descontrolarme completamente.
Cuando nos suspiramos gemi un "UHG" como modo de disculpa por mi reaccion ante nuestro contacto.

- Ojala sea como dices, y no me imagino que otras cosas serias capaz de hacer con tal de hacerme sentir bien - le dije justo en el instante en que sus labios terminaban nuevamente en mi cuello.
Esta vez mi respiracion comenzo a hacerse u poco mas agitada.
- Y yo no se cuanto mas pueda resistir - las palabras se escaparon de mi boca, pero ya estaba dicho y no habia marcha atras.